The Last of Us T2Serie
2025 

Craig Mazin (Creador), Neil Druckmann (Creador) ...
7,4
627
Serie de TV. Terror. Thriller. Ciencia ficción. Drama
Serie de TV (2025). Segunda temporada. 7 episodios.
Han pasado cinco años y Joel y Ellie viven una vida idílica en una ciudad de supervivientes en Wyoming. Sin embargo, un día la tranquilidad del lugar se ve amenazada por un evento violento inesperado.
Renovada por una tercera temporada.
Han pasado cinco años y Joel y Ellie viven una vida idílica en una ciudad de supervivientes en Wyoming. Sin embargo, un día la tranquilidad del lugar se ve amenazada por un evento violento inesperado.
Renovada por una tercera temporada.
21 de abril de 2025
21 de abril de 2025
13 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
Después de una primera temporada increíble (la puntué con un 9), de casi excelente en todos los aspectos, desde la producción, puesta en escena, diálogos e incluso expansión de lore, contexto y personajes secundarios (a pesar de una Bella Ramsey que en ciertos momentos no recuerda a Ellie de la saga original), nos encontramos con una segunda temporada mas lenta, con peor guión, montaje e interpretación.
Cierto que, por buena que sea la segunda temporada, difícilmente puede igualar la magistral confección de la segunda parte del videojuego, pero la adaptación que han hecho en ciertas escenas, tratando al espectador de niño pequeño explicando detalles de la trama que en el videojuego ibas descubriendo en el momento idóneo, es una gran cagada que cambia totalmente la perspectiva del espectador.
Quizás mejora, todavía tiene margen, pero vistos los dos primeros episodios, te recomiendo que juegues a la saga antes, que es MUCHO mejor.
Cierto que, por buena que sea la segunda temporada, difícilmente puede igualar la magistral confección de la segunda parte del videojuego, pero la adaptación que han hecho en ciertas escenas, tratando al espectador de niño pequeño explicando detalles de la trama que en el videojuego ibas descubriendo en el momento idóneo, es una gran cagada que cambia totalmente la perspectiva del espectador.
Quizás mejora, todavía tiene margen, pero vistos los dos primeros episodios, te recomiendo que juegues a la saga antes, que es MUCHO mejor.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
El detalle que más me ha molestado ha sido el cambio de escenario de la muerte de Joel. No entiendo porqué no han aprovechado el guión original donde bajamos las escaleras del sótano llenos de angustia. ¿Por qué han suavizado tanto la paliza a muerte? En este sentido, Walking Dead fue más atrevida. ¿Qué sentido tiene que Abby explique todo el contexto a su enemigo antes de matarle? Parte de la gracia de jugar a Tlou2 era descubrir quién era Abby y transformar a un personaje odioso, por la primera impresión en esta escena, a un personaje querido, por todo lo que es en su contexto.
22 de abril de 2025
22 de abril de 2025
11 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
Iba a esperar a terminar la Temporada 2 de "The Last of Us" para escribir una crítica, pero vistos sus dos primeros episodios creo que puedo hablar sin spoilers de cómo Mazin y Druckmann han vuelto a hacer lo que lograron con la primera, esto es, adaptar sin calcar, (re)contextualizar una narrativa sin el factor interactivo para que funcione no sólo para el fan sino para cualquier neófito que se acerque a la plataforma a ver la serie. Porque no olvidemos que estas producciones nacen por y para ampliar el público potencial de las obras originales, por eso "The Witcher" fue un éxito en Netflix pese a ser vilipendiada por los lectores de los libros y los jugadores de la saga de CD Projekt, o "Minecraft" lleva más de 700 millones de dólares recaudados a pesar de ser una película, en el mejor de los casos, mediocre.
