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Cuéntame cómo pasóSerie

Serie de TV. Drama. Comedia Serie de TV (2001-2023). 23 temporadas. Serie que relata los últimos años de la dictadura franquista y la llegada de la democracia, desde la perspectiva de una familia de clase media española, los Alcántara. Narrada desde la visión del hijo menor, Carlos (Ricardo Gómez), que relata los sucesos como adulto en la época actual, la familia se compone de Antonio Alcántara (Imanol Arias), un estricto padre de familia que intenta progresar en ... [+]
Críticas 80
Críticas ordenadas por fecha (desc.)
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19 de julio de 2023
16 de 26 usuarios han encontrado esta crítica útil
Siguiendo con este repaso de series más o menos antiguas o que hace un tiempo que no sigo me he encontrado con la posiblemente más longeva de la historia de la televisión en España, "Cuéntame cómo pasó", toda una institución en nuestro país. Y después de 23 temporadas, 22 años en antena y más de cuatrocientos episodios, no es fácil realizar una crítica de todo el conjunto, entre otras razones porque a ver quién es el guapo que la ha visto de principio a fin, yo me quedé en la temporada 16, la 17 ya no la recuerdo, aunque a lo mejor empecé a verla, alguna cosa sí me suena, asqueado por tanto peloteo a los Alcántara. Por supuesto, durante tantos episodios ha habido buenos momentos, tramas y personajes pero la cosa desvarió tanto que logró ser permanentemente patética. A grandes líneas, la ficción funciona bastante bien hasta la séptima temporada, hasta que aparece Karina (Elena Rivera, aunque en mi casa siempre la conoceremos como Karina), luego empieza a caer a plomo irremisiblemente hasta llegar a abismos insoportables para el muy sufrido espectador.

¿Por qué esa debacle? Por un lado pienso que la serie, cuya idea era finalizar con la muerte de Franco, es decir, en la temporada octava, al estirarse hasta el infinito cae en el agotamiento, la improvisación y la pérdida de su esencia. Pero hay algo aún peor y no me refiero, como denuncia algún compañero de esta página, a convertirse en un mero "instrumento ideológico progre para lavar cerebros", que también, no nos olvidemos de cómo nos alecciona constantemente sobre las bondades de la democracia y lo horrible que era la dictadura, sino que "Cuéntame cómo pasó" acaba muriendo al convertirse en una exageradísima fantasía de éxito, social, económico, romántico, de cualquier clase. Así, se van sucediendo los giros irreales uno detrás de otro, llegando a ser, porque lo dice el guión, director de Agricultura en el gobierno de la UCD, novelista talentoso o universitaria y empresaria de éxito a la vez. ¿Este es el retrato veraz de una familia española de aquella época? En absoluto, es una fantasía continua para hacerle la pelota sin parar a esos fantasmas.

¿Y los personajes? Antonio (Imanol Arias) y Mercedes (Ana Duato) acaban cayendo fatal, resultan insoportables, el uno por ir de enterado y la otra por estirada. Van de guais, sobre todo ella, que somos feministas, pero en realidad son antiejemplos, es decir, cómo no debemos ser en esta vida. El hijo mayor, Toni (Pablo Rivero), es el rojo de la familia y aunque empieza bastante empanado, es el Alcántara que me cae mejor. Tiene muy buenos momentos, pero todas sus historias románticas son horribles, menos con Clara (Silvia Espigado). La mayor, Inés (ha cambiado tanto de actriz...), es una tonta que va acumulando novio tras novio. Me gustó su trama con el cura pero como la seria tenía que continuar la echaron a perder. La pequeña María (varias actrices) tiene bastante con sufrir a unos padres que pasan de ella y la abuela, Herminia (María Galiana), a una hija que la tiene esclavizada. Carlitos (Ricardo Gómez), al principio es lo mejor de la serie pero luego se vuelve una odiosa fantasía con patas. Fue muy buena su historia con Maika (Patricia Ponce de León) (SPOILER).
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Las historias románticas de Carlitos ejemplifican el fracaso de la serie al dejar de contarme algo real para sustituirla por una fantasía, en la que es el chico más seductor del mundo y se las liga a todas de la forma más absurda e increíble, es decir, ellas se echan en sus brazos porque lo dice el guionista. Al principio iba detrás de Maika, eran unos niños, pero nada, no le hacía ni caso y hasta ella le daba tortas, ya he dicho otras veces que si en un romance ella lo abofetea, es una señal de que es una buena historia. Esa es una realidad, pero ¿quién quiere ir detrás, no comerte una rosca, que te dominen y hasta que te peguen cuando puedes crear una fantasía en lo que sucede lo contrario? Eso es lo que hacen con Carlitos, al que salvando a Maika, no le recuerdo ningún fracaso sentimental, todas caen rendidas.

