Hijo de Caín
2013 

5,8
4.600
Thriller. Intriga
Nico Albert es un adolescente de carácter muy peculiar, inteligencia excepcional y una única obsesión: el ajedrez. Sus padres, preocupados por la anómala actitud de su hijo, contratan al psicólogo infantil Julio Beltrán. A través de la terapia y de la afición común al ajedrez, Julio se adentrará en el inquietante mundo de Nico y en las complejas relaciones de esta familia aparentemente normal. (FILMAFFINITY)
1 de junio de 2013
1 de junio de 2013
57 de 80 usuarios han encontrado esta crítica útil
“Fill de Caín” es el debut de Jesús Monllaó en el habitualmente desagradecido terreno del largometraje español. Un thriller con muchos elementos de un buen thriller: excelente banda sonora, inteligente atmósfera y una primera hora llena de todas las preguntas necesarias para generar interés.
Y sin embargo la película tropieza en un guión inverosímil, repleto de imperdonables zancadillas al sentido común del espectador. El giro final, además de no sorprender, molesta y ensucia la correcta propuesta inicial. Resumiendo: el guión juega a dar gato por liebre, no a confundir. Nos camuflan unos personajes muy pobres detrás de una psicología inexistente.
El joven David Solans provoca estupor cada vez que abre la boca y el tándem Julio Manrique-María Molins carece de magnetismo, pero quien merece capítulo aparte es José Coronado, que empieza echándose la película a sus espaldas y acaba siendo aplastado por ella. El carácter de su personaje es maltratado de principio a fin y sin medida. Terrible.
Pese a todo, qué necesarias son estas apuestas para el cine español. Conviene arriesgar con este tipo de cintas para madurar y ganar personalidad. Este es el camino, pero resulta infame doblar una película del catalán al castellano. Ya está bien de tanto despropósito. Así no hay camino que valga.
Y sin embargo la película tropieza en un guión inverosímil, repleto de imperdonables zancadillas al sentido común del espectador. El giro final, además de no sorprender, molesta y ensucia la correcta propuesta inicial. Resumiendo: el guión juega a dar gato por liebre, no a confundir. Nos camuflan unos personajes muy pobres detrás de una psicología inexistente.
El joven David Solans provoca estupor cada vez que abre la boca y el tándem Julio Manrique-María Molins carece de magnetismo, pero quien merece capítulo aparte es José Coronado, que empieza echándose la película a sus espaldas y acaba siendo aplastado por ella. El carácter de su personaje es maltratado de principio a fin y sin medida. Terrible.
Pese a todo, qué necesarias son estas apuestas para el cine español. Conviene arriesgar con este tipo de cintas para madurar y ganar personalidad. Este es el camino, pero resulta infame doblar una película del catalán al castellano. Ya está bien de tanto despropósito. Así no hay camino que valga.
12 de junio de 2013
12 de junio de 2013
27 de 28 usuarios han encontrado esta crítica útil
Antes que nada, he de decir que he visto esta película en versión original, y la utilización de las dos lenguas (catalán y castellano) me ha parecido forzada. Supongo que se trata de un tema de subvenciones, pero en cualquier caso debería haberse hecho mejor. Es obvio que dentro de una misma familia pueden hablarse simultáneamente las dos lenguas. Sé de infinidad de casos. Sin embargo, no es tan normal que en una pareja, en la intimidad, un miembro hable en catalán y el otro en castellano. Y eso se ve en la relación entre José Coronado y María Molins. Quizá es un modo deliberado de transmitir el enfriamiento de la relación de pareja, pero no me ha parecido verosímil. No conozco ningún caso así. Y mira que llevo años aquí...
En realidad, "Hijo de Caín" deja esa sensación de producto demasiado artificial. Y eso que el planteamiento es bueno. El núcleo central del argumento se complementa con varias subtramas, a cuál más interesante: la relación de Julio con su hermana y el conflicto entre el impulso romántico de ayudar al más débil o la necesidad pura y dura de hacer caja; el ajedrez como eje del comportamiento de Nico y de su propia terapia; la relación del padre con sus propios jefes, presentando a un cabeza de familia en una situación acomodada pero de explotación en su trabajo; la ambición como motor de nuestras aspiraciones; el debate de la educación en nuestro entorno de país del primer mundo (ahora ya no tanto); la idea del triángulo amoroso, con una anodina relación matrimonial amenazada por la aparición de un antiguo amor de juventud... No he leído la novela original, supongo que estas cosas ya aparecían allí.
A todo ello ha de unirse una eficaz puesta en escena, con un inteligente uso de la luz, la fotografía, el sonido y la banda sonora. Los actores cumplen, si bien David Solans hace una composición de adolescente diabólico un tanto esterotipada.