Pero bueno, volvamos a "The Last of Us". En primer lugar, me parece un acierto por parte de FilmAffinity permitir votar la T2 por separado de la primera puesto que aquella adaptaba el primer juego (del inicio a su final, incluyendo el DLC "Left Behind") y esta abre un nuevo camino, cinco años después, tomando como base el extraordinario "The Last of Us: Part II" de 2020. En aquel juego, se rompía la regla de oro de la narrativa hollywoodiense con un giro al inicio de la trama que remitía a la mitad de la historia. Era algo arriesgado, pero funcionó más allá de las críticas puntuales. Y en la serie esto era inviable, porque no somos agentes activos sino pasivos. Necesitamos conocer información porque al carecer de un mando, al no poder mover a sus personajes y vivir sus historias en primera persona, es más difícil empatizar.
Por eso, aquí la primera secuencia de la Temporada 2 nos muestra a un grupo de jóvenes frente a unas tumbas y a una de ellas, Abby, dejando claro cuál es su objetivo. Son muy inteligentes porque no dicen la razón de lo que quiere hacer, pero la hay... lo sabemos los que jugamos al juego, y ahora lo saben los que hayan visto el segundo episodio. Y aunque hay cambios en algunas situaciones, la localización del momento álgido o la presencia física o escénica del reparto, creo que lo que consiguen se asemeja bastante lo que nos hizo sentir aquel momento en 2020 a los jugadores del título de Naughty Dog. De hecho me pregunto cómo lo habrá encajado alguien que desconocía la obra original y esto le ha dado de lleno sin verlo venir, porque a juzgar por las redes sociales nos encontramos con shock e indignación a partes iguales.
Y como decía, la (re)contextualización es un valor a tener en cuenta porque Mazin y Druckmann están en otro medio, en otro espacio y tienen que contar las mismas cosas de otra manera. En algunos casos, expandiendo lo que en el videojuego no era posible (por ejemplo, con la banda musical en la fiesta del pueblo) pero en la ficción de imagen real sí. No se puede haber balance de la temporada porque aún no ha terminado (actualizaré la crítica cuando ocurra, claro) pero por ahora, me gusta el añadido de los nuevos miembros del reparto como Isabela Merced (fantástica como Dina), Catherine O'Hara, que en el primer episodio tiene una escena brillante con Pascal en esa sesión de terapia conjunta o Kaitlyn Dever, que ha demostrado sobradamente de qué es capaz.
Por lo demás seguimos con una factura excepcional y se nota que Max ha mimado la producción de la que es su nueva estrella de la parrilla tomando como base una de las mejores licencias de la historia de los videojuegos y no hay mucho que objetar en el plano técnico (fotografía, montaje, banda sonora, maquillaje, decorados...). Veremos cómo sigue la cosa, qué añaden, qué cambian, qué amplían y qué se guardan para la ya confirmada Temporada 3. Yo, de momento, sigo en este barco.
Pero bueno, volvamos a "The Last of Us". En primer lugar, me parece un acierto por parte de FilmAffinity permitir votar la T2 por separado de la primera puesto que aquella adaptaba el primer juego (del inicio a su final, incluyendo el DLC "Left Behind") y esta abre un nuevo camino, cinco años después, tomando como base el extraordinario "The Last of Us: Part II" de 2020. En aquel juego, se rompía la regla de oro de la narrativa hollywoodiense con un giro al inicio de la trama que remitía a la mitad de la historia. Era algo arriesgado, pero funcionó más allá de las críticas puntuales. Y en la serie esto era inviable, porque no somos agentes activos sino pasivos. Necesitamos conocer información porque al carecer de un mando, al no poder mover a sus personajes y vivir sus historias en primera persona, es más difícil empatizar.
Por eso, aquí la primera secuencia de la Temporada 2 nos muestra a un grupo de jóvenes frente a unas tumbas y a una de ellas, Abby, dejando claro cuál es su objetivo. Son muy inteligentes porque no dicen la razón de lo que quiere hacer, pero la hay... lo sabemos los que jugamos al juego, y ahora lo saben los que hayan visto el segundo episodio. Y aunque hay cambios en algunas situaciones, la localización del momento álgido o la presencia física o escénica del reparto, creo que lo que consiguen se asemeja bastante lo que nos hizo sentir aquel momento en 2020 a los jugadores del título de Naughty Dog. De hecho me pregunto cómo lo habrá encajado alguien que desconocía la obra original y esto le ha dado de lleno sin verlo venir, porque a juzgar por las redes sociales nos encontramos con shock e indignación a partes iguales.
