Crash
6,5
26.594
Drama. Thriller
Una noche, James Ballard estrella su coche contra el de Helen y ambos son ingresados en un hospital. Lo sorprendente es que inmediatamente después del choque los dos experimentaron una extraña atracción mutua. A partir de entonces, la vida de James se precipitará hacia un mundo oscuro y prohibido, dominado por el peligro, el sexo y la muerte. (FILMAFFINITY)
2 de noviembre de 2007
2 de noviembre de 2007
291 de 385 usuarios han encontrado esta crítica útil
No sólo no me invento nada, sino que omito detalles y situaciones que me gustaría añadir, para no escribir nada que pudiera considerarse spoiler:
- Fulanita copula con un señor.
- Fulanito copula con una señora.
- Fulanito y Fulanita copulan.
- Fulanita masturba a Fulanito.
- Fulanito y Menganita copulan.
- Fulanito y Fulanita copulan de nuevo.
- Menganito masturba a Menganita.
- Fulanito y Fulanita vuelven a copular.
- Fulanito también repite con Menganita.
- Fulanito, Menganita y Zutanita se masturban mutuamente.
- Menganito copula con una prostituta.
- Menganito y Fulanita copulan.
- Fulanito y Fulanita retozan un poquito.
- Menganito y Zutanita copulan.
- Fulanito y Menganito mantienen relaciones sexuales. ¿Por qué no?
- Menganita y Zutanita mantienen relaciones sexuales.
- Fulanita y Fulanita copulan.
- Fin.
Resulta que a Fulanito, Fulanita, Menganito, Menganita, Zutanita, y a todo el que sale en la película por lo visto, les excitan los accidentes de coches y cualquier cosa remotamente relacionada, así que se pasan la hora y media estrellándose con sus vehículos, fotografiando accidentes ajenos, visitando chatarrerías, visionando grabaciones de accidentes, presenciando espectáculos basados en accidentes en directo, restregándose contra coches nuevos y usados, lamiento prótesis ortopédicas, cicatrices, tatuajes inspirados en su particular perversión... y ya. Eso eso todo.
Otros espectadores, sin duda más inteligentes y sensibles que yo, ven en todo esto un magistral y oscuro retrato de su fría sociedad contemporánea. De la suya, porque desde luego la mía no es así.
Si me lo cuentan no me lo creo.
- Fulanita copula con un señor.
- Fulanito copula con una señora.
- Fulanito y Fulanita copulan.
- Fulanita masturba a Fulanito.
- Fulanito y Menganita copulan.
- Fulanito y Fulanita copulan de nuevo.
- Menganito masturba a Menganita.
- Fulanito y Fulanita vuelven a copular.
- Fulanito también repite con Menganita.
- Fulanito, Menganita y Zutanita se masturban mutuamente.
- Menganito copula con una prostituta.
- Menganito y Fulanita copulan.
- Fulanito y Fulanita retozan un poquito.
- Menganito y Zutanita copulan.
- Fulanito y Menganito mantienen relaciones sexuales. ¿Por qué no?
- Menganita y Zutanita mantienen relaciones sexuales.
- Fulanita y Fulanita copulan.
- Fin.
Resulta que a Fulanito, Fulanita, Menganito, Menganita, Zutanita, y a todo el que sale en la película por lo visto, les excitan los accidentes de coches y cualquier cosa remotamente relacionada, así que se pasan la hora y media estrellándose con sus vehículos, fotografiando accidentes ajenos, visitando chatarrerías, visionando grabaciones de accidentes, presenciando espectáculos basados en accidentes en directo, restregándose contra coches nuevos y usados, lamiento prótesis ortopédicas, cicatrices, tatuajes inspirados en su particular perversión... y ya. Eso eso todo.
Otros espectadores, sin duda más inteligentes y sensibles que yo, ven en todo esto un magistral y oscuro retrato de su fría sociedad contemporánea. De la suya, porque desde luego la mía no es así.
Si me lo cuentan no me lo creo.