Es más, en el colmo de la indignidad llegan a dividir, como hacían algunos antiguos, a las mujeres en dos categorías: la carnaza sólo útil para el sexo, que son las franquistas o de derechas, y las mujeres feministas y de izquierdas, a las que se les tributa el máximo respeto. Curiosamente las primeras son las más guapas pero también unas zorras, de ahí que sólo puedan aspirar a ser objetos sexuales de usar y tirar. En este sentido, la que se lleva la palma es la pija y falangista Arancha (Nazaret Aracil), guapísima, sensual y superatractiva, su primera aparición en el episodio 11 de la temporada 12 incendió las redes sociales, pero en segundos se convirtió en un personaje absolutamente degradado y horroroso hasta el punto de que te daban ganas de darle una patada a la televisión cada vez que salía. De hecho, llegué a pedir que abandonase la serie, aunque con ello me privase de ver a una de las actrices más bellas y espectaculares del universo español.
1
20 de abril de 2023
13 de 28 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Qué decir de una serie que lleva veinte años como (no muy sutil pero sí efectivo) instrumento ideológico progre para lavar cerebros de tirios y troyanos?

En primer lugar, que es evidente su "querencia" por la izquierda más casposa y simplona. Lo cual sería perfectamente respetable si no se emplease, capítulo tras capitulo, la mentira, la distorsión y la reescritura de la Historia conforme a los cánones de la Santa Madre Iglesia Prestoniana. Para muestra, un botón: hay un capítulo en el que se dice, por medio del ridículo personaje Toni y con toda la consabida y santa indignación del progrete de turno cuando habla de lo que no sabe (es decir, siempre), que la Ley de Vagos y Maleantes fue hecha por Franco (polifacético señor, por cierto, cuyos días se ve que no eran de duración terrestre, sino venusina, porque le daban para redactar leyes aprobadas por la República en 1933, fusilar personalmente a millones de inocentes, espiar a quienes hablaban dialectos vernáculos y torturarlos en mazmorras lóbregas, firmar sentencias de muerte y beber su famoso chocolatito rin-rin...) Si mienten en algo tan fácilmente comprobable, imaginemos el resto (como la disparatada afirmación de que por hacer ¡a comienzos de los 70! una pintada en contra de Nixon podían sentenciarte a treinta años de cárcel). Pero habrá gente que oiga estas cosas y se las crea (como habrá quien se trague que Ana Bolena era negra).

Por lo que respecta a los personajes e interpretaciones, que parece ser que entusiasman a todo el mundo, a mí me han defraudado. Por ejemplo, los que se juntan en el del bar del barrio me parecen bastante ridículos; en especial el tal Desiderio, del que no sabría decir si sufre del baile de San Vito o adolece de alguna deficiencia mental y motora, pero del que estoy seguro que le encanta ser usado como felpudo por el bravo Antoñito.

Los hijos son un desastre: el mayor es un bobalicón con pocas lecturas, y ninguna de ellas digna de haber sido leída, que estudia una carrerita de letras (es decir, lo que viene siendo un inteleztual de izm...) cuyas aventuras no tienen demasiado interés por más que esté metido en la lucha opositora al régimen (que básicamente en la vida real consistió en participar en alguna que otra manifestación estudiantil y engullir algún que otro panfletito tedioso y absurdo como, por ejemplo, sobre la reacción de Althusser ante el fracaso de la hegemonía gramsciana entre la nomenklatura de Mongolia Oriental: tales actividades procuraban muy poca acción, menos riesgo real todavía y ningún resultado práctico, pero permitía que los idiotas, y había muchos, se creyesen unos genios por leer semejantes sandeces y unos héroes de inmarcesible gloria por haber corrido un par de veces delante de los grises). Sí es cierto que es el protagonista de la mejor escena de la serie (al menos, hasta donde yo he visto): la que transcurre entre las aduanas de España y Francia.

