The 4:30 Movie
5,1
80
Comedia
En el verano de 1986, tres amigos de dieciséis años pasan los sábados colándose en las películas del cineplex local. Cuando uno de ellos invita a la chica de sus sueños a ver una película para adultos, un director de cine engreído y las rivalidades entre adolescentes interfieren en sus planes. (FILMAFFINITY)
9 de noviembre de 2024
9 de noviembre de 2024
6 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hasta aquí llegamos. La misma historia de siempre, una voz innovadora en los noventa, que ya estaba marchita (a excepción de Red State, todo lo hecho por Smith desde Una Chica de Jersey es bastante lamentable) y que es ALTAMENTE INCAPAZ de conectar con el momento actual.
Y algunos dirán ¿Por qué ver el filme si no gustaron los anteriores?
Pues porque la mayoría de errores de Smith venían de propuestas pseudo-ficticias (Yoga Hosers) o de cagarse en sus obras previas paridas. Y Clerks 3, siendo para mí otra película insuficiente, si que tenía ALGO de sustancia. Esto sin embargo, es una idea de partida sobre la juventud en la época de Smith. En otras palabras, podría haber sido ALGO LEJANO a volver a terrenos que este señor dominaba en los noventa.
Pero lo de este filme es funesto. Ya no es que esté poco inspirado, que TODOS LOS DIÁLOGOS vayan de cine o que el exceso de cameos evite que uno pueda cogerle cariño a los protagonistas dado que está más focalizada en la aparición de turno con chiste. Es que aquí no hay una historia.
Entiendo que Smith ha querido hacer un Dazed and Confused, pero se ha pegado un tiro en el pie.
Los diálogos son francamente lamentables. Y ya no solo me refiero a bromas que parecen paridas en los cincuenta (Long y lo del clímax) sino que en general, todo son bromas de preadolescente y diálogos de cine.
Reitero, en Clerks había solo una mención cinéfila, en referencia a la gente que no tenía ni pajolera idea de cine y creía que Navy Seals iba a ser la caña. Esa broma vale más que todas las de esta película junta.
Ni siquiera la clásica de los trailers ficticios le funciona. Es que esto está MUY POCO TRABAJADO.
Y en cuanto los actores y actrices, los jóvenes hacen lo que pueden, en especial ella está correcta, los cameos muestran una dejadez sorprendente y no hay nadie que esté bien. Pero es normal, ante la cantidad de personajes que tiene el filme es imposible tener un momento de buen trabajo.
Y no es una película que gane nada en el aspecto sentimental o emocional, todo es vacío, vacuo e irritante. Tanto el trato de la juventud, como del exceso religioso, como de la afición al cine.
Desde luego, y ya viendo que esta propuesta es lo más cercano que Smith ha hecho a sus obras más sugerentes, ahora ya indico que para mí esto es GAME OVER. Creo que sus películas de los noventa y dos mil, muestran de manera mucho más acertada lo que pretenden reflejar. Aquí veo a alguien perdido, dando patadas de ahogado. Queriendo cuadrar sin saber como y utilizando estrategias de cameos y demás para ver si consigue la admiración.
Porque desde luego que el tipo que escribió Mallrats, Dogma (película que no me gusta, pero en comparación con esto es Boris Karloff) y Chasing Amy, haya escrito esto es que algo no cuadra bien.
Lo único positivo, es que el trailer prometía que el filme iba a ser así.
Me quedo con Red State, Clerks y Chasing Amy.
Y algunos dirán ¿Por qué ver el filme si no gustaron los anteriores?
Pues porque la mayoría de errores de Smith venían de propuestas pseudo-ficticias (Yoga Hosers) o de cagarse en sus obras previas paridas. Y Clerks 3, siendo para mí otra película insuficiente, si que tenía ALGO de sustancia. Esto sin embargo, es una idea de partida sobre la juventud en la época de Smith. En otras palabras, podría haber sido ALGO LEJANO a volver a terrenos que este señor dominaba en los noventa.
Pero lo de este filme es funesto. Ya no es que esté poco inspirado, que TODOS LOS DIÁLOGOS vayan de cine o que el exceso de cameos evite que uno pueda cogerle cariño a los protagonistas dado que está más focalizada en la aparición de turno con chiste. Es que aquí no hay una historia.
