7 años
6,5
11.374
Drama
Cuatro socios, fundadores de una exitosa empresa de diseño de aplicaciones tecnológicas, son pillados desviando fondos a un paraíso fiscal. Un mediador tratará de ayudarles a decidir a quién echarán la culpa del fraude: el que decidan deberá pasarse 7 años en la cárcel exculpando a los otros tres socios. (FILMAFFINITY)
29 de octubre de 2016
29 de octubre de 2016
111 de 116 usuarios han encontrado esta crítica útil
Para que cinco actores dentro de un garaje te peguen al sillón, aunque sólo sea durante 75 minutos, sin ni siquiera pulsar el mando para ver cuánto falta para el final, se necesita algo más que una buena trama. Lograr esa tensión es puro arte dramático. Un guión logrado, interpretaciones extraordinarias, y, sobre todo, la magia de introducirte dentro de ese garaje como un observador interesado, como si también a ti te fuera algo en esa discusión.
Porque la película es eso, una discusión. Y estoy seguro de que cuantos hemos visto esta maravilla, al finalizar la película, hemos tomado partido. De entre los cuatro en liza, el verdadero enigma no consiste en saber quién pagará, sino quién es el auténtico capullo. No siempre coincide.
Porque la película es eso, una discusión. Y estoy seguro de que cuantos hemos visto esta maravilla, al finalizar la película, hemos tomado partido. De entre los cuatro en liza, el verdadero enigma no consiste en saber quién pagará, sino quién es el auténtico capullo. No siempre coincide.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
He borrado mi crítica anterior para rehacerla añadiendo estas líneas en spoiler acerca del final de la película. Quiero reivindicarlo porque me parece el final más justo. Mirad a los cuatro personajes con la cabeza caída sobre la mesa, en silencio. Ya nada será igual entre ellos, después de las horas que han pasado juntos. La empresa no puede continuar, porque ya no podrán trabajar juntos. Realmente, los cuatro han pagado por un delito que los cuatro cometieron, lo cual es más justo que su intención de elegir un chivo expiatorio. Y no ha sido un juez quien les ha hecho pagar; han sido ellos mismos quienes se han ajusticiado al sacar a la luz toda la basura que se había amontonado durante años en el sótano de ese garaje.
28 de octubre de 2016
28 de octubre de 2016
69 de 83 usuarios han encontrado esta crítica útil
Quizá cuando piense sobre ese final elegido, en frío y no en caliente, acabe gustándome más, pero después de lo mucho que me estaba gustando la película, me ha dejado frío. Ha sido como un coitus-interruptus. Me sentía preparado para un final mucho más espectacular. Al final, siento que han tirado por el camino fácil, al no saber rematar la película. Luego comento más sobre el final en Spoiler
Aún así, es una película muy por encima de la media del cine español. Tanto el reparto como el director me han sorprendido para bien. Roger Gual, a quien no había tenido el gusto de conocer, lo hace muy bien, alternando los primerísimos planos, con largos planos-secuencia. Ha sabido crear una atmósfera agobiante, logrando que el espectador se sienta dentro de esa habitación.
También chapó por el reparto. No es fácil que en una película con un único decorado, donde el peso recae todo el, en las interpretaciones, a la más pura tradición teatral, los actores salgan airosos. Y lo hacen y todos ellos con nota.
Ignoro el papel jugado por Netflix, si ha tenido arte y parte en el resultado final, cambiando cosas con vistas a su estreno mundial, o se ha limitado a comprar los derechos de distribución de la película. En cualquier caso es un buen comienzo en esto de co-producir en España. No podían haber elegido un tema más de actualidad que este de defraudar impuestos llevándose el dinero negro a Suiza.
Aún así, es una película muy por encima de la media del cine español. Tanto el reparto como el director me han sorprendido para bien. Roger Gual, a quien no había tenido el gusto de conocer, lo hace muy bien, alternando los primerísimos planos, con largos planos-secuencia. Ha sabido crear una atmósfera agobiante, logrando que el espectador se sienta dentro de esa habitación.
