DesplazadosMiniserie
2020 

Tony Ayres (Creador), Cate Blanchett (Creadora) ...
6,7
1.402
Serie de TV. Drama
Miniserie de TV (2020). 6 episodios. Las vidas de cuatro desconocidos se cruzan en un centro de detención de inmigrantes en pleno desierto australiano: una azafata aérea que huye de una peligrosa secta; un refugiado afgano y su familia que escapan de la persecución; un joven padre que se aleja de un trabajo sin futuro y un burócrata al que se le acaba el tiempo para ocultar un escándalo nacional. (FILMAFFINITY) Estreno: 1 de marzo en ... [+]
16 de julio de 2020
16 de julio de 2020
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
La miniserie ‘Desplazados’, estreno de Netflix, se acerca a la problemática de la inmigración con honradez intelectual, aunque atesora una evidente falta de chispa. Contando con Cate Blanchett entre los creadores de la propuesta (también se luce en un papel secundario) es uno de esos productos que sucumben ante su propia corrección. Nos sitúa en Australia. Sobre su yermo y gigantesco desierto se ubica un centro de internamiento para inmigrantes irregulares y refugiados.
Sobre las vivencias de cuatro personajes que coinciden en aquél lugar, la serie nos sumerge en las complejidades inherentes a la gestión de una odisea colosal. Una alta funcionaria estatal comprometida en su trabajo (Asher Keddie), un guardia del centro (Jai Courtney), un refugiado afgano que ha perdido a parte de su familia en el camino (Fayssal Bazzi) y una mujer con problemas mentales (Yvonne Strahovski) sirven para que la propuesta toque numerosos palos, recreándose en el matiz.
‘Desplazados’ esquiva el estereotipo y nos muestra una realidad enrevesada, dónde no caben los juicios precipitados ni las aseveraciones a bote pronto. Refleja la dureza del internamiento, la burocracia martilleando a personas con sueños e ilusiones, acentuando los males provocados por la ausencia de expectativas y la prolongación en el tiempo de coyunturas a priori interinas. Pero no sucumbe a la tentación simplista de crucificar al sistema (pese a sus fallos y deficiencias). Lo retrata a través de las vivencias de sus trabajadores. Veo funcionarios no intrínsecamente malos, con dudas, bajo presión, debatiéndose entre tesituras de gran calado y carga emocional, lidiando con activistas, opinión pública y el cumplimiento de su deber en un desempeño ingrato.
Sin embargo, la serie adopta un tono en exceso aséptico, por lo que la narración se torna mecánica, el ritmo plano y los elementos dramáticos pierden fuerza. Falta el toque personal, el sello distintivo de una obra con pretensiones de trascender. De ir más allá de una acertada exposición de motivos. Yvonne Strahovski anda resuelta en su papel de mujer con el juicio extraviado. Ella es otra cara de los desplazados. Aquellos que la propia sociedad se encarga de arrinconar. Y ofrece un lado enormemente perturbador.
Escrito por Juan Pablo Martínez Corchano para https://rockandfilms.es
Sobre las vivencias de cuatro personajes que coinciden en aquél lugar, la serie nos sumerge en las complejidades inherentes a la gestión de una odisea colosal. Una alta funcionaria estatal comprometida en su trabajo (Asher Keddie), un guardia del centro (Jai Courtney), un refugiado afgano que ha perdido a parte de su familia en el camino (Fayssal Bazzi) y una mujer con problemas mentales (Yvonne Strahovski) sirven para que la propuesta toque numerosos palos, recreándose en el matiz.
‘Desplazados’ esquiva el estereotipo y nos muestra una realidad enrevesada, dónde no caben los juicios precipitados ni las aseveraciones a bote pronto. Refleja la dureza del internamiento, la burocracia martilleando a personas con sueños e ilusiones, acentuando los males provocados por la ausencia de expectativas y la prolongación en el tiempo de coyunturas a priori interinas. Pero no sucumbe a la tentación simplista de crucificar al sistema (pese a sus fallos y deficiencias). Lo retrata a través de las vivencias de sus trabajadores. Veo funcionarios no intrínsecamente malos, con dudas, bajo presión, debatiéndose entre tesituras de gran calado y carga emocional, lidiando con activistas, opinión pública y el cumplimiento de su deber en un desempeño ingrato.
