Joker: Folie à Deux
2024 

5,2
14.095
Thriller. Drama. Musical. Romance
Tras crear el caos, Arthur Fleck ha sido internado en Arkham a la espera de juicio por sus crímenes como Joker. Mientras lidia con su doble identidad, Arthur no sólo se topa con el amor verdadero, sino que también descubre la música que siempre ha estado dentro de él. Secuela de 'Joker' (2019).
3 de octubre de 2024
3 de octubre de 2024
82 de 127 usuarios han encontrado esta crítica útil
No la recomiendo si van con espectativas de que sea similar a la primera, si por el contrario les gusta lo"intrépido y novedoso" podrían verla y quizás gustarles. En lo personal no me gustan las películas con musicales extensos o con muchos musicales cortos, no es para nada lo que esperaba de esta película un desacierto total de Phillips
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Es una película que decepciona totalmente, no concuerda con el Joker de la primera parte sinceramente no me gustó para nada la parte del musical que fue casi un 90% de la película, Joaquin Phoenix es excelente en su primera entrega pero en esta segunda literalmente lo hicieron un payaso perdió la esencia del Joker tirano, si la intención era que Lady Gaga resaltará entonces debieron buscar otra forma o buscar una actriz porque desconectan a la audiencia cada vez que empiezan a cantar de la nada, no hay continuidad, parece forzado e improvisado. Me desilusionó completamente
5 de octubre de 2024
5 de octubre de 2024
51 de 67 usuarios han encontrado esta crítica útil
Todd Phillips regresa con una secuela de su mejor película 5 años después para presentarnos...
Una segunda parte muy poco interesante.
El principio básico de toda secuela es ofrecer más y mejor, en esta secuela nos ofrecen más, pero no mejor, ni siquiera más de lo mismo. Es más, pero peor.
Por ir tirando de las cosas positivas, tenemos una dirección correcta para una trama que termina siendo un despropósito.
La primera película se ambientó en 1981, y por atmósfera parecía una película de los tardíos 70 o principios de los 80. Cómo dicen que esta segunda entrega sucede 5 años después, supongo que transcurrirá en 1986.
Tenemos una trama que presenta consecuencias a los eventos de la primera. Recalco; presenta consecuencias, no eventos.
Básicamente el personaje de Arthur Fleck no avanza ni se construye más allá de lo visto en la primera, y es una película que va de punto A a punto B para regresar al punto A.
Es un musical, no estoy descubriendo América a nadie al decir ésto; se dijo ya en los tráilers.
El problema es que el tono del musical se da de bruces con el tono serio y dramático que quiere plantear el film.
Los números son buenos y están bien dirigidos, pero te sacan de contexto, porque o son oníricos o es música diegética.
Pero de ser este último el caso; nosotros escuchamos a Arthur o a Lee cantar con música, trompetas y el acompañamiento musical necesario de fondo, pero los personajes de la película deben estar escuchando a los típicos adolescentes que van cantando con los cascos a tope en el Metro y se creen que están en un épico videoclip, mientras que lo que nosotros oímos es simplemente una voz sin acompañamiento alguno.
Las canciones sirven para comunicar pensamientos o preocupaciones, y eso me recuerda a una crítica muy repetida a los musicales animados; con algunos clásicos Disney por ejemplo, he escuchado a mucha gente decir que las canciones solo están para alargar la película.
Y yo digo que no, que eso solo ocurre cuando tu película es tan sencilla que tienes que alargar la trama con algo.
Por tanto, eso solo ocurre con las malas películas animadas.
Éso pasaba con la película de "Tom y Jerry" de 1992 y el resultado no fue bueno.
En "Joker: Folie à Deux", los números musicales no hacen más que distraer de la ya de por sí inexistente trama.
"Joker" tenía a menudo algunos problemas en cuánto a la cohesión del guión, pero la buena dirección supo camuflarlos y plantear otro origen del Joker para una historia que en un principio podría ser sobre el descenso a la locura de un enfermo mental.
En esta segunda parte analizamos las consecuencias de las atrocidades que Arthur Fleck cometió en el film anterior, y entre sus nuevos conocidos tenemos a Lee, interpretada por Lady Gaga.
El problema es que el personaje más allá de enamorarse del Joker, aporta bien poco como personaje y también a nuestro protagonista.
Entendemos que no hay que esperar una locura máxima de los personajes; ni este Joker es el príncipe payaso de Gotham, ni esta Harley Quinn es exactamente esa doctora tan inteligente pero frágil que se termina enamorando perdidamente de él.
De hecho, la película tiene una atmósfera tan triste y lúgubre que únicamente presenta una escena en la que les vemos conectando sentimientos realmente, y aún así el guión siembra para luego no recoger.
En la primera se podía comprender que había momentos extraños y que probablemente no habían sucedido, de hecho al final se confirma que hay eventos que no han sucedido.
En la secuela, hay momentos que claramente son oníricos, pero hay otros que son demasiado extraños para ser reales y demasiado mundanos para ser ficticios.
En eso podría resumir el mayor problema de la película; no sabe si ser un drama sobre las consecuencias de los actos de Arthur Fleck o si directamente desatar al máximo todo su potencial al revelarnos por completo la cara oculta de nuestro protagonista.
