Sexo en Nueva York 2
2010 

4,4
11.008
Romance. Comedia
La trama de la secuela de la serie gira en torno a la vida de recién casados de Carrie (Sarah Jessica Parker) y Big (Chris Noth), así como de las esporádicas tentaciones que podrían arruinar su matrimonio. Charlotte (Kristin Davis) tiene que apañárselas como mamá, Miranda (Cynthia Nixon) cambia de carrera y Samantha (Kim Cattrall) vuelve a ver a Smith, que acaba de rodar una pelicula en el desierto en los Emiratos Árabes Unidos. (FILMAFFINITY) [+]
3 de junio de 2010
3 de junio de 2010
96 de 131 usuarios han encontrado esta crítica útil
Carrie (AKA la momia), se rumorea que tiene más de cinco mil años de edad, por eso se mantiene permanentemente activa, por miedo a caer en el sueño eterno. Posee un fuerte poder de atracción hacia los hombres, hecho al que ningún científico ha logrado todavía darle un fundamento racional. Samantha (AKA la ninfómana), su apetito sexual es insaciable; su existencia gira en torno a la caza del próximo pene. Charlotte (AKA la estresada), recientes estudios han demostrado que si sus nervios pudieran transformarse en energía eléctrica, sería capaz de alimentar toda la costa este estadounidense... también la oeste cuando alguien mancha su ropa. Miranda (AKA el bulto) siempre lista para apoyar a sus seres queridos y ser ignorada por ellos... la amiga perfecta.
Dicho de otra manera, y citando a Brian Griffin, vuelven “las tres furcias y su madre”. Hasta aquí la breve guía para los insensatos que decidan iniciarse ahora en el fabuloso mundo de ‘Sexo en Nueva York’. Insensatos por caer en la trampa preparada por el director y guionista Michael Patrick King, que no tiene ni un pelo de tonto. Sus dos películas sobre tan distinguido grupo de damiselas podrán ser horribles -y lo son-, pero tanto en la una como en la otra sobresalen dos virtudes: inteligencia y lealtad. Hablamos de la inteligencia del buen exprimidor, porque tiene mucho mérito seguirle sacando jugo a una idea que lleva largo tiempo obsoleta, y que basaba su encanto -porque en su momento lo tuvo- en romper diversos tabúes desde la pequeña pantalla a base de situaciones picantillas. Fin.
A partir de aquí, y una vez superados los prejuicios del siglo pasado, poco más tenía que ofrecer la serie. Sólo el saber qué sería de las vidas de las protagonistas. Estamos pues en el oscuro reino del marujeo, en el que la primicia del año puede ser perfectamente el cambio de look de la vedette de turno. Esto nos lleva a la segunda virtud de ‘Sexo en Nueva York 2’: la lealtad. Una fidelidad extrema a los valores que han marcado la franquicia (todavía auspiciada por el sello HBO... esto es vergüenza ajena y lo demás son tonterías) en sus últimas apariciones. El Sr. Patrick King no engaña a nadie... y quien ose acercarse a ver este desfile que oscila entre lo chic y lo freak, ya sabe a lo que va. Va a ver las dos horas y media más largas de los últimos años; va a ver uno de los espectáculos más odiosos que se puedan concebir.
Dicho de otra manera, y citando a Brian Griffin, vuelven “las tres furcias y su madre”. Hasta aquí la breve guía para los insensatos que decidan iniciarse ahora en el fabuloso mundo de ‘Sexo en Nueva York’. Insensatos por caer en la trampa preparada por el director y guionista Michael Patrick King, que no tiene ni un pelo de tonto. Sus dos películas sobre tan distinguido grupo de damiselas podrán ser horribles -y lo son-, pero tanto en la una como en la otra sobresalen dos virtudes: inteligencia y lealtad. Hablamos de la inteligencia del buen exprimidor, porque tiene mucho mérito seguirle sacando jugo a una idea que lleva largo tiempo obsoleta, y que basaba su encanto -porque en su momento lo tuvo- en romper diversos tabúes desde la pequeña pantalla a base de situaciones picantillas. Fin.
