El 7º día
2004 

6,3
6.817
Drama
Relato inspirado en los macabros sucesos de Puerto Hurraco, el pueblo extremeño donde, en el verano de 1990, tuvo lugar un enfrentamiento entre dos familias que desembocó en una matanza que conmocionó a España entera por su carácter primitivo y brutal. Durante generaciones esas familias vivieron en continuo conflicto por las lindes de sus propiedades, conflicto que había provocado un derramamiento de sangre. Cuando Isabel, la ... [+]
1 de noviembre de 2009
1 de noviembre de 2009
43 de 49 usuarios han encontrado esta crítica útil
No es la película más redonda de Carlos Saura pero sí que es una buena muestra del cine de uno de nuestros mejores directores.
En su debe la falta de equilibrio, al estar los pesos pesados (la familia Fuentes) en un plato de la balanza y en el otro el resto de protagonistas más diseminados. Los primeros aguantan la mayor parte de la carga dramática y sombría de la España profunda: ".....de aquí no se puede salir". Los otros, víctimas necesarias para que el odio y la obsesión acaben erupcionando.
En su haber la veracidad de algo que sigue corriendo por las venas de muchos españoles, sobre todo de las zonas rurales: la venganza; que se nos intenta vender como coletazos aislados de gente racial e ignorante, pero que mucho me temo sigue tatuada en los eslabones de nuestra cadena genética.
Yo soy extremeño y la polémica que se creó en el estreno de el 7º día, por parte de alguno de nuestros políticos populacheros, me parece un insulto a los propios extremeños que pensamos que hay que asumir nuestras carencias, no repetir errores y trabajar para erradicar cierta ignorancia congénita; crecer, tras apisonar con la autocrítica, los cimientos movedizos de la falta de objetividad.
Es cierto que situaciones como la de Puerto Urraco pueden darse en cualquier sitio, pero no es menos cierto que en Extremadura se mantienen una serie de circunstancias que propician este tipo de comportamientos; a saber: la menor renta per cápita, el mayor analfabetismo funcional, lindes confusas, caciques (también en partidos de izquierdas), escopeteros irresponsables con licencia de caza...etc. No se adecenta una comunidad autónoma guardando la mierda bajo la alfombra.
Y volviendo a lo que nos ocupa: las interpretaciones de José Luis Gómez y Juan Diego empequeñecen a un elenco de muy buenos actores que no tienen la suerte de tener unos papeles tan marcados.
Una vez más el director oscense utiliza la música popular como calendario en el que subrayar los días en que las cosas acontecen.
Yo sí creo que esta película era necesaria.Hasta los cuadros de Goya aún tienen vigencia.
En su debe la falta de equilibrio, al estar los pesos pesados (la familia Fuentes) en un plato de la balanza y en el otro el resto de protagonistas más diseminados. Los primeros aguantan la mayor parte de la carga dramática y sombría de la España profunda: ".....de aquí no se puede salir". Los otros, víctimas necesarias para que el odio y la obsesión acaben erupcionando.
En su haber la veracidad de algo que sigue corriendo por las venas de muchos españoles, sobre todo de las zonas rurales: la venganza; que se nos intenta vender como coletazos aislados de gente racial e ignorante, pero que mucho me temo sigue tatuada en los eslabones de nuestra cadena genética.
Yo soy extremeño y la polémica que se creó en el estreno de el 7º día, por parte de alguno de nuestros políticos populacheros, me parece un insulto a los propios extremeños que pensamos que hay que asumir nuestras carencias, no repetir errores y trabajar para erradicar cierta ignorancia congénita; crecer, tras apisonar con la autocrítica, los cimientos movedizos de la falta de objetividad.
Es cierto que situaciones como la de Puerto Urraco pueden darse en cualquier sitio, pero no es menos cierto que en Extremadura se mantienen una serie de circunstancias que propician este tipo de comportamientos; a saber: la menor renta per cápita, el mayor analfabetismo funcional, lindes confusas, caciques (también en partidos de izquierdas), escopeteros irresponsables con licencia de caza...etc. No se adecenta una comunidad autónoma guardando la mierda bajo la alfombra.
Y volviendo a lo que nos ocupa: las interpretaciones de José Luis Gómez y Juan Diego empequeñecen a un elenco de muy buenos actores que no tienen la suerte de tener unos papeles tan marcados.
Una vez más el director oscense utiliza la música popular como calendario en el que subrayar los días en que las cosas acontecen.
