El buen maestro
2017 

6,2
2.377
Comedia. Drama
François Foucault, de cuarenta años, es profesor de literatura en el prestigioso instituto de París, Henri IV. Una serie de circunstancias le obligan a dejar su puesto y a aceptar una plaza en un instituto del extrarradio de la ciudad, en una zona conflictiva. François se teme lo peor. (FILMAFFINITY)
2 de abril de 2018
2 de abril de 2018
12 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
El tema del aprendizaje de los alumnos de los suburbios de las grandes ciudades es bastante complicado y se ha reflejado en multitud de películas. El director francés Olivier Ayache-Vidal ha escrito un buen guión a partir de una historia de Ludovic du Clary con momentos muy reflexivos de lo que es la enseñanza y la implicación de los profesores en ella, sobre todo en estos colegios donde los niños tienen tantos problemas.
Denis Podalydes construye un buen personaje de un maestro de lengua de una prestigiosa universidad de París que por un curioso error acaba dando clase en un colegio de las afueras, ahí demostrará su buen corazón y da una lección de esperanza a un grupo de chavales con muy poca ilusión y poco futuro en sus vidas.
Seydou su alumno más conflictivo está interpretado por Abdoulaye Diallo y también aparece en un papel más pequeño Lea Drucker que tiene pendiente de estrenar la gran película "Custodia Compartida"
Un buen relato inteligente y crítico de la docencia así como un gran homenaje a un trabajo tan difícil y tan imprescindible en nuestras vidas , que como su título original indica "Grandes Espíritus"no se sabe bien si va por los alumnos o el profesorado.
Destino Arrakis.com
Denis Podalydes construye un buen personaje de un maestro de lengua de una prestigiosa universidad de París que por un curioso error acaba dando clase en un colegio de las afueras, ahí demostrará su buen corazón y da una lección de esperanza a un grupo de chavales con muy poca ilusión y poco futuro en sus vidas.
Seydou su alumno más conflictivo está interpretado por Abdoulaye Diallo y también aparece en un papel más pequeño Lea Drucker que tiene pendiente de estrenar la gran película "Custodia Compartida"
Un buen relato inteligente y crítico de la docencia así como un gran homenaje a un trabajo tan difícil y tan imprescindible en nuestras vidas , que como su título original indica "Grandes Espíritus"no se sabe bien si va por los alumnos o el profesorado.
Destino Arrakis.com
19 de abril de 2018
19 de abril de 2018
6 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
El trabajo de los jóvenes actores en esta película es el principal reclamo para su visionado. Todos no profesionales y Fina reflexión sobre las carencias de los alumnos de los suburbios franceses y de cómo un buen motivador puede sacar oro de aparentes fracasados. La constancia y sobre todo el cariño de este profesor harán maravillas y despertarán la ilusión en aquellos que hasta entonces vivían en la apatía y el desánimo.
En el pero los temas que trata, siendo muy potentes, quedan simplemente esbozados y no se perfilan. Con todo la película mantiene el interés en todo momento, es entretenida y con buenas gotas de humor.
En el pero los temas que trata, siendo muy potentes, quedan simplemente esbozados y no se perfilan. Con todo la película mantiene el interés en todo momento, es entretenida y con buenas gotas de humor.
23 de abril de 2018
23 de abril de 2018
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta blanca y educadora película cumple el estereotipo de necesidad explicativa, pero en el fondo por su sencillez agrada y aprueba sin problemas los momentos críticos. Su acierto es no caer en el drama y hacer creíble esa 'salida de la caverna' del protagonista, que haya la luz de una forma abrupta y descaradamente casual. En esa representación platónica de la conciencia adquirida vemos que Denis Podalydès brilla, con sinceridad apocada, pero con resultado intenso y gracioso. Cuando masticar todo lo descubierto en un tiempo inadecuado forma parte de la expresividad de la normalidad acabamos creyéndonos a los personajes. Vivaz y con subtramas intensas compartimos esa necesidad de rotura dogmática del sistema educativo, como crítica de los malos hábitos. En su mezcla de trasfondo político y educador, sobresale el caso filmado, como ejemplo u oda a cada caso particular que hace vibrar a cada uno de nosotros. Todos tenemos ese profesor Foucault que nos acompañará en el fondo de nuestra infancia.
