Se nota demasiado que es una serie políticamente correcta realizada por blancos que se siente presionada a quedar bien con Dios y con el diablo y por eso cada brecha racial es abordada de manera extremadamente superficial y condescendiente. En este sentido, siempre elude cualquier discusión política, lo opuesto a, por ejemplo, un film de Spike Lee.

Como sitcom en si no aporta demasiado pero tampoco aburre, las actuaciones (fundamental en cualquier serie) son de primer nivel y eso la hace entretenida, llevadera. Tiene un sentido del humor pueril, entre PG13 y PG. Lo curioso es que, siguiendo la línea de las series del presente, intenta interpelar a la audiencia con conceptos "arriesgados" como la gentrificación, apropiación cultural, brecha racial y de género; y en menor medida, homofobia, edadismo y xenofobia; el problema es que lo hace sin agresión [a diferencia de "Orange is the new black" (2013), "Broad city" (2014) o "PEN15" (2019); qué feminista mi lista, me deschabo sola] para poder llegar a un público más conservador [similar a lo que aspira, y consigue con mejores resultados, "Grace & Frankie" (2013)], en definitiva quiere evitar ser un 'espantaviejas' pero eso le quita contundencia a su alegato.

Por lo demás, la fórmula es la misma de siempre: grupo de gente amiga (en este caso, vecinos) que comparte aventuras cotidianas con sucesos que sólo se ven en las series (si quieren reír vayan al spóiler) y enseñanzas carente de profundidad que hacen madurar emocionalmente a los protagonistas.

Si quieren ver más de lo mismo, "The neigborhood" es una propuesta segura con el toque justo de correctismo político moderno que solo interpela a quién vive en una burbuja o nube de pedos (aparentemente más gente de la que uno imagina). Para ver algo fresco y que haga preguntas difíciles de contestar busquemos en otros lados que hay.