7 de septiembre de 2007
7 de septiembre de 2007
203 de 263 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es increíble descubrir cómo meses después de haberla visto, Crash sigue acudiendo a tu mente una y otra vez, insinuando que has pasado por alto lo que creías estar pasando por alto mientras la veías, asegurándote que hay mucho más detrás de toda esa fría perversión... y de hecho lo hay, pero quizás más como valor subjetivo que como mera definición. ''Crash'' deja bien claro sus intenciones desde la primera secuencia, con la rubia Déborah Kara Hunger destilando sexo por sus poros mientras se deja penetrar contra la fría superficie pulida de una avioneta. Sus manos se deslizan con lujuriosa avidez por el metal, e intuímos que es ese contacto el que la lleva al éxtasis erótico, no el hombre que tiene por detrás. Jamás se mostró en pantalla un comportamiento sexual tan desviado y contranatura como en esta cinta, no al menos como se exibe aquí, de una manera tan inteligente y, a pesar de lo que uno pueda pensar, con tan buen gusto. Cronenberg nos muestra la desviación psicológica de las personas a través de su corrupción sexual y su deformación física, conjugando elementos tan opuestos a priori como los accidentes de tráfico y el placer sexual; la carne abierta, cicatrizada y deformada con la sensualidad inherente de los orificios naturales del cuerpo humano. Estamos ante una película salvaje, incómoda, alarmantemente excitante, que se basa en escenas de sexo explícito alternadas con escenas de sexo verbal, en una escala que va de lo perverso a lo gravemente enfermizo.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Los personajes de esta cinta no parecen conocer lo que es el amor, parecen afrontar sus relaciones sexuales (incluso con otras personas) absolutamente faltos de esperanza por obtener un placer que se nos antoja más espiritual que meramente carnal. Cuando la Hunger llega a casa y se encuentra con su marido, este le pregunta si esta vez ella se ha corrido (ambos han tenido sexo con otras personas en sus respectivos trabajos), y ella le dice que no, a lo que él contesta que quizá la próxima vez... Entendemos entonces que ambos viven en una continua búsqueda de la felicidad basada en el placer, quizá metaforizando la frenética monotonía de nuestro estilo de vida actual, en el que nada parece satisfacernos por completo. Tan sólo una experiencia nueva y arriesgada como la que se les presenta, que les exige ponerse al límite cada vez, salvando la delgada línea que les separa de la muerte para obtener así lo que buscan, parece llenarles de una forma distinta. Los accidentes de coche se nos antojan viscerales, con todos esos hierros humeantes y retorcidos impregnados de sudor y sangre, mezclándose dolorosamente con la carne y cobrando una textura orgánica bastante inquietante que basta como estampa visual para poder entender la atracción sexual que genera en esas mentes enfermas, alienadas quizá por una sociedad conformista que nunca aceptaría su comportamiento. Sin embargo, nuestros protagonistas jamás se plantean el porqué (si acaso vagamente) ni tan siquiera parecen extrañarse ante la existencia de este peligroso juego mortal, lo dan por hecho y lo aceptan, lo que podría interpretarse como la intención de Cronenberg de dejar en evidencia el grado de perversión al que ha llegado la humanidad, empujado por la monotonía y la gradual pérdida de los sentimientos ante tal bombardeo de salvajadas y actos atroces que vemos y sufrimos a diario. El film, por tanto, tiene varias e inquietantes lecturas, todas ellas relacionadas con la soledad del ser humano en su eterna búsqueda de algo que le merezca la pena experimentar en un mundo extasiado de sí mismo. Cronenberg insinúa creación y fertilidad en el accidente, permuta el concepto de desastre en algo cuanto menos productivo (y así nos lo hace ver continuamente diciendo que desde el accidente parece que hubiera más coches en las carreteras). Intenta así confundirnos y dejarnos sin aliento, casi hasta sin capacidad de análisis. Cronemberg puro: sugerente, morbosa, muy morbosa, orgánica y desoladora. Al final, cuando Koteas ya ha perdido la vida y Spader parece desear lo mismo para sí mismo y para su novia, vemos cómo ella queda sepultada y herida bajo su coche, y él se le acerca y le pregunta si esta vez lo ha conseguido. Ella, desolada y aturdida, le vuelve a decir que no; a lo que él, mientras la toma por detrás, le vuelve a contestar que quizá la próxima vez... quizá la próxima vez...
21 de julio de 2013
21 de julio de 2013
66 de 71 usuarios han encontrado esta crítica útil
No sé qué algoritmo utilizará Filmaffinity para calcular las almas gemelas, pero no tengo nada que ver con las mías, que le ponen a este esperpento un 7 de media. Por ello he decidido ponerle un 1 para alejarme un poco a ver si así empiezo a coincidir un poco más, porque me llevo cada chasco...