También chapó por el reparto. No es fácil que en una película con un único decorado, donde el peso recae todo el, en las interpretaciones, a la más pura tradición teatral, los actores salgan airosos. Y lo hacen y todos ellos con nota.
Ignoro el papel jugado por Netflix, si ha tenido arte y parte en el resultado final, cambiando cosas con vistas a su estreno mundial, o se ha limitado a comprar los derechos de distribución de la película. En cualquier caso es un buen comienzo en esto de co-producir en España. No podían haber elegido un tema más de actualidad que este de defraudar impuestos llevándose el dinero negro a Suiza.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
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El final ya tenía a los personajes desmoronados, con recelos entre ellos después de que hubieran sacado todos los trapos sucios a la luz y se hubieran tirado los trastos a la cabeza los unos a los otros.Creo que ya había hecho pensar al espectador "¿Cómo coño van a seguir llevando adelante esa empresa ahora que se han dicho las verdades a la cara?" No veo la necesidad de sacarse el as de la manga del inspector de Hacienda que se deja sobornar en el último momento,
Yo ya veía ya a los personajes desmoronados y llenos de amargura y odio los unos hacia los otros, yo ya me había hecho esa pregunta sin necesidad de que el final me intentara conducir a hacérmela. No sé si le ha pasado a más espectadores.
Yo ya veía ya a los personajes desmoronados y llenos de amargura y odio los unos hacia los otros, yo ya me había hecho esa pregunta sin necesidad de que el final me intentara conducir a hacérmela. No sé si le ha pasado a más espectadores.
3 de noviembre de 2016
3 de noviembre de 2016
48 de 53 usuarios han encontrado esta crítica útil
Actuaciones impecables, buena dirección y buen guión. Un film bastante notable. Espero más colaboraciones con Netflix, a ver si el cine español empieza a ir por este camino.
Sobre el final hablo en Spoiler:
Sobre el final hablo en Spoiler:
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
A mi si me ha parecido un buen final. Tanta mierda que se han tirado entre ellos para que al final no sirva de nada y todo siga "igual". Me gusta como transmiten al final como les afecta la "buena" noticia.
Lo cual seguro que les jode aun más que uno de ellos fuera a la cárcel, ya que todo el tiempo empleado en sacarse trapos sucios ha sido en vano y demuestra como el ser humano solo se satisface si después de un esfuerzo, hay recompensa. La escena final es buena prueba de ello.
Lo cual seguro que les jode aun más que uno de ellos fuera a la cárcel, ya que todo el tiempo empleado en sacarse trapos sucios ha sido en vano y demuestra como el ser humano solo se satisface si después de un esfuerzo, hay recompensa. La escena final es buena prueba de ello.
28 de octubre de 2016
28 de octubre de 2016
32 de 43 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una oficina de cualquier empresa tecnológica. Cuatro socios con roles muy distintos. Todos buscan un culpable para que pase siete años en la cárcel y libre al resto del fraude que han cometido. Ese es el valiente planteamiento de una película que atrapa desde el primer momento al espectador. Todos tienen algo que ocultar. Todos mienten.
Esta película es un caramelo para cualquier actor. Un solo escenario. Cinco actores encerrados en él y un guión elaborado que promete mucho. Los cinco actores lo bordan. Es perfecta para una obra de teatro.
Lo malo es que empieza y se desarrolla tan bien que esperas más de lo que te da.
Esta película es un caramelo para cualquier actor. Un solo escenario. Cinco actores encerrados en él y un guión elaborado que promete mucho. Los cinco actores lo bordan. Es perfecta para una obra de teatro.
Lo malo es que empieza y se desarrolla tan bien que esperas más de lo que te da.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Con el clímax que se va creando durante la película el final no está a la altura. Un recurso borde que lo deja todo como estaba. Le falta el toque final. El giro inesperado. Podrían habérselo trabajado mucho más. El final no me transmite nada. Si cuando el consultor sale al final hubiese dado paso la policía sería una película redonda. O si no se quiere ser tan explícito simplemente con que lo recoja un coche de policía hubiese sido suficiente. Todo menos dejarlo como estaba.