Y como decía, la (re)contextualización es un valor a tener en cuenta porque Mazin y Druckmann están en otro medio, en otro espacio y tienen que contar las mismas cosas de otra manera. En algunos casos, expandiendo lo que en el videojuego no era posible (por ejemplo, con la banda musical en la fiesta del pueblo) pero en la ficción de imagen real sí. No se puede haber balance de la temporada porque aún no ha terminado (actualizaré la crítica cuando ocurra, claro) pero por ahora, me gusta el añadido de los nuevos miembros del reparto como Isabela Merced (fantástica como Dina), Catherine O'Hara, que en el primer episodio tiene una escena brillante con Pascal en esa sesión de terapia conjunta o Kaitlyn Dever, que ha demostrado sobradamente de qué es capaz.
Por lo demás seguimos con una factura excepcional y se nota que Max ha mimado la producción de la que es su nueva estrella de la parrilla tomando como base una de las mejores licencias de la historia de los videojuegos y no hay mucho que objetar en el plano técnico (fotografía, montaje, banda sonora, maquillaje, decorados...). Veremos cómo sigue la cosa, qué añaden, qué cambian, qué amplían y qué se guardan para la ya confirmada Temporada 3. Yo, de momento, sigo en este barco.
14 de abril de 2025
14 de abril de 2025
28 de 57 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando todo se rompe, solo queda sostenerse o caer...
Más allá del juego
Lo han vuelto a hacer. La serie ha evolucionado como lo que es: una ficción que se adapta a un formato distinto al del videojuego original. No lo replica de forma mimética, sino que toma algunas decisiones narrativas propias. Por eso, resulta comprensible la crítica por parte de quienes esperaban una adaptación más fiel al material de origen. También se explica el shock de quien llega directamente a la crudeza de la serie sin haber pasado por el juego. Ahora bien, esto es televisión y, como tal, necesita adaptarse para respirar y expandirse. La pregunta es: ¿cómo hacerlo? Al final, cada uno tendrá su opinión sobre cuánto debe respetarse el material original. Pero lo importante es que la historia siga siendo potente, emocionante y bien contada. Y eso, hasta ahora, lo están logrando.
Humanidad bajo las ruinas
El milagro continúa y esta segunda temporada no solo mantiene el nivel, sino que lo eleva con una ambición narrativa admirable. Al igual que en la primera temporada, la lucha por la supervivencia sigue siendo el motor, pero lo que realmente importa es la humanidad que resiste bajo las ruinas. Ya desde el primer episodio de esta nueva entrega, y pese a adoptar una narrativa diferente, se percibe la continuidad en los dilemas morales: justicia, venganza, estrategias colectivas y la clásica pregunta de si el fin justifica los medios. La serie conserva esa capacidad para mantenerte en vilo, ofreciendo una experiencia que, aunque algo distinta en forma, sigue dentro del espíritu de la primera temporada.
Una lección de estructura narrativa: así se construye una gran serie
La estructura narrativa de la segunda temporada está muy bien trabajada. En el primer episodio se define el nuevo contexto: una relación más tensa entre Joel y Ellie, marcada por la mentira arrastrada desde el final de la primera temporada. Comparten espacio en la comunidad de Jackson, pero el peso del pasado los distancia. Apenas hablan, se evitan casi sin querer. Y, sin embargo, bajo ese silencio, sigue latiendo la misma lealtad: la de quienes, pese a todo, siguen siendo ellos mismos, ahora en un entorno más colectivo que ha añadido nuevas capas a su vínculo. El primer episodio es un acierto narrativo cargado de intención, un terreno fértil para que, en el siguiente capítulo, irrumpan las primeras sacudidas emocionales que lo trastocan todo, abriendo el camino a un viaje intenso y desgarrador.
Devastación y nuevos caminos
Sin entrar en spoilers, los primeros giros devastadores de la temporada no tardan en aparecer y marcan un punto de inflexión, obligando a los personajes —especialmente a Ellie— a reconstruir sus vidas y encontrar sentido en medio del caos. La serie, entre nuevos personajes, flashbacks y escenarios que prometen ampliar el universo narrativo, sigue explorando las consecuencias de la violencia y las relaciones humanas en un mundo postapocalíptico.
