Inspector MorseSerie
1987 

John Madden, Peter Hammond ...
7,0
217
Serie de TV. Intriga. Drama
Serie de TV de 33 capítulos (1987-2000) que se basa en las novelas policíacas de Colin Dexter. Un gruñón pero culto detective de la policía (John Thaw) y su compañero, un hombre de carácter apacible (Kevin Whately), investigan los delitos ocurridos en la localidad de Oxford. (FILMAFFINITY)
3 de septiembre de 2011
3 de septiembre de 2011
35 de 36 usuarios han encontrado esta crítica útil
Las producciones audiovisuales inglesas para la pequeña pantalla hace tiempo que se han convertido en una fuente constante de pequeñas joyas. ITV nos sorprende con INSPECTOR MORSE, un Inspector Jefe de la policía de Oxford, representante de la vieja flema británica, bebedor incansable de cerveza, melómano, áspero en el trato, pero sobre todo humano, consciente más de sus limitaciones que de sus aptitudes innatas para la resolución de los casos. Y ahí radican las diferencias de las producciones británicas con las grandes producciones americanas, donde las mejores series hacen sentir la potencia de la producción -diría que por un exceso de magnificencia, casi podrían definirse de brutales (HBO es ejemplo de ello)- donde uno esta llamado a disfrutar de la perfección, en las británicas se requiere más de la complicidad del espectador, partiendo de unas propuestas más humildes y con la paciencia del visionado; uno se va adentrando en universos particulares, hasta que llegado el momento interesa más el detective que el caso investigado, y como por encantamiento la serie nos pertenece, se queda en nuestro imaginario para siempre, y en esto "Inspector Morse" es sublime, solo basta decir que en varios guiones participó Anthony Minghella o que Danny Boyle dirigió dos episodios.
3 de enero de 2019
3 de enero de 2019
12 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es difícil hacer una crítica de estas series británicas, como Morse, Lewis, Endeavour, Gently o Foyle's War. Son de una soberbia calidad, Todas están realizadas con ese saber hacer y contar de cadenas como la BBC, Oxford o Granada. En realidad no son series sino un conjunto de films para TV con unos personajes donde el transcurso del tiempo permite la definición y el estudio en profundidad de hombres y mujeres "british" de un tiempo, que a mi personalmente se me antoja ido, y que me temo que no volverá. Clásicismo puro al contar una historia en función de un guión. Todas tienen magníficos guiones, localizaciones y realizaciones de cine de gran calidad. Indudablemente al ser tantos films los hay unos mejores que otros. Algunos, si no fueran "series", merecerían estar en los anales del cine británico junto a lo mejor que ha producido el Reino Unido. Es curioso que la mayoría no han sido vistos en España, quizás, (soy mal pensado) porque moralmente e ideológicamente (tengo que usar esta palabra tan prostituída hoy en día), nos avergonzarían.
Creo que Oxford y Cambridge como exponentes de ese mundo del conocimiento y el saber acerca de lo humano, no son ni de lejos lo que fueron, aunque queden los restos del naufragio de una cultura que al estar separada por un brazo de mar, en su insularidad, la hizo ser peculiar. No vean en ésto los igualitaristas un elogio del elitismo de clase aunque si del elitismo intelectual y moral. Sin olvidar que de Oxford y Cambridge tambien salieron otros personajes como Thatcher, Blair o Cameron, cada uno en su estilo y que contribuyeron a la decadencia de ese país.Pero el parlamentarismo británico y su peculiar democracia representacional está a años luz de "la democracia que nos dimos", nosotros.
Este exordio pretende justificar esta reseña como homenaje a los novelistas, guionistas y realizadores de este conjunto de films. Cada vez que terminas una de estas "series", quedas atrapado por la sensación de pérdida de un ser querido. Estoy seguro que nuestros filósofos de la "ejemplaridad", si las han visto, estarán de acuerdo y si no, deberían verlas.
Estas lineas son acerca de "Morse", pero valen para cualquiera del conjunto , siendo la trilogía de Colin Dexter (Cambridge), rodada en Oxford, un exponente magnífico del producto de esos Centros Universitarios y al mismo tiempo una crítica feroz a su elitismo clasista, enquilosamiento y decadencia -paradojas.
