Wicked
6,5
7.239
Musical. Fantástico. Comedia. Aventuras
Ambientada en la Tierra de Oz, mucho antes de la llegada de Dorothy Gale desde Kansas. Elphaba es una joven incomprendida por su inusual color verde que aún no ha descubierto su verdadero poder. Glinda es una popular joven marcada por sus privilegios y su ambición que aún no ha descubierto su verdadera pasión. Las dos se conocen como estudiantes de la Universidad Shiz, en la fantástica Tierra de Oz, y forjan una insólita pero profunda ... [+]
22 de noviembre de 2024
22 de noviembre de 2024
185 de 252 usuarios han encontrado esta crítica útil
La primera parte de la adaptación cinematográfica de 'Wicked' dura más o menos lo mismo que dura el musical original, unas dos horas y media (sin contar créditos o descanso). Esto termina por ser un evidente problema dado que, en efecto, 'Wicked: Parte uno' se hace larga y pesada; especialmente para lo poco que cuenta... y sobre todo por la manera tan simple en la que lo cuenta.
Es complicado no pensar en musicales como 'Cats', pero aún es más complicado no pensar en películas "en acción real" de Disney como sin ir más lejos 'Oz. Un mundo de fantasía', también una precuela de la archiconocida 'El mago de Oz'. Producciones "hinchadas" y sobreproducidas que parecen haber costado 300 millones de dólares, aunque luzcan como si hubiesen costado menos de 100.
Producciones envueltas en un suntuoso y desmesurado artificio de opulencia extremadamente higiénica, mucho más cercano a un cosplay que a la debida suspensión de la incredulidad o a la magia teatral, siendo además evidente que le han quitado el precinto a los muebles y las etiquetas a la ropa justo antes de rodar. Un piso piloto de catálogo que bien podría haber hecho una IA...
Quizá esté sonando demasiado duro... pero es que son dos largas y pesadas horas y media.
'Wicked: Parte uno' no es una mala película, pero sí es una tirando a simplona, con una duración a todas luces excesiva y un tono demasiado inconsistente como para cuajar en algo en particular. A uno, en este punto, se le viene a la cabeza el remake de 'Chicas malas' respecto a la propia 'Chicas malas' original: o cuando menos es más, y cantar, sin más, tampoco aporta mucho más.
Se trata de hacer algo tan sencillo (como a la vez complicado) como hizo 'El gran showman': dejar que las canciones vertebren la película. Qué coño, que sean LA PELÍCULA. Al fin y al cabo, hablamos de un musical. Y 'Wicked' es un musical (por más que algunos "jokers" les pese). La historia, simple y previsible, tópica y rutinaria, es lo de menos. Ni que Oz fuese un auténtico mago, ¿verdad?
El problema de 'Wicked: Parte uno' es el mismo de tantas otros blockbusters de Disney como la mencionada 'Oz. Un mundo de fantasía', o casi cualquier "live action": nadar en una abundancia que deriva en un pijerio exacerbado y una preocupación excesiva por lo superficial, lo banal y lo superfluo. En un exceso de casi cualquier cosa menos de lo más fundacional: la magia.
La magia que, sin duda, a cuenta gotas aportan Cynthia Erivo y Ariana Grande, en especial cuando cantan. La magia de la música, y de un musical de un éxito incuestionable cuyo despliegue sobre el escenario es, a buen seguro, mucho más comedido y práctico que el expuesto en su adaptación a la gran pantalla. Una adaptación que además, promete (o amenaza) durar incluso el doble.
Quizá esté sonando demasiado duro... pero es que son dos largas y pesadas horas y media. Y aún queda una segunda parte ¿de también dos horas y media de duración?
¿Acaso era necesario dividir en dos películas esta adaptación? Ni sí... ni no. Pero, por lo pronto, 'Wicked: Parte uno' es una producción demasiado simple y sencilla cuyo exceso de metraje diluye sus bondades, derivándose en una especie de cruce entre 'Chicas malas' y 'Oz. Un mundo de fantasía' que antes que la adaptación de un musical parece un intento por emular a Disney.
Pero a esa Disney hipertrofiada que ya no sabe gastar con moderación en películas no ya que parezcan películas, sino que no parezcan caros pero vulgares anuncios de colonia para progres pijos. 'Wicked: Parte uno', lo dicho, no es una mala película... y cuando da rienda suelta a Cynthia Erivo y Ariana Grande se disfruta. Pero es que son dos horas y media de un preciosista y vacío déjà vu.