Entre esas nuevas presencias destaca Abby, interpretada por Kaitlyn Dever, una figura oscura que irrumpe con fuerza desde el principio. Su aparición introduce nuevos dilemas morales en torno a la justicia, la venganza y los grises emocionales que tanto definen esta historia. Isabela Merced también apunta alto desde el primer episodio como una maravillosa Dina, puro carisma en su dúo muy químico (y algo más) con Ellie.
Da la sensación de que pasamos de una especie de road movie de supervivencia en la primera temporada a algo diferente: sobrevivir en un oasis fortificado (mientras dura) y enfrentarse a nuevas amenazas... y parece que se transita de la lucha por la supervivencia de la humanidad a intentar sobrevivir a ella. Un matiz añadido que hace más compleja la ecuación.
En cualquier caso, la historia equilibra con acierto los momentos de acción, devastación y dolor con pausas introspectivas muy intensas, que permiten respirar y reconectar con los dilemas morales y los sentimientos profundos, manteniendo la tensión y evitando caer en lo previsible. Después de los dos primeros episodios, la base narrativa queda definida, y es fácil intuir la devastación y la dureza de lo que vendrá después: un viaje intenso y brutal.
Conclusión (provisional)
Craig Mazin y Neil Druckmann siguen fieles al material original, pero no temen aportar capas nuevas, enriquecer personajes o incluso abrir caminos distintos que no traicionan, sino que expanden el universo. La dirección y la fotografía brillan. La estructura temporal fragmentada me parece una apuesta valiente y coherente con el tono introspectivo de la historia. La narración no siempre es lineal porque las emociones tampoco lo son.
En lo técnico, no la vamos a descubrir ahora. La serie suma y sigue... mantiene un nivel altísimo. Cuenta con numerosos escenarios para desarrollar la historia, visualmente espectacular, decorados muy cuidados, una banda sonora maravillosa, y unos efectos especiales que están a la altura. El CGI, además, cumple con creces.
Como distopía y como concepto, sigue siendo brutal: una ambientación muy lograda al servicio de una historia que continúa atrapando, afinando detalles y puliendo su ejecución. El enfoque narrativo es ahora más reposado y transversal que en la primera temporada, pero sin perder ni un ápice de intensidad.
No es solo lo que ves, es lo que te deja sintiendo. Quizá el mundo cayó, sí… pero algunos siguen en pie y la historia sigue su curso.
Más allá del juego
Lo han vuelto a hacer. La serie ha evolucionado como lo que es: una ficción que se adapta a un formato distinto al del videojuego original. No lo replica de forma mimética, sino que toma algunas decisiones narrativas propias. Por eso, resulta comprensible la crítica por parte de quienes esperaban una adaptación más fiel al material de origen. También se explica el shock de quien llega directamente a la crudeza de la serie sin haber pasado por el juego. Ahora bien, esto es televisión y, como tal, necesita adaptarse para respirar y expandirse. La pregunta es: ¿cómo hacerlo? Al final, cada uno tendrá su opinión sobre cuánto debe respetarse el material original. Pero lo importante es que la historia siga siendo potente, emocionante y bien contada. Y eso, hasta ahora, lo están logrando.
Humanidad bajo las ruinas
El milagro continúa y esta segunda temporada no solo mantiene el nivel, sino que lo eleva con una ambición narrativa admirable. Al igual que en la primera temporada, la lucha por la supervivencia sigue siendo el motor, pero lo que realmente importa es la humanidad que resiste bajo las ruinas. Ya desde el primer episodio de esta nueva entrega, y pese a adoptar una narrativa diferente, se percibe la continuidad en los dilemas morales: justicia, venganza, estrategias colectivas y la clásica pregunta de si el fin justifica los medios. La serie conserva esa capacidad para mantenerte en vilo, ofreciendo una experiencia que, aunque algo distinta en forma, sigue dentro del espíritu de la primera temporada.
