No me equivoco con el título de esta crítica. Estamos ante una película que se deja ver, que distrae lo suficiente en sus dos ajustada horas, lo que es de agradecer, pero a la que no acabo de ver su sentido, su existencia, si queremos decirlo así.

Todos convendremos que Alien de Ridley Scott es una obra maestra. Hacer ahora un remake, que a veces tiene pinta de refrito, puede tener cierto sentido. Las tecnologías en el cine han mejorado mucho, no lo discuto, pero a pesar de ello, la imagen de la criatura saliendo del vientre de la adorable Sigourney Weaver no es mejorada en la secuencia equivalente en el nuevo film, y creo no equivocarme si digo que no me parece mejorable.

Un elenco de actores bastantes desconocidos en su mayoría dan vida a unos nuevos personajes que pueblan esta nueva versión, versión que intenta en todo momento cambiar todo lo cambiable para diferenciarse del original, pero manteniendo su espíritu y su esqueleto. Este es su mayor logro.

Confieso que no me aburrí, que volví a pasar miedo con esa criatura o criaturas danzando a sus anchas por los recovecos de una nave espacial, pero dicho esto, también digo que si no la llego a ver, mi cultura cinematográfica seguiría siendo casi, casi la misma. ¡Qué lástima que no haya imaginación para nuevas ideas! Como mejor final diré que entretenida película muy apta para el verano.

Ya escribieron de todo acá, a favor y en contra. Lo normal. Difícil tenerlos contentos a todos. Por mi parte diré que es una muy digna secuela de la primera pero lo que más me gustó fueron las referencias al juegazo que es Alien Isolation (súper recomendado). Con eso me quedo a gusto. Puede que no sea muy original pero todo sus guiños y referencias son más bien un homenaje a todo lo bueno de las anteriores. Está por encima de Prometheus y esa cosa horrenda que es Covenant.

Alien: Romulus, la última adición a la icónica saga de Alien, llega como una propuesta que parece tener más en común con una película de terror adolescente que con el legado aterrador y sofisticado que definió a la saga en sus inicios.

La película está llena de escenas de terror que se centran en lo escatológico, con muchas referencias a toda la saga, casi un copia y pega. Con una historia fantasiosa muy poco creíble que intenta, de manera forzada, añadir algo nuevo retorciéndolo todo en el absurdo. La mejor parte de la película es la ambientación y la parafernalia de efectos especiales.

La trama avanza de absurdo en absurdo, sin profundizar en absoluto en los personajes, quienes parecen estar allí solo para cumplir una función predecible. Destaca la biodiversidad de los aliens, con una sobrecarga de información visual y una cantidad excesiva de elementos desagradables, en contraste con los entornos interiores totalmente oscuros. ¿Cómo es posible que veamos tanta "marranada" cuando aparecen los aliens si apenas podemos distinguir nada el resto del tiempo?.

La película destaca en el contexto de los últimos años. En una era con una escasez de cine de ciencia ficción de calidad, al menos se puede valorar la habilidad para crear ambientes en las órbitas de algún planeta y disfrutar de los bellos entornos exteriores.

Bueno, a estas alturas, con más de 200 críticas, no vamos a descubrir el queso manchego.
Seré muy breve, si es que no me pongo a hablar de otras cintas.

Teniendo en cuenta que no soy un seguidor acérrimo de la saga creada por Ridley Scott poco podía defraudarme esta aventura, solo esperaba entretenimiento y no lo he encontrado en las cantidades imaginadas.

Si que, como seguidor de Fede Álvarez, esperaba más chicha, más terror y todo ha sido muy flojito.
Tampoco estamos ante una cinta técnicamente impecable, la fotografía quizás algo oscura y las actuaciones pues, para Oscar no son.

Lo único que se, y lo se con certeza, es que no me he divertido viendo la peli, más bien lo contrario.
Está bien la pseudo aparición de Ian Holm y la recreación, bastante fiel, del xenomorfo, pero, en general, la peli no me ha gustado.

Tampoco me ha gustado ver a esa bajita tan bonita, Cailee Spaeny, a la que sigo desde aquella mini serie de Alex Garland, con tendencia, afortunadamente de momento solo tendencia, a ganar peso.
Imagino que será ella la que se está comiendo las mascotas de sus vecinos, como recientemente comentaba Donald Trump, ya que es originaria de Springfield, Missouri.

Pero lo peor ha sido que tú recuerdas la original del 79, y visualizas adultos interpretando los distintos papeles y en ésta son niños, no se, quizás es que me estoy haciendo mayor.

Saludos y gracias por la atención.

La vendieron algunos como un peliculón, entras aquí y ves sorprendentes buenas notas propias de la generación Z sin criterio, que se han acostumbrado a la mediocridad. Lo cierto es que cualquier peli de ciencia-ficción o acción de los 90 es superior a este producto.

Cuando la ves por ti mismo (y menos mal que no pasé por taquilla) contemplas un producto que parece sacado de una plataforma de streaming, dirigido a una audiencia más o menos "teen", para chavales de 20 años al igual que el casting. Y por supuesto todo muy Woke.

La protagonista blanca enamorada (sin besos, el wokismo se caracteriza por su represión sexual) del sintético negro. Todos sus colegas muy multiculturales, como la chinita "elle", que parece un ser no binario. Y por supuesto el único chico blanco del grupo actúa de forma mezquina y abusona, especialmente con el sintético negro que parece tener un CI de 50. Ese racismo inverso, donde el hombre blanco es siempre malo, y a los negros se les presenta con una discapacidad, ya lo hemos visto en más productos de Disney + (Fox absorbida), Netflix, Amazon, Apple y HBO. Plataformas dirigidas por los mismos accionistas sin duda.

Los diálogos parecen escritos por un becario en un curso de formación. El guion es simple, la saga de Alien ya está quemadísima y no saben por dónde llevarla más allá de la reiteración de situaciones ya vistas. Prometheus , e incluso Covenant, le dan 100 vueltas a esta mediocridad de Romulus, a pesar de las críticas. Ya mejor de Alien o su secuela ni hablamos.

Esta peli la olvidas tan rápidamente como la ves. No vale ni para escucharla en 5.1. Porque desde que Disney se convirtió en plataforma, el sonido de sus pelis tiene una pegada totalmente capada. De verguenza que Ridley Scott y Walter Hill produzcan esta basurilla adolescente propia de un slasher cutre. También para manchar el nombre de Ian Holm, actor ya fallecido, en ese muñeco de CGI.