UK sigue haciendo cosas buenas, como "The Peaky Blinders", u otras, pero...ya pertenecen a la historia contada desde el siglo XXI. Y el siglo XXI se está caracterizando por simplificaciones o estilizaciones estéticas, mas que por discursos morales. ¡Perdón por hablar tanto de la moral!. Otra paradoja ya que ni Diderot pudo escribir su entrada en la Encyclopedie, ni Sartre escribir "La Moral", que prometió.Quizás por eso han sido barridas en nuestras sociedades
Creo que Oxford y Cambridge como exponentes de ese mundo del conocimiento y el saber acerca de lo humano, no son ni de lejos lo que fueron, aunque queden los restos del naufragio de una cultura que al estar separada por un brazo de mar, en su insularidad, la hizo ser peculiar. No vean en ésto los igualitaristas un elogio del elitismo de clase aunque si del elitismo intelectual y moral. Sin olvidar que de Oxford y Cambridge tambien salieron otros personajes como Thatcher, Blair o Cameron, cada uno en su estilo y que contribuyeron a la decadencia de ese país.Pero el parlamentarismo británico y su peculiar democracia representacional está a años luz de "la democracia que nos dimos", nosotros.
Este exordio pretende justificar esta reseña como homenaje a los novelistas, guionistas y realizadores de este conjunto de films. Cada vez que terminas una de estas "series", quedas atrapado por la sensación de pérdida de un ser querido. Estoy seguro que nuestros filósofos de la "ejemplaridad", si las han visto, estarán de acuerdo y si no, deberían verlas.
Estas lineas son acerca de "Morse", pero valen para cualquiera del conjunto , siendo la trilogía de Colin Dexter (Cambridge), rodada en Oxford, un exponente magnífico del producto de esos Centros Universitarios y al mismo tiempo una crítica feroz a su elitismo clasista, enquilosamiento y decadencia -paradojas.
UK sigue haciendo cosas buenas, como "The Peaky Blinders", u otras, pero...ya pertenecen a la historia contada desde el siglo XXI. Y el siglo XXI se está caracterizando por simplificaciones o estilizaciones estéticas, mas que por discursos morales. ¡Perdón por hablar tanto de la moral!. Otra paradoja ya que ni Diderot pudo escribir su entrada en la Encyclopedie, ni Sartre escribir "La Moral", que prometió.Quizás por eso han sido barridas en nuestras sociedades
29 de marzo de 2017
29 de marzo de 2017
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si usted es un lector esporádico, frecuente o empedernido; viendo "Inspector Morse" sentirá esa sensación de estar leyendo una novela sin la necesidad de proyectar imágenes en su cabeza; pues el televisor ya estará proyectando al elegante inspector Morse haciendo de las suyas.
Una serie con un guión bien cuidado; propio de la televisión chica de Inglaterra; y es que no es algo ni mínimamente raro observar maravillas de la pantalla chica provenientes del Reino Unido en general. Inspector Morse es ese ya clásico que ningún "seriéfilo" debe perderse si es fanático de las series detectivescas de la actualidad.
Una serie con un guión bien cuidado; propio de la televisión chica de Inglaterra; y es que no es algo ni mínimamente raro observar maravillas de la pantalla chica provenientes del Reino Unido en general. Inspector Morse es ese ya clásico que ningún "seriéfilo" debe perderse si es fanático de las series detectivescas de la actualidad.
27 de noviembre de 2024
27 de noviembre de 2024
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Con 33 capítulos de larga duración, el ahora Jefe Inspector Morse sigue resolviendo crímenes en la ciudad de Oxford, acompañado de su asistente Robert Lewis, con tanta inteligencia, tozudez y rebeldía pero siempre llegando a la solución. Después de haber visto "Endeavour" (en mi caso vi esta serie primero), el personaje sigue siendo el mismo e incluso no tan frío como en esta precuela y hay cosas que se mantienen igual: sus aficiones son las mismas (la cerveza, la ópera y los crucigramas), a veces suele involucrarse con las mujeres relacionadas con el crimen y sus roces con las autoridades no tienen fin. Y es importante decirlo, Morse también siente compasión por algunas situaciones que brotan a lo largo de las investigaciones, como el caso de unos testigos reubicados en Australia o la tarea de visitar en el hospital a una chica en estado vegetal que era hija de un sospechoso.
La serie es ejemplo de elegancia e ingenio pero también critica ácidamente al sistema universitario, las sociedades secretas y a las clases altas, donde abundan las envidias, las ambiciones y las malas prácticas. Es en este ambiente que Morse y Lewis despliegan todas sus habilidades detectivescas y conocimientos para llegar al fondo de los problemas y rara vez llegan a la violencia. Desde la temporada 6, se pueden intuir algunos elementos que parecen haber dado ideas para los capítulos de "Endeavour" más allá del atraco al banco al que se hace mención.
Muchos de los episodios no están basados en las novelas de Colin Dexter (sólo escribió 13 libros del detective) y entre quienes desarrollaron la serie se encontraban Danny Boyle y Anthony Minghella en calidad de directores y guionistas, mientras que el elenco secundario se combina de actores consagrados (Janet Suzman, Sir John Gielgud) con actores que recién daban sus primeros pasos (Christopher Eccleston, Jason Isaacs, Rachel Weisz), todos muy convincentes en sus personajes.
