Anatomía de una caída
2023 

7,1
26.763
Thriller. Drama
Sandra, una escritora alemana, vive con su marido Samuel y su hijo ciego, Daniel, en un chalé en medio de los Alpes franceses. Cuando Samuel fallece en misteriosas circunstancias, la investigación no puede determinar si se trata de un suicidio o de un homicidio. Sandra es arrestada y juzgada por asesinato, y el proceso pone su tumultuosa relación y su ambigua personalidad en el punto de mira. (FILMAFFINITY)
11 de diciembre de 2023
11 de diciembre de 2023
8 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
El pasado 6 de diciembre, al inicio del puente, llegó a los cines de nuestro país la película francesa Anatomía de una caída (Justine Triet, 2023). Esta es una historia de intriga y drama, avalada por los cinco premios que obtuvo anoche en la gala del Cine Europeo y por la prestigiosa Palma de Oro de Cannes. Normalmente las obras premiadas en estos festivales sufren el estigma de ser raras e inaccesibles para el público. No obstante, en este caso, Anatomía de una caída es una película perfectamente comprensible, dotada de un excelente ritmo y que posee una trama de esas que enganchan hasta el final. De ahí que esté cosechando muy buenos números en taquilla.
El punto de partida de la historia nos sitúa en un chalé aislado en la cordillera de los Alpes. Allí vive el matrimonio compuesto por Sandra y Samuel -ambos escritores- junto a su hijo Daniel, que sufre de discapacidad visual. Poco después de comenzar, Samuel muere tras precipitarse por una de las ventanas de la vivienda. El niño se encontraba de paseo y al volver descubre el cadáver de su padre. Aparentemente, su madre no se ha enterado de nada de lo sucedido. Con estos elementos, comienza un juicio en el que Sandra debe demostrar su inocencia, que no fue ella quien lanzó a su marido al vacío. Mientras se desarrolla el proceso penal, numerosos flashbacks nos van dando contexto de la relación de pareja. Y al igual que Daniel, como espectadores nos vamos enterando poco a poco de los sórdidos detalles. En última instancia, el testimonio del niño condicionará la inocencia o culpabilidad de su madre.
En el papel protagónico de Sandra encontramos a la alemana Sandra Hüller, que realiza una magnífica actuación, a ratos contenida, a ratos con grandes arrebatos emocionales. Del resto del reparto son muy destacables las interpretaciones de Milo Machado Graner como el niño Daniel y Antoine Reinartz como el fiscal del caso -desde distintos registros-, la primera desde la emoción y la segunda desde la retórica. El resto del elenco ayuda a construir una atmósfera realista que favorece el tono casi documental de la película. De fondo planea la pregunta, ¿realmente conocemos a quienes creíamos conocer?
Lo más destacable de Anatomía de una caída es su magnífica dirección, tanto en el aspecto narrativo, como en el de la puesta en escena, como en el de los actores. Sobre su propio guión -coescrito con Arthur Harari-, la francesa Justine Triet dota al metraje de un ritmo más que notable que logra que las dos horas y media pasen en mucho menos tiempo. Además, posee otras virtudes; aprovecha muy bien los espacios físicos de la historia, singularmente la vivienda, que se sitúa en dos realidades distintas: lugar de la muerte y hogar familiar. Por último, la dirección de actores es exquisita, en especial durante las sesiones del juicio, donde cada actuación está perfectamente medida y ejecutada.
El único pero por el que esta película no es un sobresaliente es que carece de un clímax dramático final. La catarsis de la protagonista es algo fría. Te deja con ganas de un último golpe de efecto. Sin embargo, el realismo extremo del género procedimental no deja espacio para ello. Esta es más una cuestión de gusto personal. A mí me gustan los epílogos altisonantes. Quizás a otros os satisfaga más la óptica realista aquí presente.
Conclusión
La película francesa Anatomía de una caída es muy buena y otro ejemplo más del excelente estado de forma que vive el cine europeo. A modo de intriga y con grandes dosis de drama, nos sumerge en una trama judicial en la que el tiempo en la butaca pasa volando. Las grandes actuaciones, un buen guión y la buenísima dirección de Justine Triet componen uno de los mejores estrenos de 2023, altamente recomendable para el público adulto y maduro.