Sin embargo, la serie adopta un tono en exceso aséptico, por lo que la narración se torna mecánica, el ritmo plano y los elementos dramáticos pierden fuerza. Falta el toque personal, el sello distintivo de una obra con pretensiones de trascender. De ir más allá de una acertada exposición de motivos. Yvonne Strahovski anda resuelta en su papel de mujer con el juicio extraviado. Ella es otra cara de los desplazados. Aquellos que la propia sociedad se encarga de arrinconar. Y ofrece un lado enormemente perturbador.
Escrito por Juan Pablo Martínez Corchano para https://rockandfilms.es
15 de julio de 2020
15 de julio de 2020
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cate Blanchett es la creadora y productora de esta miniserie australiana de seis episodios, donde también se reserva un papel secundario.
Un centro de detención de emigrantes en medio del desierto de Australia es la base para cuatro historias con diferentes puntos de vista sobre el tema de los refugiados.
Sofie Werner, interpretada por Yvonne Strahovski, (El cuento de la criada) es una azafata australiana que sufre graves problemas de salud mental provocados por un trauma experimentado mientras estuvo metida en una secta religiosa, al final suplantando una identidad falsa de una mochilera alemana acaba encerrada por error. Ameer (Fayssal Bazzi) es un refugiado afgano detenido en el centro en espera de que le concedan el asilo político en el país, a él y a su hija. Cameron (Jai Courtney) es un hombre de buen corazón que comienza a trabajar en el centro de detención para sacar a su familia adelante, pero no está muy de acuerdo con lo que está viendo. Y por último Clare (Asher Keddie) es la nueva directora del centro que intenta darle la vuelta a la mala fama que tienen estas "prisiones" por parte de la prensa.
Los líderes de la secta son Cate Blanchett y Dominic West, que aparecen en los dos primeros capítulos y en algunos flashbacks. Pero el peso de la serie lo lleva Yvonne Strahovski, un gran papel de una chica con esquizofrenia y con una difícil relación con su familia. Basándose en la historia real de Cornelia Rau una chica australiana que permaneció encerrada durante 10 meses en 2005 hasta que se pudo identificar como una mujer desaparecida.
Este drama humano puede extrapolarse a nuestro país perfectamente, donde también hay centros de internamiento de inmigrantes. La serie te permite ver algunos de estos serios problemas de esta gran injusticia, con un guion sumamente interesante que consigue engancharte de principio a fin.
Destino Arrakis.com
Un centro de detención de emigrantes en medio del desierto de Australia es la base para cuatro historias con diferentes puntos de vista sobre el tema de los refugiados.
Sofie Werner, interpretada por Yvonne Strahovski, (El cuento de la criada) es una azafata australiana que sufre graves problemas de salud mental provocados por un trauma experimentado mientras estuvo metida en una secta religiosa, al final suplantando una identidad falsa de una mochilera alemana acaba encerrada por error. Ameer (Fayssal Bazzi) es un refugiado afgano detenido en el centro en espera de que le concedan el asilo político en el país, a él y a su hija. Cameron (Jai Courtney) es un hombre de buen corazón que comienza a trabajar en el centro de detención para sacar a su familia adelante, pero no está muy de acuerdo con lo que está viendo. Y por último Clare (Asher Keddie) es la nueva directora del centro que intenta darle la vuelta a la mala fama que tienen estas "prisiones" por parte de la prensa.
Los líderes de la secta son Cate Blanchett y Dominic West, que aparecen en los dos primeros capítulos y en algunos flashbacks. Pero el peso de la serie lo lleva Yvonne Strahovski, un gran papel de una chica con esquizofrenia y con una difícil relación con su familia. Basándose en la historia real de Cornelia Rau una chica australiana que permaneció encerrada durante 10 meses en 2005 hasta que se pudo identificar como una mujer desaparecida.
