El hombre que mató a Liberty Valance
1962 

8,3
35.909
Western
Ransom Stoddard (James Stewart), anciano senador del Congreso de los Estados Unidos, explica a un periodista por qué ha viajado con su mujer (Vera Miles) para asistir al funeral de su viejo amigo Tom Doniphon (John Wayne). La historia empieza muchos años antes, cuando Ransom era un joven abogado del este que se dirigía en diligencia a Shinbone, un pequeño pueblo del Oeste, para ejercer la abogacía e imponer la ley. Poco antes de llegar, ... [+]
25 de marzo de 2023
25 de marzo de 2023
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Entiendo que algunos piensen que el cine es lo que diga Ford. Lo entiendo perfectamente, es un director magnífico, con especial intensidad en los Western, o, como es el caso en las películas ambientadas en el Oeste.
Reparto espléndido, diálogos brillantísimos, emoción contenida, acción programada, y un resultado redondo. En una tabla del 1 al 10 le daría un 10. Sin dudarlo. Una de las mejores películas de todos los tiempos. Y de Ford podríamos incluir unas cuatro o cinco más fácilmente: El hombre tranquilo, El delator, Centauros del desierto, Qué verde era mi valle, La Legión invencible, Ford Apache.
Tiene la canonicidad de las grandes obras, es lo que se espera de una película de cine. Es totalmente ortodoxa, no hay invención alguna, no hay nada que no sea lo que tiene que ser. No sé expresarlo más correctamente: es el Thomas Mann del cine, El Miles Davis del cine; el Di Stefano, el Michael Jordan, el Severiano Ballesteros...
Es la pura ortodoxia... que se agradece ver de vez en cuando para recordar qué es esto del cine.
Reparto espléndido, diálogos brillantísimos, emoción contenida, acción programada, y un resultado redondo. En una tabla del 1 al 10 le daría un 10. Sin dudarlo. Una de las mejores películas de todos los tiempos. Y de Ford podríamos incluir unas cuatro o cinco más fácilmente: El hombre tranquilo, El delator, Centauros del desierto, Qué verde era mi valle, La Legión invencible, Ford Apache.
Tiene la canonicidad de las grandes obras, es lo que se espera de una película de cine. Es totalmente ortodoxa, no hay invención alguna, no hay nada que no sea lo que tiene que ser. No sé expresarlo más correctamente: es el Thomas Mann del cine, El Miles Davis del cine; el Di Stefano, el Michael Jordan, el Severiano Ballesteros...
Es la pura ortodoxia... que se agradece ver de vez en cuando para recordar qué es esto del cine.
29 de noviembre de 2023
29 de noviembre de 2023
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es complicado hablar de LA mejor película de John Ford, pero esta, sin duda alguna, se encuentra entre las candidatas a ese puesto.
Este filme, a priori, puede parecer otro magnífico western más de los que realizó este aclamado director, pero el argumento es distinto. La relevancia de la historia no está en los personajes, sino en lo que ellos representan. Se puede decir que no es una película para disfrutar viendo, sino que es una cinta para disfrutar entendiéndola. Y es que John Ford, sobre la historia de Dorothy M. Johnson, logra crear un documento histórico que narra el comienzo de la era tecnológica, dentro de la Edad Contemporánea y que ha derivado en la era digital. Lo que hace John Ford con este filme es atrapar uno de los momentos más relevantes de la historia del ser humano: el comienzo de las máquinas. Ya no es que el ser humano tenga herramientas que lo ayuden a realizar tareas, sino que pasa a tener máquinas que le quitan trabajo, permitiendo que haya una evolución social que es el centro neurálgico de esta cinta.
Toda esta serie de cambios son presentados a través de tres planteamientos sociales diferentes, representados por los tres personajes en discordia dentro del filme. Una discordia que es igual entre los tres por sus distintas maneras de entender el modelo de vida "correcto" y de los que solo quedará uno. Y este es aquel que se ha abierto camino con el paso de la Historia.
Además, esta representación de la realidad es completísima. La figura de Hallie (Vera Miles) es central, pues hace no olvidar la existencia de los instintos humanos, así como representa el progreso social de la mujer, que desde comienzos del siglo XX se hizo muy fuerte con el sufragismo británico.
Esta magnífica obra es rematada encima con un reparto asombroso: el rey del western John Wayne, uno de los mejores actores de la historia de Hollywood como es James Stewart y el intrigante Lee Marvin; habiendo sido cada uno muy acertadamente escogido para cada papel, que es bordado en los tres casos.