Esta película es la típica que o te encanta o la odias. A los que les encante, pues bueno, no comprendo muy bien por qué, pero para gustos, colores. Lo que no soporto es que cuando digo que me parece malísima, siempre aparece el típico pseudo-intelectual que tiene que decir:
- "Eso es que no la has entendido."
Continúo conversación con pseudo-intelectual en spoiler.
Esta película es la típica que o te encanta o la odias. A los que les encante, pues bueno, no comprendo muy bien por qué, pero para gustos, colores. Lo que no soporto es que cuando digo que me parece malísima, siempre aparece el típico pseudo-intelectual que tiene que decir:
- "Eso es que no la has entendido."
Continúo conversación con pseudo-intelectual en spoiler.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
- Ah, ¿no? A ver, ilumíname...
- Esta película trata sobre personas que no conocen lo que es el amor, que están faltos de esperanza en la búsqueda de la felicidad basada en el placer y buscan experiencias que les exigen ponerse al límite de la muerte para obtener así lo que buscan, bla, bla, bla...
- Ahhmmm....
(En este punto mi cara de pasmarote debe parecerse a la de Holly Hunter cuando tiene el accidente. Me encanta esta actriz, la venden como protagonista apareciendo incluso en el cartel, y sólo sale 10 minutos... mal empezamos.)
Hay algo que me irrita durante toda la película, y es la voz de línea erótica de la rubia. Vale, es el doblaje, pero me irrita. De todas formas no voy a volver a verla en versión original, eso seguro. Además cada vez que salía no podía dejar de pensar: "Ay, ¿dónde he visto yo a esta tía hace poco en una peli? Pero no conseguía acordarme, y eso también me irritaba mucho.
La película empieza así: primera escena: sexo; segunda escena: sexo; tercera escena: sexo; cuarta escena... NO sexo! Woow! Ah, se me olvidaba, los créditos iniciales se hacen eternos con esa música tan repetitiva.
Bueno, entonces llega el prota y tiene un accidente contra el coche de Holly y piensas: Aquí es donde empieza la historia que he leído en la sinopsis: "Una noche, James Ballard estrella su coche contra el de Helen y ambos son ingresados en un hospital. Lo sorprendente es que inmediatamente después del choque los dos experimentaron una extraña atracción mutua." Pues....no, no experimentan esa extraña atracción mutua el uno por el otro, sino por todo el que pasa por delante. No sé en qué ciudad se desarrolla la acción, pero es mucha casualidad que en esa ciudad todo hijo de vecino se excite con los accidentes de coche y las personas tullidas. ¡¡Hasta el del concesionario!! Venga, hombre...
Bueno, entonces el prota y Holly van a ver un espectáculo ilegal de coches de choque, o de choques de coches y el que maneja el cotarro es el de las cicatrices. Y un día empieza a perseguir a la rubia peligrosamente con el coche y la rubia se excita mucho y desde ese momento, sólo quiere saber cuánto de salado será el semen del de las cicatrices hasta que finalmente, lo comprueba en un túnel de lavado. Luego ella está llena de moratones y su marido el prota se los besa y a ella no se sabe si le gusta o no, porque no cambia la cara en toda la peli.
Entonces el prota un día se hace un tatuaje de Renault o de Volkswagen porque el de las cicatrices se lo pide y siente mucha excitación y parece que también tienen sexo (parece porque no se ve nada). Pero se ve que al de las cicatrices no le gusta mucho, porque empotra su coche contra el del prota, que se queda plácidamente dormido.
Entonces el prota provoca un accidente a la rubia para matarla (pero porque ella quiere), pero como no la mata se la beneficia allí tirada toda llena de sangre, como les gusta a ellos.
Y ya está. Pues eso, no la habré entendido.
- Esta película trata sobre personas que no conocen lo que es el amor, que están faltos de esperanza en la búsqueda de la felicidad basada en el placer y buscan experiencias que les exigen ponerse al límite de la muerte para obtener así lo que buscan, bla, bla, bla...
- Ahhmmm....
