Ni una másSerie
2024 

Miguel Sáez Carral (Creador), Eduard Cortés ...
5,8
1.892
Serie de TV. Drama
Serie de TV. 8 episodios. Unos días antes de la semana de exámenes finales de segundo de bachillerato, Alma, una adolescente de 17 años, conflictiva, mala estudiante y con baja autoestima, extiende frente a la fachada de su instituto una tela blanca donde la noche anterior ha escrito en grandes letras de color rojo: 'Cuidado. Ahí dentro se esconde un violador'. ¿Cómo y cuándo ha sucedido esa agresión sexual? ¿Quién es ese violador? ... [+]
1 de junio de 2024
1 de junio de 2024
98 de 152 usuarios han encontrado esta crítica útil
Conseguir llegar al minuto veinte del primer capítulo, es un auténtico reto. Conseguir ver el primer capítulo entero, un desafío total. Lo cierto es que no he podido pasar del tercer capítulo. Pido disculpas, de antemano, por los pocos elementos de juicio que, sin duda, harán que no sea objetivo del todo. Pero también soy consciente de que no me hace falta más.
Misma estética de siempre, misma música horrorosa de siempre, mismas interpretaciones espantosas de siempre. Personajes molde, troquelados mil y una veces en las producciones españolas. Spanish Institute, rebosante de eternas y eternos adolescentes, reacios a creer que el arroz púber, está más que pasado ya. Macarreo e hijo puteo masculino y mucha sororidad femenina.
Lo siento pero no puedo con esas interpretaciones, ese aire de top influencers - Dale al Like porfa - lo cierto es, que me pone la carne de gallina. Soporto aún menos la música. La premisa argumental ya me la conozco de pe a pa. Sé como se va a desarrollar y también sé como va a terminar
Suerte con la empresa.
Bien, he conseguido terminar la serie y, realmente, ha conseguido dejarme alguna que otra lectura. La primera es, que fui tremendamente generoso al otorgarle un 1 de puntuación.
No quisiera restarle cierto mérito al trabajo de Nicole Wallace. Intenta hacer un trabajo digno. Tampoco descubriré ahora las prestaciones de Eloy Azorín, sin duda lo mejor de toda la serie.
Es el concepto, en sí mismo, lo que puede actuar como repelente para mucha parte de la audiencia. Ese planteamiento tan soez y chabacano, contándonos una historia que puede resultar buena e interesante. Adolescentes y sus problemas, interesante sin duda. Pero a la que pestañeas, están mostrando a todo el mundo, sus tallas de bragas y sujetadores. Con pollón king size para ir abriendo boca.
Hubo un tiempo que a muchas personas les molestaba (no sin razón), que se las asociasen con el estereotipo de la España cañí del sol y los toros.
Un referente, ¿de verdad?. Pretenden que me crea a esta generación millenial, sufrida e incomprendida. Como todas las generaciones de las últimas décadas. Lo enervante de verdad, es percibir esa arrogancia con la que se apropian de todos los relatos. Como si hubiesen inventado la pólvora y, el resto del mundo, hubiésemos tenido que esperar a su llegada, para que abriésemos los ojos y, fuésemos conscientes de la realidad. Creen a pies juntillas que las generaciones anteriores se chupaban el dedo. Creen que las mujeres de generaciones anteriores, también, se chupaban el dedo.
Por lo que a mi me toca. Las décadas de los setenta y ochenta, especialmente, fueron extraordinarias en muchos aspectos. También tremendamente duras y dramáticas, desgraciadamente.
Por citar algunos aspectos de aquellos tiempos (Omitiré alguno tremendamente reseñable en aquella época como, por ejemplo, el paro y el terrorismo), la heroína campaba a sus anchas, los chicos y chicas de 15-16 años se convertían en yonkis de ella, casi sin darse cuenta.