A partir de aquí, y una vez superados los prejuicios del siglo pasado, poco más tenía que ofrecer la serie. Sólo el saber qué sería de las vidas de las protagonistas. Estamos pues en el oscuro reino del marujeo, en el que la primicia del año puede ser perfectamente el cambio de look de la vedette de turno. Esto nos lleva a la segunda virtud de ‘Sexo en Nueva York 2’: la lealtad. Una fidelidad extrema a los valores que han marcado la franquicia (todavía auspiciada por el sello HBO... esto es vergüenza ajena y lo demás son tonterías) en sus últimas apariciones. El Sr. Patrick King no engaña a nadie... y quien ose acercarse a ver este desfile que oscila entre lo chic y lo freak, ya sabe a lo que va. Va a ver las dos horas y media más largas de los últimos años; va a ver uno de los espectáculos más odiosos que se puedan concebir.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Una de las paradojas más célebres de la administración Bush Jr. consistía en que no había ninguna otra cosa en el mundo que alimentara tanto el antiamericanismo como un buen discurso... del propio Presidente. Algo similar puede decirse de este filme y el mundo con el que nos pretende deslumbrar. En otras palabras, después de ver tamaño despropósito, se me hace difícil pensar en una justificación mejor de los postulados marxistas. Y ya que la cosa va de series televisivas, olvídense de aquella cúspide de la civilización que supone la década de los sesenta retratada por la excelente ‘Mad Men’. Allí el lujo está gobernado por mentes retrógradas y misóginas, pero a la vez brillantes y fascinantes. Los hombres detrás de la cortina -de humo- realmente son merecedores de esta posición privilegiada.
Volviendo a la cruda realidad, ¿saben las rentas de 100.000 euros a las que quieren gravar todavía más ciertas autonomías? Pues los que poseen esta cantidad de dinero no son nadie al lado de la troupe de divas neoyorquinas. Aviones con suites y con coctelerías, apartamentos modestos con un armario (lleno a rebosar de complementos carísimos, obviamente) en el que podrían vivir varias familias, pantallas de plasma por doquier, etc. Todo se dispara cuando llegamos a Abu Dhabi, “el nuevo Oriente Próximo”; la madre de todas las conquistas del capitalismo más despilfarrador. Una limusina para cada amiga, servicio de esclavos durante las veinticuatro horas del día, piscinas salidas de la nada y una población autóctona dispuesta a deleitar a los visitantes con sus troglodíticas costumbres (aviso para las turistas de clase business: eviten la tentación de arrojarles comida, podrían ofenderse). ¿De dónde sale el dinero para pagar todo esto? No sabe, no contesta. ¿Con qué derecho se ha ganado esta gentuza el paraíso terrenal? Pasapalabra.
Sé que estas reflexiones están algo fuera de lugar en una comedia de corte tan ligero, pero no tanto como la incomprensible idea de poner a Sarah Jessica Parker al frente de un monumento tan desvergonzado a la belleza exterior (seguimos con el hilo de las paradojas). Hay que entender que estos desvaríos no son más que un intento desesperado para tratar de mantener el cerebro activo antes que rendirse a la tortura en forma de diarrea mental de Carrie y compañía. Así que quien busque en ‘Sexo en Nueva York 2’ algo que no sean problemas irrisorios, humor snob rancio y egocentrismo desmesurado, debe saber que ha cometido un gravísimo error a la hora de elegir destino.
Volviendo a la cruda realidad, ¿saben las rentas de 100.000 euros a las que quieren gravar todavía más ciertas autonomías? Pues los que poseen esta cantidad de dinero no son nadie al lado de la troupe de divas neoyorquinas. Aviones con suites y con coctelerías, apartamentos modestos con un armario (lleno a rebosar de complementos carísimos, obviamente) en el que podrían vivir varias familias, pantallas de plasma por doquier, etc. Todo se dispara cuando llegamos a Abu Dhabi, “el nuevo Oriente Próximo”; la madre de todas las conquistas del capitalismo más despilfarrador. Una limusina para cada amiga, servicio de esclavos durante las veinticuatro horas del día, piscinas salidas de la nada y una población autóctona dispuesta a deleitar a los visitantes con sus troglodíticas costumbres (aviso para las turistas de clase business: eviten la tentación de arrojarles comida, podrían ofenderse). ¿De dónde sale el dinero para pagar todo esto? No sabe, no contesta. ¿Con qué derecho se ha ganado esta gentuza el paraíso terrenal? Pasapalabra.
Sé que estas reflexiones están algo fuera de lugar en una comedia de corte tan ligero, pero no tanto como la incomprensible idea de poner a Sarah Jessica Parker al frente de un monumento tan desvergonzado a la belleza exterior (seguimos con el hilo de las paradojas). Hay que entender que estos desvaríos no son más que un intento desesperado para tratar de mantener el cerebro activo antes que rendirse a la tortura en forma de diarrea mental de Carrie y compañía. Así que quien busque en ‘Sexo en Nueva York 2’ algo que no sean problemas irrisorios, humor snob rancio y egocentrismo desmesurado, debe saber que ha cometido un gravísimo error a la hora de elegir destino.
