Alias GraceMiniserie
6,6
4.399
Serie de TV. Thriller
Miniserie de TV (2017). 6 episodios. Basada en la historia real de Grace Marks, una joven inmigrante irlandesa y empleada doméstica en el Alto Canadá que fue condenada por el brutal asesinato de su jefe, Thomas Kinnear en 1843. Grace dice que no recuerda el asesinato, pero los hechos son irrefutables. Una década después, el Dr. Simon Jordan intenta ayudar a Grace a recordar su pasado. (FILMAFFINITY)
25 de noviembre de 2017
25 de noviembre de 2017
72 de 79 usuarios han encontrado esta crítica útil
En cuanto supe que en Netflix había una adaptación de otro de los libros de la que he posicionado como una gran escritora para mí, Margaret Atwood, supe que tenía que verla.
Alias Grace es una serie que va a decepcionar muchos por su final; aunque ha parecido decepcionarme a mí en un primer instante, puedo confirmar que no ha sido así cuando he pensado un poco en ello. No hay que quedarse en la primera fase.
Dicen que el libro no es exactamente igual a la serie, pero aquí venimos a hablar de ella, y para poder explicar lo que yo creo, necesito ir a la zona de spoilers, no sin antes hablarle a los que no deseen entrar en esos detalles, sobre que la serie está rodada de una manera exquisita, impecable, con unos colores, una luz, unos primeros planos, un ambiente, un vestuario y una protagonista excepcionales.
No os dejéis llevar por el primer "chasco" de verla y no entender nada. Esta serie no es de Lynch, se puede entender, solo que el final es muy abierto para permitirte sacar tus propias conclusiones, lo cual es bueno. No siempre en una serie deben darnos toda la información machacada, a veces hay que hacer trabajar el cerebro.
Dicho esto, espero que la disfrutéis tanto como yo.
Alias Grace es una serie que va a decepcionar muchos por su final; aunque ha parecido decepcionarme a mí en un primer instante, puedo confirmar que no ha sido así cuando he pensado un poco en ello. No hay que quedarse en la primera fase.
Dicen que el libro no es exactamente igual a la serie, pero aquí venimos a hablar de ella, y para poder explicar lo que yo creo, necesito ir a la zona de spoilers, no sin antes hablarle a los que no deseen entrar en esos detalles, sobre que la serie está rodada de una manera exquisita, impecable, con unos colores, una luz, unos primeros planos, un ambiente, un vestuario y una protagonista excepcionales.
No os dejéis llevar por el primer "chasco" de verla y no entender nada. Esta serie no es de Lynch, se puede entender, solo que el final es muy abierto para permitirte sacar tus propias conclusiones, lo cual es bueno. No siempre en una serie deben darnos toda la información machacada, a veces hay que hacer trabajar el cerebro.
Dicho esto, espero que la disfrutéis tanto como yo.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
En la época en la que está ambientada Alias Grace aún no existía como tal el concepto de enfermedad mental y, como podemos apreciar, los psicólogos (o mejor dicho, psiquiatras por aquel entonces) comenzaban a aflorar y empezar a estudiar los trastornos mentales sin saber muy bien que se estaba estudiando. La psicología es algo mucho más reciente de lo que nos pensamos.
En mi opinión, Grace es una chica que a una muy temprana edad sufre una serie de eventos traumatizantes que la marcan de por vida y de una manera más profunda de lo que podamos pensar. Ser inmigrante con 16 años, tener un padre borracho y maltratador/abusador, ser huérfana de madre (que además murió a su vera), tener que cuidar de hermanos pequeños y luego encontrar una familia (Mary) que también muere de una manera grotesca (desangrada por un aborto mal efectuado) son demasiadas cosas que aceptar. Creo que Grace tiene una enfermedad que hoy día conocemos como trastorno de personalidad múltiple, enfermedad que se deja ver tras la muerte de Mery.
A lo largo de toda la serie, en la mayoría de las veces, estamos viendo y hablando con Grace, una chica dulce, sensible y tímida. Es en el quinto capítulo cuando vemos a esa otra personalidad, quizás influenciada por Mery (más fresca, valiente y desparpaja, hasta con una voz diferente) mientras le realizan la hipnosis. Si echamos la vista atrás veremos que esa personalidad ha salido en alguna ocasión, pero nosotras no hemos podido verla porque en los flashback de Grace, mientras estaba Mery, la personalidad de Grace estaba dormida y por ello no recuerda (de ahí sus amnesias y recuerdos inconclusos).
