Un funeral de muerte
6,7
31.382
Comedia
Mientras una familia inglesa prepara el funeral del patriarca, la tensión crece a medida que salen a relucir las antiguas rencillas entre los hijos. La aparición de un desconocido que afirma que el difunto ocultaba un oscuro secreto contribuye a empeorar las cosas, lo que obliga a la familia a tomar medidas drásticas para evitar que el funeral se convierta en un desastre total. (FILMAFFINITY)
19 de octubre de 2007
19 de octubre de 2007
123 de 151 usuarios han encontrado esta crítica útil
Llegan los de la funeraria, entran solemnes con el ataúd del padre muerto y lo dejan en mitad de la sala, el hijo pide ver el cadáver, y no es su padre, así nada más empezar te mete Frank Oz en la película y el tema ya no decae un momento.
No es una película de carcajada continua, pero si de sonrisa continuada, mezclada con alguna que otra carcajada, ante lo absurdo de ciertas situaciones, No es una obra maestra, pero si una delicia. Los actores no están geniales, pero si muy dignos e inspirados en algún caso. No esta extremadamente bien dirigida pero tiene momentos muy buenos.
En esta vida hacer llorar está chupado, lo auténticamente difícil es hacer reír, esto para mi esta solo al alcance de muy pocos, y hay que reconocer que aquí se logra. Se logra mediante un guión golfo, desenfadado, muy a la inglesa como dicen otras críticas, un humor negrísimo inunda la pantalla, la muerte es lo de menos, lo jodido es estar vivo y tener múltiples problemas, desde el padre dictador de la hija madura, al hermano pasado y vividor, al que se preocupa por una simple mancha en la muñeca que ve como sinónimo de muerte y le tiene preocupadísimo. En este funeral el muerto es lo de menos, lo que importa son los vivos, los que se quedan aquí afrontando sus problemas.
Para mí además tiene varios aciertos. No hay un protagonista claro, todos tienen su parte en la función, y casi todos aprueban con nota. El otro gran acierto es la duración del film, la de toda la vida, los 90 minutejos, yo creo que si hubiera durado algo más hubiese sido peor película, así no fuerza, y gracias a esto el humor no llega a aburrir y por lo tanto a la acción no le da tiempo a decaer.
Si se quiere pasar un buen rato no dudéis en verla, no es ningún peliculón pero cumple perfectamente su función, que no es otra que entretener y que te eches unas risas
No es una película de carcajada continua, pero si de sonrisa continuada, mezclada con alguna que otra carcajada, ante lo absurdo de ciertas situaciones, No es una obra maestra, pero si una delicia. Los actores no están geniales, pero si muy dignos e inspirados en algún caso. No esta extremadamente bien dirigida pero tiene momentos muy buenos.
En esta vida hacer llorar está chupado, lo auténticamente difícil es hacer reír, esto para mi esta solo al alcance de muy pocos, y hay que reconocer que aquí se logra. Se logra mediante un guión golfo, desenfadado, muy a la inglesa como dicen otras críticas, un humor negrísimo inunda la pantalla, la muerte es lo de menos, lo jodido es estar vivo y tener múltiples problemas, desde el padre dictador de la hija madura, al hermano pasado y vividor, al que se preocupa por una simple mancha en la muñeca que ve como sinónimo de muerte y le tiene preocupadísimo. En este funeral el muerto es lo de menos, lo que importa son los vivos, los que se quedan aquí afrontando sus problemas.
Para mí además tiene varios aciertos. No hay un protagonista claro, todos tienen su parte en la función, y casi todos aprueban con nota. El otro gran acierto es la duración del film, la de toda la vida, los 90 minutejos, yo creo que si hubiera durado algo más hubiese sido peor película, así no fuerza, y gracias a esto el humor no llega a aburrir y por lo tanto a la acción no le da tiempo a decaer.
Si se quiere pasar un buen rato no dudéis en verla, no es ningún peliculón pero cumple perfectamente su función, que no es otra que entretener y que te eches unas risas
25 de octubre de 2007
25 de octubre de 2007
37 de 52 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esperaba más de esta película, la verdad. No sólo antes de verla sino también después de su comienzo que, en general, parece más acertado que lo que luego nos depara. Hay trozos que no están mal pero en última instancia y si uno lo piensa bien...prácticamente lo único que la salvan son sus actores. La mayoría de los personajes tienen un sólo gag que repiten y repiten hasta que uno acaba muy aburrido. Entre ellos hay algunos que resultan más o menos simpáticos, como el de Matthew Macfadyen o el de Daisy Donovan que curiosamente están entre los personajes más "normales". Ese es el principal fallo del filme, es como un vodevil, una farsa en la que se acumulan cada vez más situaciones ridículas, la mayoría de ellas extremadamente exageradas y no muy originales, esperando que alguna de ellas te haga gracia. Y sí, algunas lo consiguen pero muchas, demasiadas, terminan cansando. La película se salva in extremis porque no todos sus chistes fallan y por la labor de los intérpretes, también por algún apunte acertado en unos personajes que podrían haber dado mucho más de sí de haberlos dotado de más facetas. Si bien Frank Oz nunca ha sido un director de obras maestras nunca se le ha visto con tan poca energía, tan anquilosado como aquí. Realmente la película tiene un aire rancio, intentando ser políticamente incorrecta y quedándose en la superficie. Si todos los personajes hubieran sido como el de Macfadyen, es decir, creíbles, la cosa hubiera ganado mucho. Se pueden aceptar ciertas dosis de locura y esperpento o algunos personajes un poco chalados pero cuando la mayoría de los caracteres que se muestran son tan exagerados y reiterativos uno termina desconectando. Sólo una cierta acumulación de situaciones cómicas hacia el final y un broche algo blando pero relativamente creíble en cuanto a las reacciones de algunos personajes consiguen que el sabor de boca final no sea del todo desagradable.
