A la persona que le guste el cine de acción, catástrofes y efectos especiales en ambientes donde ocurren cosas malas, sin más, le va a encantar esta película. Al que no sea gran fan de este tipo de cine, se le va a hacer pesada la película por su innecesaria duración.

Aunque parezca que no, entre accidentes y explosiones aprendemos cosas nuevas, como por ejemplo, herramientas que utilizan estos héroes en sus misiones de rescatar personas, como las bombas extintoras, existen de verdad y no sabía de su existencia, es curioso.

Pero más allá de la pura acción y de lo meramente visual, la película no tiene fondo ninguno, se le intenta humanizar a los personajes, más al protagonista con problemas de su vida, pero al espectador solo le interesa ver más catástrofes y más fuego por todos lados.

Entretenidísima película con espectaculares secuencias de rescates en accidentes de gran envergadura, tales como incendios en plataformas petrolíferas y barcos de transporte de combustible, accidentes de avión y desprendimientos de rocas que destruyen carreteras y sepultan camiones, son los impactantes retos que afronta este valeroso equipo de rescate. Todas las secuencias son de generosa duración y cada una de ellas nos sorprende por su complejidad y por la determinación de los rescatadores a la hora de afrontarlas. No han escatimado en gastos y las escenas son espectaculares como decía al principio y además muy bien hechas, con una acción trepidante, y que además nos enseña diversas técnicas y sistemas de rescate muy interesantes de ver. La verdad que he disfrutado mucho con esta película que aquí está injusta e incomprensiblemente infravalorada.

Didáctico a la par que espectacular publireportaje sobre los equipos de rescate chinos. La trama gira en torno a un grupo de profesionales que acomete diferentes operaciones para salvar la vida de las víctimas de distintas catástrofes, naturales o provocadas por el hombre. Solo se profundiza en la vida de uno de ellos mientras que el resto son más bien acompañantes en sus despligues.

Claramente, el film busca sorprender y dejar boquiabierto al espectador con impresionantes escenas y efectos visuales de quitar el hipo. Lógicamente, la verosimilitud es cercana a cero, lo que siempre pasa cuando se busca descaradamente el espectáculo. Los rescates se trazan a través de larguísimas escenas, cada una de las cuales podría conformar un cortometraje por sí mismo.

Hay acercamientos al melodrama, imprescindibles en el cine asiático, pero la estrella son los operativos de rescate, los cuales son pormenorizados y con cierta carga didáctica. Tanto se esmeran que nos vamos a las dos horas y media, un minutaje a todas luces excesivo para la historia que nos cuentan. Que no hay tal historia, solo un encadenado de secuencias de acción portentosas separadas por interludios inanes. Para ser un mejor entretenimiento le sobraría cerca de una hora.