Una lección de estructura narrativa: así se construye una gran serie
La estructura narrativa de la segunda temporada está muy bien trabajada. En el primer episodio se define el nuevo contexto: una relación más tensa entre Joel y Ellie, marcada por la mentira arrastrada desde el final de la primera temporada. Comparten espacio en la comunidad de Jackson, pero el peso del pasado los distancia. Apenas hablan, se evitan casi sin querer. Y, sin embargo, bajo ese silencio, sigue latiendo la misma lealtad: la de quienes, pese a todo, siguen siendo ellos mismos, ahora en un entorno más colectivo que ha añadido nuevas capas a su vínculo. El primer episodio es un acierto narrativo cargado de intención, un terreno fértil para que, en el siguiente capítulo, irrumpan las primeras sacudidas emocionales que lo trastocan todo, abriendo el camino a un viaje intenso y desgarrador.
Devastación y nuevos caminos
Sin entrar en spoilers, los primeros giros devastadores de la temporada no tardan en aparecer y marcan un punto de inflexión, obligando a los personajes —especialmente a Ellie— a reconstruir sus vidas y encontrar sentido en medio del caos. La serie, entre nuevos personajes, flashbacks y escenarios que prometen ampliar el universo narrativo, sigue explorando las consecuencias de la violencia y las relaciones humanas en un mundo postapocalíptico.
Entre esas nuevas presencias destaca Abby, interpretada por Kaitlyn Dever, una figura oscura que irrumpe con fuerza desde el principio. Su aparición introduce nuevos dilemas morales en torno a la justicia, la venganza y los grises emocionales que tanto definen esta historia. Isabela Merced también apunta alto desde el primer episodio como una maravillosa Dina, puro carisma en su dúo muy químico (y algo más) con Ellie.
Da la sensación de que pasamos de una especie de road movie de supervivencia en la primera temporada a algo diferente: sobrevivir en un oasis fortificado (mientras dura) y enfrentarse a nuevas amenazas... y parece que se transita de la lucha por la supervivencia de la humanidad a intentar sobrevivir a ella. Un matiz añadido que hace más compleja la ecuación.
En cualquier caso, la historia equilibra con acierto los momentos de acción, devastación y dolor con pausas introspectivas muy intensas, que permiten respirar y reconectar con los dilemas morales y los sentimientos profundos, manteniendo la tensión y evitando caer en lo previsible. Después de los dos primeros episodios, la base narrativa queda definida, y es fácil intuir la devastación y la dureza de lo que vendrá después: un viaje intenso y brutal.
Conclusión (provisional)
Craig Mazin y Neil Druckmann siguen fieles al material original, pero no temen aportar capas nuevas, enriquecer personajes o incluso abrir caminos distintos que no traicionan, sino que expanden el universo. La dirección y la fotografía brillan. La estructura temporal fragmentada me parece una apuesta valiente y coherente con el tono introspectivo de la historia. La narración no siempre es lineal porque las emociones tampoco lo son.
En lo técnico, no la vamos a descubrir ahora. La serie suma y sigue... mantiene un nivel altísimo. Cuenta con numerosos escenarios para desarrollar la historia, visualmente espectacular, decorados muy cuidados, una banda sonora maravillosa, y unos efectos especiales que están a la altura. El CGI, además, cumple con creces.
Como distopía y como concepto, sigue siendo brutal: una ambientación muy lograda al servicio de una historia que continúa atrapando, afinando detalles y puliendo su ejecución. El enfoque narrativo es ahora más reposado y transversal que en la primera temporada, pero sin perder ni un ápice de intensidad.
No es solo lo que ves, es lo que te deja sintiendo. Quizá el mundo cayó, sí… pero algunos siguen en pie y la historia sigue su curso.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Punto de inflexión
El segundo capítulo es, cinematográficamente, brutal. No solo marca el rumbo emocional y narrativo de la temporada, sino que impacta, sorprende y lo hace con una precisión milimétrica en el momento justo. 'Through the Valley' ya es historia de la televisión: un episodio enorme, de los que se quedan. De los que se comentan, se discuten, se sienten. Violento, hermoso, íntimo y devastador.
