Las injusticias de la India salen a flote, agricultores pobres que se suicidan, enfermos que mueren en hospitales sin medios, soldados que pierden la vida porque tienen armas defectuosas, la corrupción política descarada ante unos ciudadanos impotentes, todo eso y más llega a su fin con nuevo Robin Hood llamado...  Vikram Rathore.

Es raro encontrarse en la cartelera de nuestros cines una película de Bollywood, esta se ha estrenado en 21 salas de España. Mi interés por ver este tipo de cine me llevo a acercarme a verla, mi sorpresa fue que la sala estaba abarrotada de personas de la India que viven en nuestro país. Todo un público entregadísimo que aplaudía sin parar, silbaba y disfrutaban la película con un entusiasmo inusitado. La verdad es que me lo pase en grande rodeado de tanto fervor y afición.

De la película que decir, es un desfase en roda regla que te deja sorprendido, si no estás familiarizado con el cine de Bollywood te puede agotar visualmente con unas puestas en escena trabajadísimas, coreografías impresionantes, pero unos guiones que parecen hechos por un niño de 5 años con unos personajes ridículos y situaciones que jamás te creerías que pudieran ocurrir. 

Ahí es donde radica la magia de este cine hindú, tienes que dejarte la lógica en casa y entrar al cine con un nuevo concepto de aventura, donde todo es posible por ridículo que pueda parecer. Al igual que las fantásticas "RRR" o "Pathaan" que podéis ver en Netflix o en Prime video, la acción es producto de la exageración y las extravagancias épicas de sus protagonistas, la cámara lenta es un factor fundamental y muy repetitivo en la acción así como escenas ñoñas con lagrimita cayendo por las mejillas de los protas. Rodeado de una crítica a un gobierno de lo más ineficaz.

Ni que hablar de sus protagonistas, tanto hombre y mujeres son auténticos modelos de belleza que agitan sus melenas al aire en escenas superbién fotografiadas, incluso se permiten el lujo de resaltar coloreando la musculatura de los hombres. Todo un alarde técnico que la verdad te deja con la boca abierta.

No seré yo quien recomiende este tipo de cine a nadie, puesto que es difícil de digerir; sin embargo, tiene un mérito grandísimo que hay que saber valorar. Yo acabo disfrutándolo, aunque reconozco que me satura.
Destino Arrakis.com

El pasado mes de enero, en referencia a 'Pathaan', decía que este tipo de películas se definían de forma muy sencilla con una simple pregunta: ¿Merece la pena pagar por verlas en una sala de cine? Si te gustan las de acción, la respuesta, rotunda, es que si. Este tipo de blockbusters son los que, precisamente, deberían de definir la llamada "experiencia cinematográfica" en una sala de cine; al menos, como una "experiencia social colectiva" similar a las que se pueden experimentar en un concierto o en un campo de fútbol.

Hay dos maneras de encararlo, una vez, como occidental, se ha entrado en la sala a ver una película como 'Jawan': Mirar o vivirlo. Con ambas uno acaba agotado, como con tantas otras cosas que tanto nos gustan. No dejan de ser casi tres machaconas horas de caos narrativo y problemas de indios que a decir verdad, la película no hace mucho porque nos importen; porque a decir verdad, no es que se trate ni trate de ser una gran película que nunca es ni será. Se trata, sobre todo, de espectáculo, desvergüenza y desparpajo.

Poco importa que lo que pase o deje de pasar nos importe o lo entendamos más bien poco: 'Jawan' es cine de acción comercial con una clara denominación de origen. Una especie de 'Fast & Furious' atropellado y dirigido por Zack Snyder sumamente efectista y estético. Una colección de bonitas postales que construyen lo que más que una historia son una suma deshilvanada de momentos. Hasta el punto que podríamos hacer una novela gráfica con sus mejores fotogramas. E incluso funcionaría mucho mejor que como película.

Y puede que también como espectáculo, quien sabe.

En realidad no deja ser en gran medida igual el cine de gran presupuesto norteamericano, tirando a conservador y de clara vocación y servidumbre popular donde hay más ruido y tiros que refinamiento y guión. 'Jawan' es un blockbuster al servicio de la acción descocada y desmesurada en busca no ya el más difícil todavía, sino ser lo más molón posible. Todo ello con un toque para los occidentales -de momento- muy exótico que ayuda, y mucho, a digerir lo que en Hollywood a menudo parecen hacer ya con poca pasión o implicación.

De momento. Porque 'Jawan' mola, pero no está tan lograda como la citada 'Pathaan', y es posible que de ser la novena o décima entrega estaríamos un poco hartos, como lo estamos sin ir más lejos de la franquicia de 'Fast & Furious' (o de Zack Snyder y sus fans). Es cierto que Shah Rukh Khan parece moverse mejor que Vin Diesel, pero eso no siempre será suficiente; sobre todo ahora que Bollywood, la igual que Hollywood desde hace eones, ya no hace películas sólo para sí mismos. En cualquier caso, hoy aún es hoy y no mañana.

Sí, merece la pena.