Después irrumpió, sin avisar, un monstruo que sacudió los cimientos de toda la sociedad, el SIDA. Que hizo estragos en la comunidad homosexual, para luego cebarse con los heroinómanos, puesto que se compartían las jeringuillas. Después nadie, absolutamente nadie, estaba a salvo de contraerlo. Una transfusión de sangre podía bastar para enfermar del virus. Pandillas enteras de chicos y chicas jóvenes, muchos conocidos e incluso amigos, desaparecieron literalmente. Los que tuvimos la suerte de no caer en todo aquel drama, a veces, digo a veces, percibimos todo aquello como una visión casi apocalíptica. Pero aquí hemos seguido y hasta aquí hemos llegado. Pudimos cultivar valores, eso desde luego.
Misma estética de siempre, misma música horrorosa de siempre, mismas interpretaciones espantosas de siempre. Personajes molde, troquelados mil y una veces en las producciones españolas. Spanish Institute, rebosante de eternas y eternos adolescentes, reacios a creer que el arroz púber, está más que pasado ya. Macarreo e hijo puteo masculino y mucha sororidad femenina.
Lo siento pero no puedo con esas interpretaciones, ese aire de top influencers - Dale al Like porfa - lo cierto es, que me pone la carne de gallina. Soporto aún menos la música. La premisa argumental ya me la conozco de pe a pa. Sé como se va a desarrollar y también sé como va a terminar
Suerte con la empresa.
Bien, he conseguido terminar la serie y, realmente, ha conseguido dejarme alguna que otra lectura. La primera es, que fui tremendamente generoso al otorgarle un 1 de puntuación.
No quisiera restarle cierto mérito al trabajo de Nicole Wallace. Intenta hacer un trabajo digno. Tampoco descubriré ahora las prestaciones de Eloy Azorín, sin duda lo mejor de toda la serie.
Es el concepto, en sí mismo, lo que puede actuar como repelente para mucha parte de la audiencia. Ese planteamiento tan soez y chabacano, contándonos una historia que puede resultar buena e interesante. Adolescentes y sus problemas, interesante sin duda. Pero a la que pestañeas, están mostrando a todo el mundo, sus tallas de bragas y sujetadores. Con pollón king size para ir abriendo boca.
Hubo un tiempo que a muchas personas les molestaba (no sin razón), que se las asociasen con el estereotipo de la España cañí del sol y los toros.
Un referente, ¿de verdad?. Pretenden que me crea a esta generación millenial, sufrida e incomprendida. Como todas las generaciones de las últimas décadas. Lo enervante de verdad, es percibir esa arrogancia con la que se apropian de todos los relatos. Como si hubiesen inventado la pólvora y, el resto del mundo, hubiésemos tenido que esperar a su llegada, para que abriésemos los ojos y, fuésemos conscientes de la realidad. Creen a pies juntillas que las generaciones anteriores se chupaban el dedo. Creen que las mujeres de generaciones anteriores, también, se chupaban el dedo.
Por lo que a mi me toca. Las décadas de los setenta y ochenta, especialmente, fueron extraordinarias en muchos aspectos. También tremendamente duras y dramáticas, desgraciadamente.
Por citar algunos aspectos de aquellos tiempos (Omitiré alguno tremendamente reseñable en aquella época como, por ejemplo, el paro y el terrorismo), la heroína campaba a sus anchas, los chicos y chicas de 15-16 años se convertían en yonkis de ella, casi sin darse cuenta.
Después irrumpió, sin avisar, un monstruo que sacudió los cimientos de toda la sociedad, el SIDA. Que hizo estragos en la comunidad homosexual, para luego cebarse con los heroinómanos, puesto que se compartían las jeringuillas. Después nadie, absolutamente nadie, estaba a salvo de contraerlo. Una transfusión de sangre podía bastar para enfermar del virus. Pandillas enteras de chicos y chicas jóvenes, muchos conocidos e incluso amigos, desaparecieron literalmente. Los que tuvimos la suerte de no caer en todo aquel drama, a veces, digo a veces, percibimos todo aquello como una visión casi apocalíptica. Pero aquí hemos seguido y hasta aquí hemos llegado. Pudimos cultivar valores, eso desde luego.