Yo sí creo que esta película era necesaria.Hasta los cuadros de Goya aún tienen vigencia.
16 de junio de 2010
16 de junio de 2010
32 de 38 usuarios han encontrado esta crítica útil
Después de ver esta película, ni Tarantino y sus Reservoir Dogs preparándose para dar un golpe, ni Peckinpah y su grupo salvaje, ni otros de por ahí.
¡Saura y los hermanos Fuentes! Cargando postas con la máquina, llenándose los bolsillos de cartuchos, con las escopetas … preparados los dos para la matanza… hacia el pueblo …
¡Espejo de la realidad!
¡Saura y los hermanos Fuentes! Cargando postas con la máquina, llenándose los bolsillos de cartuchos, con las escopetas … preparados los dos para la matanza… hacia el pueblo …
¡Espejo de la realidad!
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Holden, en el fondo eres un romántico. Juan Diego sí que mete miedo de verdad.
12 de mayo de 2005
12 de mayo de 2005
26 de 30 usuarios han encontrado esta crítica útil
'El séptimo día' narra los crímenes acontecidos hace catorce años en la localidad extremeña de Puerto Hurraco, cuando los hermanos Izquierdo, enajenados y rebosantes de odio por rencillas familiares, se personaron en la plaza del pueblo y asesinaron a nueve personas.
Pero Saura va más allá porque hace de ello una historia universal, (este suceso podría haber ocurrido en cualquier lugar con unos condicionantes socioculturales similares). A pesar de ello, algunos gobernantes extremeños no supieron encajar bien el proyecto, llegando incluso al insulto y la descalificación hacia Saura, que ponen en evidencia un cierto complejo de inferioridad quizá marcado por el cacareado término de "España profunda", que tan bien ejemplifica el domingo sangriento protagonizado por los hermanos Izquierdo (la familia "Monster", en divertidas palabras de Victoria Abril en la promoción de la película).
Pero Saura va más allá porque hace de ello una historia universal, (este suceso podría haber ocurrido en cualquier lugar con unos condicionantes socioculturales similares). A pesar de ello, algunos gobernantes extremeños no supieron encajar bien el proyecto, llegando incluso al insulto y la descalificación hacia Saura, que ponen en evidencia un cierto complejo de inferioridad quizá marcado por el cacareado término de "España profunda", que tan bien ejemplifica el domingo sangriento protagonizado por los hermanos Izquierdo (la familia "Monster", en divertidas palabras de Victoria Abril en la promoción de la película).
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Victoria Abril realiza un buen trabajo como Luciana, hermana de los Izquierdo (los Fuentes en la película, para universalizar la historia, y por pura prudencia), quien fue acusada de instigar los crímenes. El resto del reparto no le va a la zaga, pues el nivel interpretativo es la mejor baza de la película.
Así, además de los grandes personajes creados por Juan Diego y José Luis Gómez (los hermanos Izquierdo/Fuentes), hacen estupendos papeles Ana Wagener, quien sin apenas palabras consigue transmitir un mundo lleno de mediocridad, rencor e ignorancia (la otra hermana) o Carlos Hipólito (el "tonto" del pueblo).
El guión incluye situaciones innecesarias, pero 'El séptimo día' es un buen trabajo, por la conseguida fotografía (retratando un paisaje que casi se podría decir que anticipa la tragedia), y por la ajustadísima caracterización de los intérpretes, especialmente un Juan Diego, condenado por su propia naturaleza física a personajes desagradables.
Así, además de los grandes personajes creados por Juan Diego y José Luis Gómez (los hermanos Izquierdo/Fuentes), hacen estupendos papeles Ana Wagener, quien sin apenas palabras consigue transmitir un mundo lleno de mediocridad, rencor e ignorancia (la otra hermana) o Carlos Hipólito (el "tonto" del pueblo).
El guión incluye situaciones innecesarias, pero 'El séptimo día' es un buen trabajo, por la conseguida fotografía (retratando un paisaje que casi se podría decir que anticipa la tragedia), y por la ajustadísima caracterización de los intérpretes, especialmente un Juan Diego, condenado por su propia naturaleza física a personajes desagradables.
1 de julio de 2014
1 de julio de 2014
20 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
La venganza es un plato que se sirve frío. Pero no en Puerto Hurraco.
