Anatomía de una caída
2023 

7,1
26.764
Thriller. Drama
Sandra, una escritora alemana, vive con su marido Samuel y su hijo ciego, Daniel, en un chalé en medio de los Alpes franceses. Cuando Samuel fallece en misteriosas circunstancias, la investigación no puede determinar si se trata de un suicidio o de un homicidio. Sandra es arrestada y juzgada por asesinato, y el proceso pone su tumultuosa relación y su ambigua personalidad en el punto de mira. (FILMAFFINITY)
11 de diciembre de 2023
11 de diciembre de 2023
13 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pese al título, muy bien escogido, la anatomía, la disección y el enjuiciamiento no lo son de un hecho presuntamente delictivo, sino de la intimidad de una pareja que terceros ajenos a la misma intentan reinterpretar, extrayendo unas conclusiones totalmente subjetivas que pueden conducir a consecuencias terribles.
Magnífica película, con una interpretación memorable por parte de los actores y actrices, especialmente de Sandra Hüller, que, bajo el envoltorio de trhiller judicial, reflexiona sobre la carga, las recriminaciones y las renuncias que implica en ocasiones vivir en pareja o formar una familia, siendo ésta una de las muchas lecturas que se pueden aplicar a este film que al finalizar denota una cierta ambigüedad, porque la verdad no deja de ser una utopía.
Magnífica película, con una interpretación memorable por parte de los actores y actrices, especialmente de Sandra Hüller, que, bajo el envoltorio de trhiller judicial, reflexiona sobre la carga, las recriminaciones y las renuncias que implica en ocasiones vivir en pareja o formar una familia, siendo ésta una de las muchas lecturas que se pueden aplicar a este film que al finalizar denota una cierta ambigüedad, porque la verdad no deja de ser una utopía.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Resulta irónico que un personaje que no dispone de todos los sentidos corporales sea el único capaz de tener el sentido común y el raciocinio para analizar los hechos y llegar a una conclusión lo suficientemente sólida para determinar un veredicto, aunque las motivaciones del mismo puedan llegar a ser cuestionables.
2 de octubre de 2023
2 de octubre de 2023
12 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sandra es una escritora alemana, vive con su marido Samuel y su hijo Daniel de 11 años, (que padece una discapacidad visual), en una cabaña en los Alpes alejados de todo. Un día, el padre aparece muerto al pie de su casa debido a una caída desde la tercera planta. La policía abre una investigación por una muerte sospechosa. Pero a veces, los testimonios y la memoria te juega malas pasadas. ¿Que ha podido pasar accidente, suicidio u homicidio? Sandra es acusada a pesar de las dudas. Un año después, Daniel asiste al juicio de su madre...
Bajo esta premisa, la ganadora de la Palma de Oro del último Festival de Cannes, discurre con un montón de dudas, convirtiéndose lo que parecía un drama familiar en un thriller lleno de incertidumbre e inquietud. Es la décima vez que Francia gana este prestigioso premio y el tercero que se otorga a una mujer, después de Jane Campion en 1993 por "El Piano" y Julia Ducournau en 2021 por "Titane".
El planteamiento de como se puede llevar a juicio con una total ausencia de pruebas y pistas llega a desconcertar. Aquí la directora de "El reflejo de Sybil" y "Los casos de Victoria" Justine Triet compone un guion junto a Arthur Harari en el que veremos durante sus 150 minutos como se va liando y como termina esta rocambolesca historia.
Una película de juicios notable y un estudio bastante bueno de lo que puede derivar una situación como esta después de la gravedad de perder a tu marido y el distanciamiento que puede llevar también con tu hijo por las dudas que se acarrean.
La brillante actriz alemana Sandra Huller (Toni Erdmann) protagoniza este suspense judicial con ese carisma serio e intimidante que le caracteriza.
Destino Arrakis.com
Bajo esta premisa, la ganadora de la Palma de Oro del último Festival de Cannes, discurre con un montón de dudas, convirtiéndose lo que parecía un drama familiar en un thriller lleno de incertidumbre e inquietud. Es la décima vez que Francia gana este prestigioso premio y el tercero que se otorga a una mujer, después de Jane Campion en 1993 por "El Piano" y Julia Ducournau en 2021 por "Titane".
El planteamiento de como se puede llevar a juicio con una total ausencia de pruebas y pistas llega a desconcertar. Aquí la directora de "El reflejo de Sybil" y "Los casos de Victoria" Justine Triet compone un guion junto a Arthur Harari en el que veremos durante sus 150 minutos como se va liando y como termina esta rocambolesca historia.