Por eso sabemos que en realidad Grace no mató a nadie, pero a su misma vez sí lo hizo ella, o más bien si es que lo hizo, fue esa otra personalidad que vivía dentro de ella.
Eso explica también por qué a veces Nancy era una chica amable y simpática y otras veces era una arpía. No es que ella fuera de una u otra manera o cambiara su forma de ser de un segundo para otro, es que todo lo que tenemos en esta historia es la opinión subjetiva de Grace, o Mary, según el caso. Y amigos, como en la vida real, las cosas cambian dependiendo del punto de vista del que las cuenta...
No voy a extenderme en los miles de detalles que prueban esta versión de la que yo hablo, pero si habéis visto la serie, podéis hacer memoria y pensar en ello... y ya me contaréis que pensáis.
Por el momento, yo saco estas conclusiones, gracias a las cuales confirmo que la miniserie me ha gustado mucho.
En mi opinión, Grace es una chica que a una muy temprana edad sufre una serie de eventos traumatizantes que la marcan de por vida y de una manera más profunda de lo que podamos pensar. Ser inmigrante con 16 años, tener un padre borracho y maltratador/abusador, ser huérfana de madre (que además murió a su vera), tener que cuidar de hermanos pequeños y luego encontrar una familia (Mary) que también muere de una manera grotesca (desangrada por un aborto mal efectuado) son demasiadas cosas que aceptar. Creo que Grace tiene una enfermedad que hoy día conocemos como trastorno de personalidad múltiple, enfermedad que se deja ver tras la muerte de Mery.
A lo largo de toda la serie, en la mayoría de las veces, estamos viendo y hablando con Grace, una chica dulce, sensible y tímida. Es en el quinto capítulo cuando vemos a esa otra personalidad, quizás influenciada por Mery (más fresca, valiente y desparpaja, hasta con una voz diferente) mientras le realizan la hipnosis. Si echamos la vista atrás veremos que esa personalidad ha salido en alguna ocasión, pero nosotras no hemos podido verla porque en los flashback de Grace, mientras estaba Mery, la personalidad de Grace estaba dormida y por ello no recuerda (de ahí sus amnesias y recuerdos inconclusos).
Por eso sabemos que en realidad Grace no mató a nadie, pero a su misma vez sí lo hizo ella, o más bien si es que lo hizo, fue esa otra personalidad que vivía dentro de ella.
Eso explica también por qué a veces Nancy era una chica amable y simpática y otras veces era una arpía. No es que ella fuera de una u otra manera o cambiara su forma de ser de un segundo para otro, es que todo lo que tenemos en esta historia es la opinión subjetiva de Grace, o Mary, según el caso. Y amigos, como en la vida real, las cosas cambian dependiendo del punto de vista del que las cuenta...
No voy a extenderme en los miles de detalles que prueban esta versión de la que yo hablo, pero si habéis visto la serie, podéis hacer memoria y pensar en ello... y ya me contaréis que pensáis.
Por el momento, yo saco estas conclusiones, gracias a las cuales confirmo que la miniserie me ha gustado mucho.
18 de noviembre de 2017
18 de noviembre de 2017
30 de 35 usuarios han encontrado esta crítica útil
De la misma manera que ahora se abusa en series y películas de los procedimientos policiales, hace unos años se estrenaron cantidad de películas basadas en criminales que pasaban por las manos de psiquiatras y eran estos los que tenían que desentrañar lo que había pasado. La tensión radicaba en el procedimiento y si el analizado era culpale o no quedaba en un plano completamente secundario.
Bien, pues esto es Alias Grace: un thriller psiquiátrico magníficamente ambientado en el Canadá de mediados del siglo XIX cuya magnética y fabulosa protagonista va narrando al psiquiatra que ha sido contratado para exonerarla los sucesos que llevaron a los asesinatos de su señor y de su superiora junto con otro criado... o no.
En esta ambigüedad reside su mayor fuerza y también su mayor debilidad. A través de este "sí pero no", la trama cobra interés a través de continuos flashbacks donde vemos el día a día de una criada del siglo XIX y a cómo era la situación de estas (y de las mujeres en general) en aquellos años, que supongo era el objetivo principal de la autora: abusos constantes por parte de padres, hombres, amos, hijos de amas y las estrategias que debían adoptar para poder evitarlos. El diseño de producción, vestuario y la dicción de los protagnistas es sobresaliente y dan mucho realismo a cada escena que contemplas. Gracias a todo ello, enseguida empatizas con la presunta asesina y te sumerges en su tiempo, cada paso de la investigación te lleva a querer saber más, sobre todo en los cuatro primeros episodios.