Es cierto que en la primera película el ambiente era sórdido y muchos de los personajes ejercieron una influencia muy negativa sobre nuestro protagonista, y aunque no es que fuera muy ambigua, al menos esta atmósfera daba pié a más de una interpretación.
Aquí no, aquí tenemos a personajes muy poco sutiles y a un protagonista al que la película victimiza sin contemplaciones, tenemos el mensaje de que el malo es el sistema, y ya ahondaremos más sobre ello en el apartado de spoilers.
Si la primera película tenía un pulso narrativo lento, pero firme, que nos mantenía interesados en la trama durante las dos horas de duración del film, en ésta ni siquiera fluyen las escenas bien.
Cada escena que ocurre no parece estar necesariamente hilada a la anterior ni ser precursora de la siguiente.
Ésto es un problema habitual en algunas comedias que acaban pareciendo más una colección de sketches que películas en sí mismas con su principio, nudo y desenlace.
Incluso ocurre en algunas películas de Harry Potter, más que nada porque están presentando un evento tan largo como lo es todo un curso escolar.
Tristemente, en "Joker: Folie à Deux" este problema no está justificado, ni tampoco el hecho de que prácticamente todo transcurra en solo dos escenarios.
No sentimos a Gotham como un personaje central en el desarrollo de la historia.
Y no me malinterpretéis, yo no esperaba que este Joker se convirtiera en la némesis de Batman, ni que conectara con la saga de Matt Reeves, ni el DCEU ni nada por el estilo, pero realmente aquí se confirma lo que muchos llegamos a sospechar en la primera entrega; Todd Phillips ha tomado el concepto del Joker para contar una historia sobre un enfermo mental con impulsos homicidas, no ha sido una adaptación, y como bien dijo Andoni Garrido; "¿Qué habría sido de esta película si la hubiésemos titulado "Arturo Flequillo y su mente sin frenillo"?
Nada más que decir, la película se puede ver porque está bien dirigida y actuada en líneas generales, pero no aporta nada a la primera y con la historia que plantea, flaco favor le está haciendo:
4'5 sobre 10.
Una segunda parte muy poco interesante.
El principio básico de toda secuela es ofrecer más y mejor, en esta secuela nos ofrecen más, pero no mejor, ni siquiera más de lo mismo. Es más, pero peor.
Por ir tirando de las cosas positivas, tenemos una dirección correcta para una trama que termina siendo un despropósito.
La primera película se ambientó en 1981, y por atmósfera parecía una película de los tardíos 70 o principios de los 80. Cómo dicen que esta segunda entrega sucede 5 años después, supongo que transcurrirá en 1986.
Tenemos una trama que presenta consecuencias a los eventos de la primera. Recalco; presenta consecuencias, no eventos.
Básicamente el personaje de Arthur Fleck no avanza ni se construye más allá de lo visto en la primera, y es una película que va de punto A a punto B para regresar al punto A.
Es un musical, no estoy descubriendo América a nadie al decir ésto; se dijo ya en los tráilers.
El problema es que el tono del musical se da de bruces con el tono serio y dramático que quiere plantear el film.
Los números son buenos y están bien dirigidos, pero te sacan de contexto, porque o son oníricos o es música diegética.
Pero de ser este último el caso; nosotros escuchamos a Arthur o a Lee cantar con música, trompetas y el acompañamiento musical necesario de fondo, pero los personajes de la película deben estar escuchando a los típicos adolescentes que van cantando con los cascos a tope en el Metro y se creen que están en un épico videoclip, mientras que lo que nosotros oímos es simplemente una voz sin acompañamiento alguno.
Las canciones sirven para comunicar pensamientos o preocupaciones, y eso me recuerda a una crítica muy repetida a los musicales animados; con algunos clásicos Disney por ejemplo, he escuchado a mucha gente decir que las canciones solo están para alargar la película.
Y yo digo que no, que eso solo ocurre cuando tu película es tan sencilla que tienes que alargar la trama con algo.
Por tanto, eso solo ocurre con las malas películas animadas.
Éso pasaba con la película de "Tom y Jerry" de 1992 y el resultado no fue bueno.
En "Joker: Folie à Deux", los números musicales no hacen más que distraer de la ya de por sí inexistente trama.
"Joker" tenía a menudo algunos problemas en cuánto a la cohesión del guión, pero la buena dirección supo camuflarlos y plantear otro origen del Joker para una historia que en un principio podría ser sobre el descenso a la locura de un enfermo mental.
En esta segunda parte analizamos las consecuencias de las atrocidades que Arthur Fleck cometió en el film anterior, y entre sus nuevos conocidos tenemos a Lee, interpretada por Lady Gaga.
El problema es que el personaje más allá de enamorarse del Joker, aporta bien poco como personaje y también a nuestro protagonista.
Entendemos que no hay que esperar una locura máxima de los personajes; ni este Joker es el príncipe payaso de Gotham, ni esta Harley Quinn es exactamente esa doctora tan inteligente pero frágil que se termina enamorando perdidamente de él.
De hecho, la película tiene una atmósfera tan triste y lúgubre que únicamente presenta una escena en la que les vemos conectando sentimientos realmente, y aún así el guión siembra para luego no recoger.