(En este punto mi cara de pasmarote debe parecerse a la de Holly Hunter cuando tiene el accidente. Me encanta esta actriz, la venden como protagonista apareciendo incluso en el cartel, y sólo sale 10 minutos... mal empezamos.)
Hay algo que me irrita durante toda la película, y es la voz de línea erótica de la rubia. Vale, es el doblaje, pero me irrita. De todas formas no voy a volver a verla en versión original, eso seguro. Además cada vez que salía no podía dejar de pensar: "Ay, ¿dónde he visto yo a esta tía hace poco en una peli? Pero no conseguía acordarme, y eso también me irritaba mucho.
La película empieza así: primera escena: sexo; segunda escena: sexo; tercera escena: sexo; cuarta escena... NO sexo! Woow! Ah, se me olvidaba, los créditos iniciales se hacen eternos con esa música tan repetitiva.
Bueno, entonces llega el prota y tiene un accidente contra el coche de Holly y piensas: Aquí es donde empieza la historia que he leído en la sinopsis: "Una noche, James Ballard estrella su coche contra el de Helen y ambos son ingresados en un hospital. Lo sorprendente es que inmediatamente después del choque los dos experimentaron una extraña atracción mutua." Pues....no, no experimentan esa extraña atracción mutua el uno por el otro, sino por todo el que pasa por delante. No sé en qué ciudad se desarrolla la acción, pero es mucha casualidad que en esa ciudad todo hijo de vecino se excite con los accidentes de coche y las personas tullidas. ¡¡Hasta el del concesionario!! Venga, hombre...
Bueno, entonces el prota y Holly van a ver un espectáculo ilegal de coches de choque, o de choques de coches y el que maneja el cotarro es el de las cicatrices. Y un día empieza a perseguir a la rubia peligrosamente con el coche y la rubia se excita mucho y desde ese momento, sólo quiere saber cuánto de salado será el semen del de las cicatrices hasta que finalmente, lo comprueba en un túnel de lavado. Luego ella está llena de moratones y su marido el prota se los besa y a ella no se sabe si le gusta o no, porque no cambia la cara en toda la peli.
Entonces el prota un día se hace un tatuaje de Renault o de Volkswagen porque el de las cicatrices se lo pide y siente mucha excitación y parece que también tienen sexo (parece porque no se ve nada). Pero se ve que al de las cicatrices no le gusta mucho, porque empotra su coche contra el del prota, que se queda plácidamente dormido.
Entonces el prota provoca un accidente a la rubia para matarla (pero porque ella quiere), pero como no la mata se la beneficia allí tirada toda llena de sangre, como les gusta a ellos.
Y ya está. Pues eso, no la habré entendido.
9 de febrero de 2009
9 de febrero de 2009
85 de 110 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si os digo la verdad no tengo ni la menor idea de lo que pretendía Cronenberg con este despropósito de película. Se me ocurren algunas posibilidades como:
¿Pretendía enviarnos algún mensaje encriptado dentro del filme?
¿Pretendía provocar morbo o simplemente excitar?
¿Pretendía ridiculizar al espectador provocando algún cargo de conciencia?
¿Pretendía hacernos pensar en lo triste y finita que es nuestra existencia?
¿Pretendía abrir nuestra mente hacia una total libertad sexual?
Yo, sinceramente no lo sé, lo único que he visto en "Crash" es el desarrollo de una parafilia desde que se despierta el interés hasta que se pretende llevar a cabo.
Dejando de lado un sugerente comienzo, una estética cuidada y una banda sonora con mucha fuerza, el filme no me llegó a importar en ningún momento. Extremadamente pedante en los diálogos, siempre entre susurros y buscando el morbo que en mí no encontraron. Las continuas escenas de sexo, aunque logradas y en sí bastante excitantes, estaban rodeadas de una atmósfera enfermiza que personalmente me pasé toda la película repudiando.
Con un elenco de actores medianamente interesante destaco sobremanera a Elías Koteas (Vaughan) que transmite perfectamente la locura del personaje que representa.
Como conclusión, "Crash" es una obra mediocre de un director bastante interesante, con la única idea de provocar y encima sin conseguirlo.
¿Pretendía enviarnos algún mensaje encriptado dentro del filme?
¿Pretendía provocar morbo o simplemente excitar?
¿Pretendía ridiculizar al espectador provocando algún cargo de conciencia?