Lamentablemente, en los dos últimos el magnífico guion empieza a "hacer un Lost" (término surgido de la serie del mismo título cuyo argumento y final dejó bastante que desear). Empieza a dar una de cal y de otra de arena simplemente por el ánimo de mantener la tensión dramática. Ahora soy culpable, ahora soy inocente. Dos argumentos distintos para un mismo suceso surgidos de la misma boca. Conscientes de que deben aclarar un poco el lío en el que se están metiendo, abren cuadro y salen nuevos personajes para aclarar lo que pasó (el abogado de Toronto). Desgraciadamente, una sesión de hipnosis con posible truco viene a enmarañar ineccesariamente una trama cuyo desenlace puede ser interpretado como que era culpable, inocente, las dos cosas a la vez o ninguna en absoluto, ya que el objetivo de la protagonista en todo momento durante las charlas era otro, al igual que el de la autora, como señalo más arriba.
Cualquier final es válido; o ninguno, porque el guion permite cualquiera de esas conclusiones dependiendo de qué partes del hilo argumental prefieras seguir. Y esta es su mayor debilidad, que abre tantos frentes que termina haciendo un Lost.
Pero para mí, retomo, el final no me parece tan abierto como dicen y lo mejor ha sido ver las intepretaciones, una buena ambientación y una relación de personajes fuerte y muy trabajada al servicio de una historia que sí, que podía haber sido mejor pero que no ha estado nada mal.
Espero que os guste.
Bien, pues esto es Alias Grace: un thriller psiquiátrico magníficamente ambientado en el Canadá de mediados del siglo XIX cuya magnética y fabulosa protagonista va narrando al psiquiatra que ha sido contratado para exonerarla los sucesos que llevaron a los asesinatos de su señor y de su superiora junto con otro criado... o no.
En esta ambigüedad reside su mayor fuerza y también su mayor debilidad. A través de este "sí pero no", la trama cobra interés a través de continuos flashbacks donde vemos el día a día de una criada del siglo XIX y a cómo era la situación de estas (y de las mujeres en general) en aquellos años, que supongo era el objetivo principal de la autora: abusos constantes por parte de padres, hombres, amos, hijos de amas y las estrategias que debían adoptar para poder evitarlos. El diseño de producción, vestuario y la dicción de los protagnistas es sobresaliente y dan mucho realismo a cada escena que contemplas. Gracias a todo ello, enseguida empatizas con la presunta asesina y te sumerges en su tiempo, cada paso de la investigación te lleva a querer saber más, sobre todo en los cuatro primeros episodios.
Lamentablemente, en los dos últimos el magnífico guion empieza a "hacer un Lost" (término surgido de la serie del mismo título cuyo argumento y final dejó bastante que desear). Empieza a dar una de cal y de otra de arena simplemente por el ánimo de mantener la tensión dramática. Ahora soy culpable, ahora soy inocente. Dos argumentos distintos para un mismo suceso surgidos de la misma boca. Conscientes de que deben aclarar un poco el lío en el que se están metiendo, abren cuadro y salen nuevos personajes para aclarar lo que pasó (el abogado de Toronto). Desgraciadamente, una sesión de hipnosis con posible truco viene a enmarañar ineccesariamente una trama cuyo desenlace puede ser interpretado como que era culpable, inocente, las dos cosas a la vez o ninguna en absoluto, ya que el objetivo de la protagonista en todo momento durante las charlas era otro, al igual que el de la autora, como señalo más arriba.
Cualquier final es válido; o ninguno, porque el guion permite cualquiera de esas conclusiones dependiendo de qué partes del hilo argumental prefieras seguir. Y esta es su mayor debilidad, que abre tantos frentes que termina haciendo un Lost.
Pero para mí, retomo, el final no me parece tan abierto como dicen y lo mejor ha sido ver las intepretaciones, una buena ambientación y una relación de personajes fuerte y muy trabajada al servicio de una historia que sí, que podía haber sido mejor pero que no ha estado nada mal.
Espero que os guste.
21 de marzo de 2018
21 de marzo de 2018
18 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si ven Alias Grace esperando una respuesta sobre si Grace Marks mató y/o participó activa y voluntariamente en los asesinatos de Nancy Montgomery y Thomas Kinnear, olvídense.