En la primera se podía comprender que había momentos extraños y que probablemente no habían sucedido, de hecho al final se confirma que hay eventos que no han sucedido.
En la secuela, hay momentos que claramente son oníricos, pero hay otros que son demasiado extraños para ser reales y demasiado mundanos para ser ficticios.
En eso podría resumir el mayor problema de la película; no sabe si ser un drama sobre las consecuencias de los actos de Arthur Fleck o si directamente desatar al máximo todo su potencial al revelarnos por completo la cara oculta de nuestro protagonista.
Es cierto que en la primera película el ambiente era sórdido y muchos de los personajes ejercieron una influencia muy negativa sobre nuestro protagonista, y aunque no es que fuera muy ambigua, al menos esta atmósfera daba pié a más de una interpretación.
Aquí no, aquí tenemos a personajes muy poco sutiles y a un protagonista al que la película victimiza sin contemplaciones, tenemos el mensaje de que el malo es el sistema, y ya ahondaremos más sobre ello en el apartado de spoilers.
Si la primera película tenía un pulso narrativo lento, pero firme, que nos mantenía interesados en la trama durante las dos horas de duración del film, en ésta ni siquiera fluyen las escenas bien.
Cada escena que ocurre no parece estar necesariamente hilada a la anterior ni ser precursora de la siguiente.
Ésto es un problema habitual en algunas comedias que acaban pareciendo más una colección de sketches que películas en sí mismas con su principio, nudo y desenlace.
Incluso ocurre en algunas películas de Harry Potter, más que nada porque están presentando un evento tan largo como lo es todo un curso escolar.
Tristemente, en "Joker: Folie à Deux" este problema no está justificado, ni tampoco el hecho de que prácticamente todo transcurra en solo dos escenarios.
No sentimos a Gotham como un personaje central en el desarrollo de la historia.
Y no me malinterpretéis, yo no esperaba que este Joker se convirtiera en la némesis de Batman, ni que conectara con la saga de Matt Reeves, ni el DCEU ni nada por el estilo, pero realmente aquí se confirma lo que muchos llegamos a sospechar en la primera entrega; Todd Phillips ha tomado el concepto del Joker para contar una historia sobre un enfermo mental con impulsos homicidas, no ha sido una adaptación, y como bien dijo Andoni Garrido; "¿Qué habría sido de esta película si la hubiésemos titulado "Arturo Flequillo y su mente sin frenillo"?
Nada más que decir, la película se puede ver porque está bien dirigida y actuada en líneas generales, pero no aporta nada a la primera y con la historia que plantea, flaco favor le está haciendo:
4'5 sobre 10.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
¡Tengo que decir que el corto inicial de los Looney Tunes me hizo mucha gracia!
El personaje de Brendan Gleeson parece responder originalmente a un perfil y al final al contrario, y en ambos casos se queda en tierra de nadie.
No hay nada malo en ello, las personas no nos dividimos solo en héroes y villanos, como bien dijo Sirius Black, pero si me presentas al personaje como alguien no bueno, pero tampoco malo, no me lo conviertas en alguien no criminal, pero sí mala gente, porque al final ni es un aliado ni un enemigo.
Se plantea la duda de si podría haber una ambigüedad en el comportamiento de Arthur; ¿Existe un alter ego que responda al nombre de Joker o siempre fue Arthur el que cometió las atrocidades?
La pregunta es interesante, incluso podría plantear ese concepto que abordó ligeramente la trilogía de Nolan de Batman y es que nuestro personaje sea un símbolo trascendente y no una persona.
Joker puede ser una entidad que van adoptando distintos hombres, como sucedía con Phantom.
Al final no sé si el mensaje de la película es ese; Arthur reconoce que el Joker no es real y que todos los crímenes los cometió él, curiosamente esa figura mediática que admiraban los criminales es enterrada por Arthur en una sola frase, cuando después de hacer tantas locuras y de decidir representarse a si mismo como abogado ante el tribunal, acaba confesando esta verdad.
De hecho también confiesa los asesinatos que cometió. Lo cual me deja con la duda de que le sucedió a la psiquiatra del final de la primera; ¿La mató o simplemente la agredió?
Cuando él confiesa que Joker no existe porque no es más que un símbolo artificial creado por una sociedad enferma, Harley le abandona y lo condenan a muerte.
Lo más extraño de todo es que hay un muchacho en el psiquiátrico de Arkham que se dirige a Arthur y lo apuñala brutalmente para luego rajarse la boca con un cuchillo, como comentaba Heath Ledger en la película "El caballero oscuro".
¿Adoptará ese chico ahora la identidad de Joker?
Lo cierto es que el final queda muy ambiguo y tampoco ayuda que el guión siembre para no recoger, porque básicamente Arthur y Lee tienen una escena de sexo en una celda; una escena tan extraña que no nos queda claro ni siquiera si es real.
Ella dice que está embarazada, pero al final de la película no nos queda claro si eso es verdad, es mentira o si el embarazo fue real, pero ella tuvo un aborto.
De hecho, ¿Acaso Harley está viva para el final de la película?, porque la vemos queriendo volarse la cabeza con un revólver. Así que o lo hace y todo lo que se ve después ocurre en la mente de Arthur o reprime su impulso de suicidio y acude a verle a la escalera.