Todo está conectado y las decisiones tienen consecuencias. La brutal venganza de Abby no solo arrebata a Ellie su figura de referencia, también es el desencadenante que dinamita toda posibilidad de estabilidad o refugio. Si alguien esperaba una temporada con Jackson como un remanso de paz o seguridad, pronto descubre que ese espejismo no tiene cabida en este mundo.
Se ha hablado mucho de la brutalidad de la muerte de Joel a manos de Abby, una escena de una crudeza brutal. Pero el plano final del episodio golpea aún más fuerte: Ellie y Dina cabalgando en la nieve, arrastrando su cuerpo envuelto. La inmensidad blanca, el silencio absoluto, la lejanía de las montañas. No hay palabras. No hay música. Solo vacío. Esa imagen lo dice todo.
Levantarse y seguir
El dramatismo no está solo en el golpe asestado, sino en lo que vendrá después: en cómo se vive el duelo, en cómo se canaliza la rabia, en cómo Ellie empieza a redefinirse desde la pérdida. Porque aquí no hay tiempo para llorar: la historia sigue, y lo que viene no será más fácil.
A partir de aquí no hay vuelta atrás: todo cobra sentido. Cada decisión, cada paso, forma parte de un nuevo camino marcado por la pérdida, la culpa, la venganza, ¿la redención?, y, sobre todo, por lo que queda cuando ya no queda nada: levantarse y seguir.
El resultado es un absoluto acierto narrativo. Lo han vuelto a hacer: no se han limitado a copiar, han sabido transformar. Han tomado la esencia del juego y la han reescrito en el lenguaje de la televisión con inteligencia.
(Cuando la temporada avance, actualizaré y editaré la crítica. Mientras tanto, toca disfrutar del viaje...)
El segundo capítulo es, cinematográficamente, brutal. No solo marca el rumbo emocional y narrativo de la temporada, sino que impacta, sorprende y lo hace con una precisión milimétrica en el momento justo. 'Through the Valley' ya es historia de la televisión: un episodio enorme, de los que se quedan. De los que se comentan, se discuten, se sienten. Violento, hermoso, íntimo y devastador.
Todo está conectado y las decisiones tienen consecuencias. La brutal venganza de Abby no solo arrebata a Ellie su figura de referencia, también es el desencadenante que dinamita toda posibilidad de estabilidad o refugio. Si alguien esperaba una temporada con Jackson como un remanso de paz o seguridad, pronto descubre que ese espejismo no tiene cabida en este mundo.
Se ha hablado mucho de la brutalidad de la muerte de Joel a manos de Abby, una escena de una crudeza brutal. Pero el plano final del episodio golpea aún más fuerte: Ellie y Dina cabalgando en la nieve, arrastrando su cuerpo envuelto. La inmensidad blanca, el silencio absoluto, la lejanía de las montañas. No hay palabras. No hay música. Solo vacío. Esa imagen lo dice todo.
Levantarse y seguir
El dramatismo no está solo en el golpe asestado, sino en lo que vendrá después: en cómo se vive el duelo, en cómo se canaliza la rabia, en cómo Ellie empieza a redefinirse desde la pérdida. Porque aquí no hay tiempo para llorar: la historia sigue, y lo que viene no será más fácil.
A partir de aquí no hay vuelta atrás: todo cobra sentido. Cada decisión, cada paso, forma parte de un nuevo camino marcado por la pérdida, la culpa, la venganza, ¿la redención?, y, sobre todo, por lo que queda cuando ya no queda nada: levantarse y seguir.
El resultado es un absoluto acierto narrativo. Lo han vuelto a hacer: no se han limitado a copiar, han sabido transformar. Han tomado la esencia del juego y la han reescrito en el lenguaje de la televisión con inteligencia.
(Cuando la temporada avance, actualizaré y editaré la crítica. Mientras tanto, toca disfrutar del viaje...)
21 de abril de 2025
21 de abril de 2025
13 de 27 usuarios han encontrado esta crítica útil
Menudo bajón. Ya el primer capítulo me decepcionó mucho, los personajes planos, simplones a más no poder. La trama, que obviamente era difícil sostener, hace aguas por todos lados.