Este filme, a priori, puede parecer otro magnífico western más de los que realizó este aclamado director, pero el argumento es distinto. La relevancia de la historia no está en los personajes, sino en lo que ellos representan. Se puede decir que no es una película para disfrutar viendo, sino que es una cinta para disfrutar entendiéndola. Y es que John Ford, sobre la historia de Dorothy M. Johnson, logra crear un documento histórico que narra el comienzo de la era tecnológica, dentro de la Edad Contemporánea y que ha derivado en la era digital. Lo que hace John Ford con este filme es atrapar uno de los momentos más relevantes de la historia del ser humano: el comienzo de las máquinas. Ya no es que el ser humano tenga herramientas que lo ayuden a realizar tareas, sino que pasa a tener máquinas que le quitan trabajo, permitiendo que haya una evolución social que es el centro neurálgico de esta cinta.
Toda esta serie de cambios son presentados a través de tres planteamientos sociales diferentes, representados por los tres personajes en discordia dentro del filme. Una discordia que es igual entre los tres por sus distintas maneras de entender el modelo de vida "correcto" y de los que solo quedará uno. Y este es aquel que se ha abierto camino con el paso de la Historia.
Además, esta representación de la realidad es completísima. La figura de Hallie (Vera Miles) es central, pues hace no olvidar la existencia de los instintos humanos, así como representa el progreso social de la mujer, que desde comienzos del siglo XX se hizo muy fuerte con el sufragismo británico.
Esta magnífica obra es rematada encima con un reparto asombroso: el rey del western John Wayne, uno de los mejores actores de la historia de Hollywood como es James Stewart y el intrigante Lee Marvin; habiendo sido cada uno muy acertadamente escogido para cada papel, que es bordado en los tres casos.
6 de junio de 2011
6 de junio de 2011
19 de 38 usuarios han encontrado esta crítica útil
Nada. Ni la película ni los actores me transmiten nada. No he visto ninguna película de John Wayne, pero en esta la verdad es que no entiendo al personaje, desde su actitud hacia lo que sucede a su alrededor hasta las acciones que va acometiendo a lo largo de la película. Quizás sea porque estoy ‘mal’ acostumbrado a que en las películas en las que consigo meterme en los personajes hacen grandes reflexiones, y me sirven en bandeja sus sentimientos e impresiones sobre cada escena. De una forma u otra, ni Ransom, ni absolutamente ningún personaje del pueblo consigue transmitirme sus inquietudes. Esto no ocurre porque sean malos actores, a mi parecer ocurre porque el director no ha querido indagar más en las formas de ser de cada uno de ellos y centrarse en el conjunto de la película, quizás demasiado cargada de sentimientos como para no hacer unas reflexiones mas profundas sobre los principales personajes. Por otro lado, el conjunto funciona y no se hace pesada en ningún momento, aunque para los amantes del western más puro no creo que sea una película a recomendar, dado que este estilo de película debería llamarse Western-InDoor. En cualquier caso, no soy muy aficionado a los westerns.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
La escena entre el duelo de Liberty y Ransom me resulta patética, como un hombre tan despiadado y malvado como se supone que es Valance, puede titubear de esa forma y parecer mas que un bandido del oeste, un asusta niños. Nunca había visto un western en el que el balance de muertos al final de la película fuese 1.
22 de septiembre de 2012
22 de septiembre de 2012
3 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
James Stewart encarna a Stoddard, un senador estadounidense. Todo el filme es un flashback que justifica su asistencia al funeral de su amigo Tom Doniphon (John Wayne). Además, explica que él llegó a ser senador por su fama como el hombre que mató a Liberty Valance, un temido delincuente.
La fuerza de este clásico del western radica en el elenco artístico (Ford, Stewart, Wayne, etc.) y, sobre todo, en el guion y la interpretación (que a ojos nuestros puede ser muy teatralizada, pero resulta bastante cómica y, además, se ahorran muchísimos planos cerrados que llegarían a ser agobiantes). También es importante el título: se empieza la película con la expectativa de que Liberty Valance va a morir. Quizás por eso apenas asusta la escena del “duelo” con Stoddard: sabemos que vencerá éste, porque sino no tendría todo el protagonismo. Como veremos al final, no ha sido él, y eso le hace caer en la cuenta de que todo el mundo le quiere por algo que él no ha hecho. Sin embargo, Tom le dice que tiene que seguir adelante, pues es un hombre justo y muy válido para la política.
