Con el mismo formato de la primera, pero por supuesto perdiendo la frescura especialmente de sus personajes que daban un plus a la misma. Aquí encontramos otra vez a una familia cuya hija le dice que está embarazada, siendo el detonante de una crisis de mediana edad de un muy acertado Steve Martin (quien lleva el peso de los dos film logrando en esa supuesta ida y vuelta con el espectador una complicidad realmente acertada). Hay momentos graciosos, no muchos, algo de momentos tristes pero todo edulcorado. Dentro de las actuaciones acompaña acertadamente una Diane Keaton (a quien extrañamente se le notan los años entre película y película) y en un papel caricaturesco Martin Short. Si no se ve no se pierde mucho y si se lo hace es solo por Steve Martin que muestra lo buen comediante que es.

Empieza como la peli anterior: con una charla de Steve Martin a la cámara sentado en un sillón y de ahí todo deriva a peor. Es una historia familiar, tremendamente edulcorada y tan innecesaria como cualquier programa de "Sálvame". Además ni la propia película se toma en serio al colocar a Eugene Levy (el encantador y torpón padre de Jim en "American Pie") en otro rol, de cantante de bodas en la primera entrega a ruso con dinero que quiere la casa de Martin en esta segunda.

Es inferior a la anterior, en muchos momentos de la película estás deseando que llega al final y se muestra a un Steve Martin simpático, pero tan tontito que molesta. La primera parte tenía su aquel y era novedad a pesar de ser una película sin demasiado argumento, aquí todo es repetitivo, los personajes, como el de Martin Short llegan al ridículo total (yo si fuese gay me molestaría ver un personaje así) y no aporta nada. Menos mal que no hubo tercera parte porque ya sería un absurdo estilo "Scary Movie". Además, Diane Keaton pierde mucho físicamente con el tiempo transcurrido y su feo corte de pelo "noventero". Martin es buen cómico, pero la peli es mala y apenas entretiene. "El padre de la novia" (1991) me gustó, por eso me puse a ver ésta sólo ocho días después, pero... Menudo tostón.

Olvidada por el público si atendemos a las dos miseras críticas que tiene la ficha.

No es tan buena, ni tan exitosa comercialmente como la genuina "El padre de la novia" de 1991 pero aún así tenemos una excelente continuación en plan comedia melodramática, por desgracia no muy recordada a tenor de sola crítica que en estos momentos aparece en ésta página. Como digo, tiene algunos gags desternillantes de esos que te se quedan grabados en la memoria cuando la viste muchos años atrás, pero no posee la magia de la original principalmente porque no toca un tema tan profundo y sensible como la otra. La hija ha partido y convertirse en abuelo o padre no tiene el mismo impacto pese a que la llamada a la nostalgia sigue bien presente, por ejemplo, centrada en el hogar de toda la vida.

A estas alturas creo que nadie se sorprenderá si afirmo que la propuesta de ésta como de la primera son genuinamente conservadoras, pese al aire feminista de postín que se quiere dar Anne (Kimberly Williams-Paisley). No sólo por el valor familiar sino por el sentido del arraigo o el recelo hacia el cambio. Por eso, en la misma línea derechista, asistimos a un mundo en el que las mujeres, aunque no lo parezcan, mandan absolutamente y en el que a nosotros nos toca pagar, desvelarnos y bregar por ellas, cosa que en el fondo, aunque nos quejemos, nos gusta. Sea como fuere el acierto de esta saga está en que le da una importancia mística iniciática a los grandes momentos de nuestra vida o ritos de paso.