El último viaje del Demeter
2023 

5,4
5.784
Terror. Intriga
Basado en el Captain's Log del Drácula de 1897 de Bram Stoker, la historia se desarrolla a bordo de la goleta rusa Demeter, que fue fletada para transportar carga privada (veinticuatro cajas de madera sin marcar) desde Carpatia a Londres. La historia narra los extraños eventos que acontecieron a la tripulación condenada mientras intentan sobrevivir al viaje por el océano, acechados cada noche por una aterradora presencia a bordo del ... [+]
5 de septiembre de 2023
5 de septiembre de 2023
145 de 204 usuarios han encontrado esta crítica útil
El que más y el que menos conoce el capítulo en el cual se basa la historia, aquel en el cual Drácula viajaba a Londres, adaptado infinidad de veces en infinidad de versiones, aunque siempre formando parte de una historia más amplia. ¿Da para película individual? Por qué no, al final es un monstruo aniquilando un grupo de gente, un planteamiento clásico del cine de terror, que puede ir desde cualquier slasher casposo a obras magnas como Alien o Predator.
El problema no es el fondo, el problema son las formas. Primero y más importante, lo fundamental en estas películas son el protagonista y el villano, y sintiéndolo mucho, ambos son la encarnación del tópico. El protagonista aquí es un médico que habla mucho, sin faltar el discurso empoderado que ya ves tú lo que le debe importar a Drácula. ¿Alguien recuerda los discursos de Ripley o del Chuache? ¿No? Porque no los hacían. Un buen héroe calla, piensa y actúa. Y si abre la boca es para soltar una frase «badass» antes de derrotar a la bestia, porque eso es lo que significa tener carisma y no andarse con tonterías. Por el lado de la criatura, su problema es que es un bicho digital muy feo que gruñe, sonríe y ataca como un animal de inteligencia justa.
Lo siguiente es la historia, que debido a su simpleza hay que sazonarla un poco, y en ese proceso pierde su credibilidad, lo que sucede porque no se cuidan los detalles. Con cada nueva revelación la incoherencia se hace mayor y la lógica brilla por su ausencia. En el spoiler desangro los detalles.
No todo son mares revueltos de mediocridad, también tiene claros en medio de la tempestad. La ambientación es buena, siglo XIX, barco antiguo de toque siniestro, marineros toscos, tormentas eternas y bruma espesa. El apartado técnico está bien, buenos planos, sonido, iluminación… ¿Es suficiente? Para nada, pero al menos así no es un bodrio total.
El problema no es el fondo, el problema son las formas. Primero y más importante, lo fundamental en estas películas son el protagonista y el villano, y sintiéndolo mucho, ambos son la encarnación del tópico. El protagonista aquí es un médico que habla mucho, sin faltar el discurso empoderado que ya ves tú lo que le debe importar a Drácula. ¿Alguien recuerda los discursos de Ripley o del Chuache? ¿No? Porque no los hacían. Un buen héroe calla, piensa y actúa. Y si abre la boca es para soltar una frase «badass» antes de derrotar a la bestia, porque eso es lo que significa tener carisma y no andarse con tonterías. Por el lado de la criatura, su problema es que es un bicho digital muy feo que gruñe, sonríe y ataca como un animal de inteligencia justa.
Lo siguiente es la historia, que debido a su simpleza hay que sazonarla un poco, y en ese proceso pierde su credibilidad, lo que sucede porque no se cuidan los detalles. Con cada nueva revelación la incoherencia se hace mayor y la lógica brilla por su ausencia. En el spoiler desangro los detalles.
No todo son mares revueltos de mediocridad, también tiene claros en medio de la tempestad. La ambientación es buena, siglo XIX, barco antiguo de toque siniestro, marineros toscos, tormentas eternas y bruma espesa. El apartado técnico está bien, buenos planos, sonido, iluminación… ¿Es suficiente? Para nada, pero al menos así no es un bodrio total.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Claro, si la historia es la de una tripulación presa de un viaje donde la niebla nunca se levanta, los rayos del sol nunca alcanzan la cubierta y cada noche muere alguien misteriosamente sin que nadie alcance a entender el cómo o el por qué, más allá de especular con algún tipo de enfermedad o maldición, el relato es terrorífico y no cae en incoherencias, no tiene por donde.