La hija es imposible: no puede existir nadie en este mundo tan veleta, tan simple, tan pueril, tan caprichoso y con una cabecita tan de chorlito y tan atiborrada de pájaros bobos. Estoy convencido de que un ser vivo como ella es biológicamente inviable. Digamos que, cuando no aparece, la serie se me hace bastante menos insoportable (no menciono al curita catalán porque me da la risa: ¡qué personaje tan lamentable!)

El niño Carlitos ha tenido un éxito tremendo. A mí, en cambio, me parece un petardo. Debo de ser mala persona o algo... El caso es que de la sección infantil el único que me hace gracia es Josete.

Herminia es un caso aparte: a pesar de que la obligan a decir demasiado a menudo "¡ay, Señor, Señor!" y a hacer cosas absurdas como enamorarse de un señor que tiene un 600, es probablemente el personaje más creíble de la serie...

O lo sería de no ser por don Pablo: este sí es bueno. Y no tanto por el personaje, sino por el intérprete, que transforma a un malvado patético y muy poco convincente en lo mejor de la serie con diferencia.

Por supuesto, Antonio y Mercedes sí consiguen una química innegable que logra que la serie funcione muy bien y con un ritmo casi perfecto. Ahora bien, a mi juicio, ni la interpretación de Arias ni la de Duato resultan brillantes. Ni por asomo. Tal vez porque sus personajes son previsibles hasta tal punto que uno puede decir en qué momento de la cena Antonio va a tirar la servilleta, qué frase exacta va a decirle al hermano Miguel, al pesado de Carlitos o a su suegra, así como resulta imposible no adivinar todas y cada una de las reacciones de Mercedes.

En lo que se refiere a la ambientación, también muy celebrada por todo el mundo, tiene ciertos errores y anacronismos sin demasiada importancia pero inexplicables, como la aparición de ejemplares de la colección "Círculo del Crimen" diez años antes de su primera edición...

Lo mejor de la serie: la canción de cabecera, don Pablo, algunos episodios muy entretenidos, Arias-Duato, la abuela, el profesor don Severiano y algunas de las imágenes rescatadas de los archivos de RTVE.

Lo peor: la chavala hija de los Alcántara, el papanatismo zafio e ignorante que informa casi todos los episodios y, especialmente, el insoportable lavado de cerebro progre.
6
15 de octubre de 2022
4 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pocas cosas se podrán decir ya de "Cuéntame" que,tras 22 temporadas no se hayan dicho ya, pero ahí va uno que a estas alturas del partido aún está escribiendo sobre ella.

No cabe duda de que es una buena serie, o al menos lo era. Seguidas habré visto 3 o 4 temporadas y luego ya de forma muy salteada y de rebote habré visto varios capítulos de distintas temporadas que, sinceramente, vaya usted a saber cuáles son. Aún así, me basta para juzgar y saber que la serie debió acabar hace mucho. Falta que la abuela pase por la droga igual que los nietos.

Más allá de las filias y fobias de cada cual, no cabe duda de que es (o fue) una serie carismática con personajes muy bien definidos, bien interpretados y rodeados de una excelente ambientación que te metía de lleno en los últimos años del franquismo. Y lo dice uno que nació en el año 90, así que no me quiero imaginar lo que debió ser, allá por el año 2001, cuando nuestros padres y abuelos vieron su juventud e infancia a través de guiños al pasado y de esa atmósfera tan de los 60 y 70.

Ahora es cuando vienen los grandes peros: las mentiras. La izquierda de este país tiene la mala costumbre de adoctrinar y dar clases de moral allá por donde va, y esta serie se lleva la palma. No hace falta mentir y exagerar para poner como malo un sistema de gobierno que ya era malo de por si y es que, que el personaje de Toni le diga a Carlitos directamente que Franco fue quien estableció de ley de vagos y maleantes es una soberana desfachatez ya que, para el que no lo sepa, se instauró en el año 33 en la II República. Como este ejemplo se podrían poner muchos otros ya que esa obsesión malsana por reescribir la historia se lleva por delante lo que podría ser una obra maestra. Los años del gobierno de Zapatero son, simplemente, deplorables en ese sentido y, además, el paso de los años deja en ridículo la venta de moto sobre el proletariado que gente como Arias o Duato han ido vendiendo tanto dentro como fuera de la serie tras sendos escándalos fiscales. Hipocresía en estado puro.

