Anatomía de una caída
2023 

7,1
26.764
Thriller. Drama
Sandra, una escritora alemana, vive con su marido Samuel y su hijo ciego, Daniel, en un chalé en medio de los Alpes franceses. Cuando Samuel fallece en misteriosas circunstancias, la investigación no puede determinar si se trata de un suicidio o de un homicidio. Sandra es arrestada y juzgada por asesinato, y el proceso pone su tumultuosa relación y su ambigua personalidad en el punto de mira. (FILMAFFINITY)
28 de diciembre de 2023
28 de diciembre de 2023
30 de 43 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ni buenos planos, ni buen ritmo, ni buena historia, y si encima la ves doblada, échate a temblar con el terrorífico doblaje del niño protagonista. Vamos a atrevernos a hablar sin tapujos, sin miedo a no ser politicamente correcto: me da a mí que esta película está gozando de tantas alabanzas por el mero hecho de haber sido escrita y dirigida por una mujer, y punto. A ver quién es el valiente que se atreve, en los tiempos que corren, a desprestigiar el trabajo de una fémina. Porque en Antena 3 a la hora de la siesta programan películas muchísimo más interesantes y algunas de ellas con bastante mejor factura técnica y no veo a los críticos deshaciéndose en halagos cada día con esos filmes. Sólo pediría un poco de objetividad a la hora de valorar los productos, las creaciones, en cualquier disciplina. Esta no es la obra maestra que nos quieren vender. Un poco de respeto, por favor.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Si además añadimos el toque bisexual a la prota, y un perrito al que abrazar tiernamente, ya tenemos todos los ingredientes para engañar y contentar al progre woke del siglo XXI.
4 de febrero de 2024
4 de febrero de 2024
17 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
En la ficción, verdad. ‘Do you think one can only write from experience?’
¿Crees que alguien sólo puede escribir a partir de la experiencia?
Interesante pregunta inicial de un inconmensurable drama judicial, abrazado por la complejidad de la vida de una pareja y su hijo, y alentado por la sombra de un juicio popular en la pantalla e incluso uno personal por parte del espectador a este lado de ella.
Largometraje tan inesperadamente intrigante como óptimo en su inicio es el resultado del maridaje de P.I.M.P. de 50 Cent (en su versión instrumental) con Asturias de Albéniz, dos piezas musicales que se repiten alternativamente, como si del enfrentamiento entre lo que parece evidente y lo que se quiere creer se tratara, y que van absorbiendo progresivamente al espectador desde el principio; un principio que no puede ser más sugerente.
La complejidad está servida con todos y cada uno de los ingredientes que forman la trama: una escritora extranjera, su pareja, la vocación frustrada de ésta, el hijo de ambos, el accidente que éste sufrió y cómo cada parte de la pareja se lo toma, la relación del hijo con cada uno de sus progenitores… La retorcida y nada artificiosa complejidad que reina en la pareja consigue que cualquiera dude de todo en algún momento, como le sucede al niño, cuya relación con sus progenitores no escapa a esas dudas.
Por cierto, Milo Machado Graner (el actor que interpreta al niño), pese a su corta edad, lo borda en este papel. Y desde dirección se le apoya sólidamente, porque las escenas con el “punto de vista” (disculpen la paradoja) del hijo tienen un dinamismo muy especial. Realmente todo el elenco se desempeña magistralmente, mereciendo especial mención junto al niño, la protagonista, su abogado y el fiscal del juicio. Incluso el padre, aunque su mejor escena sea aquella en la que su hijo le pone voz.
Sin embargo, el personaje principal es la duda. Personaje clave y al mismo tiempo silencioso: la duda que alberga cada personaje y también la que transmiten.
¿Crees que alguien sólo puede escribir a partir de la experiencia?
Interesante pregunta inicial de un inconmensurable drama judicial, abrazado por la complejidad de la vida de una pareja y su hijo, y alentado por la sombra de un juicio popular en la pantalla e incluso uno personal por parte del espectador a este lado de ella.