Pero si te sales de ahí y le das a la tripulación el conocimiento necesario para saber a qué se enfrenta, entonces surgen cuestiones que hay que resolver, y es ahí donde la película se adentra en el océano de la inverosimilitud. Veamos:
- Primero, hubiese estado bien concretar qué cojones pasa cuando te muerde el bicho. ¿Mueres? ¿Te conviertes? ¿Cuándo sucede la transformación? ¿En una hora, en diez días? Porque todo eso funciona según conviene a los guionistas. Personalmente ya creo que es un error que varios se conviertan, en el planteamiento de la película el mejor Drácula para basarse era el de Nosferatu, que era el más cabrón, la peste personificada, mataba a todos sin complicarse. En el aspecto exterior seguro que lo miraron a él, también deberían haberle robado sus otras características.
- La muchacha y todo lo que la rodea no tiene ningún sentido. Enlazando con lo anterior, la tía se pasa todo el viaje como una viva y se transforma al final de todo. De puta coña. Ni el sol la afectaba. La incoherencia del asunto solo es superada por su predictibilidad. Su presencia de primeras tampoco tiene sentido. ¿Drácula la llevó para alimentarse? ¡Pero si tiene una tripulación entera! Qué coño me están contando. Y luego la deja pasearse por ahí como si nada y contarle su historia al resto.
- Menos mal que el resto es gilipollas. A ver, una vez que ya saben que están lidiando con un ser que se alimenta de su sangre, que ataca de noche y duerme de día, y teniendo en cuenta que están en un barco, ¿se puede saber qué hacen con su tiempo? Además te muestran la escena donde encuentran su cama, y aunque cambie de litera, es que solo puede estar en ciertos putos lugares, estamos hablando de un entorno finito y un buen puñado de gente para revisar todos los rincones de la nave. Entonces, ¿se puede saber en qué gastan el puto día? Buscándolo no, desde luego. Y desde que saben todo eso es que pasan como 5 o 6 días aún. Si mueren es por tontos, ciegos, o perezosos, no por otra cosa.
- Con el plan del final no tengo ni idea de qué coño estaban haciendo, pero se ponen a correr y gritar por el barco luchando contra la criatura… cada uno por su puto lado… separados… se tiran al mar… es que vaya tela. ¿En serio había un plan? Jajajaja.
Pero si te sales de ahí y le das a la tripulación el conocimiento necesario para saber a qué se enfrenta, entonces surgen cuestiones que hay que resolver, y es ahí donde la película se adentra en el océano de la inverosimilitud. Veamos:
- Primero, hubiese estado bien concretar qué cojones pasa cuando te muerde el bicho. ¿Mueres? ¿Te conviertes? ¿Cuándo sucede la transformación? ¿En una hora, en diez días? Porque todo eso funciona según conviene a los guionistas. Personalmente ya creo que es un error que varios se conviertan, en el planteamiento de la película el mejor Drácula para basarse era el de Nosferatu, que era el más cabrón, la peste personificada, mataba a todos sin complicarse. En el aspecto exterior seguro que lo miraron a él, también deberían haberle robado sus otras características.
- La muchacha y todo lo que la rodea no tiene ningún sentido. Enlazando con lo anterior, la tía se pasa todo el viaje como una viva y se transforma al final de todo. De puta coña. Ni el sol la afectaba. La incoherencia del asunto solo es superada por su predictibilidad. Su presencia de primeras tampoco tiene sentido. ¿Drácula la llevó para alimentarse? ¡Pero si tiene una tripulación entera! Qué coño me están contando. Y luego la deja pasearse por ahí como si nada y contarle su historia al resto.
