Anatomía de una caída
2023 

7,1
26.764
Thriller. Drama
Sandra, una escritora alemana, vive con su marido Samuel y su hijo ciego, Daniel, en un chalé en medio de los Alpes franceses. Cuando Samuel fallece en misteriosas circunstancias, la investigación no puede determinar si se trata de un suicidio o de un homicidio. Sandra es arrestada y juzgada por asesinato, y el proceso pone su tumultuosa relación y su ambigua personalidad en el punto de mira. (FILMAFFINITY)
9 de septiembre de 2024
9 de septiembre de 2024
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Anatomía de una caída es una película reseñada como thriller, drama y drama judicial. No puedo ofrecer reseña mejor porque todo eso es lo que ofrece.
Una película francesa, con el tono y a veces el ritmo propio del cine francés independiente, es decir, para adultos. Bajo la fortuita muerte anunciada en la escena cero se va dibujando la historia de un matrimonio, en apariencia feliz, que reside en un lugar repleto de naturaleza y bellos paisajes, pero que en realidad esconde, como todos los matrimonios, los fondos más insondables de sus personas.
El espectador adicto al thriller quiere jugar a Agatha Christie sin darse cuenta de por dónde le están llevando, como en un buen thriller. Pero la película es también un drama y en la parte judicial es donde se van a ir abriendo en abanico todas las cartas para que persigamos la hipótesis ganadora. Así que resulta adictiva y estimulante para una tarde en familia.
Algunos espectadores quizá quedan insatisfechos con el final, pero quizá sea porque aún no han podido pararse a pensar en lo que voy a DESTRIPAR en la zona spoiler que para eso está. Buena película, notable incluso. Con algo más de sentido del humor sería un notable alto, pero últimamente fluye poco humor en los cines.
Una película francesa, con el tono y a veces el ritmo propio del cine francés independiente, es decir, para adultos. Bajo la fortuita muerte anunciada en la escena cero se va dibujando la historia de un matrimonio, en apariencia feliz, que reside en un lugar repleto de naturaleza y bellos paisajes, pero que en realidad esconde, como todos los matrimonios, los fondos más insondables de sus personas.
El espectador adicto al thriller quiere jugar a Agatha Christie sin darse cuenta de por dónde le están llevando, como en un buen thriller. Pero la película es también un drama y en la parte judicial es donde se van a ir abriendo en abanico todas las cartas para que persigamos la hipótesis ganadora. Así que resulta adictiva y estimulante para una tarde en familia.
Algunos espectadores quizá quedan insatisfechos con el final, pero quizá sea porque aún no han podido pararse a pensar en lo que voy a DESTRIPAR en la zona spoiler que para eso está. Buena película, notable incluso. Con algo más de sentido del humor sería un notable alto, pero últimamente fluye poco humor en los cines.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Todo el asunto está en decidir si ha sido un crimen o un suicidio. El fiscal, que es el personaje más de película de toda la película, escudriña como un sabueso todos los puntos débiles de la trama hasta que llega la hora de la verdad. Cuando hay que aclarar lo que ha pasado.
Momento preciso en el que a la defensa se le abre el suelo bajo los pies y parece que todo se le vaya a ir al garete. La acompañante judicial del niño le aconseja que tome una decisión. El niño no puede aceptar que su madre sea una asesina. Decanta la balanza contando una historia que posiblemente sea inventada y que, de considerarse cierta, convierte el suicidio en la hipótesis ganadora.
No hay trampas, no hay engaños. Probablemente nos están conduciendo todo el rato a un callejón sin salida, desde el punto de vista tanto de la víctima como del propio niño, la responsabilidad de la madre en la muerte del padre es palmaria. Quizá con esta trama, sus creadores tratan de dar su punto de vista ante la salud mental y las estadísticas de suicidios. En Francia cada día 25 personas se quitan la vida. El doble que en España. Las señales que estaba dando el padre para que esto fuera un factor de preocupación en su entorno serían de manual si le hicieramos caso a esos manuales.
Pero no es lo mismo no ayudar a alguien a resolver problemas y que no se ahogue, que empujarlo desde un balcón o aún más arrearle con un objeto contundente con intención de matarlo, como pretendía hacernos creer el fiscal.
No hay sombra de dudas. La madre es inocente respecto al crimen. No ha dado muestras de culpabilidad en todo el relato y su propio hijo, que es bastante listo, se asegura de que hay dos elementos importantes que hacen al padre sospechoso número uno de suicidio. El experimento con el perro y el relato que cuenta al final (que sea o no inventado, es la visión que el niño tenía de su padre). Tampoco tenemos por qué dudar del niño.