Es interesante la paradoja que ha engendrado a algunos personajes y situaciones: el comisario, que debería ser el temor de los delincuentes, es un miedica. O la simple llegada de Stoddard, un hombre licenciado en leyes llega a un lugar donde éstas brillan por su nula autoridad. El motor de Stoddard es, en todo momento, el sentido de la justicia, que le hace cortar con situaciones tan absurdas como la del bistec y querer evitar a toda costa empuñar un revólver. Por este motivo es fácil empatizar con él, y no hace falta que sea estrictamente el hombre que mató a Liberty Valance.
La fuerza de este clásico del western radica en el elenco artístico (Ford, Stewart, Wayne, etc.) y, sobre todo, en el guion y la interpretación (que a ojos nuestros puede ser muy teatralizada, pero resulta bastante cómica y, además, se ahorran muchísimos planos cerrados que llegarían a ser agobiantes). También es importante el título: se empieza la película con la expectativa de que Liberty Valance va a morir. Quizás por eso apenas asusta la escena del “duelo” con Stoddard: sabemos que vencerá éste, porque sino no tendría todo el protagonismo. Como veremos al final, no ha sido él, y eso le hace caer en la cuenta de que todo el mundo le quiere por algo que él no ha hecho. Sin embargo, Tom le dice que tiene que seguir adelante, pues es un hombre justo y muy válido para la política.
Es interesante la paradoja que ha engendrado a algunos personajes y situaciones: el comisario, que debería ser el temor de los delincuentes, es un miedica. O la simple llegada de Stoddard, un hombre licenciado en leyes llega a un lugar donde éstas brillan por su nula autoridad. El motor de Stoddard es, en todo momento, el sentido de la justicia, que le hace cortar con situaciones tan absurdas como la del bistec y querer evitar a toda costa empuñar un revólver. Por este motivo es fácil empatizar con él, y no hace falta que sea estrictamente el hombre que mató a Liberty Valance.
11 de agosto de 2013
11 de agosto de 2013
3 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hablar de John Ford, es hablar de uno de los de unos de los más grandes directores de la historia del cine. Su clasicismo más que mostrarse como un suceso narrativo atemporal, se vuelve bello e incluso nostálgico. Y es que es sin duda la palabra nostalgia la que mejor definiría las películas de Ford. Un pasado perdido, una sensación de que antiguos valores se han perdido denotan su cine.
En El hombre que mató a Liberty Valance las características del cine de Ford se multiplican, llegando a un éxtasis en su propia sustancia. Con la silueta de Western, donde el director americano es catedrático, nos cuenta una historia profunda, con una composición exquisita para el paladar de los cinéfilos. Puede ser catalogada de anacrónica por el Blanco y Negro, pero quizás ese toque le dé una doble vuelta a la misma película, y nos muestra una nostalgia externa del filme.
En sí el filme narra la historia de un joven abogado de ciudad que llega al salvaje oeste e intenta poner un orden constitucional, racional. El joven es asaltado en el camino por un bandido (Liberty). Una familia le cuida y le suministra apoyo, y el abogado se enamora de la hija, que ya estaba medio comprometida con un ranchero que hace justicia en la zona. La historia, narrada con uno de los mejores flashback de la historia del cine, tiene mucho vigor, y deja al espectador inmerso en su trama.
Sin duda un largometraje de soberbia calidad, y una de las mejores películas del género, que muestra el ocaso del mismo y el paso hacia un mundo más racional y más complejo.
En El hombre que mató a Liberty Valance las características del cine de Ford se multiplican, llegando a un éxtasis en su propia sustancia. Con la silueta de Western, donde el director americano es catedrático, nos cuenta una historia profunda, con una composición exquisita para el paladar de los cinéfilos. Puede ser catalogada de anacrónica por el Blanco y Negro, pero quizás ese toque le dé una doble vuelta a la misma película, y nos muestra una nostalgia externa del filme.
En sí el filme narra la historia de un joven abogado de ciudad que llega al salvaje oeste e intenta poner un orden constitucional, racional. El joven es asaltado en el camino por un bandido (Liberty). Una familia le cuida y le suministra apoyo, y el abogado se enamora de la hija, que ya estaba medio comprometida con un ranchero que hace justicia en la zona. La historia, narrada con uno de los mejores flashback de la historia del cine, tiene mucho vigor, y deja al espectador inmerso en su trama.
Sin duda un largometraje de soberbia calidad, y una de las mejores películas del género, que muestra el ocaso del mismo y el paso hacia un mundo más racional y más complejo.
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