- Menos mal que el resto es gilipollas. A ver, una vez que ya saben que están lidiando con un ser que se alimenta de su sangre, que ataca de noche y duerme de día, y teniendo en cuenta que están en un barco, ¿se puede saber qué hacen con su tiempo? Además te muestran la escena donde encuentran su cama, y aunque cambie de litera, es que solo puede estar en ciertos putos lugares, estamos hablando de un entorno finito y un buen puñado de gente para revisar todos los rincones de la nave. Entonces, ¿se puede saber en qué gastan el puto día? Buscándolo no, desde luego. Y desde que saben todo eso es que pasan como 5 o 6 días aún. Si mueren es por tontos, ciegos, o perezosos, no por otra cosa.
- Con el plan del final no tengo ni idea de qué coño estaban haciendo, pero se ponen a correr y gritar por el barco luchando contra la criatura… cada uno por su puto lado… separados… se tiran al mar… es que vaya tela. ¿En serio había un plan? Jajajaja.
24 de agosto de 2023
24 de agosto de 2023
66 de 86 usuarios han encontrado esta crítica útil
El Último Viaje del Demeter o Drácula, Mar de Sangre, es una película que puede generar opiniones divididas. Empezando desde el título con el que se distribuye o la mera apariencia de la legendaria criatura, que, si parece un duende, un vampiro o un golum. Lo que, si no me parece que no cabe dudas, es que esta, más que una película de terror, es de suspenso.
El director André Øvredal sabe dirigir y contar historias, ya que tomar la bitácora de un capitán sobre el arribo de la galera a Londres y convertirlo en un largometraje de dos horas manteniendo al espectador atento a pesar de conocer el desenlace, es de aplaudir.
Esta es de esas películas que no esperas, pero te sorprenden, en mi caso para bien. Tenía pocas expectativas, pero gracias al guion y una buena dirección seguí al detalle la historia a pesar de los fallos argumentales y conveniencias que me hacían pensarme tirarme por la borda.
Aquellos que no han visto Drácula de Bran Stoker o leído el libro, la película no pierde tiempo en contar historias, sino que nos adentra al barco donde se transportan varias cajas sin marcar que van dirigidas a Londres. En una de ellas irá el mismísimo Drácula, sin que los tripulantes del navío lo sepan, a pesar de que empiecen a suceder cosas extrañas a bordo.
Dependiendo del gusto por los vampiros, el terror o los fallos que comente el mismo argumento para estirar el relato, puede que desconectes con la cinta. No obstante, esta es una propuesta interesante que cuenta con buen diseño de producción, un CGI creíble, buenos efectos prácticos, buena dirección, a pesar de sus fallos, un guion fluido, buena música y un reparto creíble.
Opinión de @OffTopicChannel (youtube)
El director André Øvredal sabe dirigir y contar historias, ya que tomar la bitácora de un capitán sobre el arribo de la galera a Londres y convertirlo en un largometraje de dos horas manteniendo al espectador atento a pesar de conocer el desenlace, es de aplaudir.
Esta es de esas películas que no esperas, pero te sorprenden, en mi caso para bien. Tenía pocas expectativas, pero gracias al guion y una buena dirección seguí al detalle la historia a pesar de los fallos argumentales y conveniencias que me hacían pensarme tirarme por la borda.
Aquellos que no han visto Drácula de Bran Stoker o leído el libro, la película no pierde tiempo en contar historias, sino que nos adentra al barco donde se transportan varias cajas sin marcar que van dirigidas a Londres. En una de ellas irá el mismísimo Drácula, sin que los tripulantes del navío lo sepan, a pesar de que empiecen a suceder cosas extrañas a bordo.
Dependiendo del gusto por los vampiros, el terror o los fallos que comente el mismo argumento para estirar el relato, puede que desconectes con la cinta. No obstante, esta es una propuesta interesante que cuenta con buen diseño de producción, un CGI creíble, buenos efectos prácticos, buena dirección, a pesar de sus fallos, un guion fluido, buena música y un reparto creíble.