Este drama humano puede extrapolarse a nuestro país perfectamente, donde también hay centros de internamiento de inmigrantes. La serie te permite ver algunos de estos serios problemas de esta gran injusticia, con un guion sumamente interesante que consigue engancharte de principio a fin.
Destino Arrakis.com
19 de julio de 2020
19 de julio de 2020
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
La acción se centra en un centro de internamiento de solicitantes de asilo político en pleno desierto australiano. El argumento se fija, principalmente, en un padre e hija afganos, en una azafata australiana que ha acabado allí tras una azarosa huida, primero de una secta y después de su propia familia, en un guardia de seguridad del recinto que no encaja con su trabajo y en una funcionaria a quien su labor en ese lugar parece venirle grande.
Miniserie de seis capítulos, de una duración, cada uno, de unos 55 minutos, cuyo mayor gancho para conseguir audiencia es que Cate Blanchet ha participado en su idea, guion y dirección.
He de partir, a la hora de analizar este trabajo, de que la intención de llevar a cabo esta obra televisiva es muy loable. La denuncia de la situación en los centros de internamiento de refugiados en Australia, aunque la acción se sitúe hace quince años, es valiente y necesaria. Hoy en día, en el inmenso país oceánico, lo único que ha cambiado al respecto es que a los refugiados les es muchísimo más difícil llegar a la costa australiana de lo que ya les era por entonces. La serie deja de manifiesto que el Gobierno de aquel país no permite al ACNUR (Alto Comisariado de las Naciones Unidas para los Refugiados) que se instale en su territorio, algo que toda Europa también hace, y que las labores de mantenimiento, cuidado y vigilancia de tales lugares le son cedidas a una empresa privada; lo que repercute negativamente en los internos.
Técnica y artísticamente 'Stateless' ('Apátridas', título original, me parece mucho más adecuado que el que se le ha dado en España) está pulcramente realizada. Se nos muestra una crudeza que al espectador le resulta realista (no olvidemos que la historia de la azafata está basada en un hecho real) y queda bien resuelta, sin cabos sueltos por medio. Lo peor, desde mi punto de vista, es que le sobra metraje, que esta historia se podía haber contado con mayor eficacia en un largometraje, y que aquí, los capítulos intermedios, resultan un tanto reiterativos mientras la narración apenas avanza. Otro defecto, muy común en muchas series o miniseries, es que la escasez de presupuesto resulta evidente.
Las interpretaciones, en su conjunto, resultan aceptables.
Miniserie de seis capítulos, de una duración, cada uno, de unos 55 minutos, cuyo mayor gancho para conseguir audiencia es que Cate Blanchet ha participado en su idea, guion y dirección.
He de partir, a la hora de analizar este trabajo, de que la intención de llevar a cabo esta obra televisiva es muy loable. La denuncia de la situación en los centros de internamiento de refugiados en Australia, aunque la acción se sitúe hace quince años, es valiente y necesaria. Hoy en día, en el inmenso país oceánico, lo único que ha cambiado al respecto es que a los refugiados les es muchísimo más difícil llegar a la costa australiana de lo que ya les era por entonces. La serie deja de manifiesto que el Gobierno de aquel país no permite al ACNUR (Alto Comisariado de las Naciones Unidas para los Refugiados) que se instale en su territorio, algo que toda Europa también hace, y que las labores de mantenimiento, cuidado y vigilancia de tales lugares le son cedidas a una empresa privada; lo que repercute negativamente en los internos.
Técnica y artísticamente 'Stateless' ('Apátridas', título original, me parece mucho más adecuado que el que se le ha dado en España) está pulcramente realizada. Se nos muestra una crudeza que al espectador le resulta realista (no olvidemos que la historia de la azafata está basada en un hecho real) y queda bien resuelta, sin cabos sueltos por medio. Lo peor, desde mi punto de vista, es que le sobra metraje, que esta historia se podía haber contado con mayor eficacia en un largometraje, y que aquí, los capítulos intermedios, resultan un tanto reiterativos mientras la narración apenas avanza. Otro defecto, muy común en muchas series o miniseries, es que la escasez de presupuesto resulta evidente.