Entiendo que Smith ha querido hacer un Dazed and Confused, pero se ha pegado un tiro en el pie.
Los diálogos son francamente lamentables. Y ya no solo me refiero a bromas que parecen paridas en los cincuenta (Long y lo del clímax) sino que en general, todo son bromas de preadolescente y diálogos de cine.
Reitero, en Clerks había solo una mención cinéfila, en referencia a la gente que no tenía ni pajolera idea de cine y creía que Navy Seals iba a ser la caña. Esa broma vale más que todas las de esta película junta.
Ni siquiera la clásica de los trailers ficticios le funciona. Es que esto está MUY POCO TRABAJADO.
Y en cuanto los actores y actrices, los jóvenes hacen lo que pueden, en especial ella está correcta, los cameos muestran una dejadez sorprendente y no hay nadie que esté bien. Pero es normal, ante la cantidad de personajes que tiene el filme es imposible tener un momento de buen trabajo.
Y no es una película que gane nada en el aspecto sentimental o emocional, todo es vacío, vacuo e irritante. Tanto el trato de la juventud, como del exceso religioso, como de la afición al cine.
Desde luego, y ya viendo que esta propuesta es lo más cercano que Smith ha hecho a sus obras más sugerentes, ahora ya indico que para mí esto es GAME OVER. Creo que sus películas de los noventa y dos mil, muestran de manera mucho más acertada lo que pretenden reflejar. Aquí veo a alguien perdido, dando patadas de ahogado. Queriendo cuadrar sin saber como y utilizando estrategias de cameos y demás para ver si consigue la admiración.
Porque desde luego que el tipo que escribió Mallrats, Dogma (película que no me gusta, pero en comparación con esto es Boris Karloff) y Chasing Amy, haya escrito esto es que algo no cuadra bien.
Lo único positivo, es que el trailer prometía que el filme iba a ser así.
Me quedo con Red State, Clerks y Chasing Amy.
7 de noviembre de 2024
7 de noviembre de 2024
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tenía miedo, mucho miedo… y es que soy muy fan de la primera etapa de Kevin Smith en el mundo del cine, con clásicos indiscutibles como Clerks, Dogma o Persiguiendo a Amy, sus mejores películas, o comedias desternillantes como Mallrats, Jay y Bob el silencio contraatacan o Clerks 2. El resto de su filmografía no me atrevo a defenderlo, quizás Jersey Girl, que jamás fue tan terrible como se dijo, pero aparte de esa, oh, mama…
Y es que sus últimas películas navegan entre un intento desesperado de recuperar el favor del público, como con la innecesaria Jay y Bob el silencioso contraatacan 2, o la infame y horrorosa Clerks 3, y abortos cinematográficos y de mal gusto como Tusk o Yoga Horses, ambas entre lo peor que he visto en mi vida.
A pesar de todo, es un cineasta que me ha hecho muy feliz en sus inicios, por lo que, y habiendo perdido toda esperanza, me he aventurado en su nueva película, The 4:30 Movie, en referencia a la primera sesión de la tarde en los cines, que, por cierto, es a la que solía ir yo en mi tierna infancia/adolescencia. Primer bofetón de nostalgia.
Porque precisamente eso es la cinta, un viaje a los 80 y una carta de amor al mundo del cine, con una propuesta plagada de referencias, algunas divertidas, cuando se centra en los personajes elucubrando como será el cine dentro de unos años, y otras no tanto, con unas bromas con amigotes del cineasta que casi arruinan el conjunto.
Y es que la película tiene un arranque espectacular, convenciéndonos que de que esta es por fin otra buena película del señor Smith, pero hay un contra que casi lo destruye todo a su paso: el relleno. La película dura unos ajustados y acertados ochenta minutos, pero se nota que Smith lo alarga todo con bromas sin gracia, como las innecesarias llamadas o la falsa película de los castores, porque una vez vale, pero si estiras el chiste, que ya de por sí no tenía sentido, pues oye, como que se pierde el interés.