En este momento la película está viviendo una muy buena racha de premios, público y crítica. Además, es una cinta que más allá de entretenerte te hace pensar, es inteligente. ¿Qué harías tú en el lugar de Sandra? ¿Y en de Daniel? No os la perdáis.
https://noesmasquecine.blogspot.com/2023/12/anatomia-de-una-caida-una-intriga.html
El punto de partida de la historia nos sitúa en un chalé aislado en la cordillera de los Alpes. Allí vive el matrimonio compuesto por Sandra y Samuel -ambos escritores- junto a su hijo Daniel, que sufre de discapacidad visual. Poco después de comenzar, Samuel muere tras precipitarse por una de las ventanas de la vivienda. El niño se encontraba de paseo y al volver descubre el cadáver de su padre. Aparentemente, su madre no se ha enterado de nada de lo sucedido. Con estos elementos, comienza un juicio en el que Sandra debe demostrar su inocencia, que no fue ella quien lanzó a su marido al vacío. Mientras se desarrolla el proceso penal, numerosos flashbacks nos van dando contexto de la relación de pareja. Y al igual que Daniel, como espectadores nos vamos enterando poco a poco de los sórdidos detalles. En última instancia, el testimonio del niño condicionará la inocencia o culpabilidad de su madre.
En el papel protagónico de Sandra encontramos a la alemana Sandra Hüller, que realiza una magnífica actuación, a ratos contenida, a ratos con grandes arrebatos emocionales. Del resto del reparto son muy destacables las interpretaciones de Milo Machado Graner como el niño Daniel y Antoine Reinartz como el fiscal del caso -desde distintos registros-, la primera desde la emoción y la segunda desde la retórica. El resto del elenco ayuda a construir una atmósfera realista que favorece el tono casi documental de la película. De fondo planea la pregunta, ¿realmente conocemos a quienes creíamos conocer?
Lo más destacable de Anatomía de una caída es su magnífica dirección, tanto en el aspecto narrativo, como en el de la puesta en escena, como en el de los actores. Sobre su propio guión -coescrito con Arthur Harari-, la francesa Justine Triet dota al metraje de un ritmo más que notable que logra que las dos horas y media pasen en mucho menos tiempo. Además, posee otras virtudes; aprovecha muy bien los espacios físicos de la historia, singularmente la vivienda, que se sitúa en dos realidades distintas: lugar de la muerte y hogar familiar. Por último, la dirección de actores es exquisita, en especial durante las sesiones del juicio, donde cada actuación está perfectamente medida y ejecutada.
El único pero por el que esta película no es un sobresaliente es que carece de un clímax dramático final. La catarsis de la protagonista es algo fría. Te deja con ganas de un último golpe de efecto. Sin embargo, el realismo extremo del género procedimental no deja espacio para ello. Esta es más una cuestión de gusto personal. A mí me gustan los epílogos altisonantes. Quizás a otros os satisfaga más la óptica realista aquí presente.
Conclusión
La película francesa Anatomía de una caída es muy buena y otro ejemplo más del excelente estado de forma que vive el cine europeo. A modo de intriga y con grandes dosis de drama, nos sumerge en una trama judicial en la que el tiempo en la butaca pasa volando. Las grandes actuaciones, un buen guión y la buenísima dirección de Justine Triet componen uno de los mejores estrenos de 2023, altamente recomendable para el público adulto y maduro.
En este momento la película está viviendo una muy buena racha de premios, público y crítica. Además, es una cinta que más allá de entretenerte te hace pensar, es inteligente. ¿Qué harías tú en el lugar de Sandra? ¿Y en de Daniel? No os la perdáis.
https://noesmasquecine.blogspot.com/2023/12/anatomia-de-una-caida-una-intriga.html
11 de diciembre de 2023
11 de diciembre de 2023
6 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Intrigante drama judicial sobre los problemas conyugales de una pareja franco-alemana.
Lejos de la cantidad de argumentos de crímenes policiacos que surgen hoy en día con el único fin de enrevesarlo todo para mantener al espectador delante de la pantalla, este filme hace ver que las cintas sobre crímenes no son elementos comerciales con los que atraer al espectador para que se sienta un Sherlock Holmes o un Hércules Poirot tratando de adivinar desde su sofá, por el mero azar, quién ha sido el asesino.