Las interpretaciones, en su conjunto, resultan aceptables.
1 de agosto de 2020
1 de agosto de 2020
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Desplazados - Stateless
“Desplazados” es una miniserie australiana de 6 episodios que corta el aliento y nos parte el corazón, sobre todo cuando nos informan de que los hechos que presenciamos no se han originado en la imaginación de un brillante guionista sino que responden a una realidad tan angustiosa y deprimente que parecen ficción. Han pasado 20 años desde el comienzo del nuevo siglo y continuamos caminado en la dirección equivocada. En el año 2000, cuando se desarrolla la trama y al igual que hoy, millones de refugiados huían del hambre y de los horrores de la guerra que asolaban sus países de origen con la esperanza de encontrar un futuro y una vida mejor en los paraísos occidentales. En ese largo éxodo de final incierto se embarcaban millones de infelices arriesgando sus propias vidas y la de sus esposas e hijos. Sólo un reducido número de ellos conseguía finalmente su objetivo después de sortear todo tipo de peligros, incluyendo a las mafias que no sólo les despojaban de lo poco que tenían sino que, en muchas ocasiones, les abandonaban a su suerte. Pero los más privilegiados, aquellos que vislumbraron su radiante Ítaca y permearon sus sagradas fronteras, ignoraban el nuevo infierno que les aguardaba.
Esta descarnada historia tiene lugar en algún lugar del desierto australiano. Llegados de Afganistán, Pakistán y otros zonas limítrofes, emigrantes mulsulmanes son confinados bajo un sol abrasador en campos de concentración protegidos por vallas insalvables. Humillados, despojados de derechos, privados de dignidad y tratados como animales por guardianes poco escrupulosos, esperan que el Departamento de Inmigración de Australia decida su destino. Muchos permanecen durante años atrapados en un tortuguismo burocrático deliberadamente lento con la única finalidad de dificultar su normalización. En medio de esta insoportable pesadilla, la desesperacion y la rabia se apoderan de ellos y algunos brotes de insurrección rompen la tensa calma del recinto para de inmediato ser brutalmente sofocados por sus implacables carceleros.
Y en este limbo siniestro, debido a un incomprensible error administrativo, cayó la joven Cornelia Rau, nacida en Alemania. Cuando apenas contaba con 18 meses de edad, sus padres emigraron a Australia para reiniciar una nueva vida. Sobre la bellísima actriz australiana Yvonne Strahovski recae la responsabilidad de interpretar a Cornelia -afectada de un grave trastorno mental- que por razones que este cronista desconoce recibe en la serie el nombre de Sofia Werner. Su trabajo es sobrecogedor, nos transmite todo el dolor y sufrimiento que esta criatura padece, su situación de indefensión, el grado de degradación y trato inhumano a la que durante más de seis meses fue sometida antes de ser liberada. Y lo hace con tal realismo y convicción, inspira tal compasión, que uno es incapaz de desentenderse de la tensión dramática que inyecta a su personaje.
Y hoy, dos décadas después, la situación no ha cambiado. Al contrario, mientras miramos hacia otro lado, un ejército aún mayor grita aterrado, golpea desesperadamente el muro de nuestras fronteras y malvive hacinado en porquerizos insalubres, carentes de higiene y de un mínimo de servicios e impropios para cualquier ser humano. Newton nos demostró que cada acción tiene su reacción, un ley física que también encuentra su aplicación en la conducta humana. Así que ojo, no vaya a ser que un día seamos nosotros los que llamemos a las puertas de aquellos que hoy olvidamos.