Con todos esos ingredientes, la trama engancha. Sin embargo, los giros de guión dan a la historia un punto tan trágico que el final chirría. El dramatismo se alcanza mediante ideas argumentales metidas con calzador, la manera de despistar al espectador es demasiado artificial, yo diria incluso que tramposa. Aunque la manera de rodar es inteligente, el sabor de boca final es agridulce. Lo cual es demasiado habitual en los thriller actuales...
Está bien que el cine español explore este tipo de apuestas. Pero deben mejorarse algunas cosas...
En realidad, "Hijo de Caín" deja esa sensación de producto demasiado artificial. Y eso que el planteamiento es bueno. El núcleo central del argumento se complementa con varias subtramas, a cuál más interesante: la relación de Julio con su hermana y el conflicto entre el impulso romántico de ayudar al más débil o la necesidad pura y dura de hacer caja; el ajedrez como eje del comportamiento de Nico y de su propia terapia; la relación del padre con sus propios jefes, presentando a un cabeza de familia en una situación acomodada pero de explotación en su trabajo; la ambición como motor de nuestras aspiraciones; el debate de la educación en nuestro entorno de país del primer mundo (ahora ya no tanto); la idea del triángulo amoroso, con una anodina relación matrimonial amenazada por la aparición de un antiguo amor de juventud... No he leído la novela original, supongo que estas cosas ya aparecían allí.
A todo ello ha de unirse una eficaz puesta en escena, con un inteligente uso de la luz, la fotografía, el sonido y la banda sonora. Los actores cumplen, si bien David Solans hace una composición de adolescente diabólico un tanto esterotipada.
Con todos esos ingredientes, la trama engancha. Sin embargo, los giros de guión dan a la historia un punto tan trágico que el final chirría. El dramatismo se alcanza mediante ideas argumentales metidas con calzador, la manera de despistar al espectador es demasiado artificial, yo diria incluso que tramposa. Aunque la manera de rodar es inteligente, el sabor de boca final es agridulce. Lo cual es demasiado habitual en los thriller actuales...
Está bien que el cine español explore este tipo de apuestas. Pero deben mejorarse algunas cosas...
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Toda la película abunda en el abstracto dilema de si el malvado nace o se hace. Sin embargo, desde el principio resulta obvio que el conflicto de Nico es con su padre. La relación con su madre y con su hermana es, dentro de lo que cabe, buena. Julio parece descubrirlo, aunque para el espectador es chocante que un profesional tarde tanto en darse cuenta de algo tan evidente. A continuación, el guión y el argumento no hacen sino insistir en esa idea. Se despista al espectador llevándole deliberadamente por un camino que, al final, resulta ser equivocado. Impacto fácil. Trampa.
Pero eso no es lo peor. Cuando ya nos ha invadido la convicción de que el malo es el padre, el argumento gira hacia el drama familiar, y la película cambia de tono. La tensión se traslada al concurso de ajedrez y a la madre que intenta proteger a sus hijos de un padre desaprensivo y cruel. Apenas llevamos una hora de metraje. Yo me olía que algo más tenía que pasar, no podía ser que el nudo gordiano del niño-diablo quedase resuelto tan fácilmente y tan pronto. Entonces se me ha ocurrido pensar que todo podía ser una estratagema de Nico, una trampa tendida para que Julio cayese. He pensado que la libreta, el dibujo, la llave, el agujero en la pared, etc. podían ser un conjunto de pistas falsas. He pensado que eso no podía ser, que eso resultaría demasiado rebuscado. Y, sobre todo, sería una contradicción con la propia estructura interna de la película. El hijo sería realmente malo, y lo sería tanto que sólo lo habría hecho ver en su relación con su padre, despistando durante años a todo el mundo. Y ya ves tu. En fin...
El final está bien rodado. Pero la escena de Nico ante el tablero, con el jurado como testigo, y la entrega final del premio, resulta demasiado artifical. Otro impacto fácil. Trampa.
Pero eso no es lo peor. Cuando ya nos ha invadido la convicción de que el malo es el padre, el argumento gira hacia el drama familiar, y la película cambia de tono. La tensión se traslada al concurso de ajedrez y a la madre que intenta proteger a sus hijos de un padre desaprensivo y cruel. Apenas llevamos una hora de metraje. Yo me olía que algo más tenía que pasar, no podía ser que el nudo gordiano del niño-diablo quedase resuelto tan fácilmente y tan pronto. Entonces se me ha ocurrido pensar que todo podía ser una estratagema de Nico, una trampa tendida para que Julio cayese. He pensado que la libreta, el dibujo, la llave, el agujero en la pared, etc. podían ser un conjunto de pistas falsas. He pensado que eso no podía ser, que eso resultaría demasiado rebuscado. Y, sobre todo, sería una contradicción con la propia estructura interna de la película. El hijo sería realmente malo, y lo sería tanto que sólo lo habría hecho ver en su relación con su padre, despistando durante años a todo el mundo. Y ya ves tu. En fin...
