Siendo sincero, no tenía pensado verla, pero después de leer todas las críticas tan buenas hacia ellas decidí animarme.
Y menos mal que lo hice porque vaya sorpresa que me he llevado.

La idea es simple, es cierto, no destaca precisamente por su trama. Pero es que todo lo que la engloba, madre mía...

Sus personajes son de lo mejor, con una inmesa química, están espectaculares. Sus efectos visuales, impecables. Su banda sonora, dios, le va a el pelo y queda espectacular la combinación de secuencias dinámicas con un buen tema country sonando.

Verdaderamente ha sido un gran disfrute está película. Y definitivamente, una de las sorpresas del año.

Estamos ante un remake de la película homónima de hace ya varios años. Sinceramente, no he visto la primera pero me basta el visionado del remake para poder sentenciar que esta cumple su propósito.

Quitando que, en alguna escena, las soluciones a los problemas son demasiado irreales o casuales (véase el oportuno sistema de tuberías de la piscina vacía) veo una ejecución y unas actuaciones correctas. Los cuatro actores principales (Edgar-Jones, Powell, Ramos y Corenswet) interpretan de forma correcta a sus respectivos personajes siendo Powell el que creo que destaca. También se puede apreciar cierta evolución en los personajes aunque, como decíamos anteriormente, no es el propósito principal de la cinta.

Por otro lado, no faltan los efectos que, aun no siendo perfectamente ejecutados, han hecho posible ver a los tornados en acción.

Por último, pese a ser una cinta de acción y de toque dramático, no faltan los diálogos simpáticos entre Edgar-Jones y Powell cuando compiten para cazar tornados.

En conclusión, se trata de un remake que entretiene y mantiene un estándar aceptable a lo largo de la cinta.

Podría interpretarse como una invitación entusiasta a los espectadores, animándolos a no quedarse cómodamente en casa viendo películas en streaming. En la gran pantalla, la espectacularidad de los efectos visuales cobra una nueva dimensión, y cuando se trata de tornados, la experiencia es aún más inmersiva. Con un generoso presupuesto y la colaboración de dos gigantes de la industria, Warner y Universal, el cine se convierte en el refugio perfecto para disfrutar de esta aventura.
Se trata de un plato fuerte para la taquilla, con un inconfundible aroma retro. Un blockbuster palomitero que recupera la esencia del cine que llenaba salas en los años 90, pero con una actualización inteligente de su premisa, adaptándola a la era de la viralidad y las redes sociales. Es un entretenimiento sólido, con guiños a otra época, que funciona y se disfruta, sin caer en los clichés habituales sobre el cambio climático. En su lugar, pone el foco en las personas y sus historias, aportando un matiz más humano.
No es exactamente una secuela del clásico Twister (1996), ni tampoco un remake. Es algo casi original, una reinterpretación que mantiene la esencia del filme original mientras encuentra su propio camino en el cine contemporáneo

Continuar con el legado de una película bastante mítica de los años 90 después de casi 30 años es hacer que la gente haga comparanzas, saque similitudes y le haga recordar una cinta de su adolescencia o niñez. Aquí sucede un poco eso, que han querido traer del olvido una franquicia que, lejos de ser una maravilla, tenía su buen recuerdo. Lo que nos han ofrecido aquí dista mucho de aquello y, además, de peor nivel.

La historia peca de ser previsible, pero además está adornada con los tópicos esperables en la época que nos ha tocado vivir. Leyendo entre líneas ya se entiende. Además, aunque profundiza en las vidas de los personajes, se les nota planos y huecos. No nos alcanzan a importar, realmente. El ritmo es tosco, lento e incluso se mete en lo aburrido. Contando con tornados no es algo aceptable, la verdad.

Las interpretaciones son para ver y olvidar. Bueno, al igual que la película. Cumplen y a otra cosa, como se suele decir. Daisy Edgar-Jones lo intenta y hace lo que puede. Quizás sea la que mejor parada salga. Y Glen Powell, que tiene alguna cinta correcta, aquí no me ha dicho demasiado. El resto rellenan el cupo y poco más. Tampoco cuenta con personajes atractivos ni interesantes, dicho sea de paso.

En referencia a lo visual, algo que debería ser lo más chocante de la cinta, pasa sin pena ni gloria. Cuesta creerlo, pero es así. Tiene demasiados planos cortos, muy cortos, y aun más escenas cámara en mano. Todo eso hace que nos explote el cerebro y no alcancemos a vislumbrar nada cuando toca. Eso sí, primeros planos de los coches y camionetas yendo de un lado a otro los que quieras. Te vas a hartar.

En resumen ''Twisters'' es una película del montón, pero rozando el montón malo. Puede servir para echar un par de horas distraído si no tienes nada mejor a mano, pero la podrás ver mientras juegas al Candy Crash o algo parecido, que no te perderás demasiado. Por descontado diré que la cinta del 96 es mejor en todos los aspectos. No la recomendaría especialmente.

Lo mejor: A niveles generales se deja ver.
Lo peor: Abuso excesivo de primeros planos, mucha 'shaky cam', previsible y no logra impactar.

* Un 5 pelado *

Vaya por delante que no tenía ningún deseo de ver esta película. La predecesora siempre me ha parecido aburrida y sobrevalorada. Pero, este es el año de las sorpresas y películas por las que no daba un duro me han proporcionado tardes de entretenimiento puro. Esta, sin duda, es de las que más me ha gustado y volveré a verla cuando pasen un par de semanas.
Todo en la película encaja como las piezas de un reloj suizo. El guión es coherente y tiene un ritmo que el director ha convertido en un gran espectáculo. Los actores están todos de 10 y el apartado técnico brilla en todo. Efectos, fotografía, música y la dirección han logrado una película casi redonda.
Muy recomendable para los amantes del cine de catástrofes y los que buscan un entretenimiento refrescante para estas tardes de tórrido verano.