Emilio Castelló Barreneche
“Desplazados” es una miniserie australiana de 6 episodios que corta el aliento y nos parte el corazón, sobre todo cuando nos informan de que los hechos que presenciamos no se han originado en la imaginación de un brillante guionista sino que responden a una realidad tan angustiosa y deprimente que parecen ficción. Han pasado 20 años desde el comienzo del nuevo siglo y continuamos caminado en la dirección equivocada. En el año 2000, cuando se desarrolla la trama y al igual que hoy, millones de refugiados huían del hambre y de los horrores de la guerra que asolaban sus países de origen con la esperanza de encontrar un futuro y una vida mejor en los paraísos occidentales. En ese largo éxodo de final incierto se embarcaban millones de infelices arriesgando sus propias vidas y la de sus esposas e hijos. Sólo un reducido número de ellos conseguía finalmente su objetivo después de sortear todo tipo de peligros, incluyendo a las mafias que no sólo les despojaban de lo poco que tenían sino que, en muchas ocasiones, les abandonaban a su suerte. Pero los más privilegiados, aquellos que vislumbraron su radiante Ítaca y permearon sus sagradas fronteras, ignoraban el nuevo infierno que les aguardaba.
Esta descarnada historia tiene lugar en algún lugar del desierto australiano. Llegados de Afganistán, Pakistán y otros zonas limítrofes, emigrantes mulsulmanes son confinados bajo un sol abrasador en campos de concentración protegidos por vallas insalvables. Humillados, despojados de derechos, privados de dignidad y tratados como animales por guardianes poco escrupulosos, esperan que el Departamento de Inmigración de Australia decida su destino. Muchos permanecen durante años atrapados en un tortuguismo burocrático deliberadamente lento con la única finalidad de dificultar su normalización. En medio de esta insoportable pesadilla, la desesperacion y la rabia se apoderan de ellos y algunos brotes de insurrección rompen la tensa calma del recinto para de inmediato ser brutalmente sofocados por sus implacables carceleros.
Y en este limbo siniestro, debido a un incomprensible error administrativo, cayó la joven Cornelia Rau, nacida en Alemania. Cuando apenas contaba con 18 meses de edad, sus padres emigraron a Australia para reiniciar una nueva vida. Sobre la bellísima actriz australiana Yvonne Strahovski recae la responsabilidad de interpretar a Cornelia -afectada de un grave trastorno mental- que por razones que este cronista desconoce recibe en la serie el nombre de Sofia Werner. Su trabajo es sobrecogedor, nos transmite todo el dolor y sufrimiento que esta criatura padece, su situación de indefensión, el grado de degradación y trato inhumano a la que durante más de seis meses fue sometida antes de ser liberada. Y lo hace con tal realismo y convicción, inspira tal compasión, que uno es incapaz de desentenderse de la tensión dramática que inyecta a su personaje.
Y hoy, dos décadas después, la situación no ha cambiado. Al contrario, mientras miramos hacia otro lado, un ejército aún mayor grita aterrado, golpea desesperadamente el muro de nuestras fronteras y malvive hacinado en porquerizos insalubres, carentes de higiene y de un mínimo de servicios e impropios para cualquier ser humano. Newton nos demostró que cada acción tiene su reacción, un ley física que también encuentra su aplicación en la conducta humana. Así que ojo, no vaya a ser que un día seamos nosotros los que llamemos a las puertas de aquellos que hoy olvidamos.
Emilio Castelló Barreneche
10 de noviembre de 2020
10 de noviembre de 2020
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ya conocía a esta bella actriz de verla en “24”, "Dexter" y “El cuento de la criada”. Pero en esta miniserie australiana le han dado un papel protagonista complejo, que le permite lucirse en una actuación descomunal.
A Sofie no le he cogido el punto al principio, pues es un tanto misteriosa. Es una persona perdida, “mercancía dañada”, que se está buscando a sí misma y no es feliz. Por una historia que al principio está poco clara, termina como inmigrante ilegal en un campamento de refugiados.