Opinión de @OffTopicChannel (youtube)
16 de julio de 2024
16 de julio de 2024
46 de 58 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tenía muchas ganas de que me gustase «El último viaje del Demeter». Por reivindicar una cinta que —como casi todas hoy día— había pasado sin pena ni gloria por las salas de cine, y porque la dirige André Øvredal, responsable de «La autopsia de Jane Doe» («The Autopsy of Jane Doe», 2016), sin duda una de las mejores películas de terror de los últimos años. Pues bien, la decepción ha sido mayúscula.
Y eso que el escalofriante punto de partida no admite un «pero», lo mismo que la puesta en escena, favorecida por la claustrofóbica atmósfera de un velero en alta mar. En cuanto al diseño de producción, no deslumbra ni falta que le hace: el maderamen del Demeter da el pego, su ardua singladura entre tormentosas olas de varios metros acredita unos efectos digitales bastante verosímiles y ese vampiro que remite a una especie de Nosferatu pasado de esteroides aporta un ribete de serie B que suelen agradecer este tipo de historias.
El principal problema estriba en que se limita a un solo capítulo de la celebérrima novela de Bram Stoker. A la pregunta de si tan escaso y conciso material literario daba para un largometraje alguien debería haber mostrado el sentido común de responder que no. Porque para alargar la cosa hasta las dos horas de rigor se incurre en una reiteración «ad nauseam» de la misma escena: noche cerrada, cubierta desierta, centinela degollado. Evidentemente, a la tercera noche y con una hora larga de metraje por delante, «El último viaje del Demeter» ha perdido todo el interés concitado por el brillante planteamiento.
Como lamentablemente es de uso en el subgénero, los personajes siempre toman las decisiones menos indicadas para la propia supervivencia. Aquí además lo hacen con insistencia genocida. Ejemplo palmario de lo cual es que hacia la mitad de la trama llegan a la conclusión de que el origen de todos sus males radica en un puñado de cajas procedentes de los Cárpatos con destino Londres. No obstante, tirarlas por la borda ni se les pasa por la cabeza. Mejor continuamos dejándonos liquidar uno a uno.
Mención aparte merecen las servidumbres «woke», igualmente acostumbradas de un tiempo a esta parte, pero que aquí llevan el absurdo a cotas inauditas. Los héroes son un médico negro y una campesina transilvana con anemia. Por supuesto, esta última maneja las armas de fuego con la solvencia de un pelotón de fusileros. El resto de la marinería, varones blancos —y supongo que heterosexuales, encima eso— todos ellos, manifiesta una inteligencia rayana en la discapacidad.
Una muestra ilustrativa de los sinsentidos a que conduce ideologizar a bulto la encontramos camino ya del desenlace, cuando, con media tripulación en el otro barrio y la otra media consciente de que, en el más optimista de los casos, lo tiene definitivamente crudo, el protagonista racializado se descuelga con una encendida filípica a cuenta de la discriminación laboral a la que siempre se ha visto sometido con motivo del color de su piel. El personaje interpretado por David Dastmalchian se le queda mirando con cara de «soy un timonel ruso del siglo XIX luchando por su vida contra una criatura del averno, ¿qué cojones me estás contando, tovarich?» y sigue a lo suyo.
Y eso que el escalofriante punto de partida no admite un «pero», lo mismo que la puesta en escena, favorecida por la claustrofóbica atmósfera de un velero en alta mar. En cuanto al diseño de producción, no deslumbra ni falta que le hace: el maderamen del Demeter da el pego, su ardua singladura entre tormentosas olas de varios metros acredita unos efectos digitales bastante verosímiles y ese vampiro que remite a una especie de Nosferatu pasado de esteroides aporta un ribete de serie B que suelen agradecer este tipo de historias.