2 de diciembre de 2007
2 de diciembre de 2007
30 de 38 usuarios han encontrado esta crítica útil
«Ya sé que tal vez le gustaba hacer ciertas cosas. La vida no es sencilla, es complicada. Nos meten aquí a todos juntos en un mundo lleno de cargos y confusión; lleno de preguntas sin respuestas y con la muerte acechando en cada esquina; y hacemos lo que podemos; no podemos hacer más; y eso es lo que hizo mi padre».
Salvo este serio, filosófico y breve panegírico en honor del difunto, hecho por su hijo más cuidadoso y responsable, el resto del film derrocha simpatía, sucesos para troncharse de risa y humor a raudales.
Si están necesitados de reír, de darle un descanso humorístico a su mente, vayan a un entierro de alguien por el que no tengan sentimientos de ningún tipo y observen todo lo que ocurre alredor del difunto de cuerpo presente, lo más seguro es que se lo pasarán muy divertidamente, pues tales acontecimientos suelen provocarnos muchas ganas de chanza. Esta película, explota precisamente esta circunstancia con bastante acierto.
Fej Delvahe
Salvo este serio, filosófico y breve panegírico en honor del difunto, hecho por su hijo más cuidadoso y responsable, el resto del film derrocha simpatía, sucesos para troncharse de risa y humor a raudales.
Si están necesitados de reír, de darle un descanso humorístico a su mente, vayan a un entierro de alguien por el que no tengan sentimientos de ningún tipo y observen todo lo que ocurre alredor del difunto de cuerpo presente, lo más seguro es que se lo pasarán muy divertidamente, pues tales acontecimientos suelen provocarnos muchas ganas de chanza. Esta película, explota precisamente esta circunstancia con bastante acierto.
Fej Delvahe
5 de noviembre de 2007
5 de noviembre de 2007
65 de 110 usuarios han encontrado esta crítica útil
Aunque el micropunto amarillo no le iba a la zaga.
Es lo que mantiene viva la película durante todo su metraje: saber qué va a montar el tío que se ha comido el ajo.
Reir. Ese es el objetivo de la película, y al igual que en las competiciones de gimnasia (por lo menos en las de la Play), si partes de una puntuación máxima de 7, y lo haces perfecto, te quedas en 7.
Y es que el filme no traspasa las fronteras del género para ser una gran película, como hicieran "El apartamento" o "Atrapado en el tiempo", por poner dos ejemplos, y se queda en eso, en una película que hace reir.
Si tiene un 6, es por lo personal. No me gusta la escatología, y durante algunos minutos se pierde por esos derroteros.
En fin, buena película; de esas comedietas que últimamente, y de vez en cuando, sacan los británicos aportando algo fresco al panorama cinematográfico y que alcanza una buena aceptación internacional (full monty, 4 bodas y un funeral...).
Los ingleses son gente extraña. Igual te exportan a Sid Vicious que a Lady Di, o a Mr Bean que a Shakespeare... Y algo tienen en común, por difícil que parezca... les ves y en seguida dices: "otro puto inglés".
Es lo que mantiene viva la película durante todo su metraje: saber qué va a montar el tío que se ha comido el ajo.
Reir. Ese es el objetivo de la película, y al igual que en las competiciones de gimnasia (por lo menos en las de la Play), si partes de una puntuación máxima de 7, y lo haces perfecto, te quedas en 7.
Y es que el filme no traspasa las fronteras del género para ser una gran película, como hicieran "El apartamento" o "Atrapado en el tiempo", por poner dos ejemplos, y se queda en eso, en una película que hace reir.
Si tiene un 6, es por lo personal. No me gusta la escatología, y durante algunos minutos se pierde por esos derroteros.
En fin, buena película; de esas comedietas que últimamente, y de vez en cuando, sacan los británicos aportando algo fresco al panorama cinematográfico y que alcanza una buena aceptación internacional (full monty, 4 bodas y un funeral...).
Los ingleses son gente extraña. Igual te exportan a Sid Vicious que a Lady Di, o a Mr Bean que a Shakespeare... Y algo tienen en común, por difícil que parezca... les ves y en seguida dices: "otro puto inglés".