El título es idóneo, pues casi se podría decir que el fin de la película no es descubrir al culpable de lo ocurrido, sino entender y ahondar en el proceso para hallar la respuesta. Lo interesante y bello de esta película es la manera que tiene de contar una historia, que no es usual tampoco en el mundo del cine, pero que la hace prácticamente única. De hecho, lo común en este tipo de historias es narrar los hechos a través de un personaje (la escritora Agatha Christie se volvió en una maestra en esta faceta) con el que el espectador o público empatiza y por el que se deja guiar. Pues en este caso se rompe con esta estructura, el espectador es constantemente eso: un espectador, que observa lo que está sucediendo desde fuera, sin llegar a estar vinculado a ningún personaje, como si fuese parte de un jurado en un juicio. O sí que empatiza con alguno de los personajes, pero ese personaje no va a ser ni por asomo con el que empatice la persona que tenga a su lado, si es que esta empatiza con alguno.
Es un filme que tiene su fuerza en la libertad de pensamiento o imaginación que deja al espectador mientras está jugando con él al irle desgranando poco a poco la historia. Pero lo bueno de la cinta no radica solo en la perspectiva que se adopta a la hora de narrar la historia. Las situaciones de lucha o violencia que se desencadenan son estupendas, llegando a hacer que el público se sienta incómodo con ellas. Esto se consigue gracias a que son situaciones muy reales que pueden ocurrir bajo cualquier techo, entre cualquier pareja, y es que el problema principal es la convivencia. Parece que todo está pensado y calculado al milímetro, pues hasta las cuestiones culturales afloran en este filme que mezcla la forma de ser más correcta y fría noreuropea y la cercanía y carácter más desenfadado del mundo latino.
Se trata de una recomendación más que válida para salir del mundo comercial al que someten cada vez más las plataformas de vídeo bajo demanda a la producción audiovisual. Con una intriga que hace aflorar los sentimientos del espectador y sobre todo, que le hace pensar en lo que acaba de ver.
Lejos de la cantidad de argumentos de crímenes policiacos que surgen hoy en día con el único fin de enrevesarlo todo para mantener al espectador delante de la pantalla, este filme hace ver que las cintas sobre crímenes no son elementos comerciales con los que atraer al espectador para que se sienta un Sherlock Holmes o un Hércules Poirot tratando de adivinar desde su sofá, por el mero azar, quién ha sido el asesino.
El título es idóneo, pues casi se podría decir que el fin de la película no es descubrir al culpable de lo ocurrido, sino entender y ahondar en el proceso para hallar la respuesta. Lo interesante y bello de esta película es la manera que tiene de contar una historia, que no es usual tampoco en el mundo del cine, pero que la hace prácticamente única. De hecho, lo común en este tipo de historias es narrar los hechos a través de un personaje (la escritora Agatha Christie se volvió en una maestra en esta faceta) con el que el espectador o público empatiza y por el que se deja guiar. Pues en este caso se rompe con esta estructura, el espectador es constantemente eso: un espectador, que observa lo que está sucediendo desde fuera, sin llegar a estar vinculado a ningún personaje, como si fuese parte de un jurado en un juicio. O sí que empatiza con alguno de los personajes, pero ese personaje no va a ser ni por asomo con el que empatice la persona que tenga a su lado, si es que esta empatiza con alguno.
Es un filme que tiene su fuerza en la libertad de pensamiento o imaginación que deja al espectador mientras está jugando con él al irle desgranando poco a poco la historia. Pero lo bueno de la cinta no radica solo en la perspectiva que se adopta a la hora de narrar la historia. Las situaciones de lucha o violencia que se desencadenan son estupendas, llegando a hacer que el público se sienta incómodo con ellas. Esto se consigue gracias a que son situaciones muy reales que pueden ocurrir bajo cualquier techo, entre cualquier pareja, y es que el problema principal es la convivencia. Parece que todo está pensado y calculado al milímetro, pues hasta las cuestiones culturales afloran en este filme que mezcla la forma de ser más correcta y fría noreuropea y la cercanía y carácter más desenfadado del mundo latino.
Se trata de una recomendación más que válida para salir del mundo comercial al que someten cada vez más las plataformas de vídeo bajo demanda a la producción audiovisual. Con una intriga que hace aflorar los sentimientos del espectador y sobre todo, que le hace pensar en lo que acaba de ver.
5 de marzo de 2024
5 de marzo de 2024
6 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Vista en Cines Embajadores (Madrid)
¿A veces alguien tiene la sensación de que todos los cinéticos algo le parece espléndido y a usted le parece una tremenda castaña?