El final está bien rodado. Pero la escena de Nico ante el tablero, con el jurado como testigo, y la entrega final del premio, resulta demasiado artifical. Otro impacto fácil. Trampa.
31 de mayo de 2013
31 de mayo de 2013
44 de 63 usuarios han encontrado esta crítica útil
La verdad es que no se nos ocurre mejor manera para un director novel como JESÚS MONLLAÓ que debutar como lo ha hecho en el mundo del largometraje. La ópera prima de MONLLAÓ adapta la novela querido caín, de Ignacio García-Valiño, un reto que estamos seguros ha debido de tener bastante entretenido al director y sus dos guionistas, SERGIO BARREJÓN Y DAVIS VICTORI, y condensa en imágenes la esencia del libro: La maldad.
La cinta nos presenta a Coral y Carlos, un matrimonio muy bien acomodado que atraviesa una crisis familiar provocada por su hijo Nico, un inquietante adolescente superdotado y obsesionado con el ajedrez, que manifiesta un comportamiento poco sociable con su entorno en general y con su padre en particular, con el que prácticamente no tiene ningún tipo de comunicación. Esta situación preocupa a sus padres, que incapaces de resolver el conflicto y alarmados por la escalada de agresividad que comienza a mostrar Nico deciden contratar a un sociólogo infantil como última alternativa para tratar al chico. Julio, el sociólogo infantil, usará el ajedrez como eje de su terapia, una apuesta arriesgada donde Julio se lo jugará todo convencido de su capacidad para bucear en el interior de Nico y descubrir el origen de su conducta.
HIJO DE CAÍN es una película dura en la que el espectador asiste a la progresiva aniquilación de todos los personajes. En uno de los finales más desalentadores que servidor recuerda, MONLLAÓ no sólo da una lección a los personajes, sino que el propio espectador se lleva lo suyo, porque la historia, como la maldad, no engaña en ningún momento, sólo engaña la esperanza.
Todo el reparto está a la altura de la propuesta. JOSÉ CORONADO confirma en sólo dos escenas (su abordaje a Julio en la calle lloviendo, y el encuentro final en los baños) que es uno de los mejores actores del momento, le pese a quien le pese. DAVID SOLANS, Nico en la película, debuta como actor con un trabajo excepcional (Otro nombre para la quiniela de los Goya), MARÍA MOLINS borda su personaje y descubrimos al magnífico actor que es JULIO MANRIQUE, al que seguiremos la pista de cerca.
En el apartado técnico el espectador también está de suerte. Al magnífico argumento le acompaña un nivel técnico notable en todos sus apartados, que nos recuerda que con un presupuesto moderado, cercano a los 2 millones ( Aún nos cuesta entender en qué se gastó ALMODÓVAR 5 millones en LOS AMANTES PASAJEROS....), pero bien planificado y controlado se pueden hacer maravillas. A destacar también la banda sonora, que potencia perfectamente la desgarradora secuencia final.
Una buena ocasión para hacer patria en las salas mientras disfrutamos de buen cine.
LO MEJOR:
◾Sin duda la sobrecogedora secuencia final. Una lección para todos.
Es un ejemplo de lo bien que se puede rodar en este país.
El trabajo de todos los actores y la pasión y el esfuerzo que se adivinan por parte del director. Titánico Jesús Monllaó.
LO PEOR:
Sólo hay una pieza que no nos encaja…eso a debate:)
La decisión de rodarla en dos idiomas. Si bien entendemos el motivo, esto obliga finalmente a doblar la voz de algunos personajes en su distribución nacional, privándonos de sus voces originales.
Más críticas y contenidos en www.elpalomtron.com
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La cinta nos presenta a Coral y Carlos, un matrimonio muy bien acomodado que atraviesa una crisis familiar provocada por su hijo Nico, un inquietante adolescente superdotado y obsesionado con el ajedrez, que manifiesta un comportamiento poco sociable con su entorno en general y con su padre en particular, con el que prácticamente no tiene ningún tipo de comunicación. Esta situación preocupa a sus padres, que incapaces de resolver el conflicto y alarmados por la escalada de agresividad que comienza a mostrar Nico deciden contratar a un sociólogo infantil como última alternativa para tratar al chico. Julio, el sociólogo infantil, usará el ajedrez como eje de su terapia, una apuesta arriesgada donde Julio se lo jugará todo convencido de su capacidad para bucear en el interior de Nico y descubrir el origen de su conducta.
