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Tres mil años esperándote

Fantástico. Romance La Dra. en literatura Alithea Binnie (Tilda Swinton) parece estar feliz con su vida aunque se enfrenta al mundo con cierto escepticismo. De repente, se encuentra con un genio (Idris Elba) que ofrece concederle tres deseos a cambio de su libertad. En un principio, Alithea se niega a aceptar la oferta ya que sabe que todos los cuentos sobre conceder deseos acaban mal. El genio defiende su posición contándole diversas historias fantásticas ... [+]
Críticas 34
Críticas ordenadas por utilidad
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8
9 de septiembre de 2022
68 de 85 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hace algunas décadas, la gente iba al cine para que le contaran historias. Podían ser alegres, trágicas o incluso de miedo, pero eso no importaba, el público sabía apreciar el valor de una buena narración, aunque no acabara como deseaba o se imaginara. Desde hace bastante tiempo, sin embargo, la mayor parte de los que acuden al cine quieren ver películas de explosiones, golpes, chistes tontorrones o imágenes fuertes, pero con tramas que, en realidad, pueden prever desde el trailer. Los pocos amantes de las películas más introspectivas y con narrativas menos convencionales, por su parte, desconfían de grandes nombres, efectos especiales, películas con factura destinada a públicos más amplios. La originalidad parece que exigiera discreción de medios.

El primer "error" de la película es situarse a medio camino. Tiene presupuesto y hechuras estéticas de gran producción, pero una carga narrativa muy importante y casi nada de acción física, lo que suele aburrir a los buscan una forma de escapismo menos exigente. Quedarse a medio camino es peligroso porque quizás no intereses a ninguno de los bandos o cada uno puede pensar que es una película para el otro bando. Para ayudar a atraer al público, es indispensable una buena promoción. ¿Y qué hicieron?

El segundo error (y esta vez sin comillas) es anunciarse como una película de George Miller, "el director de Mad Max". Sin embargo, esta película es casi lo opuesto que Mad Max: Fury Road. Si la última de Mad Max era casi una película hecha a partir de un storyboard, todo imagen y donde las palabras casi sobraban, 3000 años esperándote se aferra claramente a un guión. Se nota que está basada en un relato de una escritora reconocida (A. S. Byatt) y a la película no le importa que buena parte de la historia se nos narre de palabra, con bellísimas imágenes de complemento, en lugar de usar diálogos entre los personajes y largas escenas de acción. En defintiva, entre ese reclamo de Mad Max y un tráiler con trampas (parece mucho más movida de lo que es), estás atrayendo a un público que no busca lo que se encuentra.

Y es que la película no deja de ser un cuento que nos narran, como cuando éramos pequeños y pedíamos una historia a nuestros padres antes de dormir. Pero aquí el "cuento" es para adultos y la mayor parte de los adultos han perdido el gusto por dejarse contar un cuento, de modo que la película tiene un público objetivo disminuido. Ese es el tercer "error" de la película. Llegar en un momento histórico en el que escasean los adultos dispuestos a entrar en este tipo de narrativas.

Desarmadas las trampas de la promoción, 3000 años esperándote ofrece una trama en la que no es obvio lo que va a suceder entre una mujer, experta en cuentos, y un genio al que libera de un frasco de cristal y que aguarda a que le pida sus tres deseos. Hay un guión sólido y una imagenería visual poderosa. Las historias que se cuentan Tilda Swinton e Idris Elba (ambos fantásticos) son atractivas y si te dejas llevar por la fantasía, se puede disfrutar enormemente.

Si en tu infancia te encantó la serie de "El cuentacuentos" de Jim Henson, con un magnífico John Hurt, y si Big Fish te pareció mágica, esta película tiene muchas papeletas para gustarte, porque tiene algo de ambas propuestas.

A continuación en la zona destripe, mi aporte a un par de detalles de la trama que he visto criticar.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
La conferencia del inicio de la película es esencial para comprender el final de la cinta. En esa escena, Alithea (Tilda Swinton) explica que los humanos nos contamos historias con el fin de explicar los sucesos del mundo, pero que, a medida que avanza la ciencia, esas historias pierden su sentido y los héroes, dioses, mitos y seres mágicos desaparecen o se convierten en meras metáforas. Pues bien, eso es lo que pasa en el final de la película con el genio. La ciencia ha avanzado tanto que ya no tiene sitio en este mundo.