8 de junio de 2010
8 de junio de 2010
50 de 59 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Me encanta cómo visten las mujeres árabes ricas... ¿cómo hará esa de ahí para comerse las patatas fritas por debajo del chador? ¡Ya tiene que gustarle la comida rápida!".
Es toda la carne en el asador que ha puesto el guionista de esta secuela, no cinematográfica, sino física por la dolorosa autolesión que durante dos horas y media se infringe sobre aquella entretenida serie, herida mortal de necesidad.
Asombroso.
Es toda la carne en el asador que ha puesto el guionista de esta secuela, no cinematográfica, sino física por la dolorosa autolesión que durante dos horas y media se infringe sobre aquella entretenida serie, herida mortal de necesidad.
Asombroso.
5 de junio de 2010
5 de junio de 2010
52 de 73 usuarios han encontrado esta crítica útil
Teniendo en cuenta que...
1) A la película le sobran entre media hora y tres cuartos (¿no habíamos quedado en que las comedias tienen que durar hora y media, porque si no es imposible mantener el ritmo?)
2) Nueva York, "la quinta chica" de la serie, no sale ni por el forro. (¡La sustituyen por Abu Dhabi, que parece un decorado de película árabe de serie B!)
3) Carrie está más pesada que nunca y en varios momentos pides a dios que Big la estrangule, para no seguir soportando sus teorías sobre cómo debe ser una pareja.
4) El apartamento de casados de Carrie y Big tiene menos glamour que un piso piloto de El Pocero (¡atentos al puf turquesa en el que se arrodilla Carrie para su escena final a lo geisha!)
5) Penélope Cruz aparece con cuatro o cinco kilos de más y luciendo unas dotes escénicas más propias de culebrón venezolano que de superestreno de Hollywood (A "La hija del ferretero" le sale Alcobendas por los cuatro costados, y mira que me gusta a mí Alcobendas ¿eh?)
6) Liza Minnelli está tan operada que parece la madre de Gollum.
7) En algunos primeros planos, la tocha de Sarah Jessica Parker canta tanto que uno la confunde con Bette Midler
8) Vuelve a salir el anillo famoso de compromiso que tanto les gusta a los yanquis..¡y que tanto nos da por saco a los españoles!
9) Las cuatro reinas del bótox se escandalizan de la moral sexual vigente en Oriente Medio pero en cambio explotan, hasta dejarlos exhaustos, a los cuatro sirvientes–esclavos que el jeque de Abu Dhabi pone a su servicio.
10) La banda sonora "orientalizante" que se escucha en Abu Dhabi parece una versión para coches de choque de Lawrence de Arabia.
Teniendo en cuenta todo esto: yo, que me aburrí como un oso en la primera, he disfrutado como un mandril salido en esta segunda.
1) A la película le sobran entre media hora y tres cuartos (¿no habíamos quedado en que las comedias tienen que durar hora y media, porque si no es imposible mantener el ritmo?)
2) Nueva York, "la quinta chica" de la serie, no sale ni por el forro. (¡La sustituyen por Abu Dhabi, que parece un decorado de película árabe de serie B!)
3) Carrie está más pesada que nunca y en varios momentos pides a dios que Big la estrangule, para no seguir soportando sus teorías sobre cómo debe ser una pareja.
4) El apartamento de casados de Carrie y Big tiene menos glamour que un piso piloto de El Pocero (¡atentos al puf turquesa en el que se arrodilla Carrie para su escena final a lo geisha!)
5) Penélope Cruz aparece con cuatro o cinco kilos de más y luciendo unas dotes escénicas más propias de culebrón venezolano que de superestreno de Hollywood (A "La hija del ferretero" le sale Alcobendas por los cuatro costados, y mira que me gusta a mí Alcobendas ¿eh?)
6) Liza Minnelli está tan operada que parece la madre de Gollum.
7) En algunos primeros planos, la tocha de Sarah Jessica Parker canta tanto que uno la confunde con Bette Midler
8) Vuelve a salir el anillo famoso de compromiso que tanto les gusta a los yanquis..¡y que tanto nos da por saco a los españoles!