Dos largas y pesadas horas y media que apenas desarrollan nada, repletas de tópicos y con el 90% del reparto de figurante durante las que además da innumerables bandazos tonales sin terminar de ser nada en particular; en especial, lo que se supone que es: un musical, indisimulado y de los pies a la cabeza. Así, nos queda una obra diluida e irregular, plana y apocada.
Una película en la que parecen pasar horas entre los números musicales, no por casualidad cuando sus carencias dejan de molestar. Bastante sintomático es que cuando aparece el "to be continued" uno sale corriendo de la sala, como si fuera el descanso de la obra y uno aprovechase a huir... dado que a esas alturas, uno siente que no le han contado nada al mismo tiempo que ya se lo han dicho todo.
¿Acaso era necesario dividir en dos películas esta adaptación...?
Es complicado no pensar en musicales como 'Cats', pero aún es más complicado no pensar en películas "en acción real" de Disney como sin ir más lejos 'Oz. Un mundo de fantasía', también una precuela de la archiconocida 'El mago de Oz'. Producciones "hinchadas" y sobreproducidas que parecen haber costado 300 millones de dólares, aunque luzcan como si hubiesen costado menos de 100.
Producciones envueltas en un suntuoso y desmesurado artificio de opulencia extremadamente higiénica, mucho más cercano a un cosplay que a la debida suspensión de la incredulidad o a la magia teatral, siendo además evidente que le han quitado el precinto a los muebles y las etiquetas a la ropa justo antes de rodar. Un piso piloto de catálogo que bien podría haber hecho una IA...
Quizá esté sonando demasiado duro... pero es que son dos largas y pesadas horas y media.
'Wicked: Parte uno' no es una mala película, pero sí es una tirando a simplona, con una duración a todas luces excesiva y un tono demasiado inconsistente como para cuajar en algo en particular. A uno, en este punto, se le viene a la cabeza el remake de 'Chicas malas' respecto a la propia 'Chicas malas' original: o cuando menos es más, y cantar, sin más, tampoco aporta mucho más.
Se trata de hacer algo tan sencillo (como a la vez complicado) como hizo 'El gran showman': dejar que las canciones vertebren la película. Qué coño, que sean LA PELÍCULA. Al fin y al cabo, hablamos de un musical. Y 'Wicked' es un musical (por más que algunos "jokers" les pese). La historia, simple y previsible, tópica y rutinaria, es lo de menos. Ni que Oz fuese un auténtico mago, ¿verdad?
El problema de 'Wicked: Parte uno' es el mismo de tantas otros blockbusters de Disney como la mencionada 'Oz. Un mundo de fantasía', o casi cualquier "live action": nadar en una abundancia que deriva en un pijerio exacerbado y una preocupación excesiva por lo superficial, lo banal y lo superfluo. En un exceso de casi cualquier cosa menos de lo más fundacional: la magia.
La magia que, sin duda, a cuenta gotas aportan Cynthia Erivo y Ariana Grande, en especial cuando cantan. La magia de la música, y de un musical de un éxito incuestionable cuyo despliegue sobre el escenario es, a buen seguro, mucho más comedido y práctico que el expuesto en su adaptación a la gran pantalla. Una adaptación que además, promete (o amenaza) durar incluso el doble.
Quizá esté sonando demasiado duro... pero es que son dos largas y pesadas horas y media. Y aún queda una segunda parte ¿de también dos horas y media de duración?
¿Acaso era necesario dividir en dos películas esta adaptación? Ni sí... ni no. Pero, por lo pronto, 'Wicked: Parte uno' es una producción demasiado simple y sencilla cuyo exceso de metraje diluye sus bondades, derivándose en una especie de cruce entre 'Chicas malas' y 'Oz. Un mundo de fantasía' que antes que la adaptación de un musical parece un intento por emular a Disney.
Pero a esa Disney hipertrofiada que ya no sabe gastar con moderación en películas no ya que parezcan películas, sino que no parezcan caros pero vulgares anuncios de colonia para progres pijos. 'Wicked: Parte uno', lo dicho, no es una mala película... y cuando da rienda suelta a Cynthia Erivo y Ariana Grande se disfruta. Pero es que son dos horas y media de un preciosista y vacío déjà vu.