¿Por qué la victoria le sabe poco a la madre? Porque sabe que es inocente del crimen, pero eso no alivia su sentimiento de culpa respecto a la muerte del marido. Posiblemente si ella le hubiera ayudado en esos momentos finales, si hubiera actuado de otra manera en esa pelea final o si hubiera integrado de otra manera la reacción celosa del marido ante su cita. Lo que el juicio no le pudo dar, se lo da su hijo que con su testimonio y el fin que pone a las sospechas está proclamando un perdón hacia su madre como único camino al reencuentro. Hermoso.
Como espectadores debemos hacernoslo ver, en nuestra adicción amarillista por el morbo y el thriller queríamos que hubiera un asesino y nos lo desvelaran. Pero no nos gusta que no lo haya ni la manera como nos lo desvelaron. Caímos en la trampa de los creadores de la película. Hay que pensar mejor en esa víctima, no de su mujer, ni de su hijo, ni de su trabajo. De hecho mejor pensar en todas las víctimas del suicidio, todas aquellas personas que al borde de un abismo de problemas, en un momento de debilidad, pierden la cabeza y con ello el don más preciado que les fue regalado. Porque probablemente fueron víctimas de una sociedad tan empeñada en seguir adelante que no es consciente de cuando es imprescindible ayudar a alguien.
Momento preciso en el que a la defensa se le abre el suelo bajo los pies y parece que todo se le vaya a ir al garete. La acompañante judicial del niño le aconseja que tome una decisión. El niño no puede aceptar que su madre sea una asesina. Decanta la balanza contando una historia que posiblemente sea inventada y que, de considerarse cierta, convierte el suicidio en la hipótesis ganadora.
No hay trampas, no hay engaños. Probablemente nos están conduciendo todo el rato a un callejón sin salida, desde el punto de vista tanto de la víctima como del propio niño, la responsabilidad de la madre en la muerte del padre es palmaria. Quizá con esta trama, sus creadores tratan de dar su punto de vista ante la salud mental y las estadísticas de suicidios. En Francia cada día 25 personas se quitan la vida. El doble que en España. Las señales que estaba dando el padre para que esto fuera un factor de preocupación en su entorno serían de manual si le hicieramos caso a esos manuales.
Pero no es lo mismo no ayudar a alguien a resolver problemas y que no se ahogue, que empujarlo desde un balcón o aún más arrearle con un objeto contundente con intención de matarlo, como pretendía hacernos creer el fiscal.
No hay sombra de dudas. La madre es inocente respecto al crimen. No ha dado muestras de culpabilidad en todo el relato y su propio hijo, que es bastante listo, se asegura de que hay dos elementos importantes que hacen al padre sospechoso número uno de suicidio. El experimento con el perro y el relato que cuenta al final (que sea o no inventado, es la visión que el niño tenía de su padre). Tampoco tenemos por qué dudar del niño.
¿Por qué la victoria le sabe poco a la madre? Porque sabe que es inocente del crimen, pero eso no alivia su sentimiento de culpa respecto a la muerte del marido. Posiblemente si ella le hubiera ayudado en esos momentos finales, si hubiera actuado de otra manera en esa pelea final o si hubiera integrado de otra manera la reacción celosa del marido ante su cita. Lo que el juicio no le pudo dar, se lo da su hijo que con su testimonio y el fin que pone a las sospechas está proclamando un perdón hacia su madre como único camino al reencuentro. Hermoso.
Como espectadores debemos hacernoslo ver, en nuestra adicción amarillista por el morbo y el thriller queríamos que hubiera un asesino y nos lo desvelaran. Pero no nos gusta que no lo haya ni la manera como nos lo desvelaron. Caímos en la trampa de los creadores de la película. Hay que pensar mejor en esa víctima, no de su mujer, ni de su hijo, ni de su trabajo. De hecho mejor pensar en todas las víctimas del suicidio, todas aquellas personas que al borde de un abismo de problemas, en un momento de debilidad, pierden la cabeza y con ello el don más preciado que les fue regalado. Porque probablemente fueron víctimas de una sociedad tan empeñada en seguir adelante que no es consciente de cuando es imprescindible ayudar a alguien.