HIJO DE CAÍN es una película dura en la que el espectador asiste a la progresiva aniquilación de todos los personajes. En uno de los finales más desalentadores que servidor recuerda, MONLLAÓ no sólo da una lección a los personajes, sino que el propio espectador se lleva lo suyo, porque la historia, como la maldad, no engaña en ningún momento, sólo engaña la esperanza.
Todo el reparto está a la altura de la propuesta. JOSÉ CORONADO confirma en sólo dos escenas (su abordaje a Julio en la calle lloviendo, y el encuentro final en los baños) que es uno de los mejores actores del momento, le pese a quien le pese. DAVID SOLANS, Nico en la película, debuta como actor con un trabajo excepcional (Otro nombre para la quiniela de los Goya), MARÍA MOLINS borda su personaje y descubrimos al magnífico actor que es JULIO MANRIQUE, al que seguiremos la pista de cerca.
En el apartado técnico el espectador también está de suerte. Al magnífico argumento le acompaña un nivel técnico notable en todos sus apartados, que nos recuerda que con un presupuesto moderado, cercano a los 2 millones ( Aún nos cuesta entender en qué se gastó ALMODÓVAR 5 millones en LOS AMANTES PASAJEROS....), pero bien planificado y controlado se pueden hacer maravillas. A destacar también la banda sonora, que potencia perfectamente la desgarradora secuencia final.
Una buena ocasión para hacer patria en las salas mientras disfrutamos de buen cine.
LO MEJOR:
◾Sin duda la sobrecogedora secuencia final. Una lección para todos.
Es un ejemplo de lo bien que se puede rodar en este país.
El trabajo de todos los actores y la pasión y el esfuerzo que se adivinan por parte del director. Titánico Jesús Monllaó.
LO PEOR:
Sólo hay una pieza que no nos encaja…eso a debate:)
La decisión de rodarla en dos idiomas. Si bien entendemos el motivo, esto obliga finalmente a doblar la voz de algunos personajes en su distribución nacional, privándonos de sus voces originales.
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21 de diciembre de 2013
21 de diciembre de 2013
23 de 27 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me molesta anticiparme a lo que va a suceder cuando me enfrento a una película. A los pocos minutos generalmente consigo adivinar si me interesará o no. Y también me incordia equivocarme poco. No es prepotencia, de veras, Cuando el cine te gusta y te has enfrentado a todo tipo de géneros, actores y direcciones. No resulta difícil conocer por donde derivará.
Hijo de Caín es un proyecto fallido de Jesús Monllaó. No me gusta, no me atrapa, no me asusta, y lo peor... No me la creo. José Coronado es un actor de registro limitado. Al cabo de los años no ha logrado pulir ese airecillo de recién llegado y mantiene sus tics de primerizo y poco bregado en las artes de la interpretación.
Julio Manrique tiene una voz poco adecuada al papel, restándole credibilidad; y por supuesto, el guión no se sostiene. La trama resulta pretenciosa, absurda, cargada de tópicos y cogida por los pelos.
Muy floja. 3
Hijo de Caín es un proyecto fallido de Jesús Monllaó. No me gusta, no me atrapa, no me asusta, y lo peor... No me la creo. José Coronado es un actor de registro limitado. Al cabo de los años no ha logrado pulir ese airecillo de recién llegado y mantiene sus tics de primerizo y poco bregado en las artes de la interpretación.
Julio Manrique tiene una voz poco adecuada al papel, restándole credibilidad; y por supuesto, el guión no se sostiene. La trama resulta pretenciosa, absurda, cargada de tópicos y cogida por los pelos.
Muy floja. 3
10 de junio de 2013
10 de junio de 2013
24 de 30 usuarios han encontrado esta crítica útil
Nunca se me dieron bien los juegos, cualesquiera fueran, ni tampoco los pasatiempos de habilidad o ingenio; tal vez se deba a que soy algo duro de mollera o a que carezco de la paciencia y la disciplina necesarias para aprenderlos, y no digamos ya dominarlos. Así las cosas, el Ajedrez siempre ha sido un profundo misterio para mí, limitándose mis conocimientos a los movimientos de las respectivas piezas y a unas pocas nociones adquiridas por medio de la lectura, que modestia aparte, ha sido, en contraste con lo anterior, una de mis escasas virtudes.