Cosa que a veces como espectadores no entendemos. Partiendo del interés del tono docu-ficción y una espléndida y posiblemente la actriz a coronar a nivel mundial, Sandra Huller, para muchos años si ella quisiera.
Pero toda una segunda parte en un proceso judicial reiterativo, repetitivo, manido, hacen de la película un metraje excesivo, sobrante y cargante.
Lo mejor de la película, Sandra Huller, algo mas que una actriz, soberbia.
Lo peor de la película, su exceso metraje.
Míratela si quieres, pero será asunto tuyo.
¿A veces alguien tiene la sensación de que todos los cinéticos algo le parece espléndido y a usted le parece una tremenda castaña?
Cosa que a veces como espectadores no entendemos. Partiendo del interés del tono docu-ficción y una espléndida y posiblemente la actriz a coronar a nivel mundial, Sandra Huller, para muchos años si ella quisiera.
Pero toda una segunda parte en un proceso judicial reiterativo, repetitivo, manido, hacen de la película un metraje excesivo, sobrante y cargante.
Lo mejor de la película, Sandra Huller, algo mas que una actriz, soberbia.
Lo peor de la película, su exceso metraje.
Míratela si quieres, pero será asunto tuyo.
15 de enero de 2024
15 de enero de 2024
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
13/13(13/01/24) Sólido drama judicial y criminal francés, historia sin inventar nada, si te atrapa en sus malsanas redes, con narración habilidosa en dosificar información, turbadora deconstrucción de la familia y por ende del matrimonio. Dirigido por Justine Triet, con guion propio junto a su pareja, el actor y guionista Arthur Harari, según dicen los guionistas se basaron en el caso de Amanda Knox, estadounidense acusada de asesinato en Italia, paso un calvario judicial, no conozco mucho del caso, pero me ha resultado con muchas similitudes con el de Michael Peterson, en USA fue acusado de asesinar a su esposa (caso llevado a la pequeña pantalla en un magnífico documental, “The Staircase”). Es una obra minimalista, con pocos personajes y pocos escenarios (apenas la casa de montaña y la sala judicial, casi una obra teatral, que con el McGuffing del thriller judicial se hace una radiografía a la institución familiar, se atacan los prejuicios, se hace una sutil crítica contra los sistemas judiciales, donde no interesa tanto saber la verdad, como simplemente ganar a toda costa, aunque para ello se construyan frágiles castillos en el aire en modo de espurias teorías.
Cinta que juega de modo incisivo con la ambigüedad de no saber la realidad de los hechos, no hay imágenes sobre ello, o pruebas concluyentes en un lado u otro, sembrando de dudar el desarrollo, ello apoyado en la compleja personalidad de la gran protagonista Sandra Hüller, deja en el aire la sospecha, esto también sirve para que más de la mitad del metraje sea hablado en inglés, al ella expresarse (eso dice) mejor en el idioma shakespeariano que en el de Julio Verne.
Entre los defectos está su desmedido minutaje de dos horas y media, que son innecesarias para lo que se cuenta, sintiéndose en algún tramo elementos cercenables como otros iterados.
Tiene un aparente ligero inicio, pero en realidad son las piezas del puzle irá evolucionando durante el film. Estamos en una vivienda de madera en medio de los nevados Alpes galos, hasta allí llega una joven estudiante en auto a entrevistar a Sandra Voyter, escritora reconocida. La primera pregunta que le hace es: “Crees que sólo puedes escribir desde la experiencia?”, esta inocente cuestión será crucial en los hechos que están por venir, pues se especulará con ellos, pues en alguna de sus novelas hay asesinatos. Sandra evita responder y desvía la conversación, entonces escuchamos a todo volumen el instrumental ‘PIMP’ de 50 Cent, no sabemos de dónde viene la potente música, pero hace que la entrevista la den por suspendida, quedando en volver a ella en Grenoble. Y tras ello la tragedia.
La película deviene en un enfrentamiento de sexos, donde los roles tradicionales terminan por invertirse, y con ello el conservadurismo imperante haciendo prejuicios. Y es que sabremos que Sandra es una escritora de éxito, con varias novelas en su haber, mientras Samuel es un escritor frustrado que no ha completado ningún libro, tenemos a la triunfadora y al perdedor frustrado, sabremos además que ella es una mujer activa sexualmente, bisexual que le ha sido infiel a su esposo y con ello convertido en celoso enfermizo (de ahí probablemente el querer interrumpir la entrevista del inicio), mientras él, es atacado por ella por hacerle culpable del accidente (por el que su hijo tiene disminuida la visión) de Daniel, con lo que arremete contra su condición de protector de la familia, y para remarcar esto, el terapeuta de Samuel (en un testimonio bastante cosificado en su machismo soterrado) habla de que ella lo hacía sentir castrado.
