El turbio mundo de la seguridad privada y los contratistas por parte de ex marines de Estados Unidos en los que se ven involucrados en misiones especiales por todo el mundo, queda un poco en entredicho en este guion de J.P. Davis bajo el punto de vista del director sueco de origen árabe Tarik Saleh (El Cairo confidencial o Metropia).

Después de su repentino despido del Ejército por un asunto en el que se ha visto involucrado, el marine James Harper le pide ayuda a un amigo que trabaja para una agencia de contratistas o mercenarios para realizar una misión en Berlín. Decide aceptar ya que está bastante bien pagado y aparentemente será una operación fácil; solo tienen que recuperar unas muestras de lo que parece ser un arma biológica. Todo sale mal y se ve envuelto en una misteriosa conspiración...

Los dos protagonistas de la magnífica "Comancheria" Ben Foster y Chris Pine vuelven a juntarse para protagonizar este thriller con aires setenteros, al que no le faltan otros secundarios de lujo como Kiefer Sutherland, Eddie Marsan, Fares Fares, Gillian Jacobs o la alemana Nina Hoss.

Un film que funciona bastante bien como un thriller de espionaje, con grandes dosis de acción y rodada en diferentes países y que, aunque el tema puede estar muy trillado, sirve como un buen entretenimiento.
Destino Arrakis.com

Empieza un poco a lo drama hiper Yankee, banderitas de los EEUU por todos lados, marine en horas bajas, familia en bancarrota, rezos antes de comer... Vamos, "welcome to USA" total y de manual.
Después cambia de registro dramático y se vuelve una suerte de Jason Bourne venido a menos que resulta bastante interesante, genera varios momentos de tensión y no escatima en acción, quedando al final un buen sabor de boca.
Acompañan a Pine algunos actores de renombre que suben un poco el "caché" y la motivación, y que actúan dentro del nivel, aunque Pine sobresale bastante más que sus compañeros.
Thriller de acción y semi espionaje que me ha sorprendido porque esperaba algo menos y que entretiene decentemente.

Cinta de acción que logra un entretenimiento solvente si uno lo le da demasiadas vueltas. Un militar es obligado a retirarse del servicio sin paga ni pensión, lo que le deja en la ruina. La única salida son las empresas privadas de seguridad, dicho de otra manera, convertirse en mercenario. Pero estas empresas no son lo que parecen.

No se pasa por alto el poso de critica que deja. Un militar retirado por, en este caso, consumo de drogas para aliviar el dolor debido a una lesión en el ejercicio de su profesión, está condenado a la bancarrota. En menudo lugar se deja al ejército USA. Ante tal tesitura vital, las empresas privadas, los contratistas del título, se lanzan como alimañas sabedores de la situación desesperada. Un profesional de la guerra al que no han tenido que formar ni entrenar, un chollo para el que la ética no es obstáculo de cara a su contratación. Y misiones encubiertas, que oficialmente no existen, para que el gobierno no se manche las manos en caso de salir algo mal.

Es un mundo con zonas muy oscuras sobre el que todavía no se ha escrito mucho. No será esta la gran película sobre las empresas militares privadas, pero se agradece que se emplee a fondo en su crítica. Por lo demás resulta bastante rutinaria y, hasta que comienzan los disparos, cuesta engancharse. Pero no se puede negar que es un thriller de acción competente, entretenido y con un subtexto que confronta el patriotismo desbocado de su inicio con el crudo y despiadado pragmatismo de estas empresas. Que yo no es que conozca mucho, pero si en los USA hablan así de ello sus motivos tendrán.

Siempre es un riesgo ver este tipo de películas con un actor de gancho, pero que es puro material de relleno para el catálogo de una plataforma. Viendo el aprobado justito que tiene en la página, al final me he animado, pero estoy en desacuerdo y creo que es mala.
Chris Pine es un soldado retirado a la fuerza que necesita dinero acuciantemente, y se mete a contratista del ejército, lo que viene a ser un mercenario privado.
El arranque, de prácticamente media hora, es puro drama familiar para entender su motivación.
Y el resto, pues no deja de ser nada más que uno de esos films de acción de serie B y andar por casa. Igual que los que llegan como churros de la última etapa de Bruce Willis y Mel Gibson, bueno , quizás no tan desastroso, pero desde luego esta no es una película que vaya a dejar la más mínima huella, olvidándose en pocos días.
No tiene fuerza alguna ni en el aspecto de thriller ni en el de acción, quedándose en tan solo unos momentos muy escasos, en la medianía. Siempre te deja con ganas de más.
Así que aunque a Chris Pine le pegue bien el papel, no consigue levantar esto él solo.
Y es que esa misión en Berlín, tiene demasiada poca acción. Creo que si juntáramos todas las escenas de acción, a duras penas andaríamos por los cinco minutos. Todo es escaso, breve, y flojo.
Lo demás es un thriller de espionaje previsible y que podría pasar por un telefilm de sobremesa.
Definitivamente, este género está bastante de capa caída en los últimos años, a excepción de las misiones imposibles y poco más.
No merece la pena gasta el tiempo en esto.

Encontré en ella, algunos toques BOURNE, aunque... bueno, el género puede contener por si mismo esas similitudes en casi todas sus producciones, a poco que imaginemos.

Chris Pine, aporta potencia y solidez haciendo creíble su caracterización, con esa economía interpretativa, que habitualmente proporciona dureza al personaje.

Las escenas que más me han gustado son las de supervivencia, aún admitiendo que algunas, dejan cuestiones sin resolver para entender las claves que conducen a su ejecución final.

Estoy sorprendido porque en las últimas semanas encuentro en las plataformas de streaming, películas interesantes.