Si esto último es real, supongo que puede ser ella quién lo visita al final.
Por un lado me parece sorprendente que la muerte de Arthur suceda ahí, y la vida real puede ser así de dura; tú estás bien y en unos minutos te asesina un maníaco de forma inesperada, pero los relatos ficticios tienen unas normas; y si tú matas a un personaje antes de tiempo, narrativamente resulta anticlimático.
Tristemente lo último que vemos del gran personaje creado por Joaquin Phoenix, es un pobre hombre enfermo al que la vida llevó por mal camino, y que aunque logra alcanzar su paz mental al final de su vida, acaba sucumbiendo ante un asesino desconocido.
Es un final digno de quien a hierro mata a nivel narrativo, pero no termina de ser un cierre satisfactorio para este personaje.
Sobre la relación entre el Joker y Harley Quinn, voy a decir una barbaridad; creo que "Escuadrón Suicida" de David Ayer, representó mucho mejor su esencia.
Tradicionalmente es Harley la que va a rebufo del Joker, aquí sin embargo ocurre todo lo contrario.
Parece que ella podría llegar a activar al personaje del Joker en la mente de Arthur, pero al final ni lo consigue. Nuestra película va de Arkham al juzgado, del juzgado a Arkham, y en medio tenemos números musicales que aunque pueden ser buenos, parecen estar completamente fuera de lugar en esta película.
El personaje de Brendan Gleeson parece responder originalmente a un perfil y al final al contrario, y en ambos casos se queda en tierra de nadie.
No hay nada malo en ello, las personas no nos dividimos solo en héroes y villanos, como bien dijo Sirius Black, pero si me presentas al personaje como alguien no bueno, pero tampoco malo, no me lo conviertas en alguien no criminal, pero sí mala gente, porque al final ni es un aliado ni un enemigo.
Se plantea la duda de si podría haber una ambigüedad en el comportamiento de Arthur; ¿Existe un alter ego que responda al nombre de Joker o siempre fue Arthur el que cometió las atrocidades?
La pregunta es interesante, incluso podría plantear ese concepto que abordó ligeramente la trilogía de Nolan de Batman y es que nuestro personaje sea un símbolo trascendente y no una persona.
Joker puede ser una entidad que van adoptando distintos hombres, como sucedía con Phantom.
Al final no sé si el mensaje de la película es ese; Arthur reconoce que el Joker no es real y que todos los crímenes los cometió él, curiosamente esa figura mediática que admiraban los criminales es enterrada por Arthur en una sola frase, cuando después de hacer tantas locuras y de decidir representarse a si mismo como abogado ante el tribunal, acaba confesando esta verdad.
De hecho también confiesa los asesinatos que cometió. Lo cual me deja con la duda de que le sucedió a la psiquiatra del final de la primera; ¿La mató o simplemente la agredió?
Cuando él confiesa que Joker no existe porque no es más que un símbolo artificial creado por una sociedad enferma, Harley le abandona y lo condenan a muerte.
Lo más extraño de todo es que hay un muchacho en el psiquiátrico de Arkham que se dirige a Arthur y lo apuñala brutalmente para luego rajarse la boca con un cuchillo, como comentaba Heath Ledger en la película "El caballero oscuro".
¿Adoptará ese chico ahora la identidad de Joker?
Lo cierto es que el final queda muy ambiguo y tampoco ayuda que el guión siembre para no recoger, porque básicamente Arthur y Lee tienen una escena de sexo en una celda; una escena tan extraña que no nos queda claro ni siquiera si es real.
Ella dice que está embarazada, pero al final de la película no nos queda claro si eso es verdad, es mentira o si el embarazo fue real, pero ella tuvo un aborto.
De hecho, ¿Acaso Harley está viva para el final de la película?, porque la vemos queriendo volarse la cabeza con un revólver. Así que o lo hace y todo lo que se ve después ocurre en la mente de Arthur o reprime su impulso de suicidio y acude a verle a la escalera.
Si esto último es real, supongo que puede ser ella quién lo visita al final.
Por un lado me parece sorprendente que la muerte de Arthur suceda ahí, y la vida real puede ser así de dura; tú estás bien y en unos minutos te asesina un maníaco de forma inesperada, pero los relatos ficticios tienen unas normas; y si tú matas a un personaje antes de tiempo, narrativamente resulta anticlimático.
Tristemente lo último que vemos del gran personaje creado por Joaquin Phoenix, es un pobre hombre enfermo al que la vida llevó por mal camino, y que aunque logra alcanzar su paz mental al final de su vida, acaba sucumbiendo ante un asesino desconocido.
Es un final digno de quien a hierro mata a nivel narrativo, pero no termina de ser un cierre satisfactorio para este personaje.
Sobre la relación entre el Joker y Harley Quinn, voy a decir una barbaridad; creo que "Escuadrón Suicida" de David Ayer, representó mucho mejor su esencia.
Tradicionalmente es Harley la que va a rebufo del Joker, aquí sin embargo ocurre todo lo contrario.
Parece que ella podría llegar a activar al personaje del Joker en la mente de Arthur, pero al final ni lo consigue. Nuestra película va de Arkham al juzgado, del juzgado a Arkham, y en medio tenemos números musicales que aunque pueden ser buenos, parecen estar completamente fuera de lugar en esta película.