Ni a Margaret Atwood en su novela ni a Mary Harron y Sarah Polley en su miniserie les interesa si la protagonista es culpable o no. Lo que hacen es aprovechar un hecho real tampoco demasiado claro (nunca se pudo probar de manera fehaciente la culpabilidad de Marks en los crímenes, aunque fue condenada por ellos y pasó treinta años en prisión), para construir una narración biográfica fascinante y totalmente absorbente sobre alguien que, asesina o no (repetimos: no queda nunca claro), es obvio que tiene un trastorno mental claro y que suscita una especial fascinación en aquellos que la rodean. La transformación de la Grace niña, asustada, oprimida e ingenua, en la mujer que es al final de su estancia en casa de Kinnear es, como decimos, un viaje absolutamente excelente en el que el espectador acompaña a la protagonista con gusto gracias a un trabajo espléndido de Sarah Pollew. La protagonista de Mi vida sin mí ha escrito un guión que mima a cada personaje, independientemente del tiempo que tenga en pantalla. Atención especialmente a la maravillosamente simpática y encantadora Mary, interpretada de forma soberbia por Rebecca Liddiard (muy parecida físicamente a Samantha Barks), al siniestro McDermott, el bonachón Jamie o por supuesto esa Nancy Montgmoery cuya complejidad borda Anna Paquin en la que probablemente es su mejor interpretación desde niña, desde que ganó su Oscar por El Piano.
Porque esta es sin duda una serie de actrices. Ante el torrente que es Sarah Gadon, Edward Holcroft sabe que ha de hacerse un lado y dejarla brillar, como Jordan escucha fascinado a Grace durante los seis capítulos de la serie (otro punto a su favor: dura lo que tiene que durar). Gadon domina la pantalla desde su primera escena. Todo, absolutamente todo lo que hace tiene un porqué: cómo mueve las manos al coser, cómo dice "sir" al final de casi cada frase que pronuncia, cómo llora por una terrible pérdida que sufre el personaje, cómo mira con desconfianza tanto a McDermott como a Nancy. Es sencillamente una interpretación monumental.
Excelente ficción canadiense partiendo de una autora, Atwood, muy de moda ahora gracias a The handmaid's tale, que siempre se preocupa por hablar sobre lo que nos hace humanos, lo bueno y lo malo. Brillante.
Lo mejor: Todo
Lo peor: Nada
Ni a Margaret Atwood en su novela ni a Mary Harron y Sarah Polley en su miniserie les interesa si la protagonista es culpable o no. Lo que hacen es aprovechar un hecho real tampoco demasiado claro (nunca se pudo probar de manera fehaciente la culpabilidad de Marks en los crímenes, aunque fue condenada por ellos y pasó treinta años en prisión), para construir una narración biográfica fascinante y totalmente absorbente sobre alguien que, asesina o no (repetimos: no queda nunca claro), es obvio que tiene un trastorno mental claro y que suscita una especial fascinación en aquellos que la rodean. La transformación de la Grace niña, asustada, oprimida e ingenua, en la mujer que es al final de su estancia en casa de Kinnear es, como decimos, un viaje absolutamente excelente en el que el espectador acompaña a la protagonista con gusto gracias a un trabajo espléndido de Sarah Pollew. La protagonista de Mi vida sin mí ha escrito un guión que mima a cada personaje, independientemente del tiempo que tenga en pantalla. Atención especialmente a la maravillosamente simpática y encantadora Mary, interpretada de forma soberbia por Rebecca Liddiard (muy parecida físicamente a Samantha Barks), al siniestro McDermott, el bonachón Jamie o por supuesto esa Nancy Montgmoery cuya complejidad borda Anna Paquin en la que probablemente es su mejor interpretación desde niña, desde que ganó su Oscar por El Piano.
Porque esta es sin duda una serie de actrices. Ante el torrente que es Sarah Gadon, Edward Holcroft sabe que ha de hacerse un lado y dejarla brillar, como Jordan escucha fascinado a Grace durante los seis capítulos de la serie (otro punto a su favor: dura lo que tiene que durar). Gadon domina la pantalla desde su primera escena. Todo, absolutamente todo lo que hace tiene un porqué: cómo mueve las manos al coser, cómo dice "sir" al final de casi cada frase que pronuncia, cómo llora por una terrible pérdida que sufre el personaje, cómo mira con desconfianza tanto a McDermott como a Nancy. Es sencillamente una interpretación monumental.