9) Las cuatro reinas del bótox se escandalizan de la moral sexual vigente en Oriente Medio pero en cambio explotan, hasta dejarlos exhaustos, a los cuatro sirvientes–esclavos que el jeque de Abu Dhabi pone a su servicio.
10) La banda sonora "orientalizante" que se escucha en Abu Dhabi parece una versión para coches de choque de Lawrence de Arabia.
Teniendo en cuenta todo esto: yo, que me aburrí como un oso en la primera, he disfrutado como un mandril salido en esta segunda.
6 de junio de 2010
6 de junio de 2010
31 de 34 usuarios han encontrado esta crítica útil
Desde luego antes de ir al encuentro con "las chicas" sabía que no encontraría ese grupo de amigas originales que me deslumbraban con sus aventuras cotidianas y que me enseñaban la fuerza de lo que es ser mujer pero también su fragilidad y miedos. Sexo en Nueva York 2 aún se aleja más que la versión 1 de todo lo cosechado durante años en la pequeña pantalla. Está carente de principios más ahora en los tiempos de crisis económica que vivimos, con una alegoría al despilfarro absoluto de dinero y al mundo capitalista elevado a la enésima potencia. Lo que antes acompañaba a las amigas en sus vicios por las compras y caprichitos de lujo, ahora monopoliza su atención hasta hacernos ver a cuatro mujeres ultra superficiales.
Pero lo que más duele, para un seguidor de la serie durante años, es que al final Carrie se transforma en todo aquello que criticaba en sus años de soltería. Aquellas mujeres que renunciaban a sus "yo" por un matrimonio, un hombre, una casa que mantener, una tradición. Por más que intente camuflar en originalidad su matrimonio, sigue siendo el cuento del príncipe azul. Por no decir que intentar hacernos creer que el paso del tiempo les va a dar de lado a ellas, solo hace más irreal la historia. Me refiero en concreto a Samantha, que es en la serie uno de los personajes más originales y que genera afinidad por sus descaros y su disfrute de la libertad sexual, que ahora resulta ridícula y carente de todo sentido.
En definitiva, las chicas se hacen mayores (como había leído en alguna crítica) y nos van a hacer apreciar aún más si cabe la maravilla de aquellos años donde una vez por semana, un grupo de chicas nos enseñaban sus desengaños, fracasos, victorias y sobre todo el descaro de contar lo que hasta ese momento todo el mundo tenía en la cabeza pero a nadie se le había ocurrido convertirlo en guía para hombres y reflejo de sentimientos para las mujeres.
Pero lo que más duele, para un seguidor de la serie durante años, es que al final Carrie se transforma en todo aquello que criticaba en sus años de soltería. Aquellas mujeres que renunciaban a sus "yo" por un matrimonio, un hombre, una casa que mantener, una tradición. Por más que intente camuflar en originalidad su matrimonio, sigue siendo el cuento del príncipe azul. Por no decir que intentar hacernos creer que el paso del tiempo les va a dar de lado a ellas, solo hace más irreal la historia. Me refiero en concreto a Samantha, que es en la serie uno de los personajes más originales y que genera afinidad por sus descaros y su disfrute de la libertad sexual, que ahora resulta ridícula y carente de todo sentido.
En definitiva, las chicas se hacen mayores (como había leído en alguna crítica) y nos van a hacer apreciar aún más si cabe la maravilla de aquellos años donde una vez por semana, un grupo de chicas nos enseñaban sus desengaños, fracasos, victorias y sobre todo el descaro de contar lo que hasta ese momento todo el mundo tenía en la cabeza pero a nadie se le había ocurrido convertirlo en guía para hombres y reflejo de sentimientos para las mujeres.
6 de junio de 2010
6 de junio de 2010
30 de 36 usuarios han encontrado esta crítica útil
Por desgracia acabo de malgastar 7,5 euros de mi pobretona y triste vida, en la que no tengo un iPhone ni visto de Dior, en ver un film que no tiene ni pies ni cabeza desde principio a fin. Entiendo que sea una secuela de una serie que ha luchado por los derechos de la mujer hasta más no poder, pero es totalmente innecesario el lujo y el materialismo en el que se ve envuelto, por no hablar de la superficialidad que caracteriza a los personajes con esculpidos cuerpos de gimnasio.
El guión es pésimo, el diálogo escaso, los tópicos constantes, la historia surrealista y la publicidad abrumadora. Que disfrutes tus dos horas y media.
El guión es pésimo, el diálogo escaso, los tópicos constantes, la historia surrealista y la publicidad abrumadora. Que disfrutes tus dos horas y media.
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