4 de octubre de 2024
4 de octubre de 2024
68 de 107 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Joker: Folie à Deux", la segunda parte de "Joker", dirigida y coescrita también por Todd Phillips, dentro del thriller psicológico, desarrolla un drama carcelario y judicial que da un bofetón ideológico a todos los que asistieron a la primera parte como fans del Joker que llevado al límite por quienes abusaron de él en la sociedad se convertía en un asesino revolucionario, pues de hecho destruye al fan de ese personaje dejando un nítido mensaje: la revolución es un error que lleva al caos. Parece que Phillips necesitaba aclarar ese mensaje para aquellos que interpretaban alguna justificación. Y sin duda lo logra, porque el mensaje queda muy claro, a pesar de aquellos que critican esta película por no saber separar ellos la ficción del discurso aplicable a la realidad que les hubiese gustado.
Aunque el conjunto no alcanza quizás a ser tan buena película como su predecesora, especialmente por el ritmo narrativo, hay que reconocer la originalidad de dar una ambientación diferente al convertir la trama en un musical. Y un musical que funciona, tanto en forma como fondo, pues los números están muy bien engranados e interpretados tanto de nuevo por un atrayente, solvente e introspectivo Joaquin Phoenix durante todo el metraje, como por una Lady Gaga de la que lo único que se puede decir es que más minutos de ella en la pantalla habrían atrapado más al espectador. A ambos, dentro de un reparto en general acertado, se añade sobre todo la presencia que suma costuras al drama de un Brendan Gleeson que no defrauda en cada escena donde aparece.
Los aspectos de interpretación y técnicos del filme son pues sobresalientes, desde la fotografía que está a la altura de las nominaciones al Oscar que ya recibiera Lawrence Sher por el film de 2019, hasta el montaje, y pasando especialmente más en esta ocasión si cabe por una bastante buena banda sonora, que junta diversos temas potentes que rememoran música de Charles Chaplin, Frank Sinatra o Fred Astaire, mezclando con algún otro tema posterior como el espectacular blues "Gonna Build a Mountain" o el bello indie folk "True Love Will Find You In The End", y una partitura original de mérito de la compositora Hildur Guðnadóttir, quien iguala o incluso mejora su oscarizado trabajo anterior en esta secuela.
Película que no impacta tanto como la primera, pero que deja un poso para reflexionar, sacar conclusiones, y disfrutar de una valiosa puesta en escena mientras derriba el mito revolucionario de Joker transformándolo en el drama de Arhur Fleck.
"Don’t be sad, I know you will
But don’t give up until
True love will find you in the end".
Aunque el conjunto no alcanza quizás a ser tan buena película como su predecesora, especialmente por el ritmo narrativo, hay que reconocer la originalidad de dar una ambientación diferente al convertir la trama en un musical. Y un musical que funciona, tanto en forma como fondo, pues los números están muy bien engranados e interpretados tanto de nuevo por un atrayente, solvente e introspectivo Joaquin Phoenix durante todo el metraje, como por una Lady Gaga de la que lo único que se puede decir es que más minutos de ella en la pantalla habrían atrapado más al espectador. A ambos, dentro de un reparto en general acertado, se añade sobre todo la presencia que suma costuras al drama de un Brendan Gleeson que no defrauda en cada escena donde aparece.
Los aspectos de interpretación y técnicos del filme son pues sobresalientes, desde la fotografía que está a la altura de las nominaciones al Oscar que ya recibiera Lawrence Sher por el film de 2019, hasta el montaje, y pasando especialmente más en esta ocasión si cabe por una bastante buena banda sonora, que junta diversos temas potentes que rememoran música de Charles Chaplin, Frank Sinatra o Fred Astaire, mezclando con algún otro tema posterior como el espectacular blues "Gonna Build a Mountain" o el bello indie folk "True Love Will Find You In The End", y una partitura original de mérito de la compositora Hildur Guðnadóttir, quien iguala o incluso mejora su oscarizado trabajo anterior en esta secuela.
Película que no impacta tanto como la primera, pero que deja un poso para reflexionar, sacar conclusiones, y disfrutar de una valiosa puesta en escena mientras derriba el mito revolucionario de Joker transformándolo en el drama de Arhur Fleck.
"Don’t be sad, I know you will
But don’t give up until
True love will find you in the end".
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Tras los títulos de crédito finales y escuchar el tema esperanzador a la vez que triste dado el final de la película ("True Love Will Find You In The End"), da la impresión de que podría haber una escena última, pues la profunda y oscura partitura principal del filme sigue sonando en el fondo negro de pantalla y se escucha el ruido de una puerta, similar al de una celda; pero la música se va atenuando hasta que acaba y no hay más, no hay ninguna señal clara de que pueda haber una tercera parte en la que realmente para encajar más con el personaje Joker de los comics originales, Arthur Fleck no haya muerto y sólo estuviese muy malherido.
También el autor Philips ha dejado claro que han terminado de contar con esta segunda parte todo lo que querían contar. De haber otro Joker en una supuesta tercera parte que coincidiese con un Batman adulto (el que vimos en la primera parte era aún un niño), se puede deducir que sería llevado a pantalla por otro autor, y no parece que fuese Arthur Fleck el personaje protagonista, sino tal vez alguno de los psicópatas a quienes inspiró y pudiera reconvertirse en el nuevo Joker, como el joven que lo apuñala en la cárcel matándolo.