Dos largas y pesadas horas y media que apenas desarrollan nada, repletas de tópicos y con el 90% del reparto de figurante durante las que además da innumerables bandazos tonales sin terminar de ser nada en particular; en especial, lo que se supone que es: un musical, indisimulado y de los pies a la cabeza. Así, nos queda una obra diluida e irregular, plana y apocada.
Una película en la que parecen pasar horas entre los números musicales, no por casualidad cuando sus carencias dejan de molestar. Bastante sintomático es que cuando aparece el "to be continued" uno sale corriendo de la sala, como si fuera el descanso de la obra y uno aprovechase a huir... dado que a esas alturas, uno siente que no le han contado nada al mismo tiempo que ya se lo han dicho todo.
¿Acaso era necesario dividir en dos películas esta adaptación...?
22 de noviembre de 2024
22 de noviembre de 2024
101 de 151 usuarios han encontrado esta crítica útil
Puede ser una obviedad, pero debo empezar esta crítica recalcando y subrayando algo: 'Wicked' es un musical. No solo eso: es un musical que no se avergüenza de su condición y retoma el espíritu de los grandilocuentes montajes de antaño. No tiene ningún interés ni por engañar al público general al que no le guste el género ni por innovar en su concepción porque no lo necesita. Así que sí, efectivamente, si eres de esas personas a las que les da urticaria que los actores se pongan a cantar y bailar, aléjate todo lo que puedas de esta película. Si, por el contrario, se te ponen los pelos de punta cada vez que escuchas "I hope you're happy, I hope you're happy now" ve haciendo cola, porque 'Wicked', por suerte, no defrauda.
'Wicked' fue el musical que hizo que me enamorara de los musicales para siempre y sin remisión. Entré a al Apollo Victoria Theatre hace quince años sin saber qué esperar, pero salí embaucado por unas voces espectaculares, unos personajes que podían volar delante de mis ojos, una historia impactante y fresca, unas coreografías únicas y una burbujeante sensación de descubrimiento. Y por eso, cuando anunciaron que iba a pasar del teatro al cine después de tantos años de rumores, tuve dos sensaciones contradictorias: por un lado, la de la ilusión por ver representado en una pantalla todo aquello que me obsesionaba. Por otro, el miedo a que saliera todo mal y se doblegaran a los intereses de un mal llamado público general. Que, por si no lo habéis notado, tiende a despreciar los musicales.
Por suerte, 'Wicked' no coge rehenes en ningún momento ni trata de agradar a la parte del público que se niega a disfrutar de un musical de ninguna de las maneras. Es más: redobla sus esfuerzos para mostrar una grandiosidad épica a unos niveles que no hemos podido ver en ninguna película del género reciente. Porque no puedes contar la historia de Elphaba y Glinda a medias: tiene que tener una escala gigantesca, salirse de cualquier convención sobre las tendencias actuales y sorprender de manera continua al espectador, incluso al que ya conoce la obra de teatro de memoria.
Para ello, el director, Jon M. Chu (que ya resolvió notablemente 'En un barrio de Nueva York'), no se centra en recrear las coreografías y los trucos visuales del original, sino que utiliza el medio audiovisual para añadir enjundia, humor y espectacularidad a las canciones. Al contrario que otras versiones modernas como 'Matilda' o 'Chicas malas', la función de esta película no es hacer que el público se sienta como en un teatro, sino adaptar la experiencia a la narrativa del cine. El resultado es, en su mayor parte, glorioso. Canciones como 'Defying Gravity', 'The wizard and I' o 'Dancing through life' se benefician enormemente de esta reinvención de la obra original y consiguen que sintamos lo imposible: la misma fascinación por 'Wicked' que la primera vez que la vimos.
En lo personal -y puede que solo sea un apunte tiquismiquis- creo que el mayor error de la cinta radica en querer alargar las canciones de manera artificial, con nuevos diálogos y situaciones que cortan el ritmo de temas que no se benefician de las pausas, como 'Popular' o la propia 'Defying Gravity'. Es comprensible que, al dotar de una nueva perspectiva audiovisual a 'Wicked', precisen de más aclaraciones y partes habladas, pero al final suponen un pequeño borrón en lo que, por otro lado, es un rotundo triunfo.