Allí se cruzan varias vidas, al estilo de ciertas películas de Alejandro González Iñárritu (saltos temporales incluidos), donde una vez más somos testigos del egoísmo y las desigualdades de un mundo supuestamente globalizado.
Debo reconocer que el primer episodio no me terminaba de convencer. A un ritmo lento y un guion que no termina de arrancar, mostrando las diferencias entre la opulencia occidental y la miseria del tercer mundo, unimos alguna que otra secuencia poco interesante, como por ejemplo la actuación de Cate Blanchett cantando en ese festival. Después se demuestra que todos estos prólogos son necesarios para entender la historia en su conjunto, que, por cierto, dicen que está basada en hechos reales.
Se hace bastante raro ver a “Galadriel” en un papel tan secundario. Se ve que no han querido centrarse en una actriz tan famosa, en favor de una historia importante y que refleja el drama de muchas personas anónimas que cruzan fronteras por desesperación.
Y creo que incluso se queda corta en lo que tienen que ser las condiciones de vida de este tipo de campamentos donde se hacinan estas personas esperando unos trámites burocráticos que no llegan durante mucho tiempo. Pero supongo que la serie se ciñe a lo que pasó en realidad en ese centro australiano.
Sin duda, trata un tema importante que muchas personas solo lo ven desde la lejanía y el partidismo de las noticias televisivas. Es necesario que haya series como esta para darnos que pensar y ponernos en la piel de estas desgraciadas personas.
La historia personal de Sofie, al final es una excusa para ver esa realidad desde otro punto de vista. Pero, como digo al principio, sirve para que Yvonne Strahovski se haga merecedora de un premio por su interpretación.
Es una miniserie interesante y bien hecha que, además, es tan corta que no hay motivo para no llegar a verla entera. Creo que merece la pena, siendo tan solo de 6 episodios de menos de una hora, a pesar de la ingente oferta que tenemos hoy en día.
A Sofie no le he cogido el punto al principio, pues es un tanto misteriosa. Es una persona perdida, “mercancía dañada”, que se está buscando a sí misma y no es feliz. Por una historia que al principio está poco clara, termina como inmigrante ilegal en un campamento de refugiados.
Allí se cruzan varias vidas, al estilo de ciertas películas de Alejandro González Iñárritu (saltos temporales incluidos), donde una vez más somos testigos del egoísmo y las desigualdades de un mundo supuestamente globalizado.
Debo reconocer que el primer episodio no me terminaba de convencer. A un ritmo lento y un guion que no termina de arrancar, mostrando las diferencias entre la opulencia occidental y la miseria del tercer mundo, unimos alguna que otra secuencia poco interesante, como por ejemplo la actuación de Cate Blanchett cantando en ese festival. Después se demuestra que todos estos prólogos son necesarios para entender la historia en su conjunto, que, por cierto, dicen que está basada en hechos reales.
Se hace bastante raro ver a “Galadriel” en un papel tan secundario. Se ve que no han querido centrarse en una actriz tan famosa, en favor de una historia importante y que refleja el drama de muchas personas anónimas que cruzan fronteras por desesperación.
Y creo que incluso se queda corta en lo que tienen que ser las condiciones de vida de este tipo de campamentos donde se hacinan estas personas esperando unos trámites burocráticos que no llegan durante mucho tiempo. Pero supongo que la serie se ciñe a lo que pasó en realidad en ese centro australiano.
Sin duda, trata un tema importante que muchas personas solo lo ven desde la lejanía y el partidismo de las noticias televisivas. Es necesario que haya series como esta para darnos que pensar y ponernos en la piel de estas desgraciadas personas.
La historia personal de Sofie, al final es una excusa para ver esa realidad desde otro punto de vista. Pero, como digo al principio, sirve para que Yvonne Strahovski se haga merecedora de un premio por su interpretación.
Es una miniserie interesante y bien hecha que, además, es tan corta que no hay motivo para no llegar a verla entera. Creo que merece la pena, siendo tan solo de 6 episodios de menos de una hora, a pesar de la ingente oferta que tenemos hoy en día.
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