10 de diciembre de 2024
10 de diciembre de 2024
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Mediocre, muy mediocre película de juicio por presunto homicidio (otra más), cuyo mayor defecto no es que sea prolija e innecesariamente larga sino lo anodino e insubstancial del tema: el fracaso matrimonial, un fracaso que no tiene absolutamente nada de particular y que, pese a sus 140 minutos de duración, nunca se se disecciona (se "anatomiza") con auténtica profundidad. Todo se queda en lo externo, en la superficie.
Si tiene algún mérito es el de los actores, en su naturalidad, y me refiero a los secundarios, porque la actriz principal se hace un poco cargante con su continuo despliegue de muequecitas y su cinismo encubierto. Excelente el niño ciego, y excelente también el fiscal, por lo muy bien que hace de perfecto gilipollas.
Si tiene algún mérito es el de los actores, en su naturalidad, y me refiero a los secundarios, porque la actriz principal se hace un poco cargante con su continuo despliegue de muequecitas y su cinismo encubierto. Excelente el niño ciego, y excelente también el fiscal, por lo muy bien que hace de perfecto gilipollas.
20 de enero de 2025
20 de enero de 2025
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ambientada en el frío paisaje de un remoto pueblo francés, este absorbente drama se despliega con una exploración metódica y escalofriante de la fracturada relación de una pareja y el intenso escrutinio de un juicio. La historia se centra en Sandra, interpretada por la excepcional Sandra Hüller, cuya vida da un vuelco tras un trágico incidente. A medida que el caso avanza, la narrativa profundiza en las complejidades de la verdad, la percepción y las intrincadas dinámicas de las relaciones humanas.
La dirección de Justine Triet es deliberada y paciente, sumergiendo a la audiencia en una narrativa que equilibra perfectamente la profundidad emocional y el rigor intelectual. La sala del tribunal se convierte en un escenario donde cada palabra y gesto es analizado al detalle, haciendo que la película sea no solo un drama legal, sino también un profundo estudio de personajes. La capacidad de Triet para mantener la tensión mientras deja preguntas clave sin responder añade capas al relato, manteniendo al espectador en vilo de principio a fin.
Las interpretaciones son una lección magistral de sutileza e intensidad. Sandra Hüller brilla con una actuación matizada que captura tanto la vulnerabilidad como la fortaleza. Sus interacciones con Milo Machado Graner, quien interpreta a su hijo Daniel, son especialmente conmovedoras, añadiendo un peso emocional que ancla la película. El reparto secundario enriquece aún más la narrativa, contribuyendo a la exploración multifacética de la verdad y la perspectiva.
La cinematografía y el diseño de sonido también son destacados, realzando la atmósfera de la película y sumergiendo al espectador en su mundo. Los visuales contenidos y el paisaje sonoro envolvente amplifican la tensión, haciendo que incluso los momentos más silenciosos resuenen profundamente. Este cuidado en los detalles subraya el compromiso de la película con el realismo y su rechazo al melodrama.
Los temas de ambigüedad y complejidad moral impregnan la historia, invitando al público a cuestionar sus suposiciones y prejuicios. La película no ofrece respuestas fáciles ni resoluciones claras, sino que deja que los espectadores enfrenten la incertidumbre que define tanto las relaciones humanas como el sistema judicial. Este enfoque por capas asegura que la historia permanezca en la mente mucho tiempo después de que terminen los créditos.
Con su intrincada narrativa, actuaciones contundentes y temas que invitan a la reflexión, esta película se destaca como un testimonio del poder de un cine sutil pero impactante. Desafía al espectador a involucrarse activamente con la historia, recompensando su atención con una experiencia cinematográfica profundamente satisfactoria.
La dirección de Justine Triet es deliberada y paciente, sumergiendo a la audiencia en una narrativa que equilibra perfectamente la profundidad emocional y el rigor intelectual. La sala del tribunal se convierte en un escenario donde cada palabra y gesto es analizado al detalle, haciendo que la película sea no solo un drama legal, sino también un profundo estudio de personajes. La capacidad de Triet para mantener la tensión mientras deja preguntas clave sin responder añade capas al relato, manteniendo al espectador en vilo de principio a fin.
Las interpretaciones son una lección magistral de sutileza e intensidad. Sandra Hüller brilla con una actuación matizada que captura tanto la vulnerabilidad como la fortaleza. Sus interacciones con Milo Machado Graner, quien interpreta a su hijo Daniel, son especialmente conmovedoras, añadiendo un peso emocional que ancla la película. El reparto secundario enriquece aún más la narrativa, contribuyendo a la exploración multifacética de la verdad y la perspectiva.