Se echa un poco de menos, eso sí, que, puestos a añadir trasfondo, la película no solo profundice en la relación entre las dos amigas, sino también en el entramado sociopolítico de Oz, donde podría haber echado mano de la novela original de Gregory Maguire. Por suerte, esto no significa que 'Wicked' no se atreva, también en su versión cinematográfica, a mostrar la cara B de 'El mago de Oz' y dar una perspectiva mucho más siniestra de la novela original de L. Frank Baum, aunque esta vaya intercalada entre alegres números musicales. Al fin y al cabo, no hay que llamarse a engaño ni dejar que los árboles tapen el bosque: aunque tenga un tono de comedia constante, este es, el fondo, un drama sobre la auto-aceptación, la rebeldía contra la autoridad, la decepción y la culpa muy alejado de Toto y Dorothy (que tienen su cameo aquí, por supuesto).
Había un runrún constante sobre la participación de Ariana Grande en el musical. Al fin y al cabo, la cantante nunca había tenido un papel de esta magnitud, más allá de su prominente carrera artística (que le ha valido, entre otros, dos Grammy), pero consigue encapsular a la perfección el tono naíf de su personaje y su armonía musical, sorprendiendo a propios y extraños con una caracterización perfecta: en cuestión de segundos deja de ser la estrella del pop para convertirse en Glinda la Buena. Por su parte, Cynthia Erivo no se queda atrás, mostrando su poderío vocal y deslumbrando en temas como 'I'm not that girl' o, por supuesto, 'Defying Gravity'. Ambas son perfectas, resultan vibrantes y saben dar un toque único a dos papeles que, conscientemente, saben que serán analizados con lupa por los fans alrededor del mundo.
Acostumbrados como estamos -tristemente- a un estilo visual en los blockbusters que trata de ser único pero también llegar a todos los espectros demográficos, es refrescante ver que aquí han decidido ir por su cuenta: colores palpitantes, curvas y formas llamativas, vestidos exagerados, diseños atrevidos y efectos visuales que no se avergüenzan de explotar la épica CGI más despampanante y eficiente. Porque 'Wicked' es una rara avis, un musical que retoma la grandeza de los grandes clásicos del género pero llevándolo a su terreno, reformula 'El mago de Oz' sin faltarle al respeto, mete en tu cabeza una banda sonora que dista mucho de estar anquilosada y redescubre a todos, novatos o expertos en el original, la magia de desafiar la gravedad.
Puntuación: 9 sobre 10.
'Wicked' fue el musical que hizo que me enamorara de los musicales para siempre y sin remisión. Entré a al Apollo Victoria Theatre hace quince años sin saber qué esperar, pero salí embaucado por unas voces espectaculares, unos personajes que podían volar delante de mis ojos, una historia impactante y fresca, unas coreografías únicas y una burbujeante sensación de descubrimiento. Y por eso, cuando anunciaron que iba a pasar del teatro al cine después de tantos años de rumores, tuve dos sensaciones contradictorias: por un lado, la de la ilusión por ver representado en una pantalla todo aquello que me obsesionaba. Por otro, el miedo a que saliera todo mal y se doblegaran a los intereses de un mal llamado público general. Que, por si no lo habéis notado, tiende a despreciar los musicales.
Por suerte, 'Wicked' no coge rehenes en ningún momento ni trata de agradar a la parte del público que se niega a disfrutar de un musical de ninguna de las maneras. Es más: redobla sus esfuerzos para mostrar una grandiosidad épica a unos niveles que no hemos podido ver en ninguna película del género reciente. Porque no puedes contar la historia de Elphaba y Glinda a medias: tiene que tener una escala gigantesca, salirse de cualquier convención sobre las tendencias actuales y sorprender de manera continua al espectador, incluso al que ya conoce la obra de teatro de memoria.
Para ello, el director, Jon M. Chu (que ya resolvió notablemente 'En un barrio de Nueva York'), no se centra en recrear las coreografías y los trucos visuales del original, sino que utiliza el medio audiovisual para añadir enjundia, humor y espectacularidad a las canciones. Al contrario que otras versiones modernas como 'Matilda' o 'Chicas malas', la función de esta película no es hacer que el público se sienta como en un teatro, sino adaptar la experiencia a la narrativa del cine. El resultado es, en su mayor parte, glorioso. Canciones como 'Defying Gravity', 'The wizard and I' o 'Dancing through life' se benefician enormemente de esta reinvención de la obra original y consiguen que sintamos lo imposible: la misma fascinación por 'Wicked' que la primera vez que la vimos.