Largometraje tan inesperadamente intrigante como óptimo en su inicio es el resultado del maridaje de P.I.M.P. de 50 Cent (en su versión instrumental) con Asturias de Albéniz, dos piezas musicales que se repiten alternativamente, como si del enfrentamiento entre lo que parece evidente y lo que se quiere creer se tratara, y que van absorbiendo progresivamente al espectador desde el principio; un principio que no puede ser más sugerente.
La complejidad está servida con todos y cada uno de los ingredientes que forman la trama: una escritora extranjera, su pareja, la vocación frustrada de ésta, el hijo de ambos, el accidente que éste sufrió y cómo cada parte de la pareja se lo toma, la relación del hijo con cada uno de sus progenitores… La retorcida y nada artificiosa complejidad que reina en la pareja consigue que cualquiera dude de todo en algún momento, como le sucede al niño, cuya relación con sus progenitores no escapa a esas dudas.
Por cierto, Milo Machado Graner (el actor que interpreta al niño), pese a su corta edad, lo borda en este papel. Y desde dirección se le apoya sólidamente, porque las escenas con el “punto de vista” (disculpen la paradoja) del hijo tienen un dinamismo muy especial. Realmente todo el elenco se desempeña magistralmente, mereciendo especial mención junto al niño, la protagonista, su abogado y el fiscal del juicio. Incluso el padre, aunque su mejor escena sea aquella en la que su hijo le pone voz.
Sin embargo, el personaje principal es la duda. Personaje clave y al mismo tiempo silencioso: la duda que alberga cada personaje y también la que transmiten.
4 de febrero de 2024
4 de febrero de 2024
17 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
Palma de Oro en Cannes, 5 nominaciones a los Oscar, 2 Globos de Oro y muchos premios más... En lo que si estoy de acuerdo con Cannes en el Palm Dog para Messi. Y es que no es para menos su interpretación de Snoop.
La peli, sin embargo, me deja algo tibio. Acabo el visionado y no tengo claro si me ha gustado o no.
El guión y la intriga en relación a la muerte me resultan atractivos. El juicio mantiene bien la tensión.y nos va adentrando poco a poco en la realidad oculta de la pareja, de sus personalidades, de sus miedos y envidias.
Pero no acabo de conectar del todo con la historia. El ritmo es dolorosamente lento y la actriz no me dice mucho. Al niño Mozart, sinceramente, no me lo creo, dando lecciones a la corte y haciendo pruebas con Snoop...
Una película que tiene algunas reflexiones interesantes pero que, tras la fiebre de los premios internacionales, pasará rápidamente al olvido, o eso espero.
La peli, sin embargo, me deja algo tibio. Acabo el visionado y no tengo claro si me ha gustado o no.
El guión y la intriga en relación a la muerte me resultan atractivos. El juicio mantiene bien la tensión.y nos va adentrando poco a poco en la realidad oculta de la pareja, de sus personalidades, de sus miedos y envidias.
Pero no acabo de conectar del todo con la historia. El ritmo es dolorosamente lento y la actriz no me dice mucho. Al niño Mozart, sinceramente, no me lo creo, dando lecciones a la corte y haciendo pruebas con Snoop...
Una película que tiene algunas reflexiones interesantes pero que, tras la fiebre de los premios internacionales, pasará rápidamente al olvido, o eso espero.
11 de diciembre de 2023
11 de diciembre de 2023
20 de 25 usuarios han encontrado esta crítica útil
En caso de según qué muertes, ¿en qué (en teoría) consiste lo que llamamos “justicia”?
En esclarecer, para llegar a la verdad.
Lo que nunca falta es el inconveniente que, en ausencia de evidencia probada o de improbable y descarnada confesión, nos mete hasta el cuello en la conjetura deductiva, de donde es muy difícil salir. A partir de ese momento, la hipotética verdad no es más que duda.
Y sabemos que, salvo imprevistos esclarecedores, la duda se quedará flotando en el ambiente para siempre.
Triet calcula la sencillez. Mide y disecciona. Diseña. Procura no aventurarse en aguas melodramáticas, ni levantar el polvo del prejuicio. Da una lección de milimétrica descriptiva naturalista que convierte al espectador en testigo distante, alejado de empatías hacia unos personajes empapados de tragedia, como quien pone la marcha atrás frente a un cuadro, sin perderlo de vista, para lograr una perspectiva más exacta.