Carlos Saura recreó, no sin polémica (los cuatro hermanos Izquierdo, desde la cárcel y el manicomio, intentaron impedir la realización de la película, que tampoco cayó muy bien entre las víctimas y en el pueblo), aquel día de agosto de 1990 en que nueve personas murieron y otras doce resultaron heridas en la que es una de las páginas más negras de la historia reciente de España. La película, con otros nombres y apellidos, cuenta muy bien la historia de odios y enfrentamientos entre las dos familias protagonistas con unos primeros minutos que resumen los primeros pasos de la historia de afrentas que culminan con un incendio, momento que Saura filma con naturalidad pasmosa, dejando que Victoria Abril ponga la emoción. Triunfa también Saura en la recreación del malsano ambiente del pueblo, un pueblo asfixiado por el calor veraniego en el que se gesta la tragedia poco a poco con un ambiente amenazador que nace de la escasa cultura de cierta gente en esa España profunda que aún existe donde todo se magnifica y donde lindes, tierras y amores aún pueden ser caldo de cultivo de venganzas como la que retrata la película, la de los Izquierdo (Fuentes en la película) contra los Cabanillas (Jiménez en la película). Todo ese ambiente lo plasma Saura de forma excepcional y lo remata (nunca mejor dicho) con la extraordinaria secuencia de la matanza en las calles del pueblo, brutal, despiadada y rodada sin contemplaciones ni medias tintas.
Donde ya no triunfa tanto es en tres decisiones narrativas que toma. La primera es la de la voz en off, cargante, innecesaria y absolutamente anticlimática. La segunda es la decisión de poner a Isabel como centro de la trama y darle tramas propias (concretamente la de su romance con Chino, al que interpreta Oriol Vila), chafando la buenísima idea de inicial de contar la historia a través de sus ojos, como una espectadora de excepción de lo ocurrido. El ritmo se resiente mucho cuando ella es la protagonista absoluta de la trama. Y la tercera es la brevedad del tiempo que se da en pantalla a los cuatro hermanos Fuentes, demasiado poco para comprender realmente las razones de la masacre y cómo se van hundiendo poco a poco en el odio, la paranoia y la sed de sangre. Afortunadamente, están interpretados por actores maravillosos. José Luis Gómez clava la personalidad dubitativa y más débil de su personaje, mientras que Juan Diego está enorme como el autoritario y aterrador Antonio. Lo de Victoria Abril directamente es de otro planeta. Al margen del maquillaje, no parece ella ni recuerda a ningún otro personaje que haya interpretado antes. Es una fuerza de la naturaleza, llena de mala sangre y dolor. Si la película se hubiese centrado más en ellos y en su espiral de locura, la película hubiera sido algo muy diferente (atención a la impresionante escena en que se va la luz en casa de los Fuentes y cómo reaccionan los cuatro hermanos
Correcta, notable incluso y muy buena para iniciarse en la tragedia real, pero podría haber sido mejor.
Lo mejor: El ambiente logradísimo de tragedia gestándose y el retrato del lado más negro de la vida rural española, las interpretaciones de Victoria Abril, Juan Diego y José Luis Gómez, y el desfile continuo de actores y actrices populares (Yohana Cobo, Elia Galera, Ana Wagener, César Vea, Mariano Prñs, Eulalia Ramón, José García, Mariví Bilbao, unas jovencísimas Irene Escolar y Claudia Traisac, Ramón Fontseré).
Lo peor: La voz en off, el romance adolescente y el poco foco en los asesinos.
Carlos Saura recreó, no sin polémica (los cuatro hermanos Izquierdo, desde la cárcel y el manicomio, intentaron impedir la realización de la película, que tampoco cayó muy bien entre las víctimas y en el pueblo), aquel día de agosto de 1990 en que nueve personas murieron y otras doce resultaron heridas en la que es una de las páginas más negras de la historia reciente de España. La película, con otros nombres y apellidos, cuenta muy bien la historia de odios y enfrentamientos entre las dos familias protagonistas con unos primeros minutos que resumen los primeros pasos de la historia de afrentas que culminan con un incendio, momento que Saura filma con naturalidad pasmosa, dejando que Victoria Abril ponga la emoción. Triunfa también Saura en la recreación del malsano ambiente del pueblo, un pueblo asfixiado por el calor veraniego en el que se gesta la tragedia poco a poco con un ambiente amenazador que nace de la escasa cultura de cierta gente en esa España profunda que aún existe donde todo se magnifica y donde lindes, tierras y amores aún pueden ser caldo de cultivo de venganzas como la que retrata la película, la de los Izquierdo (Fuentes en la película) contra los Cabanillas (Jiménez en la película). Todo ese ambiente lo plasma Saura de forma excepcional y lo remata (nunca mejor dicho) con la extraordinaria secuencia de la matanza en las calles del pueblo, brutal, despiadada y rodada sin contemplaciones ni medias tintas.