En el mismo sentido va el hecho de que el desenlace (lo que ocurre tras pedir Alithea su primer deseo) se haga largo. Lo veo intencionado. Es la vuelta a la realidad, al presente, tras una serie de historias del pasado, llenas de magia y personajes en la frontera entre la realidad y la fantasía. Ahora estamos de vuelta en el mundo tecnológico y conocido de nuestros días y la realidad se nos muestra gris, pedestre,... aburrida. Tiene sus maravillas, pero son maravillas de la ciencia. De nuevo se nos remarca que no hay sitio para un genio.

Por último, fijémonos en el bello detalle que marca cuando una mujer comienza a enamorarse. Ese tragar saliva. Lo vemos al principio con la reina de Saba y luego en Alithea cuando el genio le cuenta su amor por Zefir. Entonces se puede cómo las historias que va contando el genio sirven para que Alithea abandone sus recelos iniciales respecto al genio, lo vaya conociendo mejor, lo aprecie, y se despierte en ella, por fin, un verdadero deseo que ni ella misma sabía que albergaba. Es una bonita historia de amor, después de todo, de lo que trata esta película.
7
3 de septiembre de 2022
38 de 51 usuarios han encontrado esta crítica útil
Con apenas nueve largometrajes a sus espaldas, en algo más de cuarenta años de carrera, el australiano George Miller ha sabido situar su nombre de manera relevante, en el panorama fílmico internacional, gracias sobre todo a Mad Max, su tetralogía postapocalíptica, con forma de road movie salvaje, plagada de vehículos oxidados recién sacados del desguace, que hace genuino ese gusto por la supervivencia en el yermo, y la lucha a vida o muerte por la última gota de gasolina.

A partir de su propio guión, que adapta una historia corta de A.S. Byatt, Miller aprovecha el impulso que supuso Fury Road a todos los niveles, para dar rienda suelta a su peculiar imaginario, a través de un relato muy reconocible, en el que el clásico genio de la lámpara es liberado por una mujer culta y escéptica, experta en relatos literarios, la cual que no le va a poner nada fácil la consecución de los habituales tres deseos.

Un trabajo ambicioso, que no tarda demasiado en disponer su particular tablero de fantasía, y se desenvuelve bastante mejor cuando se mueve en el terreno de la narración clásica, a modo de cuento, con un adecuado uso de la voz en off, y cierto virtuosismo para vendernos un fondo estético, que en realidad abarca bastante más de lo que puede, y toca en muchos escenarios lo artificial, caminando por ese fino alambre, en el que solo los realizadores competentes pueden mantener cierto equilibrio.

En ese punto, despreciarla como una película fallida seria injusto, entre las motas de polvo mágico sobre el que flotan sus entretenidas historias, subyace la regresión cultural que vivimos en la actualidad, y que de algún modo, ha aislado lo erudito hasta convertirlo en un asunto para bichos raros, todo ello enfocado desde un tono bastante convincente, con un lenguaje comprensible y ciertamente motivador, que indudablemente conforma el mayor reclamo del film.

Se ha perdido el gusto por contar las historias de una manera tradicional, a sus 77 años, Miller da toda una vigorosa lección de manual, puede que a veces peque puntualmente de ingenuo, hay que serlo para hablar de amor romántico en estos tiempos, y es bastante seguro que lo que tenía en la cabeza en origen, sobre todo en el aspecto visual, sea mejor que el resultado final, pero su energía es contagiosa, y hace suyos los lugares comunes que recorre con enorme oficio.

Por suerte para Tres mil años esperándote, y respetando la cuota de acierto al elegirles del director, Tilda Swinton e Idris Elba están espectaculares en sus respectivos roles, lo de la actriz es básicamente un perpetuo estado de gracia, mientras que el Djinn al que da vida el actor, se beneficia de su prominente presencia, y la seguridad extrema que aporta al personaje, dentro de un reparto que poco o nada puede aportar, más allá de la sombra omnipresente de ambos interpretes.

En los apartados técnicos, destacan habituales del realizador como John Seale en la fotografía, o Junkie XL en la música, que si bien resulta reconocible en las partituras más enérgicas, adopta una composición bastante más romántica de lo habitual, llamada a potenciar los momentos más emotivos del film.