2 de noviembre de 2016
2 de noviembre de 2016
16 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
En el centro: una mesa, cinco sillas, un tablero de ajedrez, mucho talento y más aún psicología, manipulación y traiciones. De una forma teatral, minimalista, asistimos a un juego psicológico entre cuatro actores muy notables. Paco León, descompuesto, a priori el más débil, pero con varios ases en la manga; Alex Brendemühl, la manipulación personificada; Juana Acosta, una dama de armas tomar; y Juan Pablo Raba, un tiburón sin un pelo de tonto. Cada uno con su idiosincrasia y un cascarón a punto de romperse.
Por encima de todos, el fantástico Manuel Morón, que representa la figura del mediador, tan necesaria aunque no nos demos cuenta. No juzga. No es su cometido. No tiene interés por ninguno de ellos y a veces parece un convidado de piedra. Solo asiste como espectador de lujo ante el canibalismo que presenciamos en poco más de hora y veinte minutos. Su momentos son, quizá, lo más lúcido de toda la sala.
La idea central de la película se destapa en los primeros compases. A partir e ahí, poco a poco los personajes se van desnudando y destripando unos a otros. 7 años es el tiempo que hay que pasar en la cárcel por la codicia de querer siempre más y no estar contento con nada. Esa habitación claustrofóbica donde se desarrolla todo es solo una metáfora de la gran prisión en la que nos movemos.
Todos quieren evitar las rejas, pero no se dan cuenta de que se encuentran encerrados en la sede de una empresa que no deja tiempo libre ni vida más allá de un dinero que no se disfruta y una familia que pasa desapercibida, olvidada. En definitiva, una vida entregada a la codicia, esclava del dinero y ese ideal de éxito, fama y lujuria donde nos hemos instalado.
En poco tiempo se condensa tanto, se mezclan tantas sensaciones como en una batidora. Te remueve y provoca. No puedes permitirte el lujo de pestañear antes de alcanzar el clímax. Pero después de tanto fuego, de tanto calor, el desenlace deja algo frío. Este es el debe del trabajo de Gual, junto a ese análisis básico de la corrupción que tanto apesta en estos años y que parece no salir de Suiza. A pesar de ello, la película se sostiene porque tiene argumentos fuertes a los que agarrarse. Y por ello, 7 años, merece la pena para ver en pantalla esas miserias que están a la orden del día.
Más datos sobre esta y otras películas en el blog: http://argoderse.blogspot.com.es/
Y en Facebook: https://www.facebook.com/argodersecine
Por encima de todos, el fantástico Manuel Morón, que representa la figura del mediador, tan necesaria aunque no nos demos cuenta. No juzga. No es su cometido. No tiene interés por ninguno de ellos y a veces parece un convidado de piedra. Solo asiste como espectador de lujo ante el canibalismo que presenciamos en poco más de hora y veinte minutos. Su momentos son, quizá, lo más lúcido de toda la sala.
La idea central de la película se destapa en los primeros compases. A partir e ahí, poco a poco los personajes se van desnudando y destripando unos a otros. 7 años es el tiempo que hay que pasar en la cárcel por la codicia de querer siempre más y no estar contento con nada. Esa habitación claustrofóbica donde se desarrolla todo es solo una metáfora de la gran prisión en la que nos movemos.
Todos quieren evitar las rejas, pero no se dan cuenta de que se encuentran encerrados en la sede de una empresa que no deja tiempo libre ni vida más allá de un dinero que no se disfruta y una familia que pasa desapercibida, olvidada. En definitiva, una vida entregada a la codicia, esclava del dinero y ese ideal de éxito, fama y lujuria donde nos hemos instalado.
En poco tiempo se condensa tanto, se mezclan tantas sensaciones como en una batidora. Te remueve y provoca. No puedes permitirte el lujo de pestañear antes de alcanzar el clímax. Pero después de tanto fuego, de tanto calor, el desenlace deja algo frío. Este es el debe del trabajo de Gual, junto a ese análisis básico de la corrupción que tanto apesta en estos años y que parece no salir de Suiza. A pesar de ello, la película se sostiene porque tiene argumentos fuertes a los que agarrarse. Y por ello, 7 años, merece la pena para ver en pantalla esas miserias que están a la orden del día.
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