Y lo mismo se puede decir de los falsos tráilers, en un intento de parodiar el Grind House, que es cierto que al principio te sale una sonrisa simpática, pero luego se regodea en esa broma, seguramente porque la protagoniza su hija, y se pierde el foco en lo verdaderamente importante: la historia principal, una lo suficientemente interesante como para estar distrayendo al espectador en otros menesteres. Céntrese, señor Smith, céntrese.
Smith nos presenta su propio coming-of-age, con una historia de amor, amistad, cinefilia, y humor canalla, a la que es imposible resistirse, porque esto ya lo hemos visto antes, pero con el toque Smith, y ahí radica la magia, en su sencillez, porque es una película tan convencional como simpática, y con unos personajes que son oro puro, como esos tres amigos a los que es imposible no querer, interpretados por tres jóvenes actores que se comen la pantalla.
Por supuesto, están los habituales de Smith, aparte de algunas apariciones especiales, y debo confesar que también alejan la atención de lo importante, porque quizás era el momento de olvidarse de las referencias de siempre al propio universo de Smith, y dejar que la película tuviese su propia identidad, algo que la hubiese ayudado a ser mejor. Y es que, cuando se limita a ser una clásica historia de amor y amistad, la cinta funciona como un tiro, sin grandes alardes ni necesidad de destacar, simplemente ser una propuesta de las de toda la vida, que te dejan con una sonrisa, y que cumplen su cometido. Y es que a veces, no hace falta más.
No es una gran película, ni estará entre lo mejor del año, pero deja buen rollo, ya sea por unos personajes entrañables, algunas referencias cinéfilas acertadas, destacando los dardos al Disney actual, y el cariño y amor que se le ha puesto a la cinta. De lejos, la mejor película de Smith desde Clerks 2, que ya sé que no es decir mucho, aunque han pasado casi dos décadas, pero joder, que gusto poder decir después de tanto tiempo, que por fin ha hecho otra buena película. Había perdido la esperanza en el porreta de New Jersey, pero quizás sea hora de recuperarla.
Más críticas: El Videoclub de Javi McClane
Y es que sus últimas películas navegan entre un intento desesperado de recuperar el favor del público, como con la innecesaria Jay y Bob el silencioso contraatacan 2, o la infame y horrorosa Clerks 3, y abortos cinematográficos y de mal gusto como Tusk o Yoga Horses, ambas entre lo peor que he visto en mi vida.
A pesar de todo, es un cineasta que me ha hecho muy feliz en sus inicios, por lo que, y habiendo perdido toda esperanza, me he aventurado en su nueva película, The 4:30 Movie, en referencia a la primera sesión de la tarde en los cines, que, por cierto, es a la que solía ir yo en mi tierna infancia/adolescencia. Primer bofetón de nostalgia.
Porque precisamente eso es la cinta, un viaje a los 80 y una carta de amor al mundo del cine, con una propuesta plagada de referencias, algunas divertidas, cuando se centra en los personajes elucubrando como será el cine dentro de unos años, y otras no tanto, con unas bromas con amigotes del cineasta que casi arruinan el conjunto.
Y es que la película tiene un arranque espectacular, convenciéndonos que de que esta es por fin otra buena película del señor Smith, pero hay un contra que casi lo destruye todo a su paso: el relleno. La película dura unos ajustados y acertados ochenta minutos, pero se nota que Smith lo alarga todo con bromas sin gracia, como las innecesarias llamadas o la falsa película de los castores, porque una vez vale, pero si estiras el chiste, que ya de por sí no tenía sentido, pues oye, como que se pierde el interés.
Y lo mismo se puede decir de los falsos tráilers, en un intento de parodiar el Grind House, que es cierto que al principio te sale una sonrisa simpática, pero luego se regodea en esa broma, seguramente porque la protagoniza su hija, y se pierde el foco en lo verdaderamente importante: la historia principal, una lo suficientemente interesante como para estar distrayendo al espectador en otros menesteres. Céntrese, señor Smith, céntrese.
Smith nos presenta su propio coming-of-age, con una historia de amor, amistad, cinefilia, y humor canalla, a la que es imposible resistirse, porque esto ya lo hemos visto antes, pero con el toque Smith, y ahí radica la magia, en su sencillez, porque es una película tan convencional como simpática, y con unos personajes que son oro puro, como esos tres amigos a los que es imposible no querer, interpretados por tres jóvenes actores que se comen la pantalla.