Una película de juicios notable y un estudio bastante bueno de lo que puede derivar una situación como esta después de la gravedad de perder a tu marido y el distanciamiento que puede llevar también con tu hijo por las dudas que se acarrean.
La brillante actriz alemana Sandra Huller (Toni Erdmann) protagoniza este suspense judicial con ese carisma serio e intimidante que le caracteriza.
Destino Arrakis.com
8 de febrero de 2024
8 de febrero de 2024
9 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
A veces cuando veo una película, y más si me piden que la valore, suelo tomar un atajo. Y me acuerdo entonces de John Ford que, con su ironía irlandesa, decía que esto del cine era una cosa sencilla. Bastaba con meter a personajes simpáticos en situaciones interesantes. La conjunción de ambos factores hacía que la película diera en la diana. Pues bien, o pues mal, porque en esta Anatomía, sobre la que escribo, no veo ni siento simpatía (empatía, para entendernos) por ningún lado. Y lo interesante de la situación se ahoga debajo de unos diálogos interminables, blah, blah, blah, que me dejaron la cabeza como un cesto. Y llegado a mitad de película, la pregunta crucial, ¿y si ahora tuviera que salir del cine porque, supongamos, me estoy meando? Y la demoledora respuesta no me dejó lugar a la duda, pues me levanto, abandono la sala y muy tranquilo, y tomándome todo el tiempo del mundo, vacío la vejiga. Sí, y entonces no tuve más remedio que reconocer que ése era todo el interés que esta anatomía despertaba en mi cuerpo serrano.
Y sobre la Palma de Oro, mejor lo dejamos para otro momento. Aquí, con los despropósitos de nuestra Concha nos vale y nos sobra. Y si aún y así todavía queremos anatomía, pues nos dirigimos a Otto Preminger y a su espléndida Anatomía, pero de un asesinato. Y a disfrutar, que son dos días.
Y sobre la Palma de Oro, mejor lo dejamos para otro momento. Aquí, con los despropósitos de nuestra Concha nos vale y nos sobra. Y si aún y así todavía queremos anatomía, pues nos dirigimos a Otto Preminger y a su espléndida Anatomía, pero de un asesinato. Y a disfrutar, que son dos días.
10 de abril de 2024
10 de abril de 2024
8 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Película sobrevalorada y aclamada por un guion que, a mi parecer, ni es original, carece de rigor y no sorprende en ningún momento.
Lo demás, en oculto.
Lo demás, en oculto.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
1. La investigación policial del suceso es, por chapucera, irrisoria.
2. El procedimiento judicial, una farsa.
3. El jucio en general, de lamento.
4. El fiscal, impresentable.
5. Los abogados, indefendibles.
6. Las declaraciones de los peritos "imparciales", maniqueas.
7. El niño, es el niño, así, sin más, para no alargar las reticencias a un papel recargado e inverosímil.
8. Y el final, no existe. Aún se mantiene la duda de si fue suicidio, accidente en el arrebato de una disputa familiar o un asesinato premeditado (ver punto 1).
9. En cambio, la resolución del caso es la que la correcta corrección política exige: culpable el varón, aun víctima y fallecido o asesinado.
10. Por salvar algo, salvemos al perro, el único creíble.
2. El procedimiento judicial, una farsa.
3. El jucio en general, de lamento.
4. El fiscal, impresentable.
5. Los abogados, indefendibles.
6. Las declaraciones de los peritos "imparciales", maniqueas.
7. El niño, es el niño, así, sin más, para no alargar las reticencias a un papel recargado e inverosímil.
8. Y el final, no existe. Aún se mantiene la duda de si fue suicidio, accidente en el arrebato de una disputa familiar o un asesinato premeditado (ver punto 1).
9. En cambio, la resolución del caso es la que la correcta corrección política exige: culpable el varón, aun víctima y fallecido o asesinado.
10. Por salvar algo, salvemos al perro, el único creíble.
19 de diciembre de 2023
19 de diciembre de 2023
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Voy a olvidarme de que esta película haya ganado la Palma de oro en Cannes a la hora de calificar, votar y criticar esta película. Lo cual ¿denota ya cierto prejuicio sobre el valor de la misma o cualquier otra palma porque haya ganado todo ese premio; que la película es menor?
He dicho que me voy a olvidar de esa Palma de oro.
Que pareciera que siempre hay una predisposición para hablar mejor o peor de una película tras su participación en un festival. Para bien o para mal.