Excelente ficción canadiense partiendo de una autora, Atwood, muy de moda ahora gracias a The handmaid's tale, que siempre se preocupa por hablar sobre lo que nos hace humanos, lo bueno y lo malo. Brillante.
Lo mejor: Todo
Lo peor: Nada
13 de enero de 2018
13 de enero de 2018
12 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Basada en la novela homónima de Margaret Atwood. Primero vino the handmaid's tale y ahora Alias Grace, ambas brillantes.
Es mejor de lo que cabría esperar, desde el primer capítulo invita a seguir viéndola, la vi entera en el mismo día.
Si he de ponerle alguna pega diré que el final me pareció desconcertante, aunque después de pensar en ello, caí en la cuenta de que se llegó a una buena conclusión, quizás no es el final que yo o muchos le habríamos dado, pero acaba muy dignamente y no decepciona para nada.
Es mejor de lo que cabría esperar, desde el primer capítulo invita a seguir viéndola, la vi entera en el mismo día.
Si he de ponerle alguna pega diré que el final me pareció desconcertante, aunque después de pensar en ello, caí en la cuenta de que se llegó a una buena conclusión, quizás no es el final que yo o muchos le habríamos dado, pero acaba muy dignamente y no decepciona para nada.
13 de enero de 2018
13 de enero de 2018
8 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Es posible modificar el pasado?
Antes de ver esta serie habría contestado como el común de los mortales, al menos de los racionalistas, que no.
Ahora contesto " no lo sé".
Claro que en sentido estricto , el pasado es inmodificable, pero en cambio sí lo es en cuanto ha sus consecuencias en el presente, en cuanto historia para ser contada. Y esa es la tarea de Grace, contar la historia como una pieza musical con sus muchas variaciones. Así intentará cambiar el presente, el de convicta de por vida , nada menos!
Así brindará las versiones que más se ajusten a los deseos de sus diferentes interlocutores. Así será varias Grace en una , pero no como un fenómeno paranormal , sino como una mente sagaz puesta al servicio de la supervivencia. Entreteje sus historias como teje infinidad de acolchados en sus días de prisión hechos justamente de retazos (a nadie se le escapará la metáfora simbólica )
Recuerdo en este punto la/ las protagonista/as de Buñuel en "ese obscuro objeto del deseo".
De igual forma Grace puede ser dulce , pura y angelical, o cruel despiadada y manipuladora. , por que ya fue dicho, " no existen hechos , sino interpretaciones de los hechos"
Pero entonces ¿cuál es la verdadera Grace? Bueno , justamente esa , la de distintas apariencias , la que desde la frágil situación de convicta se agiganta para trastornar la mente de varios, médicos, pretendientes , abogados , y otros "honorables" y fuertes.
Se dice que historia real nunca se conoce por que la historia la cuentan sólo los vencedores. Aquí la vencedora es Grace, por eso nunca sabremos la verdad.
Antes de ver esta serie habría contestado como el común de los mortales, al menos de los racionalistas, que no.
Ahora contesto " no lo sé".
Claro que en sentido estricto , el pasado es inmodificable, pero en cambio sí lo es en cuanto ha sus consecuencias en el presente, en cuanto historia para ser contada. Y esa es la tarea de Grace, contar la historia como una pieza musical con sus muchas variaciones. Así intentará cambiar el presente, el de convicta de por vida , nada menos!
Así brindará las versiones que más se ajusten a los deseos de sus diferentes interlocutores. Así será varias Grace en una , pero no como un fenómeno paranormal , sino como una mente sagaz puesta al servicio de la supervivencia. Entreteje sus historias como teje infinidad de acolchados en sus días de prisión hechos justamente de retazos (a nadie se le escapará la metáfora simbólica )
Recuerdo en este punto la/ las protagonista/as de Buñuel en "ese obscuro objeto del deseo".
De igual forma Grace puede ser dulce , pura y angelical, o cruel despiadada y manipuladora. , por que ya fue dicho, " no existen hechos , sino interpretaciones de los hechos"
Pero entonces ¿cuál es la verdadera Grace? Bueno , justamente esa , la de distintas apariencias , la que desde la frágil situación de convicta se agiganta para trastornar la mente de varios, médicos, pretendientes , abogados , y otros "honorables" y fuertes.
Se dice que historia real nunca se conoce por que la historia la cuentan sólo los vencedores. Aquí la vencedora es Grace, por eso nunca sabremos la verdad.
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