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Pimpinela Smith

Aventuras. Comedia. Drama Europa, 1939. Alemania y Gran Bretaña se encuentran a punto de enfrentarse en una nueva guerra. El profesor Horatio Smith viaja con sus estudiantes a la Europa continental para participar en una excavación arqueológica, pero cuando sus alumnos descubran que lo que busca Smith es construir un camino que facilite la huida a los enemigos del nazismo, lo apoyarán con más ahínco. Sin embargo, el plan se complica cuando un estudiante ... [+]
Críticas 5
Críticas ordenadas por utilidad
15 de abril de 2017
11 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Leslie Howard –inmortalizado para siempre en el panteón del cine de todos los tiempos por su participación en “Lo que el viento se llevó” (1939)- además de ser un gran actor y notable director, supo combinar estas labores con unas convicciones políticas profundamente antinazis, mezcladas con un gran sentido ético y fino humor –inolvidable su papel en la maravillosa “Forty-Ninth Parallel” (1941, Los invasores) del duo Powell y Pressburger- en un cine a veces brillante pero fatalmente truncado por la propia ideología que combatía, al ser derribado por los nazis en el avión en el que viajaba en 1943 frente a las costas del golfo de Vizcaya.

Howard interpreta a una especie de superhéroe antifascista bajo el aspecto del inofensivo y muy británico profesor universitario de arqueología Horatio Smith, versión actualizada y antinazi del personaje de la Pimpinela Escarlata creado por la baronesa de Orczy en su novela publicada en 1905, que rescataba aristócratas de las garras de la revolución francesa. Sin embargo lo que en otra de sus producciones de propaganda como la excelente “The First of the Few (Spitfire)” (1942, El gran Mitchell) era elegancia y finura, aquí es expuesto con cierta ramplonería un poco infantil.

Es, qué duda cabe, una película simpática, rodada con discreta contención, pero un poco tontuela, con demasiado parloteo y poca acción y, si bien un atrayente y ligero velo de humor muy británico recorre toda la película, el retrato, por ejemplo, de la Gestapo es un demasiado chusco y ridículo, fruto comprensible de las circunstancias bélicas del momento. Por supuesto el trabajo de Leslie Howard –insistamos en ello, gran actor y notable director, por el que siento enorme debilidad- es excelente, junto a la chispeante e inteligente actuación de Francis L. Sullivan como el general nazi Von Graum.

Ligeramente divertida, entretenida e intrascendente a partes iguales, no olvidemos que la película está realizada en 1941 por lo que las palabras finales del discurso de Howard resultan totalmente proféticas y no me resisto a citarlas aquí: “Esta noche darán el primer paso por un camino largo y oscuro que no tiene retorno. Tendrán que seguir y seguir de una locura a otra, dejando a su paso un desierto de miseria y odio. Pero tendrán que seguir adelante porque no hallarán un horizonte ni verán un amanecer hasta que al final pierdan y sean destruidos.”
Gould
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15 de mayo de 2013
8 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Casi una década después de su triunfal estreno, la Pimpinela Escarlata se reencarnó en el profesor Horatio Smith, dedicada en esta ocasión a rescatar víctimas de los nazis. Dirigida, producida y protagonizada por el galán Leslie Howard, se trata de una película de aventuras vibrante y entrañable, de-ésas-que-ya-no-se-hacen, pero que se puede degustar con inenarrable placer cualquier velada con un buen malta a mano (o no). Estuvo, cómo no, inédita en España hasta que llegó el DVD y alguien tuvo la feliz idea de recuperarla y lanzarla al mercado. Es curioso que nadie en FA haya comentado esta interesante muestra del cine de aventuras a la vieja usanza, de modo que me permito romper una lanza en su favor y animar a los compañer@s a echarle un vistazo. No creo que os arrepintáis.
Eduardo
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1 de febrero de 2021
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
La preocupación por los detalles demuestran desde el comienzo que no se fía todo a la naturaleza del relato sino que el equipo al completo se implica en la elaboración de una película de hondo calado cinematográfico.
El diseño del guión y la excelente dirección de L. Howard dan buena prueba de ello.
La estructura de las escenas, el movimiento de las cámaras, la agilidad del ritmo, la cuidada ambientación o el vibrante sentido narrativo demuestran una evidente voluntad de no limitarse a exponer un argumento.
Se percibe en la pantalla una permanente atmósfera de cine grande, se vive con verdadera ambición cada reto y y la exquisitez aflora como resultado final.
ABSENTA
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15 de mayo de 2020
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un canto al compromiso con observaciones entre ridículas y firmes. Leslie Howard (Londres, 1893 - A Coruña, 1943), director y actor, entre la ficción y su vida auténtica. Vivió y murió en combate contra cualquier forma de nazismo. La Historia muestra que es una epidemia que se expande y que la única vacuna contra el virus devastador está en la capacidad crítica, el coraje y la dignidad individual/colectiva. La mascarilla protege del olor fétido de la ideología. Es obligatorio el uso de esa protección. Salva vidas en cuerpo y alma. Voces y ámbitos repetitivos en alegre biribilketa.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Erasmo Rejón
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1 de octubre de 2024
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
El visionado de esta cinta constituye una suerte de homenaje a Leslie Howard, el Ashley de "Lo que el Viento se llevó" (Victor Fleming, 1939), que tras empeñar buena parte de su tiempo y actividades en combatir de distintos modos al nazismo, moriría en 1943 en el Golfo de Vizcaya, al ser derribado por aeronaves germanas el avión de pasajeros en que viajaba entre Lisboa y Londres.

El filme, dirigido e interpretado por él, es una buena muestra de dicho activismo, se deja ver y entretiene gracias a sus elementos de comedia, de aventura e incluso de romance. Cuenta además con un final de cierta intensidad en el que sobresale el discurso premonitorio de Howard sobre el destino del nazismo.

Lo que ocurre es que aunque sea más que correcta técnicamente, en la trama abundan los detalles inverosímiles respecto al modo cómo el arqueólogo llamado Smith se las ingenia para sacar del país opositores alemanes, emulando al protagonista del filme que en 1934 había protagonizado también Howard con cierto éxito ["La Pimpinela Escarlata" (Harold Young, 1934)], algo que si bien es algo que no afecta a demasiado a la intencionalidad de la película no deja de chirriar un poco.

Inusualmente larga para lo que se estilaba entonces, hay aspectos de la narración que, al menos a mí, me parecen menos logrados, como todo lo que se refiere a la relación del profesor con los estudiantes. Y es que aunque se nota que el guión está bastante currado, y abundan los matices, a veces pareciera como si solo sirvieran para recargar la narración y no para agilizarla. Y visualmente la película también es algo acartonada, aunque el diseño de producción sea bueno, al estar rodada en estudio.

No obstante, aparte del discurso final de Howard, tiene alguna secuencia notable, como la de la fiesta en la embajada, en la que de además aparece el personaje interpretado por Mary Morris, una atractiva actriz inglesa tras cuya irrupción la peli gana bastantes enteros.
Echanove
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