El tramo álgido en que se rompe la linealidad del film, la catarsis donde las piezas de este matrimonio implosionan es durante el juicio, cuando sale a luz una grabación de audio que Samuel había realizado durante una discusión marital, sin que lo supiera ella. Empezamos a oírla y hábilmente la directora nos sumerge en un agrio flash back (único que vemos de la pareja; hay otro, pero con Samuel y Daniel en el auto) de la cruda batalla dialéctica, en un crescendo sofocante, de una intensidad doliente, con una frescura en la autenticidad que se transmite punzante, donde los argumentos de uno y otra colisionan, cada uno con sus razones, los dos apoteósicos en sus actuaciones, un duelo angustioso, donde la clásica hombría se enfrenta a su realidad ante una mujer segura de sí misma, salen a relucir resquemores como ella le culpa del accidente del filio, él la acusa de infiel, ella le acusa de haberla llevado a su terreno en Francia, el la acusa de hablar con nel hijo en inglés, ella le acusa de no querer sexo, él la acusa de haberle robado ideas, hasta que todo desemboca en violencia física, que se nos hurta (ingeniosamente para ahondar en la ambigüedad) de ver en el momento álgido, que solo escuchamos y que únicamente se traduce por la versión al juez de ella. A la postre, con elementos como esta discusión, a Sandra cual Caza de Brujas, se la acusa no solo de asesinato, se le acusa de no ser buena madre, de ser adúltera, de ser bisexual, hasta de tener éxito. Y enarbolando a esta ‘Bruja’ está una sensacional Sandra Hüller, poseedora de un gran carisma, empatizamos con su Vía Crucis, pero dejando siempre la sombra de la duda, mujer autosuficiente, pero inteligente como para regar con pequeñas mentiras su declaración (los moratones en sus muñecas), alguien seductor, que aparece aprovecharse de ello para ganar para su causa e implicar más a su abogado Vincent. Interpretación cargada de misterio, que la actriz dota de gran sutilidad en sus registros expresivos, excelsa en como transmite descompresión en el rush final.
El centro moral del relato es sin duda el hijo de la pareja Daniel, sumido durante el juicio en una montaña rusa de emociones ello por la información soterrada que aflora a sus sentidos. Al principio lo sentimos del lado pétreo de su madre, pero a medida que avanza la historia lo vemos dudando en la sala y en su comportamiento con ella,... (sigo en spoiler)
Cinta que juega de modo incisivo con la ambigüedad de no saber la realidad de los hechos, no hay imágenes sobre ello, o pruebas concluyentes en un lado u otro, sembrando de dudar el desarrollo, ello apoyado en la compleja personalidad de la gran protagonista Sandra Hüller, deja en el aire la sospecha, esto también sirve para que más de la mitad del metraje sea hablado en inglés, al ella expresarse (eso dice) mejor en el idioma shakespeariano que en el de Julio Verne.
Entre los defectos está su desmedido minutaje de dos horas y media, que son innecesarias para lo que se cuenta, sintiéndose en algún tramo elementos cercenables como otros iterados.
Tiene un aparente ligero inicio, pero en realidad son las piezas del puzle irá evolucionando durante el film. Estamos en una vivienda de madera en medio de los nevados Alpes galos, hasta allí llega una joven estudiante en auto a entrevistar a Sandra Voyter, escritora reconocida. La primera pregunta que le hace es: “Crees que sólo puedes escribir desde la experiencia?”, esta inocente cuestión será crucial en los hechos que están por venir, pues se especulará con ellos, pues en alguna de sus novelas hay asesinatos. Sandra evita responder y desvía la conversación, entonces escuchamos a todo volumen el instrumental ‘PIMP’ de 50 Cent, no sabemos de dónde viene la potente música, pero hace que la entrevista la den por suspendida, quedando en volver a ella en Grenoble. Y tras ello la tragedia.
