La nueva apuesta de Amazon Studios junto a MGM es un drama basado en hechos reales que termina dejando la sensación de ser una correcta película que se disfruta y se hace agradable gracias a lo sincera de su historia y de lo acertado que está su reparto en pantalla.

Dirigida por Maggie Betts con un guion de Doug Wright, nos quedamos con una película que sabe manejar el drama junto a pequeños tintes de comedia que van haciendo agradable el relato de este juicio legal sobre la dignidad.

Su reparto es el mayor responsable de que todo funcione de manera correcta gracia a la inspirada interpretación de Jamie Foxx, quien vuelve a demostrar lo buen actor que es, junto a él, un Tommy Lee Jones que vuelve al ruedo con todo su talento y siendo el mejor acompañante de Foxx en pantalla a eso sumamos un par de buenos secundarios que van complementando todo para que funcione bien.

La película en todo su proceso es bastante manipuladora y nos lleva por la facilidad de conectar con el drama de manera sencilla y sin tener que debatir nada. En ese sentido, la película no te entrega mayor esfuerzo para que termines conectando con la historia y con la línea que decide ejercer su guion para conquistar tu atención y que termines contemplando todo lo que nos ofrecen.

La entretención no se puede negar, eso está presente en todo momento y su directora vuelca todo su trabajo para cumplir con lo principal que se propone que es darte un drama entretenido que no te haga mantenerte distante como espectador o algo abrumado con leyes y juicios, pensando que es netamente una película de diálogos y monólogos en su gran mayoría.

Una apuesta interesante que vale la pena darle una oportunidad y que nos entrega a dos protagonistas que vuelven a brillar y a demostrar que tienen siempre presencia cuando se lo proponen, que te entrega un claro mensaje con el cual la película ostenta toda su intensidad y en donde terminamos siendo parte de un juicio que realmente logra momentos realmente acertados y giros que dejan buenas sensaciones cosa que realmente uno agradece para no quedarnos con una historia plana a lo largo de su recorrido.

Una película basada en hechos reales con una historia que te va conquistando y entregando un mensaje agradable al finalizar la función, dejándote la sensación de que no has desperdiciado tu tiempo viendo The Burial.

Basado en un caso real de una demanda de Jeremiah Joseph O'Keefe, quien es defendido por el abogado reputado y superestrella de la NBA, de la NFL y de hasta la Guerra de las galaxias si quisiera (por la cantidad de pasta y posesiones que tiene y su carisma que haría ganarse hasta al tío más aburrido de este planeta) Willie E. Gary en el que estamos ante una historia de pez grande que se quiere comer al pequeño y este termina rebelándose.

Un caso curioso este que nos ocupa ya que de una simple demanda contractual termina en un asunto más grande cuando aspectos raciales salen a coalición durante el juicio y en un sitio como Mississippi son expertos en el tema en cuestión. Un caso que, como ya he dicho, se basa en un caso real, por lo que sería inútil no decir como concluye porque está a golpe de clic con solo buscarlo en Google, pero si no saben nada es recomendable saber lo menos posible.

Aún así, estamos ante un filme que sabe ganarse su sitio empezando por sus dos protagonistas, unos Jamie Foxx y Tommy Lee Jones que no necesitan presentación alguna a estas alturas y que no tienen problema alguno en llevar el peso de esta historia sobre injusticias de grandes corporaciones. Foxx con su carisma y talento y Jones con su talento y honestidad lideran un reparto con otros rostros conocidos como Alan Ruck, visto en la película del autobús que no podía ir más despacio, AKA 'Speed: Máxima potencia', Jurnee Smollett (a quien solo he visto en la infame 'Aves de presa (y la fantabulosa emancipación de Harley Quinn)' o Pamela Reed, compañera de Arnold Schwarzenegger en la infravalorada 'Poli de guardería'. Los nombres mencionados también ponen su parte para que el peso no recaiga exclusivamente sobre Foxx y Jones, aunque no dudo que serían capaces.

Como drama judicial hay nombres que lo superan como 'Algunos hombres buenos' o 'Las dos caras de la verdad' ya que estos tenían más argumentos además de los mencionados para este largometraje como tensión narrativa, escenas para recordar y grandes interpretaciones; por otro lado, además del elenco de actores los acontecimientos se van desarrollando con buen tino y procurando no desperdiciar tiempo alguno entre los prolegómenos, el juicio en sí con sus dimes y diretes y su resolución. De destacar alguna escena sería la del cementerio sin lápidas y la conversación en el avión privado entre los personajes de Jones y Foxx donde conocemos más del abogado.

Una propuesta esta que seguramente no haga demasiado ruido ni sonará para los premios más relevantes, mas es recomendable especialmente para los fans de alguno, o los dos, actores principales y para los fans de los dramas judiciales.

La verdad es que me ha resultado muy difícil saber el tono de la película. Comedia, drama... Lo que está claro es que tenga la intención que tenga, no te llega. Es una película de esas hechas para Prime Vídeo, el 95% de las cuales son muy muy flojas.

Esta no es una excepción. Además, sabiendo que va a ser del todo predecible, lo mínimo que buscas es que haya un buen guión, buena música o emociones, pero no las encontramos, a pesar de que parte de la historia daba lugar para ello si se hubiera planteado llevar el argumento hacia el drama familiar y el drama de denuncia social.

Hay montones de películas dramáticas de juicios bien llevadas al cine y esta es de lo peorcito, porque no tiene personalidad alguna.

Toda la película es Jamie Foxx y por muy bien que nos caiga o sepa interpretar, se hace aburridísimo ver 2 horas de una película encorsetada, con unos diálogos plomizos, manidos y vacíos. Carece de cualquier sentimiento.

Si necesitas rellenar con cualquier cosa 2 horas de tu vida, daño no te va a hacer. Pero es una película que no recomendaría y que será rápidamente olvidada.

La temática igual no es muy llamativa de primeras, pero ves el reparto y piensas que seguro que echas un buen rato... hasta que llevas 30 minutos de película y te das cuenta que no funciona en ninguno de los géneros que supuestamente aglutina.

No funciona como comedia y, desde luego, tampoco como drama judicial. Las 4 situaciones se humor negro o absurdo que pueden mostrarse son poco explotadas y el caso a nivel jurídico se muestra de una forma muy sosa.

La película muestra una falta de pulso y de ritmo preocupante, entre la ausencia de música y un guion mal exprimido que provoca casi bostezos.

Los personajes son planos e incoherentes. Tan pronto son brillantes como son grises al extremo. La trama no engancha y las motivaciones y preocupaciones no tienen ningun atractivo o emotividad. Se salvan dos fogonazos de Jamie Fox al principio y al final y un correcto Tomy Lee Jones, porque el resto del decorado actoral parece de cartón, te deja indiferente.

Ni siquiera conocer el caso real aporta algo a la película.

Un cartel bonito y poco más.