Robbery (El gran robo)
6,4
449
19 de abril de 2011
19 de abril de 2011
19 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
Eficaz reconstrucción de uno de los mayores robos jamás cometidos, el del tren correo británico en 1963, esta película lanzaría a la fama a Peter Yates, quien daría el salto a Hollywood gracias a ella.
El filme evita cualquier tipo de dramatización o interpretación, limitándose a recrear con gran fidelidad histórica el acontecimiento que trata. Partiendo de ahí, pueden señalarse fácilmente los pros y los contras de la película; entre los primeros, una dirección precisa, ágil, con un gran sentido de la narración visual y una cuidada planificación, virtudes sabiamente respetadas (y realzadas) en el montaje. Los inconvenientes son su extrema frialdad y el escaso interés de los personajes, que se limitan a reproducir el robo, sin mostrar apenas matices (hay alguna leve excepción). Lo interesante es que Yates ha filmado la película del mismo modo en que un ladrón planifica un golpe: ha pensado cómo colocar la cámara, los actores, cómo abordar tal o cuál secuencia, cuánto tiempo debe durar cada una, qué plano es el más adecuado para mostrar según qué situación, etc. Por ese camino de perfección formal ha descuidado los sentimientos y la psicología de sus personajes, y es ese descuido voluntario el mismo que comete (esta vez involuntariamente) Paul, el organizador del atraco; también él había previsto todos los movimientos, tiempos y posibilidades, pero descuidó los sentimientos de uno de sus hombres, y por ahí llegará su perdición.
Con un escueto guión, correcto pero subordinado a la acción, y una banda sonora a ritmo de Jazz, el filme resulta siempre entretenido, a la par que creíble y poco violento (no hay un solo disparo en todo el metraje). Deben destacarse varias secuencias, que demuestran la valía de Yates; así, los quince minutos iniciales, con el brillante robo de unos diamantes (que empezamos a intuir por medio de un solo plano general en picado) y una espectacular persecución en coche, son sólo el preludio de la minuciosa secuencia del robo al tren correo, magníficamente concebida y narrada. Estos dos fragmentos prefiguran ya los aciertos de obras posteriores como "Bullit" (por la persecución en automóvil) o "The friens of Eddie Coyle" (por la meticulosidad con que se muestran los robos).
Rodada en escenarios naturales, una película disfrutable de principio a fin, en la que el espectador acaba poniéndose de parte de los ladrones, aunque sólo sea por el arduo trabajo desplegado.
Acaba en spoiler.
El filme evita cualquier tipo de dramatización o interpretación, limitándose a recrear con gran fidelidad histórica el acontecimiento que trata. Partiendo de ahí, pueden señalarse fácilmente los pros y los contras de la película; entre los primeros, una dirección precisa, ágil, con un gran sentido de la narración visual y una cuidada planificación, virtudes sabiamente respetadas (y realzadas) en el montaje. Los inconvenientes son su extrema frialdad y el escaso interés de los personajes, que se limitan a reproducir el robo, sin mostrar apenas matices (hay alguna leve excepción). Lo interesante es que Yates ha filmado la película del mismo modo en que un ladrón planifica un golpe: ha pensado cómo colocar la cámara, los actores, cómo abordar tal o cuál secuencia, cuánto tiempo debe durar cada una, qué plano es el más adecuado para mostrar según qué situación, etc. Por ese camino de perfección formal ha descuidado los sentimientos y la psicología de sus personajes, y es ese descuido voluntario el mismo que comete (esta vez involuntariamente) Paul, el organizador del atraco; también él había previsto todos los movimientos, tiempos y posibilidades, pero descuidó los sentimientos de uno de sus hombres, y por ahí llegará su perdición.
Con un escueto guión, correcto pero subordinado a la acción, y una banda sonora a ritmo de Jazz, el filme resulta siempre entretenido, a la par que creíble y poco violento (no hay un solo disparo en todo el metraje). Deben destacarse varias secuencias, que demuestran la valía de Yates; así, los quince minutos iniciales, con el brillante robo de unos diamantes (que empezamos a intuir por medio de un solo plano general en picado) y una espectacular persecución en coche, son sólo el preludio de la minuciosa secuencia del robo al tren correo, magníficamente concebida y narrada. Estos dos fragmentos prefiguran ya los aciertos de obras posteriores como "Bullit" (por la persecución en automóvil) o "The friens of Eddie Coyle" (por la meticulosidad con que se muestran los robos).
Rodada en escenarios naturales, una película disfrutable de principio a fin, en la que el espectador acaba poniéndose de parte de los ladrones, aunque sólo sea por el arduo trabajo desplegado.