La película deviene en un enfrentamiento de sexos, donde los roles tradicionales terminan por invertirse, y con ello el conservadurismo imperante haciendo prejuicios. Y es que sabremos que Sandra es una escritora de éxito, con varias novelas en su haber, mientras Samuel es un escritor frustrado que no ha completado ningún libro, tenemos a la triunfadora y al perdedor frustrado, sabremos además que ella es una mujer activa sexualmente, bisexual que le ha sido infiel a su esposo y con ello convertido en celoso enfermizo (de ahí probablemente el querer interrumpir la entrevista del inicio), mientras él, es atacado por ella por hacerle culpable del accidente (por el que su hijo tiene disminuida la visión) de Daniel, con lo que arremete contra su condición de protector de la familia, y para remarcar esto, el terapeuta de Samuel (en un testimonio bastante cosificado en su machismo soterrado) habla de que ella lo hacía sentir castrado.
El tramo álgido en que se rompe la linealidad del film, la catarsis donde las piezas de este matrimonio implosionan es durante el juicio, cuando sale a luz una grabación de audio que Samuel había realizado durante una discusión marital, sin que lo supiera ella. Empezamos a oírla y hábilmente la directora nos sumerge en un agrio flash back (único que vemos de la pareja; hay otro, pero con Samuel y Daniel en el auto) de la cruda batalla dialéctica, en un crescendo sofocante, de una intensidad doliente, con una frescura en la autenticidad que se transmite punzante, donde los argumentos de uno y otra colisionan, cada uno con sus razones, los dos apoteósicos en sus actuaciones, un duelo angustioso, donde la clásica hombría se enfrenta a su realidad ante una mujer segura de sí misma, salen a relucir resquemores como ella le culpa del accidente del filio, él la acusa de infiel, ella le acusa de haberla llevado a su terreno en Francia, el la acusa de hablar con nel hijo en inglés, ella le acusa de no querer sexo, él la acusa de haberle robado ideas, hasta que todo desemboca en violencia física, que se nos hurta (ingeniosamente para ahondar en la ambigüedad) de ver en el momento álgido, que solo escuchamos y que únicamente se traduce por la versión al juez de ella. A la postre, con elementos como esta discusión, a Sandra cual Caza de Brujas, se la acusa no solo de asesinato, se le acusa de no ser buena madre, de ser adúltera, de ser bisexual, hasta de tener éxito. Y enarbolando a esta ‘Bruja’ está una sensacional Sandra Hüller, poseedora de un gran carisma, empatizamos con su Vía Crucis, pero dejando siempre la sombra de la duda, mujer autosuficiente, pero inteligente como para regar con pequeñas mentiras su declaración (los moratones en sus muñecas), alguien seductor, que aparece aprovecharse de ello para ganar para su causa e implicar más a su abogado Vincent. Interpretación cargada de misterio, que la actriz dota de gran sutilidad en sus registros expresivos, excelsa en como transmite descompresión en el rush final.
El centro moral del relato es sin duda el hijo de la pareja Daniel, sumido durante el juicio en una montaña rusa de emociones ello por la información soterrada que aflora a sus sentidos. Al principio lo sentimos del lado pétreo de su madre, pero a medida que avanza la historia lo vemos dudando en la sala y en su comportamiento con ella,... (sigo en spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
…hasta pedir a la asistenta social Marge (correcta Jehnny Beth) que le cuida para que la madre no lo mediatice durante el juicio, que se marche, todos pensamos entonces, como la propia madre, que ya no la cree inocente. En el clímax del film es Daniel el eje central, al pedir testificar otra vez, pues a la luz de lo que oído durante el juicio tiene información que puede ser vital para el devenir del veredicto, erigiéndose entonces Daniel en la voz de la cordura en medio de la tempestad. El joven Graner deslumbra con la fuerte personalidad que emite, alguien que a la fuerza debe despertar a la madurez del mundo retorcido de los adultos, es nuestra inocente brújula en el relato, actuación incisiva, a al que se añade el alegórico rasgo de estar medio ciego, lo que lo hace líricamente cautivador, pues debe ver lo que los demás no pueden, debe adentrarse en sus recuerdos para intentar atisbar la verdad, nos cala su confusión interna, pero aun así es el faro que terminará iluminando el final. Ello sin caer en facilonas sensiblerías lacrimógenas, muy bueno.