Donde ya no triunfa tanto es en tres decisiones narrativas que toma. La primera es la de la voz en off, cargante, innecesaria y absolutamente anticlimática. La segunda es la decisión de poner a Isabel como centro de la trama y darle tramas propias (concretamente la de su romance con Chino, al que interpreta Oriol Vila), chafando la buenísima idea de inicial de contar la historia a través de sus ojos, como una espectadora de excepción de lo ocurrido. El ritmo se resiente mucho cuando ella es la protagonista absoluta de la trama. Y la tercera es la brevedad del tiempo que se da en pantalla a los cuatro hermanos Fuentes, demasiado poco para comprender realmente las razones de la masacre y cómo se van hundiendo poco a poco en el odio, la paranoia y la sed de sangre. Afortunadamente, están interpretados por actores maravillosos. José Luis Gómez clava la personalidad dubitativa y más débil de su personaje, mientras que Juan Diego está enorme como el autoritario y aterrador Antonio. Lo de Victoria Abril directamente es de otro planeta. Al margen del maquillaje, no parece ella ni recuerda a ningún otro personaje que haya interpretado antes. Es una fuerza de la naturaleza, llena de mala sangre y dolor. Si la película se hubiese centrado más en ellos y en su espiral de locura, la película hubiera sido algo muy diferente (atención a la impresionante escena en que se va la luz en casa de los Fuentes y cómo reaccionan los cuatro hermanos
Correcta, notable incluso y muy buena para iniciarse en la tragedia real, pero podría haber sido mejor.
Lo mejor: El ambiente logradísimo de tragedia gestándose y el retrato del lado más negro de la vida rural española, las interpretaciones de Victoria Abril, Juan Diego y José Luis Gómez, y el desfile continuo de actores y actrices populares (Yohana Cobo, Elia Galera, Ana Wagener, César Vea, Mariano Prñs, Eulalia Ramón, José García, Mariví Bilbao, unas jovencísimas Irene Escolar y Claudia Traisac, Ramón Fontseré).
Lo peor: La voz en off, el romance adolescente y el poco foco en los asesinos.
19 de noviembre de 2006
19 de noviembre de 2006
31 de 48 usuarios han encontrado esta crítica útil
"El séptimo día" sería una buena película si los protagonistas verdaderos de la masacre en que está basada salieran más. Pero es que los hermanos Fuentes (alter ego de los Izquierdo, desencadenantes de la tragedia en Puerto Hurraco) parecen ser los menos importantes de la cinta. La historia está bien contada, puede parecer a veces una "gitanada" por la vulgaridad y analfabetismo de algunos personajes, pero se limita a narrar lo que sucedió.
Lo que no se entiende es que no se indague en la personalidad esquizofrénica, motivaciones interiores o profundidad del caso. En lugar de ello, la película se centra en las vivencias de la chica interpretada por Yohana Cobo (un poquito rayante, para mi gusto) que, si bien es miembro de una de las familias implicadas en ese odio rencoroso durante generaciones, no debería tener tanta relevancia como los auténticos asesinos en los que se inspiró Saura para rodar este episodio mítico ya en la crónica de sucesos de la España profunda.
Por ello la película no pasa, en mi opinión, del 5 pelado. Buenas intenciones, pero Saura vuelve a demostrar con esta cinta que es un director bastante irregular.
Lo que no se entiende es que no se indague en la personalidad esquizofrénica, motivaciones interiores o profundidad del caso. En lugar de ello, la película se centra en las vivencias de la chica interpretada por Yohana Cobo (un poquito rayante, para mi gusto) que, si bien es miembro de una de las familias implicadas en ese odio rencoroso durante generaciones, no debería tener tanta relevancia como los auténticos asesinos en los que se inspiró Saura para rodar este episodio mítico ya en la crónica de sucesos de la España profunda.
Por ello la película no pasa, en mi opinión, del 5 pelado. Buenas intenciones, pero Saura vuelve a demostrar con esta cinta que es un director bastante irregular.
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