¿Pretendía hacernos pensar en lo triste y finita que es nuestra existencia?
¿Pretendía abrir nuestra mente hacia una total libertad sexual?
Yo, sinceramente no lo sé, lo único que he visto en "Crash" es el desarrollo de una parafilia desde que se despierta el interés hasta que se pretende llevar a cabo.
Dejando de lado un sugerente comienzo, una estética cuidada y una banda sonora con mucha fuerza, el filme no me llegó a importar en ningún momento. Extremadamente pedante en los diálogos, siempre entre susurros y buscando el morbo que en mí no encontraron. Las continuas escenas de sexo, aunque logradas y en sí bastante excitantes, estaban rodeadas de una atmósfera enfermiza que personalmente me pasé toda la película repudiando.
Con un elenco de actores medianamente interesante destaco sobremanera a Elías Koteas (Vaughan) que transmite perfectamente la locura del personaje que representa.
Como conclusión, "Crash" es una obra mediocre de un director bastante interesante, con la única idea de provocar y encima sin conseguirlo.
23 de enero de 2007
23 de enero de 2007
101 de 159 usuarios han encontrado esta crítica útil
Crash es una de esas películas de culto para unos pocos y aborrecidas por todos los demás. Daré razones por las que yo estoy entre los primeros:
1) El mensaje no es: sexo, morbo, más sexo, más morbo. No es tan simple. La idea de fondo es que la realidad del mundo moderno se ha vuelto aséptica, indiferente, tan estandarizada como una fábrica de montaje. La manera que busca el protagonista para salir de esta realidad es la escalada de degradación moral que le ofrece el personaje de Koteas. El choque es la fusión entre la carne y el metal, es la expresión del orgasmo y el dolor, es la superación de la dicotomía vida-muerte.
2) El guión es una perfecta muestra de progresión hacia el clímax del final. Diálogos inquietantes y originales. Un atmósfera de tensión constante muy lograda.
3) Las interpretaciones son impresionantes: Spader en su progresión autodestructiva, Koteas como mentor lascivo, Kara Unger de nuevo musa sexual, Hunter abriendo la caja de Pandora...
4) La estética, absolutamente fría, con esos colores azulados constantes, el vestuario impersonal, los escenarios inertes, alienantes, favorece la idea de distanciar al espectador de lo narrado, de envolver a los personajes en un halo de indiferencia maquinal.
5) La espléndida banda sonora redunda en esa frialdad y alienación.
6) Cronenberg alcanza con Crash la cima de su estilo. Sus obsesiones, como en todas sus películas, están presentes, pero sabe adaptarse a un estilo preciso, casi quirúrgico, dejando de lado sus tradicionales excesos de látex y ketchup. Una adaptación muy digna de la novela de James Ballard.
En fin: una obra maestra. Le pese a quien le pese.
1) El mensaje no es: sexo, morbo, más sexo, más morbo. No es tan simple. La idea de fondo es que la realidad del mundo moderno se ha vuelto aséptica, indiferente, tan estandarizada como una fábrica de montaje. La manera que busca el protagonista para salir de esta realidad es la escalada de degradación moral que le ofrece el personaje de Koteas. El choque es la fusión entre la carne y el metal, es la expresión del orgasmo y el dolor, es la superación de la dicotomía vida-muerte.
2) El guión es una perfecta muestra de progresión hacia el clímax del final. Diálogos inquietantes y originales. Un atmósfera de tensión constante muy lograda.
3) Las interpretaciones son impresionantes: Spader en su progresión autodestructiva, Koteas como mentor lascivo, Kara Unger de nuevo musa sexual, Hunter abriendo la caja de Pandora...
4) La estética, absolutamente fría, con esos colores azulados constantes, el vestuario impersonal, los escenarios inertes, alienantes, favorece la idea de distanciar al espectador de lo narrado, de envolver a los personajes en un halo de indiferencia maquinal.
5) La espléndida banda sonora redunda en esa frialdad y alienación.
6) Cronenberg alcanza con Crash la cima de su estilo. Sus obsesiones, como en todas sus películas, están presentes, pero sabe adaptarse a un estilo preciso, casi quirúrgico, dejando de lado sus tradicionales excesos de látex y ketchup. Una adaptación muy digna de la novela de James Ballard.
En fin: una obra maestra. Le pese a quien le pese.
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