De aquellas insólitas lecturas conservo en la memoria pocas cosas; los nombres de un respetable número de campeones, algunas aperturas, la notación característica del juego y algún que otro pasaje que el visionado de esta película me ha recordado. En alguno de aquellos libros (comprados por mi padre, que aprendió a jugar leyéndolos -es un decir, aunque me ganaba-), se afirmaba que las partidas podían plantearse al ataque y a la defensiva, y que en el caso de adoptar la primera opción, cabían dos estrategias básicas: controlar el centro y/o atacar las "casillas débiles", a saber, f7 para las negras y f2 para las blancas. Se denominan así porque son las menos defendibles, y porque a través de ellas se puede tramar un ataque directo al rey (el famoso "mate del pastor", otra de las pocas cosas que recuerdo), ganando así la partida.
La película, más allá de la retórica acerca del origen del mal en las personas, trata de cómo un jugador persigue su objetivo -la victoria, en todos los sentidos- explotando las debilidades de los demás; "todo el mundo tiene un punto débil", afirma el protagonista, y en efecto, él ha logrado descubrir y explotar en propio beneficio las casillas f7/f2 de todos los que le rodean. Uno por uno los demás "jugadores" van cayendo en los ataques "a la descubierta" que Nico les prepara, y el espectador no puede evitar pensar que no son sino peones dispuestos al sacrificio. Las debilidades son variadas, pero evidentes: el amor, la duda, el interés profesional, el deseo de ayudar, todo ello es identificado y manipulado por Nico, que no sólo ocupa las mejores posiciones sobre el tablero, sino que además domina el reloj (los tiempos de la estrategia).
Así las cosas, lo que nos queda es una intriga, un juego, y como tal un tanto forzado, como corresponde al género. Quizás a causa de mi mencionada afición lectora estas historias me entretienen y satisfacen, aunque fruto de la experiencia acabo por anticipar los acontecimientos, circunstancia que sin embargo no me impide disfrutar del filme, que es un meritorio primer largo, rodado con eficacia y en general bien interpretado. Hay quien opina que el guión cojea, ya sea por su previsibilidad o por su inverosimilitud, pero en mi opinión, aceptando que algo hay de ambas cosas, creo que ello no impide pasar un rato francamente agradable y entretenido, que es el objetivo de una película comercial como es la presente.
Mate.
De aquellas insólitas lecturas conservo en la memoria pocas cosas; los nombres de un respetable número de campeones, algunas aperturas, la notación característica del juego y algún que otro pasaje que el visionado de esta película me ha recordado. En alguno de aquellos libros (comprados por mi padre, que aprendió a jugar leyéndolos -es un decir, aunque me ganaba-), se afirmaba que las partidas podían plantearse al ataque y a la defensiva, y que en el caso de adoptar la primera opción, cabían dos estrategias básicas: controlar el centro y/o atacar las "casillas débiles", a saber, f7 para las negras y f2 para las blancas. Se denominan así porque son las menos defendibles, y porque a través de ellas se puede tramar un ataque directo al rey (el famoso "mate del pastor", otra de las pocas cosas que recuerdo), ganando así la partida.
La película, más allá de la retórica acerca del origen del mal en las personas, trata de cómo un jugador persigue su objetivo -la victoria, en todos los sentidos- explotando las debilidades de los demás; "todo el mundo tiene un punto débil", afirma el protagonista, y en efecto, él ha logrado descubrir y explotar en propio beneficio las casillas f7/f2 de todos los que le rodean. Uno por uno los demás "jugadores" van cayendo en los ataques "a la descubierta" que Nico les prepara, y el espectador no puede evitar pensar que no son sino peones dispuestos al sacrificio. Las debilidades son variadas, pero evidentes: el amor, la duda, el interés profesional, el deseo de ayudar, todo ello es identificado y manipulado por Nico, que no sólo ocupa las mejores posiciones sobre el tablero, sino que además domina el reloj (los tiempos de la estrategia).
Así las cosas, lo que nos queda es una intriga, un juego, y como tal un tanto forzado, como corresponde al género. Quizás a causa de mi mencionada afición lectora estas historias me entretienen y satisfacen, aunque fruto de la experiencia acabo por anticipar los acontecimientos, circunstancia que sin embargo no me impide disfrutar del filme, que es un meritorio primer largo, rodado con eficacia y en general bien interpretado. Hay quien opina que el guión cojea, ya sea por su previsibilidad o por su inverosimilitud, pero en mi opinión, aceptando que algo hay de ambas cosas, creo que ello no impide pasar un rato francamente agradable y entretenido, que es el objetivo de una película comercial como es la presente.
Mate.
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