James Whitehouse es un psicópata que está acostumbrado a salirse con la suya, que para eso es blanco, pijo, rico, heterosexual y de derechas. Eso sí, una persona con ese impulso irresistible para abusar de las mujeres se ha tirado 20 años controlándose y engañando completamente a una mujer que lo conoce desde que tenía acné. Ummm.

De repente se lía con una asistente que está loca por él, y durante 5 meses tiene un comportamiento sexual completamente normal. Ummmm.

Sin saber muy bien por qué, él deja a la asistenta. Sí, él. Y después de dejarla y a pesar de que puede tenerla cuando quiera, la viola. Y no en un hotel o en una casa de campo, sino en el mismísimo Parlamento, donde cualquiera podría haberlos visto, y haber acabado con esa brillante carrera política que parece ser lo único que de verdad le importa a este malvado machirulo. Ummmmm.

Y por si fuera poco, al poco tiempo nos enteramos de que en la universidad violó a la típica chica fea y gordita en la que nadie se fija. Y sólo a ésa. Saliendo con la chica más guapa de la facultad. Y justo la misma noche que muere uno de sus mejores amigos, lo que está a punto de costarle su futuro. ¿De verdad alguien puede creerse que a cualquiera le pueda apetecer tener sexo, y encima forzado, en semejantes circunstancias? Ummmmmmmm.

Suena todo muy cogido por los pelos, ¿verdad? Pues no amigos, porque al final triunfa la sororidad, y los hombres blancos, pijos, ricos, heterosexuales y de derechas obtienen lo que merecen.

A ver, ¿cómo podemos tragarnos el giro de guión, así a pelo, sin agua ni nada?. Yo no he podido.
¿Por qué Holly tuvo que cambiarse la identidad, el aspecto y hasta la voz (sin hablar de los centímetros que ganó con los años)? ¿Es que era un testigo protegido de la poli que iba a declarar contra algún mafioso?. No tiene ni pies ni cabeza, no se explica en ningún momento algo de tanta importancia en la historia.

Pero la cosa no acaba aquí, no. En cuanto el caso llega a sus manos debería haber esquivado actuar como acusación ya que existía un claro conflicto de intereses que se podría haber descubierto y arruinar su carrera. Pero no, la implacable Kate se lanza a una venganza sin freno. El interrogatorio que hace del acusado es patético repitiendo las mismas preguntas una y otra vez sin que la fiscal proteste ni diga "esta boca es mía". La mujer se da cuenta que quién es Kate en realidad porque, oh sorpresa, usa post-it de colores (la única en el mundo) igual que su antigua compañera Holly. Y para rizar el rizo de lo absurdo, Kate le cuenta toda la verdad de su identidad a su amante casado para cortar con él al segundo siguiente.

Pero chica, ¿es que estás deseando destrozar tu carrera?. El proceder de Holly/Kate no tiene ninguna lógica.

Y otra cosa, buscan a Holly ¿y no se les ocurre preguntar a su amiga del alma de la universidad con la que Kate sigue manteniendo una estrecha amistad?. Si parece que vive allí. Un despropósito total.

Dicho ésto, la miniserie es muy entretenida si la ves con el cerebro en modo "suspensión de incredulidad".

1. En cuanto el caso llega a manos de Kate, esta debería haberse excusado ya que existía un claro conflicto de intereses. Es poco creíble que esté dispuesta a arruinar su carrera de esa forma.
2. El caso nunca tendría que haber siso elevado a juicio. Veamos, todo abogado sabe que para acusar a alguien HAY QUE TENER PRUEBAS medianamente contundentes. Esto es: cualquiera puede denunciar, pero esa denuncia pasará, por así decirlo, por una suerte de examen de admisibilidad para evaluar si realmente hay un caso que amerite ir a juicio. En el supuesto de la serie NO lo hay. Pues no hay testigos del hecho, no hay cámaras, no hay fotos, no hay pericias médicas que muestran que la victima sufrió agresión sexual, ni pericias psicológicas que muestren que el tiene un perfil de abusador o mitómano, y que ella no fábula. Nada, nada, pero nada de eso hay. La fiscal acusa con CERO prueba. Solo la palabra de la victima.
Entonces, cualquier persona con una mínima formación en derecho ve el argumento desde el principio como sumamente endeble. Uno espera que Kate saque alguna prueba de la galera que justifique la acusación, pero esta no aparece. Siendo ello así, el veredicto (por más que sea verdad lo que la chica dice) es obvio que debe ser absolutorio jurídicamente hablando.
Con lo cual el visionario se torna aburrido.
3. Ese giro de Holly es rarito, pero ok, le da un poco de aire al relato. Cierta justificación aunque mediocre, de la saña de Holly en una acusación sin pruebas.
4. El interrogatorio de Kate...,otro absurdo. Es imposible que pregunte una y otra vez lo mismo, sin que el otro abogado se oponga y le hagan lugar!!
5. Se deja ver qué hay alguien queriendo exponer a Kate/Holly, pero nunca se revela quien es.
6. Tantooo miedo a perder su carrera al final y luego Holly lo va a acusar a James otra vez ????
Acaso no sería lo más fácil del mundo desarticularla al decir que ella es Holly? Y que está ensañada con él al punto de ocultar su identidad para poder hacerlo? Exponerla como poco imparcial y destruír su carrera sería fácil.
7. Ni hablar que DE NUEVO veo cero pruebas en la nueva acusación contra James. Y que fácil sería desarticular el chisme de Sienna Miller, como mujer despechada.

Cómo se ve, todo todo está mal argumentado e hilvanado. Una pena.

Solo se salva Sienna Miller que actúa estupendamente.

Recomiendo encarecidamente a los miembros de la RAE que vean 'Anatomía de un escándalo' e incluyan de una vez el nuevo lenguaje político-ideológico de uso común en el diccionario. Tienen una gran oportunidad de incluir términos como patriarcado, heteropatriarcado o sororidad.

Sí, esta serie nos define sin matices qué es el (hetero)patriarcado en el mundo occidental actual: un hatajo de machos jóvenes de la especie humana ricos, déspotas, viciosos, mentirosos, cínicos, machistas, violadores, homicidas... llamados a ocupar el poder en las instituciones con los votos de la ultraderecha.

También pueden comprender y definir, a través del incuestionable 'Hermana yo sí te creo' el concepto de sororidad o colectivismo forzoso de mujeres buscando el bien común: la abogada de la acusación (casualmente violada veinte años atrás por el individuo que ahora acusa y que ha cambiado de identidad, de aspecto y de altura), su ayudante que enseguida ve que el acusado es un violador porque tiene aspecto de violador, la abogada de la defensa que ve que lo declaran no culpable muy a su pesar, y la más lenta, Sienna, que finalmente entiende qué es el patriarcado y cuya única salida loable es entrar en la sororidad expiando sus pecados de juventud (fue vaga, no ejerció oficio remunerado, vivió a todo lujo de parasitar un heteropatriarca), dando a la policía la llave para capturar a dos heteropatriarcas opresores, machistas, violadores y homicidas.

Efectivamente, la violación a la ayudante del político no tiene grises porque el consentimiento se da o no y ella no lo dio. La moralina de la serie tampoco tiene matices: blanco inmaculado beatífico para las damas; más allá del negro para los caballeros.

Por último, propongo que hagan muchas más temporadas igual de maniqueas. No todo el mundo está convencido todavía de que los grises se terminaron.