Acaba en spoiler.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Lo único no verídico de la cinta, junto con algún detalle menor, es el final, pues el líder de la banda (en la realidad Ronald Briggs) no escapó, siendo atrapado con los demás. No obstante, logró fugarse de la cárcel al año de confinamiento, por lo que pudo ver este filme tranquilamente, desde su retiro dorado, primero en Australia y luego en Río de Janeiro. Seguramente dispuso de su parte, pues de los más de dos millones y medio de Libras Esterlinas robadas, las autoridades sólo pudieron recuperar unas trescientas mil.
14 de octubre de 2015
14 de octubre de 2015
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
El autor de una de las mejores escenas de persecución de coches de la historia del cine; Bullit, rodó aquí una excelente por las calles de los suburbios de Londres. Si llegar a ser magistral es tan sugerente y entretenida como el resto del metraje de esta película de robos y engaños que te engancha de principio a fin.
No se merece el olvido. Mantiene en todo momento el interés del espectador al ejecutar perfectamente el modelo creado por John Huston en "La jungla de asfalto". Primera mitad de preparación de un robo perfecto, ejecución a media película y segunda parte del metraje con la persecución policial a los atracadores. Alguna sorpresa y algo de moralina. Todo muy aceptable.
No se merece el olvido. Mantiene en todo momento el interés del espectador al ejecutar perfectamente el modelo creado por John Huston en "La jungla de asfalto". Primera mitad de preparación de un robo perfecto, ejecución a media película y segunda parte del metraje con la persecución policial a los atracadores. Alguna sorpresa y algo de moralina. Todo muy aceptable.
2 de marzo de 2022
2 de marzo de 2022
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pormenorizada crónica del mundialmente célebre atraco de 1963 al tren correo de Glasgow-Londres, realizada cuatro años después del hecho real, aunque alguna vez te pierdes un poco en algún detalle. Pero lo notable de aquel suceso fue la impresionante organización y el que fue un atraco limpio de sangre y, en principio, exitoso, que es lo que recoge bien esta película con muy buenas interpretaciones principales de Stanley Baker y James Booth.
Hay que resaltar la calidad de la fotografía, en especial los exteriores nocturnos, muy cuidados en iluminación, donde se ve que realmente es de noche, sin intentar aquellas falsedades de lo que se llamó "noche americana", que era rodar de día cerrando más el diafragma; eso está en bastantes películas antiguas de aventuras, etc., donde se hacía el ridículo, pues se veía que era de día (pese a cerrar el diafragma) mientras los actores decían cosas como "Cuando amanezca..."
Aquí el tratamiento es minucioso y realista en todo, salvo en un solo punto al principio, cuando dos personajes, en un atraco previo, se tiran de un coche en marcha con la suficiente velocidad para matarse o, como mínimo, romperse algo; naturalmente, los actores no se tiran de verdad, pues los planos comienzan con el coche pasando y el actor, fuera del coche, hace como que da una vuelta en el suelo, pero, aun así, el efecto es bueno y produce impresión realista si no te fijas a fondo.
Sobre lo de que no hay "análisis de caracteres", es que no en toda película tiene por qué haberlo. Estos personajes son gente que quiere ser rica, y piensan que trabajando nunca se hace uno rico, y aunque les asusta la cárcel, están dispuestos a correr el riesgo, aunque se admire de lo que es capaz de trabajar alguna gente para “no trabajar”. Hubiera sido un gran error aburrir con historias personales y romances. Sólo se apunta, breve y sabiamente, el del líder, del que hablo en el spoiler.
Hay que resaltar la calidad de la fotografía, en especial los exteriores nocturnos, muy cuidados en iluminación, donde se ve que realmente es de noche, sin intentar aquellas falsedades de lo que se llamó "noche americana", que era rodar de día cerrando más el diafragma; eso está en bastantes películas antiguas de aventuras, etc., donde se hacía el ridículo, pues se veía que era de día (pese a cerrar el diafragma) mientras los actores decían cosas como "Cuando amanezca..."
Aquí el tratamiento es minucioso y realista en todo, salvo en un solo punto al principio, cuando dos personajes, en un atraco previo, se tiran de un coche en marcha con la suficiente velocidad para matarse o, como mínimo, romperse algo; naturalmente, los actores no se tiran de verdad, pues los planos comienzan con el coche pasando y el actor, fuera del coche, hace como que da una vuelta en el suelo, pero, aun así, el efecto es bueno y produce impresión realista si no te fijas a fondo.
Sobre lo de que no hay "análisis de caracteres", es que no en toda película tiene por qué haberlo. Estos personajes son gente que quiere ser rica, y piensan que trabajando nunca se hace uno rico, y aunque les asusta la cárcel, están dispuestos a correr el riesgo, aunque se admire de lo que es capaz de trabajar alguna gente para “no trabajar”. Hubiera sido un gran error aburrir con historias personales y romances. Sólo se apunta, breve y sabiamente, el del líder, del que hablo en el spoiler.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
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Cuando se hizo la película ya estaban detenidos casi todos, menos algunos de los jefes principales. Parece ser que de los tres millones y pico de libras, una enorme fortuna en la época, poco se recuperó, aunque los huidos acabaron cayendo, si bien uno de ellos logró permanecer en Brasil treinta años, hasta que acabó también en una prisión británica.