En lo personal -y puede que solo sea un apunte tiquismiquis- creo que el mayor error de la cinta radica en querer alargar las canciones de manera artificial, con nuevos diálogos y situaciones que cortan el ritmo de temas que no se benefician de las pausas, como 'Popular' o la propia 'Defying Gravity'. Es comprensible que, al dotar de una nueva perspectiva audiovisual a 'Wicked', precisen de más aclaraciones y partes habladas, pero al final suponen un pequeño borrón en lo que, por otro lado, es un rotundo triunfo.
Se echa un poco de menos, eso sí, que, puestos a añadir trasfondo, la película no solo profundice en la relación entre las dos amigas, sino también en el entramado sociopolítico de Oz, donde podría haber echado mano de la novela original de Gregory Maguire. Por suerte, esto no significa que 'Wicked' no se atreva, también en su versión cinematográfica, a mostrar la cara B de 'El mago de Oz' y dar una perspectiva mucho más siniestra de la novela original de L. Frank Baum, aunque esta vaya intercalada entre alegres números musicales. Al fin y al cabo, no hay que llamarse a engaño ni dejar que los árboles tapen el bosque: aunque tenga un tono de comedia constante, este es, el fondo, un drama sobre la auto-aceptación, la rebeldía contra la autoridad, la decepción y la culpa muy alejado de Toto y Dorothy (que tienen su cameo aquí, por supuesto).
Había un runrún constante sobre la participación de Ariana Grande en el musical. Al fin y al cabo, la cantante nunca había tenido un papel de esta magnitud, más allá de su prominente carrera artística (que le ha valido, entre otros, dos Grammy), pero consigue encapsular a la perfección el tono naíf de su personaje y su armonía musical, sorprendiendo a propios y extraños con una caracterización perfecta: en cuestión de segundos deja de ser la estrella del pop para convertirse en Glinda la Buena. Por su parte, Cynthia Erivo no se queda atrás, mostrando su poderío vocal y deslumbrando en temas como 'I'm not that girl' o, por supuesto, 'Defying Gravity'. Ambas son perfectas, resultan vibrantes y saben dar un toque único a dos papeles que, conscientemente, saben que serán analizados con lupa por los fans alrededor del mundo.
Acostumbrados como estamos -tristemente- a un estilo visual en los blockbusters que trata de ser único pero también llegar a todos los espectros demográficos, es refrescante ver que aquí han decidido ir por su cuenta: colores palpitantes, curvas y formas llamativas, vestidos exagerados, diseños atrevidos y efectos visuales que no se avergüenzan de explotar la épica CGI más despampanante y eficiente. Porque 'Wicked' es una rara avis, un musical que retoma la grandeza de los grandes clásicos del género pero llevándolo a su terreno, reformula 'El mago de Oz' sin faltarle al respeto, mete en tu cabeza una banda sonora que dista mucho de estar anquilosada y redescubre a todos, novatos o expertos en el original, la magia de desafiar la gravedad.
Puntuación: 9 sobre 10.
28 de noviembre de 2024
28 de noviembre de 2024
63 de 80 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Wicked" es un esfuerzo interminable por contarte algo que no despierta el menor interés, como si alguien decidiera leerte el diario de un completo desconocido con demasiada pasión. Más que una película, se siente como una excursión a un Disney World de saldo, lleno de decorados de cartón piedra y un exceso de CGI que abruma. Por momentos, parece una mezcla mal ejecutada de Harry Potter, con protagonistas que oscilan entre Fiona y Barbie, atrapadas en un karaoke sin fin. Los números musicales, lejos de aportar algo, son tan insípidos que solo parecen un castigo adicional.
Elphaba, la protagonista, tiene toda la vibra de la chica a la que todos le hicieron bullying, incluyendo los guionistas. Aunque intentan venderla como "la incomprendida", la narrativa se empeña en empujarla al cliché de la malvada por obligación. Te prometen épica, pero lo que obtienes es una trama que no logra engancharte en ningún momento.
En definitiva, es como asistir a un espectáculo de luces de feria: llamativo, pero completamente vacío. Un musical de Broadway que, llevado al cine, se vuelve innecesario y tedioso. En lugar de deslumbrar, te deja deseando que alguien apague las luces y acabe con el espectáculo de una vez.