Arthur Fleck termina reconociendo su culpa y renegando de Joker como alguien que en realidad no es él, sino un loco que ha usado una violencia de la que se arrepiente y queriendo que su vida y sus decisiones hubieran sido otras. Dando al final así la razón a la abogada de la que prescindió y que se preocupaba por él. Así al final en su dramática historia de persona maltratada desde su infancia, por recuperar la cordura y reconocer su culpa, pierde a quien ama, y en definitiva quienes admiraban su locura le abandonan y asesinan, pues no amaban a Arthur, sino al líder asesino revolucionario antisocial que llevaba dentro.
"No estés triste, sé que lo estarás. Pero no te rindas, el verdadero amor te encontrará al final".
También el autor Philips ha dejado claro que han terminado de contar con esta segunda parte todo lo que querían contar. De haber otro Joker en una supuesta tercera parte que coincidiese con un Batman adulto (el que vimos en la primera parte era aún un niño), se puede deducir que sería llevado a pantalla por otro autor, y no parece que fuese Arthur Fleck el personaje protagonista, sino tal vez alguno de los psicópatas a quienes inspiró y pudiera reconvertirse en el nuevo Joker, como el joven que lo apuñala en la cárcel matándolo.
Arthur Fleck termina reconociendo su culpa y renegando de Joker como alguien que en realidad no es él, sino un loco que ha usado una violencia de la que se arrepiente y queriendo que su vida y sus decisiones hubieran sido otras. Dando al final así la razón a la abogada de la que prescindió y que se preocupaba por él. Así al final en su dramática historia de persona maltratada desde su infancia, por recuperar la cordura y reconocer su culpa, pierde a quien ama, y en definitiva quienes admiraban su locura le abandonan y asesinan, pues no amaban a Arthur, sino al líder asesino revolucionario antisocial que llevaba dentro.
"No estés triste, sé que lo estarás. Pero no te rindas, el verdadero amor te encontrará al final".
5 de octubre de 2024
5 de octubre de 2024
44 de 63 usuarios han encontrado esta crítica útil
En primer lugar, me gustaría lanzar una pregunta: ¿Qué película habéis visto?
Os invito a todos a que descubráis por vosotros mismos lo que esconde.
No comprendo la campaña de desprestigio contra esta película, ¿o debería decir experiencia?
Lo que está claro es que en la sociedad que vivimos actualmente, este tipo de proyectos se concibe como un producto aburrido, innecesario, plano, pretencioso...Precisamente este tipo de propuestas audiovisuales son MUY NECESARIAS. Más ahora que nunca.
El gran público quiere entretenimiento para no pensar, dejar la mente en blanco y focalizarse en lo banal. Lo cual me parece lícito pero... esta película te invita a empatizar y reflexionar, difícil tarea en estos tiempos que vivimos, ¿quizás ahí radiquen su malas críticas?
En segundo lugar, pienso que el espectador de ahora no es capaz de mantener la atención durante lo que dura este film ni se siente seducido por la música que esta joya nos brinda. Pocos espectadores por debajo de los cuarenta años sentirá la nostalgia del cine del pasado, el mismo que creó "Algo voló sobre el nido del cuco" y otros muchísimos clásicos del séptimo arte. La base de todo lo que consumimos ahora.
Las grandes producciones norteamericanas han creado unas tramas y dinámicas básicas, repetitivas y a cuyo desenlace te puedes anticipar fácilmente. Esta película es desafiante, aguda, de crítica social, judicial y penitenciaria. Las escenas musicales son como un antidepresivo cuando las cosas no están saliendo bien, bálsamo y ungüento para la mierda que vivimos todos los días.
Debo enfatizar en las grandes actuaciones por parte del protagonista y la coprotagonista. Funcionan a la perfección y transmiten el dolor y la felicidad a la vez, de una forma compleja. Montan un puzle donde ellos van creando las formas correctas para que todo cuadre correctamente en el laberinto de locura e intensidad sentimental frenética.
En tercer lugar, la película muestra una realidad que la sociedad norteamericana intenta esconder debajo de la alfombra: su sistema penitenciario y judicial. Los internos de las cárceles o instituciones mentales son fantasmas en nuestro presente. Están encerrados y bien apartados de los "normales", "funcionales", "productores" y "consumidores" del sistema económico y social. Nos hacen pensar que están a buen recaudo en esos agujeros y que todos son un peligro amenazador para el resto del rebaño, já.
Que merecen poco más que pudrirse sea cual sea el motivo detrás de cada delito, crimen o incidente...
Estados Unidos es un estado psicópata que lleva a la muerte a personas con enfermedades mentales y convierte el procedimiento judicial en algo mediático. Crea un juicio paralelo moral para desbancar cualquier ápice de esperanza para el acusado. Justo eso denuncia la película.
Así funciona su sistema "ejemplarizador". A las estadísticas me remito: tiene una de las tasas más altas de personas en prisión, a pesar de contar varios estados con la penal capital ¿Sirve de freno realmente la pena de muerte? Pista: no. Esta postura ha sido desacreditada en repetidas ocasiones; no hay pruebas que demuestren que sea más eficaz que la cadena perpetua a la hora de reducir la delincuencia.