El principal problema estriba en que se limita a un solo capítulo de la celebérrima novela de Bram Stoker. A la pregunta de si tan escaso y conciso material literario daba para un largometraje alguien debería haber mostrado el sentido común de responder que no. Porque para alargar la cosa hasta las dos horas de rigor se incurre en una reiteración «ad nauseam» de la misma escena: noche cerrada, cubierta desierta, centinela degollado. Evidentemente, a la tercera noche y con una hora larga de metraje por delante, «El último viaje del Demeter» ha perdido todo el interés concitado por el brillante planteamiento.
Como lamentablemente es de uso en el subgénero, los personajes siempre toman las decisiones menos indicadas para la propia supervivencia. Aquí además lo hacen con insistencia genocida. Ejemplo palmario de lo cual es que hacia la mitad de la trama llegan a la conclusión de que el origen de todos sus males radica en un puñado de cajas procedentes de los Cárpatos con destino Londres. No obstante, tirarlas por la borda ni se les pasa por la cabeza. Mejor continuamos dejándonos liquidar uno a uno.
Mención aparte merecen las servidumbres «woke», igualmente acostumbradas de un tiempo a esta parte, pero que aquí llevan el absurdo a cotas inauditas. Los héroes son un médico negro y una campesina transilvana con anemia. Por supuesto, esta última maneja las armas de fuego con la solvencia de un pelotón de fusileros. El resto de la marinería, varones blancos —y supongo que heterosexuales, encima eso— todos ellos, manifiesta una inteligencia rayana en la discapacidad.
Una muestra ilustrativa de los sinsentidos a que conduce ideologizar a bulto la encontramos camino ya del desenlace, cuando, con media tripulación en el otro barrio y la otra media consciente de que, en el más optimista de los casos, lo tiene definitivamente crudo, el protagonista racializado se descuelga con una encendida filípica a cuenta de la discriminación laboral a la que siempre se ha visto sometido con motivo del color de su piel. El personaje interpretado por David Dastmalchian se le queda mirando con cara de «soy un timonel ruso del siglo XIX luchando por su vida contra una criatura del averno, ¿qué cojones me estás contando, tovarich?» y sigue a lo suyo.
29 de agosto de 2023
29 de agosto de 2023
42 de 56 usuarios han encontrado esta crítica útil
He tenido la oportunidad, de leer la novela Drácula, del escritor irlandés Bram Stoker, en dos oportunidades, una hace ya unos cuantos años atrás, durante mi juventud y la segunda, hace pocos años y ya en mi madurez. El capítulo, dedicado al traslado del sangriento conde, desde los cárpatos hasta Gran Bretaña en barco, siempre ha sido uno de los que considero más sobresalientes o cuando menos, es de mis capítulos preferidos de la novela. Por ello, cuando hace varios meses atrás, supe de la existencia de esta película, que contaría los hechos ocurridos en ese capítulo, me mantuve atento, a seguir toda información que pudiese conseguir sobre ella, tanto en su etapa de pre producción, cómo posteriormente en su etapa de filmación y de post producción y obviamente fui a ver dicha obra, en los primeros días de su estreno.
Lamentablemente, la película fue una decepción. No todo en ella es malo. Tiene sus virtudes. Por desgracia, son menos que sus defectos.
Entre las cosas positivas, decir que su diseño de producción, funciona muy bien. Tanto en ese poblado y su puerto, dónde se embarca el cargamento que irá hasta Gran Bretaña, cómo en esa embarcación, bien sea en su parte superior como en las partes internas de la misma, se respira y se siente estar en ese siglo XIX y logra crear una ambientación oscura y tétrica, que sienta bien a la película. Los efectos visuales, pese a ser una película de moderado presupuesto, cumplen bien. Y a favor de la película, también decir que el comienzo de la misma, guarda mucha fidelidad con la novela y está bien desarrollada y es interesante.