17 de febrero de 2019
17 de febrero de 2019
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Quede claro desde el principio: El buen maestro es un cuento de hadas, y poco o nada tendrá que ver con lo que se cuece en esos suburbios marginales de las grandes ciudades francesas. Según un amigo, director de instituto, es un poco empalagosa. Repasemos:
François Foucault (nada menos) es profesor de literatura francesa en un prestigioso instituto de París, situado en una zona que podríamos comparar con Pedralbes o la Bonanova. Por una serie de malentendidos, acaba siendo destinado a un programa piloto de mejora pedagógica en un lugar similar a Ciudad Meridiana o Singuerlín, para entendernos. Pasa de una pulcra aula de alumnos atentos y disciplinados a un territorio poblado por seres de razas, credos, colores, idiomas y perspectivas vitales muy distintas. Sus compañeros docentes son más jóvenes y están hasta los huevos, de modo que utilizan el consejo disciplinario y la expulsión temporal o definitiva con alegre desparpajo. Nuestro héroe, hombre consciente y serio en su profesión, no sólo ha de enfrentarse a los vándalos de su clase, sino a sus propios colegas, puesto que su misión es transmitir otro tipo de mensaje pedagógico en ese instituto. Aquí es cuando el director y guionista, Olivier Ayache-Vidal, en su primer largo, se interna en la comedia costumbrista, con toques más o menos melodramáticos, para explicarnos las angustias de Foucault y su peculiar relación con el niño travieso de la clase. Y la comedia funciona, de acuerdo. No hay exceso de azúcar, las trampas tendidas al espectador de lágrima fácil pueden esquivarse, y las interpretaciones son correctas en todo momento, tanto por parte de Podalydès como de los secundarios. ¿Podría haber ahondado más en esta triste problemática de los barrios tipo gueto, sacado a la luz el hambre, el dolor, la falta de esperanzas, la ira y el odio de una población segregada por su color y la escasez de recursos? Por supuesto. Pero no nos movemos en los parámetros de la sensacional Ça commence aujourd'hui, la conmovedora obra maestra de Bertrand Tavernier, para mí lo mejor que se ha rodado jamás sobre la problemática del enseñante. El buen maestro es una película de buen rollito, y su mensaje parece ser que no hay nada como buenos profesores para pacificar las aulas. Es posible, aunque yo me decante por una mejora radical de las diferencias sociales. En cualquier caso, constituye un ejemplo más de ese cine galo que resulta imposible impugnar. Merece el visionado.
François Foucault (nada menos) es profesor de literatura francesa en un prestigioso instituto de París, situado en una zona que podríamos comparar con Pedralbes o la Bonanova. Por una serie de malentendidos, acaba siendo destinado a un programa piloto de mejora pedagógica en un lugar similar a Ciudad Meridiana o Singuerlín, para entendernos. Pasa de una pulcra aula de alumnos atentos y disciplinados a un territorio poblado por seres de razas, credos, colores, idiomas y perspectivas vitales muy distintas. Sus compañeros docentes son más jóvenes y están hasta los huevos, de modo que utilizan el consejo disciplinario y la expulsión temporal o definitiva con alegre desparpajo. Nuestro héroe, hombre consciente y serio en su profesión, no sólo ha de enfrentarse a los vándalos de su clase, sino a sus propios colegas, puesto que su misión es transmitir otro tipo de mensaje pedagógico en ese instituto. Aquí es cuando el director y guionista, Olivier Ayache-Vidal, en su primer largo, se interna en la comedia costumbrista, con toques más o menos melodramáticos, para explicarnos las angustias de Foucault y su peculiar relación con el niño travieso de la clase. Y la comedia funciona, de acuerdo. No hay exceso de azúcar, las trampas tendidas al espectador de lágrima fácil pueden esquivarse, y las interpretaciones son correctas en todo momento, tanto por parte de Podalydès como de los secundarios. ¿Podría haber ahondado más en esta triste problemática de los barrios tipo gueto, sacado a la luz el hambre, el dolor, la falta de esperanzas, la ira y el odio de una población segregada por su color y la escasez de recursos? Por supuesto. Pero no nos movemos en los parámetros de la sensacional Ça commence aujourd'hui, la conmovedora obra maestra de Bertrand Tavernier, para mí lo mejor que se ha rodado jamás sobre la problemática del enseñante. El buen maestro es una película de buen rollito, y su mensaje parece ser que no hay nada como buenos profesores para pacificar las aulas. Es posible, aunque yo me decante por una mejora radical de las diferencias sociales. En cualquier caso, constituye un ejemplo más de ese cine galo que resulta imposible impugnar. Merece el visionado.
22 de abril de 2018
22 de abril de 2018
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Está bien, se ve con facilidad y el tono de comedia le va muy bien. El tema está un poco manido: profe competente, maduro, que se ve destinado a la fuerza a un colegio del extrarradio de Paris, con chicos ingobernables, la mayoría inmigrantes desadaptados que no quieren aprender nada si hay que hacer un esfuerzo. Pero él les convencerá y se los meterá en el bolsillo. Nos recuerda otros muchos títulos de temática similar. Interesante la relación entre profes.
Nevathen
Nevathen
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