Finalmente, la décima película de George Miller, supone indudablemente otro sueño cumplido para el realizador, al que caracteriza un profundo y contagioso entusiasmo, puede que 'Tres mil años esperándote', no sea un film redondo, algunas excentricidades estéticas, y un exceso de ambición, la alejan de tal consideración, pero al menos posee un embrujo cautivador, e incluso consigue resultar inspiradora en algún pasaje, configurando un relato legítimo de fantasía adulta, que en los tiempos que corren, consigue situarse en las antípodas de lo convencional.


<Lee ésta crítica, y muchas más, en fusionfreakweb.blogspot.com>
6
12 de diciembre de 2022
13 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una obra bastante curiosa de George Miller, autor de “Mad Max” o “Happy Feet” entre otras, alguien del que se puede esperar prácticamente cualquier cosa.

En este caso se sumerge en una historia que podría estar sacada de “Las mil y una noches” con genio de la lámpara incluido. Y dota a todo de una estética algo inclasificable y barroca, que posiblemente despierte tantas manías como pasiones. Personalmente me recuerda un poco a “The Fall el sueño de Alexandria” de Tarsem Singh, pero sin acercarse a ese nivel de exquisitez. En este caso podría decirse que funciona a ratos.

Alithea (Tilda Swinton) es una narratologa experta en historias que encuentra una botellita con un Djinn (Idris Elba) dentro. Teniendo en cuenta que las historias sobre genios y deseos siempre suelen acabar mal para el que los pide, ya que esas historias funcionan a modo de moraleja, se abre un planteamiento interesante en el que el Djinn intenta convencer a Alithea de que los pida contándole historias para extinguir su propia maldicion, y esta, que se las sabe todas, se lo debería poner bastante complicado.

Los cuentos funcionan bastante bien sin ser excelentes, y en cuanto a la resolución entre ellos esperaba bastante más, no por la conclusión que es acertada, sino por cierto deseo de Alithea, algo impropio y poco moral para alguien tan erudita como ella, aunque sin eso la trama, ya de por sí sencilla, se quedaría sin desencadenante.

Una obra irregular, con partes que no acaban de funcionar, pero con dos interpretaciones bastante buenas, y que propone algo antiguo y raro, y lo digo en el mejor sentido posible.
8
4 de septiembre de 2022
15 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
La película narra una serie de historias enmarcadas en una problemática que las engloba y que me han recordado a las "Las mil y una noches". De esta manera "Tres mil años esperándote" es una película para soñar, que te envuelve en una temática de fantasía árabe, mediante djinns, príncipes de los que enamorarse, pasiones y almizcle.

A pesar de que la trama no sea "súper comercial" la película ofrece un ritmo que me mantuvo en vilo toda la película. Y me encanta que, aunque no tenga un público claro al que orientarse, a la vez cuente con buenos actores, geniales efectos especiales, fotografía y dirección impecable y un también buen guión.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
En mi opinión el final, en el que se cuenta el agotamiento del genio debido a las ondas electromagnéticas, sobra y creo complica la trama innecesariamente. Es lo único que le resta nota.
7
4 de septiembre de 2022
14 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
Al igual que la canción de Christina Aguilera, por fin Tilda Swinton vuelve a asomarse a la gran pantalla, tras haber rodado esta película durante la época de pandemia.

Es un verdadero placer que por fin en cartelera se asome alguna película de verdad, tras tantos truños este verano a excepción del cine de Liam Neeson, claro.

Una profesora aburrida encuentra a un genio sin pretenderlo, y aunque toda su conversación refleja la película, lo que más invoca son esos ambientes de "Mil y una noches" que George Miller tan bien evoca y que Tilda conoce tan bien por haber interpretado personajes como "Orlando" o su Eve en "Solo los amantes sobreviven" donde básicamente lucía indumentaria árabe.

La historia de amor atemporal y las memorias del genio, brillantemente interpretado por Idris Elba le dan todo el sentido y la comedia, la intelectualidad y las ganas de querer ver algo y evadirte por fin en un momento a esta cinta que engrandece el cine de verdad.

Lástima que hayan tan pocas así.

Tilda lleva siendo mi actriz favorita hace mucho tiempo, no sabía hasta que punto su filmografía es realmente rica.
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