Se muestra interesante, pero sobre todo, curiosa. Una cinta de origen filipino, la cual, nos presenta una historia que puede parecer bastante convencional, pero no lo es.

Una vuelta de tuerca más escenificando un futuro apocalíptico, en el que nuevamente, son los zombis, el principal elemento complementario. Complementario, puesto que la principal deriva del film, es inequívocamente el drama.

Lo que me gustó:

Atmósfera: La película logra crear una atmósfera tensa y claustrofóbica que te mantiene en vilo. La ambientación en la granja aislada y la amenaza constante de los zombies contribuyen a generar una sensación de peligro constante.

Actuaciones: Las actuaciones son convincentes, especialmente la de la actriz principal, que logra transmitir el miedo y la desesperación de su personaje de manera efectiva.

Profundidad temática: La película no se limita a ser una simple historia de supervivencia zombie, sino que también explora temas como el trauma familiar, el abuso y la resiliencia. Esto le da una mayor profundidad y complejidad a la trama.

Lo que no me convenció:

Ritmo: El ritmo de la película puede resultar lento en algunos momentos, especialmente en la primera mitad.

Clichés: La película utiliza algunos clichés del género zombie, lo que puede resultar predecible para algunos espectadores.

Final: El final puede resultar un poco abrupto y dejar algunas preguntas sin respuesta.

En general, "Ahí afuera" es una película que tiene sus momentos interesantes, pero que no termina de explotar todo su potencial. La atmósfera y las actuaciones son sus puntos fuertes, pero el ritmo lento y los clichés le restan puntos.

Si te gustan las películas de zombies con un toque de drama familiar, "Ahí afuera" puede ser una opción interesante. Sin embargo, no esperes una obra maestra del género.

Te recomiendo que la veas y formes tu propia opinión. Al final, lo importante es que disfrutes de la experiencia.

No estoy de acuerdo en absoluto con la valoración de la película, a mi me ha parecido un ejercicio genial, muy del estilo de Walking Dead en la primera y segunda temporada en la que los zombies son mucho mejores que la mayoría de las personas. Los actores me parecen más que aceptables y las escenas violentas también. En conjunto me parece una película muy digna y que merece la pena ser visionada.

Si bien se vende como un título de horror, se percibe un gran flirteo que va y viene entre este género y el drama —el que más castigan los lecto-críticos de este sitio y la puntuación reflejada al momento—, establecida bajo el pretexto de una atmósfera postapocalíptica que lleva a sus personajes al límite de la desesperación, la locura y el desenfrene ante la ausencia de figuras de autoridad en un plano de sinsentidos mas que el de la supervivencia y el control.

«Ahí afuera», de origen filipino, es una muestra sobre mezclas dosificadas en su transcurrir a través de una familia que busca resguardo del caos exterior, pero con un futuro incierto entre el encierro y la claustrofobia. Ledesma hace una pareja realmente quebrantada que funciona perfectamente a cuadro, con antecedentes latentes y fundamentales hacia el desquicio, que arrastra a los menores a lo inconcebible.

El trabajo convence con una producción sencilla, que cumple a nivel de guión, por la construcción muy coherente sobre los acontecimientos y rasgos psíquicos de sus personajes, quienes arrastran a su presente antecedentes que juegan entre lo primordial para generar un caos interno del que no hay mucha escapatoria dadas las condiciones externas. Sus giros inesperados en su clímax van por el cambio de roles, haciendo que como espectadores vayamos en la misma dirección de esas permutas.

En lo técnico, el cineasta también ha sabido aprovechar los recursos más elementales para recrear un contexto desesperanzador sobre apocalipsis en la Filipinas rural. Por otro lado, la caracterización zombie y sin distanciarse de lo habitual cumple, bajo reserva, un poco de lo demandado por los amantes del subgénero, sin omitir que no será la predominante en el metraje.

Carlo Ledesma sin lugar a dudas nutre su proyecto de muchos filmes y ciertamente remite a la estelarizada por Jack Nicholson en los años 80, «El resplandor», pero con nuevas situaciones, tendencias y tono acorde al terror zombie con el que se ha planteado este drama.

Un puntaje injusto, infravalorado.

Fallida película filipina estrenada por Netflix. Del director Carlo Ledesma. Una película de zombies prácticamente sin zombies.

Por Nicolás Bianchi

Ahí afuera, o Outside, tiene un comienzo prometedor, como suele suceder con las películas de zombies. En este caso, los sobrevivientes que presenta el film son los miembros de una familia prototípica de varón, mujer y dos hijos. En una de las primeras secuencias, el padre Francis (Sid Lucero), debe ajusticiar a sus propios progenitores, que ya han sido infectados.

Además de producir un primer impacto, esta escena establece una serie de reglas no del todo convencionales para los relatos de zombies. En primer lugar, estos muertos vivos no han perdido ni aumentado sus capacidades físicas por lo que pueden correr, saltar y realizar cualquier movimiento como si no se hubieran transformado. Además, hablan. En particular, cada zombie se ha quedado tildado con una sola frase que repite eternamente (algunos dicen cosas como “corran” o “huyan”, mientras que otros dicen “perdón” o “gracias”).

Hasta aquí, todo bien. Pero el personaje de Iris (Beauty González), la madre de esta familia, deja entrever que el nudo va por otro lado. Esta mujer es como un cliché antiguo. Se muestra disconforme con todo, sobre todo con cualquier cosa que hace su marido Francis. Después de otra escena atractiva que transcurre en un puente, donde los personajes se enfrentan a otro grupo de zombies, esta familia se refugia en una granja.

Por medio de algunos flashbacks que se presentan a modo de pesadillas, Ahí afuera empieza a contar que Francis arrastra un trauma de la infancia. Su padre lo maltrataba o golpeaba o algo así. Entonces, poco a poco su personaje se comienza a transformar en ese lejano recuerdo. Los zombies quedan de lado, y la película se convierte en un relato de supervivencia de una madre y sus dos hijos que están encerrados con alguien que no está mentalmente bien.

Las promesas de ver una buena película de acción, zombies y terror se desvanecen en el aire. El tedio se apodera por completo del relato. Encima, el film cuenta con una duración de dos horas y veinte minutos. Es demasiado tiempo para los escasos recursos que se presentan. No hay más ideas, sino un conjunto de escenas televisivas de esas que están para estirar las series sin que avance la trama.

En definitiva, Outside desperdicia su comienzo interesante para convertirse en otra cosa. Se podría haber contado la misma historia sin los zombies, y quizás el resultado final hubiera sido más digno. Lo que hace el film es prácticamente un engaño. Es una película de zombies sin zombies. O, lo que es peor, donde los zombies no importan.

Está en Netflix. Contacto: [email protected]