Para más inri, las prisiones son privadas, lo cual adultera la esencia del sistema penitenciario porque lo convierte en un negocio cuya rentabilidad radica en el número de presos. El Gobierno estadounidense le paga a los propietarios o gestores de las cárceles por cada recluso, lo que hace que, para las empresas vinculadas a la actividad, tener más presos signifique más ingresos. Esto enriquece a empresarios privados, que son los que financian las cárceles o los que son dueños, y entonces se vuelve un gran negocio.
En definitiva, una gran obra maestra que perdurará en el imaginario colectivo de los más disidentes del sistema.
HAHAHAHAAHAHAHAHAHAAHAAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAAHAHAHAHAHAAHAHHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAH
Os invito a todos a que descubráis por vosotros mismos lo que esconde.
No comprendo la campaña de desprestigio contra esta película, ¿o debería decir experiencia?
Lo que está claro es que en la sociedad que vivimos actualmente, este tipo de proyectos se concibe como un producto aburrido, innecesario, plano, pretencioso...Precisamente este tipo de propuestas audiovisuales son MUY NECESARIAS. Más ahora que nunca.
El gran público quiere entretenimiento para no pensar, dejar la mente en blanco y focalizarse en lo banal. Lo cual me parece lícito pero... esta película te invita a empatizar y reflexionar, difícil tarea en estos tiempos que vivimos, ¿quizás ahí radiquen su malas críticas?
En segundo lugar, pienso que el espectador de ahora no es capaz de mantener la atención durante lo que dura este film ni se siente seducido por la música que esta joya nos brinda. Pocos espectadores por debajo de los cuarenta años sentirá la nostalgia del cine del pasado, el mismo que creó "Algo voló sobre el nido del cuco" y otros muchísimos clásicos del séptimo arte. La base de todo lo que consumimos ahora.
Las grandes producciones norteamericanas han creado unas tramas y dinámicas básicas, repetitivas y a cuyo desenlace te puedes anticipar fácilmente. Esta película es desafiante, aguda, de crítica social, judicial y penitenciaria. Las escenas musicales son como un antidepresivo cuando las cosas no están saliendo bien, bálsamo y ungüento para la mierda que vivimos todos los días.
Debo enfatizar en las grandes actuaciones por parte del protagonista y la coprotagonista. Funcionan a la perfección y transmiten el dolor y la felicidad a la vez, de una forma compleja. Montan un puzle donde ellos van creando las formas correctas para que todo cuadre correctamente en el laberinto de locura e intensidad sentimental frenética.
En tercer lugar, la película muestra una realidad que la sociedad norteamericana intenta esconder debajo de la alfombra: su sistema penitenciario y judicial. Los internos de las cárceles o instituciones mentales son fantasmas en nuestro presente. Están encerrados y bien apartados de los "normales", "funcionales", "productores" y "consumidores" del sistema económico y social. Nos hacen pensar que están a buen recaudo en esos agujeros y que todos son un peligro amenazador para el resto del rebaño, já.
Que merecen poco más que pudrirse sea cual sea el motivo detrás de cada delito, crimen o incidente...
Estados Unidos es un estado psicópata que lleva a la muerte a personas con enfermedades mentales y convierte el procedimiento judicial en algo mediático. Crea un juicio paralelo moral para desbancar cualquier ápice de esperanza para el acusado. Justo eso denuncia la película.
Así funciona su sistema "ejemplarizador". A las estadísticas me remito: tiene una de las tasas más altas de personas en prisión, a pesar de contar varios estados con la penal capital ¿Sirve de freno realmente la pena de muerte? Pista: no. Esta postura ha sido desacreditada en repetidas ocasiones; no hay pruebas que demuestren que sea más eficaz que la cadena perpetua a la hora de reducir la delincuencia.
Para más inri, las prisiones son privadas, lo cual adultera la esencia del sistema penitenciario porque lo convierte en un negocio cuya rentabilidad radica en el número de presos. El Gobierno estadounidense le paga a los propietarios o gestores de las cárceles por cada recluso, lo que hace que, para las empresas vinculadas a la actividad, tener más presos signifique más ingresos. Esto enriquece a empresarios privados, que son los que financian las cárceles o los que son dueños, y entonces se vuelve un gran negocio.
En definitiva, una gran obra maestra que perdurará en el imaginario colectivo de los más disidentes del sistema.
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SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
El final se asemeja bastante al final de asesinos notorios en Estados Unidos. Curiosamente alguien los asesina y acaba con sus vidas.
El rol de Harley ha sido emocionante también por el símil con muchas chicas que intentan ser populares escribiendo cartas a asesinos e incluso casándose con ellos (véase "Star" y Charles Manson).
Deseando verla de nuevo y fijarme más aún en los detalles de cada plano.
El rol de Harley ha sido emocionante también por el símil con muchas chicas que intentan ser populares escribiendo cartas a asesinos e incluso casándose con ellos (véase "Star" y Charles Manson).
Deseando verla de nuevo y fijarme más aún en los detalles de cada plano.