Por supuesto, están los habituales de Smith, aparte de algunas apariciones especiales, y debo confesar que también alejan la atención de lo importante, porque quizás era el momento de olvidarse de las referencias de siempre al propio universo de Smith, y dejar que la película tuviese su propia identidad, algo que la hubiese ayudado a ser mejor. Y es que, cuando se limita a ser una clásica historia de amor y amistad, la cinta funciona como un tiro, sin grandes alardes ni necesidad de destacar, simplemente ser una propuesta de las de toda la vida, que te dejan con una sonrisa, y que cumplen su cometido. Y es que a veces, no hace falta más.
No es una gran película, ni estará entre lo mejor del año, pero deja buen rollo, ya sea por unos personajes entrañables, algunas referencias cinéfilas acertadas, destacando los dardos al Disney actual, y el cariño y amor que se le ha puesto a la cinta. De lejos, la mejor película de Smith desde Clerks 2, que ya sé que no es decir mucho, aunque han pasado casi dos décadas, pero joder, que gusto poder decir después de tanto tiempo, que por fin ha hecho otra buena película. Había perdido la esperanza en el porreta de New Jersey, pero quizás sea hora de recuperarla.
Más críticas: El Videoclub de Javi McClane
4 de enero de 2025
4 de enero de 2025
Sé el primero en valorar esta crítica
Kevin Smith vuelve a intentarlo tras la interesante Clerks 3, pero se queda a medias con una película en la que realmente no pasa nada. Es una sucesión de gags a través de un hilo conductor muy endeble.
Hay muchas referencias cinéfilas y un intento claro de hacer una película que parezca concebida en los años 80 como intentando buscar la aprobación de John Hughes. Sin embargo, el estilo digital de vídeo con el que se rueda hoy en día le resta esa autenticidad ochentera, y los personajes se quedan en borradores sin llegar a un desarrollo sólido o a que sean memorables. Todos recordamos a Ferris Buller pero nadie recordará a estos chicos. El resultado es algo que, sin ser horroroso, resulta bastante olvidable. Con una vuelta de guion o un poco más de chispa o energía —algo al estilo de Aventuras en la ciudad o pánico a las tres, que no tienen acción intensa pero sí ese toque ágil y vibrante que mantiene el interés y aporta ese gancho que aquí falta— podría haber alcanzado el nivel de un revival ochentero de culto.
Esperaba esta película con muchas ganas, después de lo contento que quedé con la tercera parte de Clerks, pero me he quedado un poco decepcionado al ver que Kevin Smith vuelve a su línea de películas simplonas como Tusk o Una chica de Jersey.
Lo mejor, sin duda, es el protagonista, Austin Zajur, que realmente parece sacado de películas como Despedida de soltero, Todo en un día o Big. El resto también cumplen pero él está especialmente bien.
También destaca la banda sonora, que intenta crear una atmósfera ochentera y consigue llamar la atención.
No he entendido la necesidad de incluir tomas falsas en los créditos finales, porque no son ni graciosas. Aunque sí me ha gustado el guiño al imaginario de las películas de Kevin Smith en la escena post-créditos.
En cualquier caso, la película se deja ver y, además, es corta. No es un esperpento, pero a los dos días la olvidarás.
Preocupado me hallo por el bodrio que puede darnos con la película que tiene rodada desde 2022, Killroy Was Here, y que en el momento de escribir esta crítica está en un cajón desde entonces. De esa me espero algo tipo Yoga Horses. Ojalá me equivoque.
Hay muchas referencias cinéfilas y un intento claro de hacer una película que parezca concebida en los años 80 como intentando buscar la aprobación de John Hughes. Sin embargo, el estilo digital de vídeo con el que se rueda hoy en día le resta esa autenticidad ochentera, y los personajes se quedan en borradores sin llegar a un desarrollo sólido o a que sean memorables. Todos recordamos a Ferris Buller pero nadie recordará a estos chicos. El resultado es algo que, sin ser horroroso, resulta bastante olvidable. Con una vuelta de guion o un poco más de chispa o energía —algo al estilo de Aventuras en la ciudad o pánico a las tres, que no tienen acción intensa pero sí ese toque ágil y vibrante que mantiene el interés y aporta ese gancho que aquí falta— podría haber alcanzado el nivel de un revival ochentero de culto.