En la zona spoiler entraré en más detalles de los dos primeros capítulos que son los únicos que he visto y seguramente no vea más, con eso digo todo.
En la zona spoiler entraré en más detalles de los dos primeros capítulos que son los únicos que he visto y seguramente no vea más, con eso digo todo.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
La mala malísima, que en medio del apocalipsis con infectados por todas partes no piensa en otra cosa que cruzarse medio mundo para vengarse de un tío que mató a su padre. Y los que van con ella le tienen tanto miedo que ni le ponen pegas ni salen por patas. En serio? Pero si los infectados probablemente han matado a toda su familia, y a la de los que le siguen. Por favor, qué mierda es esta.
Ellie (Bella Ramsey) que era una chica inteligente ahora va por puro gusto matando zombies a cuchillo, literalmente, porque claro es inmune y además adolescente.
Los infectados como no dan suficiente miedo ahora se propagan por tuberías, son megainteligentes y además algunos son gigantes e inmunes a las balas y al fuego.
Qué ha sido de los personajes con varias capas, misteriosos, complicados, que vamos entendiendo con los diálogos y lo que les sucede.
Qué ha sido de esas explicaciones de cómo el cordyceps parasita a su víctima que al menos tratan de dar verosimilitud a la trama, y no esta mierda facilona de bichos enormes inmatables que corren más que los caballos a pesar de que van dando tumbos.
En fin, absolutamente infumable, repleta de detalles y fallos (final del segundo capítulo cuando los milicianos se piran de la cabaña sin los 3 caballos!).
Tremenda decepción, qué guión más flojo de Craig Mazin, más digno de Scary Movie 17 o Resacón en Andorra que de The Last of Us.
Si te gustó la primera hazte un favor y no veas la segunda.
Ellie (Bella Ramsey) que era una chica inteligente ahora va por puro gusto matando zombies a cuchillo, literalmente, porque claro es inmune y además adolescente.
Los infectados como no dan suficiente miedo ahora se propagan por tuberías, son megainteligentes y además algunos son gigantes e inmunes a las balas y al fuego.
Qué ha sido de los personajes con varias capas, misteriosos, complicados, que vamos entendiendo con los diálogos y lo que les sucede.
Qué ha sido de esas explicaciones de cómo el cordyceps parasita a su víctima que al menos tratan de dar verosimilitud a la trama, y no esta mierda facilona de bichos enormes inmatables que corren más que los caballos a pesar de que van dando tumbos.
En fin, absolutamente infumable, repleta de detalles y fallos (final del segundo capítulo cuando los milicianos se piran de la cabaña sin los 3 caballos!).
Tremenda decepción, qué guión más flojo de Craig Mazin, más digno de Scary Movie 17 o Resacón en Andorra que de The Last of Us.
Si te gustó la primera hazte un favor y no veas la segunda.
22 de abril de 2025
22 de abril de 2025
0 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
La segunda temporada arranca con una fuerza arrolladora y sin rodeos. Hay momentos duros y decisiones que transforman por completo el rumbo de la historia, justo cuando menos lo esperas. No es un spoiler, pero está claro que su temprana crudeza puede no ser del gusto de todos.
En cualquier caso, sigue siendo una serie sólida y bien ejecutada que no defrauda ni deja indiferente respecto a la primera temporada. Eso sí, ahora dolerá un poco más. A nivel técnico, sigue impecable, con una factura cuidadosamente trabajada y un ritmo que sabe cuándo frenar y cuándo acelerar.
Impactante es la palabra. Y adictiva también. Hay ganas de seguir adelante y descubrir hacia dónde nos llevará. Yo me apunto a este viaje.
En cualquier caso, sigue siendo una serie sólida y bien ejecutada que no defrauda ni deja indiferente respecto a la primera temporada. Eso sí, ahora dolerá un poco más. A nivel técnico, sigue impecable, con una factura cuidadosamente trabajada y un ritmo que sabe cuándo frenar y cuándo acelerar.
Impactante es la palabra. Y adictiva también. Hay ganas de seguir adelante y descubrir hacia dónde nos llevará. Yo me apunto a este viaje.
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