3 de junio de 2024
3 de junio de 2024
38 de 55 usuarios han encontrado esta crítica útil
Las actuaciones forzadas, quitan credibilidad a una historia, de pijos sobre pijos. Si se pretende dar una lección o abrir los ojos, el intento es fallido. No creo que esto represente a la juventud de hoy en día porque apaga y vámonos. El mensaje pretende ser feminista, pero muere en el intento.
10 de junio de 2024
10 de junio de 2024
28 de 39 usuarios han encontrado esta crítica útil
No es cuestión de perder mucho tiempo con semejante derroche de mediocridad, solo reseñar algunos aspectos:
-Las actuaciones, patéticas, da la sensación de que han elegido a unos cuantos "ninis" de cualquier extrarradio para que hagan lo que hacen en su día a día normal.
-La música traspasa lo horripilante, se entiende el nivel de descerebramiento de la juventud actual.
-El tema de fondo, que podría ser interesante enfocado desde otra perspectiva, naufraga ayudado por el desarrollo de la serie.
-Las conversaciones y la actitud alcanzan niveles insoportables de imbecilidad.
Deja un tufo de que el futuro que se avecina con este tipo de series españolas va a empeorar a pasos agigantados.
Cojan un buen libro y lean, será más gratificante que perder el tiempo en esta estupidez.
-Las actuaciones, patéticas, da la sensación de que han elegido a unos cuantos "ninis" de cualquier extrarradio para que hagan lo que hacen en su día a día normal.
-La música traspasa lo horripilante, se entiende el nivel de descerebramiento de la juventud actual.
-El tema de fondo, que podría ser interesante enfocado desde otra perspectiva, naufraga ayudado por el desarrollo de la serie.
-Las conversaciones y la actitud alcanzan niveles insoportables de imbecilidad.
Deja un tufo de que el futuro que se avecina con este tipo de series españolas va a empeorar a pasos agigantados.
Cojan un buen libro y lean, será más gratificante que perder el tiempo en esta estupidez.
5 de junio de 2024
5 de junio de 2024
29 de 42 usuarios han encontrado esta crítica útil
Vaya dolor de serie ... Pero de lo mala que es.
Actuaciones tan desdibujadas como vacías y planas, no se libra ninguna... Pero su contexto lo empeora aún más: Pijos mimados con problemas "pseudoexistencialistas" que no hay quien se los crea y que dan más vergüenza que empatía ... Acompañado de fondo con cierto feminismo populista que tampoco ayuda....
Una visión rancia de la juventud, no tuvimos suficiente con "Élite"...
Actuaciones tan desdibujadas como vacías y planas, no se libra ninguna... Pero su contexto lo empeora aún más: Pijos mimados con problemas "pseudoexistencialistas" que no hay quien se los crea y que dan más vergüenza que empatía ... Acompañado de fondo con cierto feminismo populista que tampoco ayuda....
Una visión rancia de la juventud, no tuvimos suficiente con "Élite"...
12 de junio de 2024
12 de junio de 2024
21 de 28 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si con esta serie pretendían que entendiéramos mejor a los adolescentes, la respuesta es, error. Esta serie vuelve a reflejar a una parte ínfima de la juventud, de hecho sólo representa lo que hoy está tan de moda, la polarización.
Los buenos lo son por el simple hecho de pertenecer a cierto extracto social, condición sexual o género, por el contrario encontrar a un personaje que no tenga al menos 2 de tres de estas semejanzas que sea una buena persona es tarea imposible.
Si quieren sacar algo productivo de la serie, será mejor que no pierdan ni uno más en verla.
Los buenos lo son por el simple hecho de pertenecer a cierto extracto social, condición sexual o género, por el contrario encontrar a un personaje que no tenga al menos 2 de tres de estas semejanzas que sea una buena persona es tarea imposible.
Si quieren sacar algo productivo de la serie, será mejor que no pierdan ni uno más en verla.
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