7 de octubre de 2010
7 de octubre de 2010
24 de 28 usuarios han encontrado esta crítica útil
Frank Oz, director de la última y entretenida película en la que participó el mítico Marlon Brando, “The Score (Un golpe maestro)” junto a Robert DeNiro y Edward Norton, rejuvenece la comedia norteamericana con esta cinta que supone un soplo de aire fresco para el género. Por sus divertidas situaciones, impecable combinación fotográfica y musical y sus notables interpretaciones, “Un funeral de muerte” es una muy buena elección a la hora de tener que decidirse por ver una comedia que asegure diversión sin faltar a la inteligencia. La película se tiñe de negro para dar paso a un humor ácido, desvergonzado y eficaz presente durante 90 minutos que incluyen escenas de auténtico desternille.
Desde los créditos principales veremos una representación animada de cómo el coche fúnebre llega hasta el hogar familiar en el que la familia celebrará la misa que despedirá eternamente al muerto. Acto seguido vendrá la primera sorpresa, que anticipa los buenos momentos que podremos pasar con el visionado de este filme. El argumento se centra en una familia inglesa de clase alta que pasa un álgido y triste momento: el padre de familia, ha fallecido. Daniel (Matthew Macfadyen) es uno de los hijos del fallecido y el principal encargado de que el funeral transcurra con la normalidad, dignidad y grandeza que merece su padre. Prorgresivamente irán llegando personajes de lo más variopinto, -de los que me reservo las alusiones para no destripar sus divertidas actitudes, que merecen ser vistas durante el desarrollo del metraje- y con ellos los momentos más ocurrentes. El caso es que el pobre Daniel, con el impagable rostro apático que conservará durante toda la película, no se imagina que el día del entierro de su pobre progenitor vaya a ser uno de los más locos de su vida.
Centrándonos en las interpretaciones, Matthew Macfadyen (“Orgullo y prejuicio”) se convierte con su impoluto trabajo en uno de los reclamos de esta cinta, flanqueado por Andy Nyman, Peter Dinklage, Alan Tudyk, Kris Marshall y Ewen Bremmer. Muchos nombres, sí, y es que todo el reparto tiene para dar y tomar. Grandes papeles y divertidísimas escenas protagonizadas por todos ellos en una cinta digna para el recuerdo, de la que quiso aprovecharse el director Neil LaBute (“The Wicker Man”), realizando un remake tres años más tarde (2010), de menor interés y sin el respaldo de la crítica que sí consiguió la cinta de Frank Oz.
En el apartado musical, el compositor inglés Murray Gold ejecuta unas partituras alegres, animadas y muy agradables que acompañan durante la gran parte del metraje a todos los personajes y que se combinan excelentemente con la técnica de la película, contribuyendo esto a crear una comedia diferente que promete, como poco -a mi me arrancó varias carcajadas-, un buen rato.
Desde los créditos principales veremos una representación animada de cómo el coche fúnebre llega hasta el hogar familiar en el que la familia celebrará la misa que despedirá eternamente al muerto. Acto seguido vendrá la primera sorpresa, que anticipa los buenos momentos que podremos pasar con el visionado de este filme. El argumento se centra en una familia inglesa de clase alta que pasa un álgido y triste momento: el padre de familia, ha fallecido. Daniel (Matthew Macfadyen) es uno de los hijos del fallecido y el principal encargado de que el funeral transcurra con la normalidad, dignidad y grandeza que merece su padre. Prorgresivamente irán llegando personajes de lo más variopinto, -de los que me reservo las alusiones para no destripar sus divertidas actitudes, que merecen ser vistas durante el desarrollo del metraje- y con ellos los momentos más ocurrentes. El caso es que el pobre Daniel, con el impagable rostro apático que conservará durante toda la película, no se imagina que el día del entierro de su pobre progenitor vaya a ser uno de los más locos de su vida.
Centrándonos en las interpretaciones, Matthew Macfadyen (“Orgullo y prejuicio”) se convierte con su impoluto trabajo en uno de los reclamos de esta cinta, flanqueado por Andy Nyman, Peter Dinklage, Alan Tudyk, Kris Marshall y Ewen Bremmer. Muchos nombres, sí, y es que todo el reparto tiene para dar y tomar. Grandes papeles y divertidísimas escenas protagonizadas por todos ellos en una cinta digna para el recuerdo, de la que quiso aprovecharse el director Neil LaBute (“The Wicker Man”), realizando un remake tres años más tarde (2010), de menor interés y sin el respaldo de la crítica que sí consiguió la cinta de Frank Oz.
En el apartado musical, el compositor inglés Murray Gold ejecuta unas partituras alegres, animadas y muy agradables que acompañan durante la gran parte del metraje a todos los personajes y que se combinan excelentemente con la técnica de la película, contribuyendo esto a crear una comedia diferente que promete, como poco -a mi me arrancó varias carcajadas-, un buen rato.
Cancelar
Limpiar
Aplicar
Filters & Sorts
You can change filter options and sorts from here