Elphaba, la protagonista, tiene toda la vibra de la chica a la que todos le hicieron bullying, incluyendo los guionistas. Aunque intentan venderla como "la incomprendida", la narrativa se empeña en empujarla al cliché de la malvada por obligación. Te prometen épica, pero lo que obtienes es una trama que no logra engancharte en ningún momento.
En definitiva, es como asistir a un espectáculo de luces de feria: llamativo, pero completamente vacío. Un musical de Broadway que, llevado al cine, se vuelve innecesario y tedioso. En lugar de deslumbrar, te deja deseando que alguien apague las luces y acabe con el espectáculo de una vez.
8 de diciembre de 2024
8 de diciembre de 2024
45 de 59 usuarios han encontrado esta crítica útil
Menudo muermo. Dos horas de película que parecen más una oda al bullying escolar que otra cosa. Los personajes son planos y estereotípicos hasta decir basta, y solo el talento de las actrices logra aportarles una pizca de autenticidad y singularidad. Claramente, no se han molestado ni dos minutos en darles algo de profundidad, porque claro, en un musical... ¿qué más da eso? ¡Que canten y listo! Aunque, siendo sincero, las canciones son poco memorables. Excepto la última, esa sobre desafiar la gravedad o algo así... y solo porque fue la última y aún está fresca en mi memoria. Si no, ni esa. Eso sí, al menos la fotografía es interesante: la composición de los planos es preciosa y muy agradable a la vista. Algo positivo tenía que haber, supongo.
Ahora, lo admito: sabía dónde me estaba metiendo. Es un musical. Sé que en cualquier momento alguien va a empezar a bailar y cantar por cualquier trivialidad. ¿Qué en el menú del comedor escolar hay espaguetis con tomate? A bailar. ¿Qué al profe de historia lo ha atropellado un camión? ¡A cantar y zapatear! Entiendo que es parte del formato, pero... no puedo. Es superior a mí.
No sé si ya ha quedado suficientemente claro, pero básicamente esto es High School Musical con esteroides. O como me gusta llamarlo: High School Ozical. Una producción millonaria para ofrecernos en dos horas un contexto que podrían habernos contado en media hora como introducción de Wicked: Parte Dos. Y a juzgar por cómo ha sido esta primera parte y dónde la han dejado, parece que lo mejor estará en la secuela, que promete ser el triple de interesante. O eso espero, porque si no...
Vaaaaaaaaaaaaamos con los spoilers:
Ahora, lo admito: sabía dónde me estaba metiendo. Es un musical. Sé que en cualquier momento alguien va a empezar a bailar y cantar por cualquier trivialidad. ¿Qué en el menú del comedor escolar hay espaguetis con tomate? A bailar. ¿Qué al profe de historia lo ha atropellado un camión? ¡A cantar y zapatear! Entiendo que es parte del formato, pero... no puedo. Es superior a mí.
No sé si ya ha quedado suficientemente claro, pero básicamente esto es High School Musical con esteroides. O como me gusta llamarlo: High School Ozical. Una producción millonaria para ofrecernos en dos horas un contexto que podrían habernos contado en media hora como introducción de Wicked: Parte Dos. Y a juzgar por cómo ha sido esta primera parte y dónde la han dejado, parece que lo mejor estará en la secuela, que promete ser el triple de interesante. O eso espero, porque si no...
Vaaaaaaaaaaaaamos con los spoilers:
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
La "bruja malvada" Elphaba, sorpresa, ni es bruja ni es malvada. Es la clásica incomprendida, maltratada por absolutamente todo el mundo porque es distinta (y verde... que no se te olvide, porque la película se encargará de recordártelo cada cinco minutos). Eso sí, tampoco es que ella ponga mucho de su parte para entablar amistades: es fría y distante, pero claro, ¿cómo no serlo si está rodeada de un ejército de idiotas redomados? Todos los alumnos de esa academia parecen diseñados para merecer un puñetazo, y no uno cualquiera, no: uno de esos que das con rabia. Lo peor es que encima los usan como recurso cómico constantemente. Ja ja ja. Muy divertido.