La directora sabe aportar dosis de humor desengrasante ante la adustez de la narración, como cuando el fiscal teoriza sobre el tema ‘PIMP’ de 50 Cent, el que irrumpió en la entrevista del inicio, tildando el tema de “canción profundamente misógina”, ello como posible deux machine para el asesinato (¿?); O cuando Sandra en medio de un llanto dice: "Quizá el dinero no da la felicidad; pero cuánto mejor es llorar en tu coche (el de su abogado) que en el metro".
Las escenas del juicio son filmadas por Triet de modo naturalista, aunque dando relieve a los tropos clásicos del fiscal intimidante ‘villano’, este imponiendo teorías que se adaptan a su acusación, proponiendo el campo para ello, así como pudo haberse cometido el crimen por ella. Ello en una entusiasta actuación de Antoine Reinartz, con pasión defiende sus postulados.
Estos aciertos apoyados en una (remarco) naturalista puesta en escena, destaca la notable cinematografía de Simon Beaufils (“Sibyl”), sin regodearse en la belleza alpina del entorno de la muerte, aprovechándose de la frialdad ambiental para impregnar a los personajes de ella. Con primeros planos que extraen lo mejor de las actuaciones, ágil emocionalmente en una escena que se mueve cual pelota de tenis por la sala del juicio de un testimonio al rostro perplejo de Daniel por lo que oye, haciéndonos partícipes de su zozobra. Esto en miscelánea con la grácil edición de Laurent Sénéchal (“Onoda”), aporta intensidad con la suave introducción de flashes como el que tiene Daniel imaginado (según palabras del fiscal) como fue ‘asesinado’ Samuel, o como salta entre la grabación de audio y el flash back y como vuelve antes de que acabe al juicio; Como inteligente es el uso del sonido y la música solo incidental. Pues en la banda sonora solo se oye al inicio el tema de 50 Cent, y una interpretación al piano de la célebre 'Asturia' (Leyenda) de Isaac Albéniz, aportando en ausencia de brisa que empuje al espectador de mayor autenticidad seca a la narración.
En el desenlace esperaba algún giro sutil que diera más complejidad a la historia, pero se atiene a ser liso, solo destaca por la reacción de Sandra. Aun así, me ha resultado un film muy apreciable, sin contarme algo nuevo, si me ha enganchado por su potencia realista.
En lo negativo, aparte de lo mencionado, estaría la sub trama entre Sandra y su abogado Vincent, muy manida la atracción entre acusada y defensor, un cliché, aunque al menos aquí nunca se cruza la línea de tensión sexual no resuelta, pero esto me ha sido toralmente eliminable; Tampoco la crítica a los medios de comunicación añadiendo amarillismo al caso me ha sido muy acorde al potencial del resto del film, me han sido apuntes a pie de página que nada suman.
Thriller de reminiscencias psicológicas de calado reflexivo. Gloria Ucrania!!!
Para leer más sobre el film ir a: https://tomregan.blogspot.com/2024/01/anatomia-de-una-caida-solido-drama.html
La directora sabe aportar dosis de humor desengrasante ante la adustez de la narración, como cuando el fiscal teoriza sobre el tema ‘PIMP’ de 50 Cent, el que irrumpió en la entrevista del inicio, tildando el tema de “canción profundamente misógina”, ello como posible deux machine para el asesinato (¿?); O cuando Sandra en medio de un llanto dice: "Quizá el dinero no da la felicidad; pero cuánto mejor es llorar en tu coche (el de su abogado) que en el metro".
Las escenas del juicio son filmadas por Triet de modo naturalista, aunque dando relieve a los tropos clásicos del fiscal intimidante ‘villano’, este imponiendo teorías que se adaptan a su acusación, proponiendo el campo para ello, así como pudo haberse cometido el crimen por ella. Ello en una entusiasta actuación de Antoine Reinartz, con pasión defiende sus postulados.