Pero los errores, se imponen claramente a las virtudes. Y uno de sus principales problemas, es que la película, solo en muy contadas oportunidades, logra causar inquietud, miedo o ponernos mal cuerpo. Y eso lógicamente, en un film de terror es un problema grave. Un segundo inconveniente, es la aparición visual demasiado temprano, de Drácula. En películas como Tiburón de Spielberg o Alien de Scott, tanto el temible tiburón como el sanguinario Xenomorfo, no son vistos en plenitud hasta bien adelantada la película y eso da un aire de misterio e inquietud muy interesantes a esas obras. Aquí vemos la figura de Drácula, bastante temprano y considero que eso resta, en lugar de sumar. También las muertes que vemos, son muy toscas, muy gráficas, faltas de un poco más de clase o glamour. Otro factor que sinceramente odié, fue el diseño de Drácula. Visualmente es terrible. Parece más cualquier criatura que el sangriento conde. Me recordó al demonio, de la saga Jeepers Creepers. Un diseño realmente desafortunado. Por último, decir que el final de la película, no es exactamente igual al de la novela, no daré detalles por no hacer spoiler, pero se toma alguna libertad, en cuanto al cierre o desenlace.
En resumidas cuentas, una oportunidad en gran medida perdida. Algo que pudo haber sido bastante mejor de lo que resultó. Un naufragio........
Lamentablemente, la película fue una decepción. No todo en ella es malo. Tiene sus virtudes. Por desgracia, son menos que sus defectos.
Entre las cosas positivas, decir que su diseño de producción, funciona muy bien. Tanto en ese poblado y su puerto, dónde se embarca el cargamento que irá hasta Gran Bretaña, cómo en esa embarcación, bien sea en su parte superior como en las partes internas de la misma, se respira y se siente estar en ese siglo XIX y logra crear una ambientación oscura y tétrica, que sienta bien a la película. Los efectos visuales, pese a ser una película de moderado presupuesto, cumplen bien. Y a favor de la película, también decir que el comienzo de la misma, guarda mucha fidelidad con la novela y está bien desarrollada y es interesante.
Pero los errores, se imponen claramente a las virtudes. Y uno de sus principales problemas, es que la película, solo en muy contadas oportunidades, logra causar inquietud, miedo o ponernos mal cuerpo. Y eso lógicamente, en un film de terror es un problema grave. Un segundo inconveniente, es la aparición visual demasiado temprano, de Drácula. En películas como Tiburón de Spielberg o Alien de Scott, tanto el temible tiburón como el sanguinario Xenomorfo, no son vistos en plenitud hasta bien adelantada la película y eso da un aire de misterio e inquietud muy interesantes a esas obras. Aquí vemos la figura de Drácula, bastante temprano y considero que eso resta, en lugar de sumar. También las muertes que vemos, son muy toscas, muy gráficas, faltas de un poco más de clase o glamour. Otro factor que sinceramente odié, fue el diseño de Drácula. Visualmente es terrible. Parece más cualquier criatura que el sangriento conde. Me recordó al demonio, de la saga Jeepers Creepers. Un diseño realmente desafortunado. Por último, decir que el final de la película, no es exactamente igual al de la novela, no daré detalles por no hacer spoiler, pero se toma alguna libertad, en cuanto al cierre o desenlace.
En resumidas cuentas, una oportunidad en gran medida perdida. Algo que pudo haber sido bastante mejor de lo que resultó. Un naufragio........
17 de julio de 2024
17 de julio de 2024
25 de 28 usuarios han encontrado esta crítica útil
La espera ha terminado, El último viaje del Demeter ha llegado a España a través de Prime Video después de que su estreno en cines se cancelase por el fracaso enorme de taquilla que tuvo en USA. El servidor aquí presente tenía interés en ver esta cinta, ya que la temática me parecía atrayente, y el hecho de basarse en un capítulo de la novela de Drácula ya era una apuesta segura para verla en Prime cuando se estrenase. Sin embargo, he de decir que he quedado bastante decepcionado con el resultado de la cinta.