Por otro lado, tenemos a Galinda, el prototipo de niña pija: siempre popular, siempre admirada. Todo lo que hace es con una motivación egoísta; no mueve un dedo por nadie a menos que haya un beneficio directo para ella. Ejemplo: solo decide "hacerse amiga" de Elphaba cuando esta obliga a la hechicera a darle clases a Galinda también. ¿Y qué ha hecho para que Elphaba decida hacerle semejante favor a su archienemiga escolar? Pues ojito, Galinda había enredado a un pesado que iba detrás suya con la intención de quitárselo de encima (porque claro, la más popular tiene que tener su séquito de moscones) emparejándolo con la hermana de Elphaba en el baile. Y voilà, casualidades mágicas de la vida: resulta que la hermana estaba enamorada de ese tipo desde siempre... pese a que no han intercambiado ni un saludo en toda la película (que también hay que decirlo, el desequilibrio de los favores... vaya tela). Ah, además antes del baile (y de saber que ahora asistirá a clases de hechicería con la profesora McGonagall) le regala un sombrero muy hortera a Elphaba para burlarse de ella, pero como ahora le ha hecho este favor increíble, pues tiene que recoger cable y tratar de convertirla en popular como ella.
Del principe no voy a hablar mucho, es interesante en muchos aspectos, pero también es el personaje que más rabia da, porque en ciertos momentos parece que tiene profundidad y hace cosas por si mismo, pero de repente en la siguiente escena: No, era broma, de vuelta a ser el quarterback del equipo del instituto y a ir detrás de la más popu... En fin. La hechicera se nota a la legua que es malvada, bla bla bla... y de repente van a la Ciudad Esmeralda las dos juntas Elpha y Glinda (ya no es Galinda, ahora es Glinda en memoria al profe de historia que no sabía pronunciar su nombre). A partir de aquí se pone bastante interesante, el mago, los monos, el hechizo, el descubrimiento de lo que esconde el Mago... hasta que llega el escape.
¡Ay mi madre el escape!... o sea a Elphaba y Glinda las persigue un ejercito de guardias que llevan UN ARIETE y solo tienen que derribar una puerta de madera para alcanzarlas... Y LAS PROTAS SE PONEN A CANTAR DURANTE 10 MINUTOS... los guardias por lo visto se toman un piscolabis o el ariete que llevan es de goma porque tardan 10 minutos en echar la puerta abajo. O sea... me cortas todo el clímax de la película con una maldita canción de mierda que rompe todo el ritmo de la persecución... para echarse a llorar. Luego Elphaba se monta en la escoba y después de cantar una vez más, consigue huir
Pese a lo del ariete, el final abre un abanico de posibilidades que resulta prometedor. He leído críticas de gente diciendo que no verían la segunda parte ni aunque les pagaran, pero, personalmente, estoy intrigado. Sin saber nada del musical de Broadway, creo que la secuela podría darnos el conflicto de verdad que esta primera parte apenas insinúa. Con suerte, dejarán de lado el drama escolar mediocre y harán algo digno del presupuesto que manejan. Crucemos los dedos.
Por otro lado, tenemos a Galinda, el prototipo de niña pija: siempre popular, siempre admirada. Todo lo que hace es con una motivación egoísta; no mueve un dedo por nadie a menos que haya un beneficio directo para ella. Ejemplo: solo decide "hacerse amiga" de Elphaba cuando esta obliga a la hechicera a darle clases a Galinda también. ¿Y qué ha hecho para que Elphaba decida hacerle semejante favor a su archienemiga escolar? Pues ojito, Galinda había enredado a un pesado que iba detrás suya con la intención de quitárselo de encima (porque claro, la más popular tiene que tener su séquito de moscones) emparejándolo con la hermana de Elphaba en el baile. Y voilà, casualidades mágicas de la vida: resulta que la hermana estaba enamorada de ese tipo desde siempre... pese a que no han intercambiado ni un saludo en toda la película (que también hay que decirlo, el desequilibrio de los favores... vaya tela). Ah, además antes del baile (y de saber que ahora asistirá a clases de hechicería con la profesora McGonagall) le regala un sombrero muy hortera a Elphaba para burlarse de ella, pero como ahora le ha hecho este favor increíble, pues tiene que recoger cable y tratar de convertirla en popular como ella.