De los protagonistas, John Thaw encarna esa sabiduría, madurez y elegancia de Morse, además de entregarle al espectador un aire de misterio y expresar emociones aunque no siempre las diga. En un punto la serie llama la atención por los conflictos y temas internos del detective, en donde no sabemos si entablará una relación romántica, o la complejidad de su trasfondo familiar. Kevin Whately como Robert Lewis hace un perfecto compañero de Morse; sus habilidades policíacas se combinan con ingenio, energía y sencillez además de ser padre de familia, aspecto que hace resaltar al protagonista como un hombre comprensivo.
Otros personajes recurrentes en la serie se encuentran bien desarrollados y contribuyen a mostrar de mejor manera las características de Morse como en el caso del Superintendente Strange, con el que constantemente choca por su insistencia y rebeldía, mostrando una relación más tensa que en la precuela. Y en este sentido pasa algo raro que no pasa con otras series o películas; sin importar el orden en que se vean, uno se convence que existe una continuidad entre ambas producciones más allá de rescatar los mismos personajes y ambientarlos 20 años antes. Esto hace que el espectador vea características tanto en Morse, Strange o el Dr. de Bryn (en las dos primeras temporadas) que no han cambiado en nada y que hasta los actores entreguen esa sensación de resemblanza física de manera natural. Se mantiene esa esencia del personaje y que trasciende al actor que lo representa.
Es una serie que se disfruta a fuego lento, sin prisas y con paciencia, donde el crimen se desarrolla al mismo tiempo que los conflictos personales de Morse. Si el espectador vio "Inspector Morse" primero, puede que "Endeavour" le haga entender el trasfondo de algunas cosas mientras que si es al revés, se aprecia la evolución del protagonista y cómo tras esa aparente frialdad aún existe afecto y compasión que no interfiere en la resolución de los casos.
La serie es ejemplo de elegancia e ingenio pero también critica ácidamente al sistema universitario, las sociedades secretas y a las clases altas, donde abundan las envidias, las ambiciones y las malas prácticas. Es en este ambiente que Morse y Lewis despliegan todas sus habilidades detectivescas y conocimientos para llegar al fondo de los problemas y rara vez llegan a la violencia. Desde la temporada 6, se pueden intuir algunos elementos que parecen haber dado ideas para los capítulos de "Endeavour" más allá del atraco al banco al que se hace mención.
Muchos de los episodios no están basados en las novelas de Colin Dexter (sólo escribió 13 libros del detective) y entre quienes desarrollaron la serie se encontraban Danny Boyle y Anthony Minghella en calidad de directores y guionistas, mientras que el elenco secundario se combina de actores consagrados (Janet Suzman, Sir John Gielgud) con actores que recién daban sus primeros pasos (Christopher Eccleston, Jason Isaacs, Rachel Weisz), todos muy convincentes en sus personajes.
De los protagonistas, John Thaw encarna esa sabiduría, madurez y elegancia de Morse, además de entregarle al espectador un aire de misterio y expresar emociones aunque no siempre las diga. En un punto la serie llama la atención por los conflictos y temas internos del detective, en donde no sabemos si entablará una relación romántica, o la complejidad de su trasfondo familiar. Kevin Whately como Robert Lewis hace un perfecto compañero de Morse; sus habilidades policíacas se combinan con ingenio, energía y sencillez además de ser padre de familia, aspecto que hace resaltar al protagonista como un hombre comprensivo.
Otros personajes recurrentes en la serie se encuentran bien desarrollados y contribuyen a mostrar de mejor manera las características de Morse como en el caso del Superintendente Strange, con el que constantemente choca por su insistencia y rebeldía, mostrando una relación más tensa que en la precuela. Y en este sentido pasa algo raro que no pasa con otras series o películas; sin importar el orden en que se vean, uno se convence que existe una continuidad entre ambas producciones más allá de rescatar los mismos personajes y ambientarlos 20 años antes. Esto hace que el espectador vea características tanto en Morse, Strange o el Dr. de Bryn (en las dos primeras temporadas) que no han cambiado en nada y que hasta los actores entreguen esa sensación de resemblanza física de manera natural. Se mantiene esa esencia del personaje y que trasciende al actor que lo representa.
Es una serie que se disfruta a fuego lento, sin prisas y con paciencia, donde el crimen se desarrolla al mismo tiempo que los conflictos personales de Morse. Si el espectador vio "Inspector Morse" primero, puede que "Endeavour" le haga entender el trasfondo de algunas cosas mientras que si es al revés, se aprecia la evolución del protagonista y cómo tras esa aparente frialdad aún existe afecto y compasión que no interfiere en la resolución de los casos.
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