Después del éxito que tuvo Historias de miedo para contar en la oscuridad (2019), André Øvredal parece que ha perdido el rumbo, y aquí tenemos otra muestra más de que el director está perdiendo el rumbo. La película narra la expedición que tuvo que hacer un barco de nombre Demeter desde Carpatia a Londres para transportar una misteriosa carga. Desgraciadamente, la película falla estrepitosamente en su premisa, entregándonos una cinta fallida en varios aspectos.
El último viaje del Demeter es una obra que a nivel técnico es completamente irreprochable, ya que los decorados, maquillaje y ambientación están muy bien logrados. Se nota que en este aspecto sí le pusieron muchas ganas a la cinta, especialmente lo que es el propio barco, que también es digno de elogio la recreación. También me gustó la banda sonora de Bear McCreary, ya que le da un muy buen toque de tenebrosidad, y por último puedo resaltar el inicio de la película, donde se nos presenta a la tripulación, a los miembros y todo eso, realmente me gustaron todos estos aspectos.
Entonces, ¿Cuáles han sido los factores que han hecho que suspenda a la cinta? pues el principal factor ha sido su lento y aburrido ritmo. Parece ya una costumbre hacer películas que a nivel visual cumplan pero que en el resto de apartados no pueden dar más de sí. La película pese a iniciar bien, no sabe mantener la tensión en ningún momento, se hace pesada, especialmente durante la segunda mitad, donde prácticamente no ocurre nada que genere interés. Otro problema que tengo con la cinta es el guión, que es muy soso y no da nada de profundidad a sus personajes o a la historia. Y la previsibilidad del relato es algo que se puede obviar.
Resumiendo, pese al magnífico acabado del barco y la recreación de ciudades, hay poco que rescatar de El último viaje del Demeter. Falla el guion, apenas hay terror (y cuando la hay no impresiona nada, como la secuencia de los animales devorados), Hawkins se limita poco menos que a posar, y en general los personajes carecen de entidad, repiten las frases y las situaciones típicas del género, sin más. Una pena.
Después del éxito que tuvo Historias de miedo para contar en la oscuridad (2019), André Øvredal parece que ha perdido el rumbo, y aquí tenemos otra muestra más de que el director está perdiendo el rumbo. La película narra la expedición que tuvo que hacer un barco de nombre Demeter desde Carpatia a Londres para transportar una misteriosa carga. Desgraciadamente, la película falla estrepitosamente en su premisa, entregándonos una cinta fallida en varios aspectos.
El último viaje del Demeter es una obra que a nivel técnico es completamente irreprochable, ya que los decorados, maquillaje y ambientación están muy bien logrados. Se nota que en este aspecto sí le pusieron muchas ganas a la cinta, especialmente lo que es el propio barco, que también es digno de elogio la recreación. También me gustó la banda sonora de Bear McCreary, ya que le da un muy buen toque de tenebrosidad, y por último puedo resaltar el inicio de la película, donde se nos presenta a la tripulación, a los miembros y todo eso, realmente me gustaron todos estos aspectos.
Entonces, ¿Cuáles han sido los factores que han hecho que suspenda a la cinta? pues el principal factor ha sido su lento y aburrido ritmo. Parece ya una costumbre hacer películas que a nivel visual cumplan pero que en el resto de apartados no pueden dar más de sí. La película pese a iniciar bien, no sabe mantener la tensión en ningún momento, se hace pesada, especialmente durante la segunda mitad, donde prácticamente no ocurre nada que genere interés. Otro problema que tengo con la cinta es el guión, que es muy soso y no da nada de profundidad a sus personajes o a la historia. Y la previsibilidad del relato es algo que se puede obviar.
Resumiendo, pese al magnífico acabado del barco y la recreación de ciudades, hay poco que rescatar de El último viaje del Demeter. Falla el guion, apenas hay terror (y cuando la hay no impresiona nada, como la secuencia de los animales devorados), Hawkins se limita poco menos que a posar, y en general los personajes carecen de entidad, repiten las frases y las situaciones típicas del género, sin más. Una pena.
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