Notas sobre un verano
2023 

5,4
508
Drama. Romance
Marta (Katia Borlado), una profesora adjunta en la universidad, está a punto de irse a vivir con su novio Leo, pero antes, decide pasar unos días en Gijón junto a sus padres. Es allí donde se reencuentra con amigas y antiguos amores de la infancia, como Pablo (Álvaro Quintana); con el que tendrá una recaída amorosa y trastocará todos sus planes de futuro. ¿Volverá a Asturias a retomar su relación con Pablo? ¿O seguirá en Madrid junto a ... [+]
30 de septiembre de 2024
30 de septiembre de 2024
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
No conocía a Katia Borlado, y durante unos minutos permanecí asombrado contemplando su actuación artificial, sintética, fingida... exteriorizada; más pendiente de sus poses que proyectar una interpretación que llegase al espectador. ¿De dónde ha salido?
No entiendo las razones que llevaron a elegirla. Considero que a un actor pueden faltarle recursos, no estar dotado de un gran talento, pero lo de esta actriz ¿? es un tropiezo continuado en todas las escenas. El personaje no aparece en ningún instante.
Esa actuación me alejó de lo que me estaban contando, no pude entrar en la película. El subtexto que acompaña al guion no aporta nada que apetezca desentrañar. Una lástima. Las escenas de cama están muy bien filmadas, aportando el único instante de espontaneidad, razón por la que ha alcanzado un 4.
No entiendo las razones que llevaron a elegirla. Considero que a un actor pueden faltarle recursos, no estar dotado de un gran talento, pero lo de esta actriz ¿? es un tropiezo continuado en todas las escenas. El personaje no aparece en ningún instante.
Esa actuación me alejó de lo que me estaban contando, no pude entrar en la película. El subtexto que acompaña al guion no aporta nada que apetezca desentrañar. Una lástima. Las escenas de cama están muy bien filmadas, aportando el único instante de espontaneidad, razón por la que ha alcanzado un 4.
25 de marzo de 2025
25 de marzo de 2025
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Tiene mucho mérito y aún más inteligencia Diego Llorente al saber hacer de la necesidad virtud y levantar un proyecto cinematográfico muy humilde con sensibilidad y sutileza. “Notas sobre un verano”, heredera confesa del cine de Eric Rohmer, es un drama romántico que alcanza la notoriedad y novedad que en principio no aparenta cuando es capaz de transmitir situaciones con un realismo y verosimilitud encomiables. También hay que reconocer que lo logra gracias a la generosísima entrega de la actriz Katia Borlado, realmente, impresionante, que aparece prácticamente en todos los planos de la película y que la sostiene ella sola.
Lo que propone el guión del propio Diego Llorente en sus 83 minutos de metraje es bien sencillo: Marta (Katia Borlado) vive en Madrid, donde recaló intentando ganarse la vida, con su novio Leo (un Antonio Araque que ya nos llamó la atención en “Por donde pasa el silencio” de Sandra Romero y que aquí pasa más desapercibido por la intensidad interpretativa de Katia Borlado). Pero llega el verano, Leo trabaja y Marta no, por lo que volverá a pasar las vacaciones a su ciudad natal, Gijón, para reencontrarse con su madre, su hermana y, sobre todo, con sus amigas de toda la vida.
Desde que llega, todo son notas de voz por Whatsapp con su novio, al que echa de menos, pero… una noche se reencuentra con su antigua pareja, Pablo (Álvaro Quintana) y ese viejo amor olvidado resucitará de pronto y sin previo aviso. El lío sentimental y vital se ha generado en la vida de Marta y al espectador le importa y mucho el desenlace.
Con apenas medios, Diego Llorente demuestra tener claro lo que pretende contar y cómo, colocando de manera naturalista la cámara donde menos molesta a su elenco actoral y utilizando para ello una fotografía casi documental de Adrián Hernández. No utiliza música alguna, deja que el espectador se cuele en las situaciones que viven los personajes con naturalidad absoluta. Acierta demostrando que muchas veces menos es más, sobre todo si se sabe seguir la senda del cine de Rohmer de manera tan eficaz y efectiva.
Lo que propone el guión del propio Diego Llorente en sus 83 minutos de metraje es bien sencillo: Marta (Katia Borlado) vive en Madrid, donde recaló intentando ganarse la vida, con su novio Leo (un Antonio Araque que ya nos llamó la atención en “Por donde pasa el silencio” de Sandra Romero y que aquí pasa más desapercibido por la intensidad interpretativa de Katia Borlado). Pero llega el verano, Leo trabaja y Marta no, por lo que volverá a pasar las vacaciones a su ciudad natal, Gijón, para reencontrarse con su madre, su hermana y, sobre todo, con sus amigas de toda la vida.
Desde que llega, todo son notas de voz por Whatsapp con su novio, al que echa de menos, pero… una noche se reencuentra con su antigua pareja, Pablo (Álvaro Quintana) y ese viejo amor olvidado resucitará de pronto y sin previo aviso. El lío sentimental y vital se ha generado en la vida de Marta y al espectador le importa y mucho el desenlace.
Con apenas medios, Diego Llorente demuestra tener claro lo que pretende contar y cómo, colocando de manera naturalista la cámara donde menos molesta a su elenco actoral y utilizando para ello una fotografía casi documental de Adrián Hernández. No utiliza música alguna, deja que el espectador se cuele en las situaciones que viven los personajes con naturalidad absoluta. Acierta demostrando que muchas veces menos es más, sobre todo si se sabe seguir la senda del cine de Rohmer de manera tan eficaz y efectiva.
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