4 de octubre de 2024
4 de octubre de 2024
47 de 70 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta segunda entrega trata de expandir la historia de Arthur Fleck, interpretado nuevamente por Joaquin Phoenix, ahora internado en el manicomio de Arkham mientras lidia con las consecuencias de sus crímenes. Sin embargo, aunque la secuela introduce algunos giros novedosos, como elementos musicales y una historia de amor, no logra alcanzar las mismas alturas emocionales y narrativas que su predecesora.
Uno de los aspectos más sorprendentes de "Joker: Folie à Deux" es la inclusión de elementos musicales en la narrativa. La decisión de convertir parte de la película en un musical parece, en teoría, un intento audaz de ofrecer algo nuevo y diferente dentro del género del thriller psicológico. Sin embargo, en la práctica, esta elección no termina de encajar con el tono oscuro y melancólico que hizo a la primera entrega tan efectiva.
Los números musicales, aunque visualmente interesantes, a menudo se sienten desconectados del núcleo emocional de la historia y rompen con la tensión que debería sostenerse a lo largo de la película. En lugar de añadir capas al personaje de Arthur Fleck, estas escenas parecen desviar la atención de su complejidad interna, dejando al espectador preguntándose si la película está tratando de abarcar demasiado sin profundizar en los aspectos más importantes de su trama.
Otro de los nuevos elementos que se introduce en esta secuela es la aparición de una historia de amor. Arthur Fleck, mientras permanece internado en Arkham, conoce lo que parece ser su "amor verdadero". Este enfoque podría haber sido una oportunidad para explorar las complejidades emocionales del Joker desde una nueva perspectiva, pero en lugar de ofrecer profundidad, el romance se siente apresurado y poco desarrollado.
A pesar de los problemas en el guion y la dirección, uno de los aspectos que sigue destacando en "Joker: Folie à Deux" es la interpretación de Joaquin Phoenix. Aunque el material que se le ofrece no tiene la misma calidad que en la primera película, Phoenix sigue entregando una actuación comprometida, sumergiéndose una vez más en la mente perturbada de Arthur Fleck. Su presencia en pantalla es magnética, y su habilidad para transmitir la vulnerabilidad y el caos de su personaje sigue siendo un punto fuerte.
Sin embargo, a pesar de la calidad de su interpretación, incluso Phoenix parece luchar para sacar lo mejor de un guion que carece de la solidez y profundidad emocional de la primera película. Lady Gaga, quien se une al elenco en esta secuela, ofrece una actuación interesante, pero su personaje no recibe el desarrollo necesario para destacar en una historia que ya está sobrecargada de elementos dispares.
Es una secuela que, a pesar de sus ambiciones, no alcanza a cumplir con las expectativas que dejó su predecesora. La mezcla de géneros, un romance mal desarrollado y la falta de cohesión narrativa hacen que la película no logre capturar la esencia del personaje ni su oscuridad inherente.
Uno de los aspectos más sorprendentes de "Joker: Folie à Deux" es la inclusión de elementos musicales en la narrativa. La decisión de convertir parte de la película en un musical parece, en teoría, un intento audaz de ofrecer algo nuevo y diferente dentro del género del thriller psicológico. Sin embargo, en la práctica, esta elección no termina de encajar con el tono oscuro y melancólico que hizo a la primera entrega tan efectiva.
Los números musicales, aunque visualmente interesantes, a menudo se sienten desconectados del núcleo emocional de la historia y rompen con la tensión que debería sostenerse a lo largo de la película. En lugar de añadir capas al personaje de Arthur Fleck, estas escenas parecen desviar la atención de su complejidad interna, dejando al espectador preguntándose si la película está tratando de abarcar demasiado sin profundizar en los aspectos más importantes de su trama.
Otro de los nuevos elementos que se introduce en esta secuela es la aparición de una historia de amor. Arthur Fleck, mientras permanece internado en Arkham, conoce lo que parece ser su "amor verdadero". Este enfoque podría haber sido una oportunidad para explorar las complejidades emocionales del Joker desde una nueva perspectiva, pero en lugar de ofrecer profundidad, el romance se siente apresurado y poco desarrollado.
A pesar de los problemas en el guion y la dirección, uno de los aspectos que sigue destacando en "Joker: Folie à Deux" es la interpretación de Joaquin Phoenix. Aunque el material que se le ofrece no tiene la misma calidad que en la primera película, Phoenix sigue entregando una actuación comprometida, sumergiéndose una vez más en la mente perturbada de Arthur Fleck. Su presencia en pantalla es magnética, y su habilidad para transmitir la vulnerabilidad y el caos de su personaje sigue siendo un punto fuerte.
Sin embargo, a pesar de la calidad de su interpretación, incluso Phoenix parece luchar para sacar lo mejor de un guion que carece de la solidez y profundidad emocional de la primera película. Lady Gaga, quien se une al elenco en esta secuela, ofrece una actuación interesante, pero su personaje no recibe el desarrollo necesario para destacar en una historia que ya está sobrecargada de elementos dispares.
Es una secuela que, a pesar de sus ambiciones, no alcanza a cumplir con las expectativas que dejó su predecesora. La mezcla de géneros, un romance mal desarrollado y la falta de cohesión narrativa hacen que la película no logre capturar la esencia del personaje ni su oscuridad inherente.
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