No puedo darle más de un 5,8 por mucho que la serie me traiga buenos recuerdos. Siendo objetivo, no puedo. Una pena

P.D.: Don Pablo y Doña Pura, los mejores de toda la serie.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Antonio Alcántara sobrevive a todo el mundo y muere de COVID. Patético. Espero que hayan despidido al que tuvo la idea. No vi el capítulo pero ya la sola idea me resultaba un meme.
6
18 de enero de 2021
16 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Cuéntame cómo pasó", estrenada en septiembre de 2001 y (actualización) finalizada definitivamente a finales de 2023, ha sido con toda justicia una de las grandes series de la historia de TVE, aunque le ponga un 6. Aún le tengo cierto cariño pese a que las grandes temporadas y enormes episodios quedaron ya muy atrás (debió haber acabado en 1978-1982 o 1986, tal vez), si bien hasta fechas muy recientes hay grandes finales de temporada, marca de la casa. Esto del desgaste le pasa a toda serie longeva, pero en "Cuéntame" aparte del agotamiento de tramas y personajes y episodios anodinos hay que sumar otro defecto cada vez más acentuado los últimos años: la politización-adoctrinamiento y la "actualización" de la misma, a saber: colocando historias, pensamientos, expresiones y perfiles bastante más actuales que de la época a la que dicen evocar. En esto último le ha afectado especialmente el contexto político y social en España después del 15M, sobre todo a partir de 2014, e incluso fenómenos extranjeros como el Mee Too.

Desde sus inicios la serie fue un prodigio de ambientación y recreación y el españolito medio de cierta edad se identificaba totalmente con los Alcántara, esa familia de clase tirando a baja que luchaba por salir adelante en la España franquista de finales de los 60. Los más jóvenes veíamos la serie alentados por los recuerdos de nuestros mayores por lo que la serie era contemplada por un amplio espectro de edades, y además era más o menos transversal ya que no se identificaba con ninguna tendencia política, por más que los personajes más "malos" eran claramente los del Régimen.

Todo eso ya se perdió hace tiempo y tras los innumerables trabajos (a cada cual más fantasioso, como cuando llegó a ser un importante cargo de UCD) o negocios emprendidos por Antonio (entre ellos el del vino, haciéndose el enólogo cuando en España no se contemplaba así a dicha bebida), las empresas de Mercedes (diseñadora en la Cibeles, nada menos) o ese Toni (aunque es de mis personajes favoritos) que lo mismo es periodista que abogado (anda, vale como tertuliano actual) y que llega hasta la Moncloa, más los vaivenes de Inés, la enésima crisis matrimonial, los ligues y vicios de Carlos o los personajes desvirtuados, tenemos a unos Alcántara que pese a estar en, pongamos, 1984 o 1992, hablan, piensan y actúan como en la actualidad, por lo que Merche es muy feminista (¡pero es que incluso su madre ya lo era en los años 30!), la hija es hiperprogre y por supuesto todos los perfiles buenos son claramente de izquierdas. En fin. Siempre podré volver a esos encantadores capítulos de los años 60 y 70, con el legendario don Pablo del añorado Pepe Sancho, el Miguel Alcántara de Echanove e incluso el Cervan de Tony Leblanc o el cura de Fernán Gómez.
1
7 de marzo de 2020
19 de 28 usuarios han encontrado esta crítica útil
La temporada actual, la número 20, es una auténtica basura. No sé si ha cambiado el equipo de guionistas. Lo que sé es que desde finales de la temporada 19 hasta el momento actual, lo que había sido una buena serie se ha hundido hasta tal punto que no creo que se pueda recuperar. ¡Y nos amenzan con otras dos temporadas! ¿Por qué no le dan carpetazo y nos ahorran, a los que hemos seguido la serie desde sus inicios, la vergüenza y el aburrimiento que causan los episodios actuales?
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