Esperaba esta película con muchas ganas, después de lo contento que quedé con la tercera parte de Clerks, pero me he quedado un poco decepcionado al ver que Kevin Smith vuelve a su línea de películas simplonas como Tusk o Una chica de Jersey.
Lo mejor, sin duda, es el protagonista, Austin Zajur, que realmente parece sacado de películas como Despedida de soltero, Todo en un día o Big. El resto también cumplen pero él está especialmente bien.
También destaca la banda sonora, que intenta crear una atmósfera ochentera y consigue llamar la atención.
No he entendido la necesidad de incluir tomas falsas en los créditos finales, porque no son ni graciosas. Aunque sí me ha gustado el guiño al imaginario de las películas de Kevin Smith en la escena post-créditos.
En cualquier caso, la película se deja ver y, además, es corta. No es un esperpento, pero a los dos días la olvidarás.
Preocupado me hallo por el bodrio que puede darnos con la película que tiene rodada desde 2022, Killroy Was Here, y que en el momento de escribir esta crítica está en un cajón desde entonces. De esa me espero algo tipo Yoga Horses. Ojalá me equivoque.
17 de febrero de 2025
17 de febrero de 2025
Sé el primero en valorar esta crítica
*¿De qué va?
Adolescentes colándose en el cine, saltando de una sala a otra con una sola entrada, viendo serie B ochentera mientras esperan a que llegue la chica que les gusta. ¿Qué podría salir mal? Y si pasa… nada que no se arregle con una canción y unos títulos de crédito.
*No es un análisis profundo, pero:
Si alguien me dice que Kevin Smith ya no es el mismo de sus inicios, no podré llevarle la contraria. Clerks solo hay una… bueno, dos si contamos a Jay y Bob el silencioso. Pero Kevin es, sin duda, “uno de los nuestros”, y lo demuestra con este homenaje al cine.
La película tiene un tono ligero, incluso caótico, pero la escena entre la acomodadora (Génesis Rodríguez) y el alter ego de Smith (Austin Zajur) realmente me emocionó. Dos cinéfilos que viven para el cine, hablando de películas y directores… justo lo que hacemos aquí.
… Y contiene la mejor declaración de amor que un cinéfilo puede hacer:
"Eres la persona más genial que he conocido y todo lo que quiero hacer es ver películas contigo."
¿Qué más se puede decir?
*Las recomendaciones del gato
- Te gustará si el cine es tu templo, las salas oscuras tu segundo hogar y te emocionan las historias de amistad, nostalgia y referencias cinéfilas.
- Huye si te aburren las conversaciones sobre cine, los diálogos largos y el caos narrativo sin estructura clásica.
Adolescentes colándose en el cine, saltando de una sala a otra con una sola entrada, viendo serie B ochentera mientras esperan a que llegue la chica que les gusta. ¿Qué podría salir mal? Y si pasa… nada que no se arregle con una canción y unos títulos de crédito.
*No es un análisis profundo, pero:
Si alguien me dice que Kevin Smith ya no es el mismo de sus inicios, no podré llevarle la contraria. Clerks solo hay una… bueno, dos si contamos a Jay y Bob el silencioso. Pero Kevin es, sin duda, “uno de los nuestros”, y lo demuestra con este homenaje al cine.
La película tiene un tono ligero, incluso caótico, pero la escena entre la acomodadora (Génesis Rodríguez) y el alter ego de Smith (Austin Zajur) realmente me emocionó. Dos cinéfilos que viven para el cine, hablando de películas y directores… justo lo que hacemos aquí.
… Y contiene la mejor declaración de amor que un cinéfilo puede hacer:
"Eres la persona más genial que he conocido y todo lo que quiero hacer es ver películas contigo."
¿Qué más se puede decir?
*Las recomendaciones del gato
- Te gustará si el cine es tu templo, las salas oscuras tu segundo hogar y te emocionan las historias de amistad, nostalgia y referencias cinéfilas.
- Huye si te aburren las conversaciones sobre cine, los diálogos largos y el caos narrativo sin estructura clásica.
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