Redundando en lo del “análisis de caracteres”, son tipos que están por renunciar a todo con tal de ser ricos donde sea. El líder, brillantemente interpretado por Stanley Baker, se las arregla para hacer llegar una nota a su pobre mujer: “Adiós”. ¿Qué más psicología hace falta?
Redundando en lo del “análisis de caracteres”, son tipos que están por renunciar a todo con tal de ser ricos donde sea. El líder, brillantemente interpretado por Stanley Baker, se las arregla para hacer llegar una nota a su pobre mujer: “Adiós”. ¿Qué más psicología hace falta?
24 de octubre de 2021
24 de octubre de 2021
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Entretenida peli británica, donde Stanley Baker (que también produce) y sus secuaces ponen en escena (con muchas licencias) uno de los robos que más han llamado la atención del público en toda la historia: el asalto al tren correo de Glasgow. La descripción de la meticulosa planificación y del asalto está bastante bien currada. La película funciona bien, aunque el plan es terroríficamente complejo y a veces te preguntas como es posible que no fallen 20 cosas. Como aspecto menor, una vez más no entiendo por qué toda película tiene que tener ese "romance" o drama sentimental metido con calzador. Porque, una vez más, sobra. Ni aporta nada, ni nos permite conocer mejor a los personajes, ni nada. Pero al menos no se abusa. La peli está contada, como es lógico, con un cierto estilo documental y cuenta con una escena inicial excelente (de hecho le hace perder enteros al resto de la película). No es tremendamente emocionante ni pasará a la historia, pero está bien hecha. Y además...
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Me gusta el final. Porque me parece que Stanley Baker le ha metido una descomunal vacilada a su mujer.
21 de septiembre de 2020
21 de septiembre de 2020
0 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Peter Yates retrata la historia real del robo en el año 1963 del tren postal de Glasgow-Londres, del que investigando un poco cambian cosas en la película, pero no son detalles a tener en cuenta, creo yo.
Lo importante es como retrata los sucesos y, en ese sentido, no es una película espectacular. Cierto es que comienza con una persecución rodada con estilo (presagio de su siguiente trabajo, 'Bullitt'), pero lo que sigue a continuación es el desarrollo de los acontecimientos que llevaron hasta el robo y es cuando la cinta pasa de lo que podía haber sido un notable bajo a un simple correcto.
El guion simplemente se atañe a los hechos y ya está, no hay aspectos a destacar. Ni interpretativos, ni técnicos, ni nada; no quiere decir que fuera rodada de forma pésima, cada uno de los apartados importantes funcionan bien: el reparto está bien, la fotografía bien, la banda sonora, bien, y así podría seguir. No es un visionado en el que se pierde el tiempo, tampoco doy gracias al cielo por verlo.
Lo más útil es conocer el trabajo de Stanley Baker, quien no conocía su existencia y luego me enteré de que hasta le ofrecieron interpretar a James Bond antes de que fuese elegido Sean Connery y que contó con una filmografía nada desdeñable con títulos como 'El hidalgo de los mares' (1951), 'Los cañones de Navarone' (1961) o 'Zulú' (1964). Quizás en otra película suya salgo más satisfecho.
Lo importante es como retrata los sucesos y, en ese sentido, no es una película espectacular. Cierto es que comienza con una persecución rodada con estilo (presagio de su siguiente trabajo, 'Bullitt'), pero lo que sigue a continuación es el desarrollo de los acontecimientos que llevaron hasta el robo y es cuando la cinta pasa de lo que podía haber sido un notable bajo a un simple correcto.
El guion simplemente se atañe a los hechos y ya está, no hay aspectos a destacar. Ni interpretativos, ni técnicos, ni nada; no quiere decir que fuera rodada de forma pésima, cada uno de los apartados importantes funcionan bien: el reparto está bien, la fotografía bien, la banda sonora, bien, y así podría seguir. No es un visionado en el que se pierde el tiempo, tampoco doy gracias al cielo por verlo.
Lo más útil es conocer el trabajo de Stanley Baker, quien no conocía su existencia y luego me enteré de que hasta le ofrecieron interpretar a James Bond antes de que fuese elegido Sean Connery y que contó con una filmografía nada desdeñable con títulos como 'El hidalgo de los mares' (1951), 'Los cañones de Navarone' (1961) o 'Zulú' (1964). Quizás en otra película suya salgo más satisfecho.
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