Estos aciertos apoyados en una (remarco) naturalista puesta en escena, destaca la notable cinematografía de Simon Beaufils (“Sibyl”), sin regodearse en la belleza alpina del entorno de la muerte, aprovechándose de la frialdad ambiental para impregnar a los personajes de ella. Con primeros planos que extraen lo mejor de las actuaciones, ágil emocionalmente en una escena que se mueve cual pelota de tenis por la sala del juicio de un testimonio al rostro perplejo de Daniel por lo que oye, haciéndonos partícipes de su zozobra. Esto en miscelánea con la grácil edición de Laurent Sénéchal (“Onoda”), aporta intensidad con la suave introducción de flashes como el que tiene Daniel imaginado (según palabras del fiscal) como fue ‘asesinado’ Samuel, o como salta entre la grabación de audio y el flash back y como vuelve antes de que acabe al juicio; Como inteligente es el uso del sonido y la música solo incidental. Pues en la banda sonora solo se oye al inicio el tema de 50 Cent, y una interpretación al piano de la célebre 'Asturia' (Leyenda) de Isaac Albéniz, aportando en ausencia de brisa que empuje al espectador de mayor autenticidad seca a la narración.
En el desenlace esperaba algún giro sutil que diera más complejidad a la historia, pero se atiene a ser liso, solo destaca por la reacción de Sandra. Aun así, me ha resultado un film muy apreciable, sin contarme algo nuevo, si me ha enganchado por su potencia realista.
En lo negativo, aparte de lo mencionado, estaría la sub trama entre Sandra y su abogado Vincent, muy manida la atracción entre acusada y defensor, un cliché, aunque al menos aquí nunca se cruza la línea de tensión sexual no resuelta, pero esto me ha sido toralmente eliminable; Tampoco la crítica a los medios de comunicación añadiendo amarillismo al caso me ha sido muy acorde al potencial del resto del film, me han sido apuntes a pie de página que nada suman.
Thriller de reminiscencias psicológicas de calado reflexivo. Gloria Ucrania!!!
Para leer más sobre el film ir a: https://tomregan.blogspot.com/2024/01/anatomia-de-una-caida-solido-drama.html
13 de abril de 2024
13 de abril de 2024
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
No voy a negar que haya sido justa la nominación para los premios más famosos del universo a esa actriz, lo hace bien, y mola más empezar diciendo lo bueno que tiene. Pero que le dieran el muñequito a mejor guión me ha parecido una bofetada, cositas que pasan en el cine actual que me resbalan, me siento incapaz de asumir y entender, es que es increíble. Puesto que el gerundio criticando abarca tanto lo bueno como lo malo, me siento a gustito repitiendo que esa actriz es un cañón, pero claro, resulta que son dos horas y media de castaña tendenciosa en las que se quiere descubrir una manera nueva de hacer las cosas: un amigo me ha dicho que intenta ser Bergman y Lumet a la vez, y el resultado es horroroso...
Voy a repetirlo en un párrafo separado, que mola más: intenta ser Bergman y Lumet a la vez; y el resultado es horroroso...
¿Hace falta entrar a valorar la actitud de esa mujer?; ¿nos interesa?: ¿no queda claro que hasta lleva a su puerto al abogado?; ¿no nos queda claro ya desde el principio quién es ella?; y sin embargo, está todo mal explicado, porque ella se toma unas copas para celebrar el resultado final pero acaba abrazada a su perro...
Bueno, no sigo más, me he aburrido, el fiscal me ha parecido de lo más lamentable, bueno el juicio en general era todo opinión sin más datos que lo que ya sabemos, todo juicios de valor, será que no tenemos broncas todos con nuestras parejas de tanto en tanto... ¿He dicho que el fiscal es horroroso?; ¿he dicho que no le favorece ese peinado?; va, lo dejo, el otro día vi una de los setenta de un cocodrilo gigante que se zampa a unos ecologistas que entretiene mucho más que esta castaña...
Voy a repetirlo en un párrafo separado, que mola más: intenta ser Bergman y Lumet a la vez; y el resultado es horroroso...
¿Hace falta entrar a valorar la actitud de esa mujer?; ¿nos interesa?: ¿no queda claro que hasta lleva a su puerto al abogado?; ¿no nos queda claro ya desde el principio quién es ella?; y sin embargo, está todo mal explicado, porque ella se toma unas copas para celebrar el resultado final pero acaba abrazada a su perro...
Bueno, no sigo más, me he aburrido, el fiscal me ha parecido de lo más lamentable, bueno el juicio en general era todo opinión sin más datos que lo que ya sabemos, todo juicios de valor, será que no tenemos broncas todos con nuestras parejas de tanto en tanto... ¿He dicho que el fiscal es horroroso?; ¿he dicho que no le favorece ese peinado?; va, lo dejo, el otro día vi una de los setenta de un cocodrilo gigante que se zampa a unos ecologistas que entretiene mucho más que esta castaña...
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