Del principe no voy a hablar mucho, es interesante en muchos aspectos, pero también es el personaje que más rabia da, porque en ciertos momentos parece que tiene profundidad y hace cosas por si mismo, pero de repente en la siguiente escena: No, era broma, de vuelta a ser el quarterback del equipo del instituto y a ir detrás de la más popu... En fin. La hechicera se nota a la legua que es malvada, bla bla bla... y de repente van a la Ciudad Esmeralda las dos juntas Elpha y Glinda (ya no es Galinda, ahora es Glinda en memoria al profe de historia que no sabía pronunciar su nombre). A partir de aquí se pone bastante interesante, el mago, los monos, el hechizo, el descubrimiento de lo que esconde el Mago... hasta que llega el escape.
¡Ay mi madre el escape!... o sea a Elphaba y Glinda las persigue un ejercito de guardias que llevan UN ARIETE y solo tienen que derribar una puerta de madera para alcanzarlas... Y LAS PROTAS SE PONEN A CANTAR DURANTE 10 MINUTOS... los guardias por lo visto se toman un piscolabis o el ariete que llevan es de goma porque tardan 10 minutos en echar la puerta abajo. O sea... me cortas todo el clímax de la película con una maldita canción de mierda que rompe todo el ritmo de la persecución... para echarse a llorar. Luego Elphaba se monta en la escoba y después de cantar una vez más, consigue huir
Pese a lo del ariete, el final abre un abanico de posibilidades que resulta prometedor. He leído críticas de gente diciendo que no verían la segunda parte ni aunque les pagaran, pero, personalmente, estoy intrigado. Sin saber nada del musical de Broadway, creo que la secuela podría darnos el conflicto de verdad que esta primera parte apenas insinúa. Con suerte, dejarán de lado el drama escolar mediocre y harán algo digno del presupuesto que manejan. Crucemos los dedos.
25 de noviembre de 2024
25 de noviembre de 2024
77 de 128 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me sorprende que tanta gente le haya dado a esta película una puntuación de 10 y notas tan altas en general. Creo que hemos visto una película muy diferente.
En primer lugar, voy a hablar de su parte musical. Es evidente que se trata de un musical que se hace muy pesado, ya que prácticamente todo el tiempo están cantando. Además, no vas a escuchar a estos artistas con su voz original y unos buenos subtítulos. Han tenido que doblarlo todo, incluso las canciones. El resultado son canciones muy planas con voces sin gracia que todas suenan igual. Perdiendo así, la oportunidad de dejar las voces originales ya que entre ellas está una cantante tan buena y reconocida como es Ariana Grande, pues te quedarás con las ganas de escuchar su voz real. Imagínense ver Grease dobladas todas las canciones en español, sería espantoso, pues esto eso pasa aquí.
Los personajes, a cada cual más pedante e insoportable, no hay ninguno con el que puedas empatizar, ya que todos están tan estereotipados y son tan planos que seguramente ni te importen. Que no falte tampoco la diversidad e inclusión, pero eso es otro tema del que prefiero no comentar más nada.
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En primer lugar, voy a hablar de su parte musical. Es evidente que se trata de un musical que se hace muy pesado, ya que prácticamente todo el tiempo están cantando. Además, no vas a escuchar a estos artistas con su voz original y unos buenos subtítulos. Han tenido que doblarlo todo, incluso las canciones. El resultado son canciones muy planas con voces sin gracia que todas suenan igual. Perdiendo así, la oportunidad de dejar las voces originales ya que entre ellas está una cantante tan buena y reconocida como es Ariana Grande, pues te quedarás con las ganas de escuchar su voz real. Imagínense ver Grease dobladas todas las canciones en español, sería espantoso, pues esto eso pasa aquí.
Los personajes, a cada cual más pedante e insoportable, no hay ninguno con el que puedas empatizar, ya que todos están tan estereotipados y son tan planos que seguramente ni te importen. Que no falte tampoco la diversidad e inclusión, pero eso es otro tema del que prefiero no comentar más nada.
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SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
La historia contada de una manera excesivamente larga y tediosa, ya que los actores de doblaje cantan con frecuencia letras que no son particularmente memorables. ¿Necesitan ir al baño? Se lo digo cantando porque esto es un musical de camino de 3 horas.
Y todo esto para terminar con un "continuará" porque ya sabemos que es mucho más rentable dividir una película en varias partes. Que esperen sentados a que vaya a la segunda parte.
Y todo esto para terminar con un "continuará" porque ya sabemos que es mucho más rentable dividir una película en varias partes. Que esperen sentados a que vaya a la segunda parte.
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