Es complicado entrarle a esta película, dicha sea nada más que la verdad. Anatomía de una caída es bastante cerrada. Entras en ella, te sumerges, sí, como sucede en toda película de juicios. Y como toda película de juicios, pues hay interés más en este caso que en el whodonit, en el porqué.
Y eso que su directora Justine Triet tuvo unos comienzos de lo más espontáneo, como en La batalla de Solferino; en comparación era un cine más liviano, podría decirse, aunque igualmente comprometido.
El leit motiv de la filmografía de la realizadora francesa, con todos esos aditamentos comprometidos, sociales y judiciales contados desde un punto de vista quizá demasiado presente, es más proclive a ese ambiente cerrado de sus películas. A esas atmósferas densas desde el punto de vista psicológico.
(Hay una película que puede remitir a esta. Tenemos que hablar de Kevin, de otro rollo, pero con cimiento similar, aunque menos frágil y más compacta. Mucho menos experimental).
Y el argumento, aparte de que se las trae, encaja a la perfección en ese clima cerrado, un tanto rígido y aposta hermético. Excusa decir los riesgos que conlleva el estilo escogido por Justine Triet.
Niña mimada del cine francés cuando antes de 2023, tampoco es que hubiese destacado en sí con sus anteriores trabajos. Y de repente La Palma que no vamos a entrar a enjuiciar y que la ha encumbrado al primer puesto del escalafón mediático y también de nuestra atención, porque todos hemos querido ir a ver Anatomía de una caída esperando que fuera la gran película que parecía en un alto porcentaje que iba a ser. Ahora, dictar sentencia sobre la película no es fácil; el interés no decae aunque se encuentre en ocasiones con alguna cuesta arriba y puede que se vea, también ella, lastimada por una discutible duración.
Por si fuera poco es de esas películas llamadas sutiles, esas películas en las que las cosas suceden entre líneas o incluso por debajo de la superficie. Aviso para navegantes si la queréis ver.
Los actores están a merced del guión, el guión supera a la dirección, cosa que suele ocurrir cuando las películas se cierran, y la sensación que te queda después de que podía haber llegado a más, podía haber llenado el vaso hasta arriba. No colma pero es más que suficiente. En mi vaso ha llegado al siete.
He dicho que me voy a olvidar de esa Palma de oro.
Que pareciera que siempre hay una predisposición para hablar mejor o peor de una película tras su participación en un festival. Para bien o para mal.
Es complicado entrarle a esta película, dicha sea nada más que la verdad. Anatomía de una caída es bastante cerrada. Entras en ella, te sumerges, sí, como sucede en toda película de juicios. Y como toda película de juicios, pues hay interés más en este caso que en el whodonit, en el porqué.
Y eso que su directora Justine Triet tuvo unos comienzos de lo más espontáneo, como en La batalla de Solferino; en comparación era un cine más liviano, podría decirse, aunque igualmente comprometido.
El leit motiv de la filmografía de la realizadora francesa, con todos esos aditamentos comprometidos, sociales y judiciales contados desde un punto de vista quizá demasiado presente, es más proclive a ese ambiente cerrado de sus películas. A esas atmósferas densas desde el punto de vista psicológico.
(Hay una película que puede remitir a esta. Tenemos que hablar de Kevin, de otro rollo, pero con cimiento similar, aunque menos frágil y más compacta. Mucho menos experimental).
Y el argumento, aparte de que se las trae, encaja a la perfección en ese clima cerrado, un tanto rígido y aposta hermético. Excusa decir los riesgos que conlleva el estilo escogido por Justine Triet.
Niña mimada del cine francés cuando antes de 2023, tampoco es que hubiese destacado en sí con sus anteriores trabajos. Y de repente La Palma que no vamos a entrar a enjuiciar y que la ha encumbrado al primer puesto del escalafón mediático y también de nuestra atención, porque todos hemos querido ir a ver Anatomía de una caída esperando que fuera la gran película que parecía en un alto porcentaje que iba a ser. Ahora, dictar sentencia sobre la película no es fácil; el interés no decae aunque se encuentre en ocasiones con alguna cuesta arriba y puede que se vea, también ella, lastimada por una discutible duración.
Por si fuera poco es de esas películas llamadas sutiles, esas películas en las que las cosas suceden entre líneas o incluso por debajo de la superficie. Aviso para navegantes si la queréis ver.
Los actores están a merced del guión, el guión supera a la dirección, cosa que suele ocurrir cuando las películas se cierran, y la sensación que te queda después de que podía haber llegado a más, podía haber llenado el vaso hasta arriba. No colma pero es más que suficiente. En mi vaso ha llegado al siete.
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