La cinematografía y el diseño de sonido también son destacados, realzando la atmósfera de la película y sumergiendo al espectador en su mundo. Los visuales contenidos y el paisaje sonoro envolvente amplifican la tensión, haciendo que incluso los momentos más silenciosos resuenen profundamente. Este cuidado en los detalles subraya el compromiso de la película con el realismo y su rechazo al melodrama.
Los temas de ambigüedad y complejidad moral impregnan la historia, invitando al público a cuestionar sus suposiciones y prejuicios. La película no ofrece respuestas fáciles ni resoluciones claras, sino que deja que los espectadores enfrenten la incertidumbre que define tanto las relaciones humanas como el sistema judicial. Este enfoque por capas asegura que la historia permanezca en la mente mucho tiempo después de que terminen los créditos.
Con su intrincada narrativa, actuaciones contundentes y temas que invitan a la reflexión, esta película se destaca como un testimonio del poder de un cine sutil pero impactante. Desafía al espectador a involucrarse activamente con la historia, recompensando su atención con una experiencia cinematográfica profundamente satisfactoria.
17 de febrero de 2025
17 de febrero de 2025
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Anatomía de una caída no es el típico thriller judicial. Desde el primer minuto, Justine Triet deja claro que no está interesada en ofrecer respuestas fáciles ni en seguir fórmulas convencionales. La historia se construye sobre silencios, miradas y detalles que parecen insignificantes pero que lo cambian todo.
Sandra Hüller está impresionante en un papel lleno de matices. Su personaje es difícil de leer, y ahí está gran parte del atractivo de la película: nunca sabes exactamente qué pensar de ella. La forma en que el guion y la dirección juegan con la percepción del espectador es brillante, convirtiendo cada escena en un rompecabezas donde las emociones y los hechos se mezclan de manera sutil.
Uno de los mayores aciertos es cómo la película usa el sonido. Las discusiones, los ruidos del entorno, incluso los momentos de silencio absoluto, todo contribuyen a la tensión creciente. No es una historia que dependa de grandes giros, sino de una sensación constante de incertidumbre que se va apoderando del espectador.
Es cierto que el ritmo pausado y la frialdad de algunos diálogos pueden hacer que no sea para todo el mundo. Pero quienes disfrutan del cine que deja espacio para la interpretación y el debate encontrarán en Anatomía de una caída una experiencia absorbente.
Sandra Hüller está impresionante en un papel lleno de matices. Su personaje es difícil de leer, y ahí está gran parte del atractivo de la película: nunca sabes exactamente qué pensar de ella. La forma en que el guion y la dirección juegan con la percepción del espectador es brillante, convirtiendo cada escena en un rompecabezas donde las emociones y los hechos se mezclan de manera sutil.
Uno de los mayores aciertos es cómo la película usa el sonido. Las discusiones, los ruidos del entorno, incluso los momentos de silencio absoluto, todo contribuyen a la tensión creciente. No es una historia que dependa de grandes giros, sino de una sensación constante de incertidumbre que se va apoderando del espectador.
Es cierto que el ritmo pausado y la frialdad de algunos diálogos pueden hacer que no sea para todo el mundo. Pero quienes disfrutan del cine que deja espacio para la interpretación y el debate encontrarán en Anatomía de una caída una experiencia absorbente.
6 de diciembre de 2023
6 de diciembre de 2023
6 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
El pero es que es un poco larga de más, al menos a mí que la estaba viendo con gusto e interés se me hizo un poco larga.
Se utiliza un juicio tras la muerte traumática del marido de la protagonista, para hurgar en la relación del matrimonio, con diálogos inteligentes, argumento coherente, excelentes actuaciones de los protagonistas y secundarios, muy buena y creíble ambientación y un desarrollo casi teatral muy bien llevado.
A mí me gustó mucho, lo pasé muy bien, pero creo que la película pedía una pequeña poda porque terminé deseando que llegara el final.
Se utiliza un juicio tras la muerte traumática del marido de la protagonista, para hurgar en la relación del matrimonio, con diálogos inteligentes, argumento coherente, excelentes actuaciones de los protagonistas y secundarios, muy buena y creíble ambientación y un desarrollo casi teatral muy bien llevado.
A mí me gustó mucho, lo pasé muy bien, pero creo que la película pedía una pequeña poda porque terminé deseando que llegara el final.
Cancelar
Limpiar
Aplicar
Filters & Sorts
You can change filter options and sorts from here