Nueva entrega de la saga iniciada con la mítica Posesión Infernal (Sam Raimi, 1981), tras el sangriento remake también titulado Posesión Infernal (Fede Álvarez, 2013), que está dirigido en esta ocasión por el responsable de títulos como Bosque Maldito (2019), y que está protagonizado por Alyssa Sutherland (Blood Vessel, 2019), y Lily Sullivan (La Jungla, 2017).

Historia de dos hermanas separadas cuyo reencuentro se ve interrumpido por el surgimiento de demonios poseedores de carne, empujándolos a una batalla por la supervivencia mientras se enfrentan a la versión de familia más aterradora que se pueda imaginar.(FilmAffinity)

Tras el remake cargado de sangre y vísceras, Cronin consigue recuperar en esta secuela el característico tono original de la saga, en el que el terror se mezcla con una comedia grotesca. La película, que traslada la acción de la característica cabaña en el bosque a un apartamento que poco o nada tiene que envidiar a películas como Satan's Slave: Communion (Joko Anwar, 2022), tiene su mayor punto fuerte en un ritmo endiablado que no para en ningún momento, a lo que se suma una tensión muy lograda junto un gore festivo cañero que también va de menos a más. Las actuaciones resultan muy logradas, con el mérito de que gran parte de su escueto reparto son niños, y tanto los efectos prácticos como los digitales, engrandecen, especialmente en las escenas más terroríficas y violentas, una película en servicio del disfrute del espectador.

Posesión Infernal: El Despertar, es una de las mejores películas de la saga, con un metraje de 97 minutos, en el que da al espectador un autentico cóctel de tensión, sangre y momentos bizarros que harán el disfrute de aquel que le guste los primeros pasos de está mítica saga.

Nota personal 7/10

Nueva incorporación a la saga "Evil Dead", nueva orgía de sangre. A la estupenda trilogía original ya se añadió hace diez años una película muy meritoria de Fede Álvarez. En esta ocasión, la acción se traslada del bosque a un cochambroso edificio situado en los suburbios. Una técnico de sonido, tras descubrir que está embarazada, visita a su hermana y a sus sobrinos; esa misma noche, se produce un pequeño terremoto que desata el horror.

Cada entrega de la franquicia supone una variación más o menos inspirada del mismo tema. Precuela teórica, secuela cronológica y remake en espíritu, la obra propone una generosa ración de sustos, un festival de gore que hará la delicia de los aficionados. Encontrarán posesiones, mutilaciones, muertes horripilantes, vómitos, y algún que otro guiño cinéfilo. También se toparán con el descubrimiento del "Necronomicón", y con la aparición estelar de nuestra vieja amiga la motosierra. El humor se halla muy diluido.

Es lo mismo de siempre, tal y como se espera. Uno no va a ver "Posesión infernal" para que te sorprenda la trama o te interesen los personajes, pero sí que hubiera agradecido mayores dosis de originalidad, algún detalle que elevara el nivel. Personalmente, no me ha gustado tanto como las otras; después de haber leído las críticas, esperaba más.

Posesión Infernal: El Despertar (2023).

"Está dentro de mí. No dejes que posea a mis hijos.”
El cineasta Sam Raimi deja las labores de dirección al irlandés Lee Cronin -habitual del género- quien también firma el guión de esta secuela de la película de culto y ópera prima de aquél, “Posesión Infernal” (1981).

La cinta, una obra puramente gore donde sus creadores han llegado a emplear la friolera de más de 6500 litros de sangre artificial, nos devuelve al terreno de las posesiones demoníacas, aunque esta vez cambiando el tenebroso bosque por unos lúgubres apartamentos donde una madre, sus tres hijos y su hermana tendrán que lidiar con el Mal atraído al seno de su familia por el temible Libro de los Muertos acompañados por unos oportunos vinilos.

"¿Quién quiere ser el siguiente en pudrirse? Pito… Pito…"
La poseída matriarca tiene los rasgos de la modelo australiana Alyssa Sutherland, una de las actrices secundarias de la conocida serie "Vikings". El resto del reparto (mayoritariamente oceánico) es desconocido para el público español. Las localizaciones de esta producción estadounidense han sido elegidas en Irlanda y Nueva Zelanda.

El filme, con una excelente acogida por parte de público y crítica, se posiciona como una importante apuesta dentro del género de horror en los estrenos del año, con una magnífica puesta en escena, una ambientación impecable, unos buenos efectos especiales más analógicos que digitales superando a los de otras partes de la saga y con una fotografía cuasiperfecta, donde el regidor nos muestra todo lo que quiere que veamos sin mostrar más luz de la precisa.

Cronin ha hecho un buen trabajo volviendo a recuperar el espíritu de la cinta de 1981: con similar metraje (hora y media), sin el humor de otras secuelas protagonizadas por el amigo de Raimi -Bruce Campbell, quien aquí hace también labores solo de productor ejecutivo- y con mucha, mucha sangre...

Raúl Cabral.
Puntuación personal: 6,5
https://www.filmaffinity.com/es/film184059.html

No sé quién tuvo la inoportuna idea de llevar "Evil Dead" fuera de las cabañas en bosques, su hábitat natural. Se nota la mano de Sam Raimi y Bruce Campbell como productores, pero esta entrega es por lejos, la peor de la saga. La franquicia ya había salido de dicho entorno, si, pero llevarlo a un bloque de edificios y meter niños en la trama no creo que sea una buena idea.

Hasta mitad de película uno se pregunta que "diablos" está viendo. Y si bien es cierto que luego, literalmente, uno despierta, ya estás completamente desconectado con el film. No empatizo con nadie del reparto y creo que es el mayor punto flojo del film, junto a la ambientación.

Una pena porque tiene reminiscencias de aquel fantástico remake de 2013, que fue un auténtico descenso al infierno.
Entrega menor de la saga, que si bien no la sepulta, el bajón de calidad es evidente.

Como fan puede disgustar enormemente.

La locura se desata, de nuevo, en un siniestro edificio donde la pesadilla más aterradora jamás imaginada, será un cuento de niños comparada con esta.

Cine clásico de terror, directo al rostro y sin mamandurrias extra. Lo tiene absolutamente todo para ser una película del género, destacable y destacada.

A mí no me molesta en absoluto, aunque entiendo que a algunas personas les resulte excesivamente gore.

Me resulta reconfortante pensar que aún hay esperanza. El género necesita títulos como éste, para que el buen cine de terror resurja de sus cenizas.

Cien por cien recomendable.