El resultado es el curioso equilibrio entre un thriller judicial teatralizado y un verdadero tostón.
Sin embargo, es la propia historia la que salva el artefacto por los pelos.
Hüller, sobria hasta en el llanto, es el punto de convergencia desapasionado, incluso en su sólido striptease matrimonial. Y así, la amenaza (intriga) que pende sobre la historia (y sobre ella misma), se congela por momentos.
En resumen: no es cine; es teatro. La sinopsis puede engañar a los que vayan buscando acción/reacción. Por lo demás, sirve para darle vueltas a algo inquietante: lo peligroso que puede llegar a ser que alguien (próximo, por lo que sea), palme inesperadamente en extrañas circunstancias…
En esclarecer, para llegar a la verdad.
Lo que nunca falta es el inconveniente que, en ausencia de evidencia probada o de improbable y descarnada confesión, nos mete hasta el cuello en la conjetura deductiva, de donde es muy difícil salir. A partir de ese momento, la hipotética verdad no es más que duda.
Y sabemos que, salvo imprevistos esclarecedores, la duda se quedará flotando en el ambiente para siempre.
Triet calcula la sencillez. Mide y disecciona. Diseña. Procura no aventurarse en aguas melodramáticas, ni levantar el polvo del prejuicio. Da una lección de milimétrica descriptiva naturalista que convierte al espectador en testigo distante, alejado de empatías hacia unos personajes empapados de tragedia, como quien pone la marcha atrás frente a un cuadro, sin perderlo de vista, para lograr una perspectiva más exacta.
El resultado es el curioso equilibrio entre un thriller judicial teatralizado y un verdadero tostón.
Sin embargo, es la propia historia la que salva el artefacto por los pelos.
Hüller, sobria hasta en el llanto, es el punto de convergencia desapasionado, incluso en su sólido striptease matrimonial. Y así, la amenaza (intriga) que pende sobre la historia (y sobre ella misma), se congela por momentos.
En resumen: no es cine; es teatro. La sinopsis puede engañar a los que vayan buscando acción/reacción. Por lo demás, sirve para darle vueltas a algo inquietante: lo peligroso que puede llegar a ser que alguien (próximo, por lo que sea), palme inesperadamente en extrañas circunstancias…
5 de febrero de 2024
5 de febrero de 2024
17 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sandra y Samuel viven en una casa aislada en un pueblo de mierda. Lo único que pueden hacer para desahogarse es escribir y vomitar de vez en cuando el uno encima del otro. También beben y se ponen las tochos. De ahí no puede salir nada bueno.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
La película guarda muchos paralelismos con la novela del Extranjero de Camus. Al igual que su protagonista Meursault, Sandra no parece lamentar la muerte del ser querido, y se enfrenta en el juicio a una sociedad que desprecia y cuyas leyes no entiende. A Sandra se la está acusando no tanto de matar a su marido, sino más bien de engañarlo y robarle ideas de su libro. Si fue mala pareja entonces es culpable también de asesinato. O de que su pibe se tirase por la ventana, que al final viene a ser lo mismo.
El espectador comienza la peli pensando que Sandra quizá sea una asesina, pero hacia el final tiende más bien a opinar que es un poco zorra. El mérito de la peli está en convencernos de que en ambos casos la condena que merece sería exactamente la misma.
Una de las preguntas que arroja la peli cual hombre saltando al vacío es acerca de la identidad y sus límites en la ficción ¿Forzó Samuel la pelea porque la estaba grabando y quería material para su novela o era eso su día a día? El perfil psicológico que hace el psiquiatra de Sandra, ¿es real o es un producto de la paranoia de Samuel? ¿Es Sandra tan hija de puta como los personajes de sus novelas?
La peli es ultra realista. En Los juicios franceses no hay giros de guion inesperados, no hay planos de cámara geniales. La gente es fea, horrenda diría yo. No hay música.
En una escena entra la jueza y tiene que volver a salir porque se le ha olvidado algo que no tiene ninguna relevancia para la trama. Es tan realista que a veces roza el nivel de peli de sobremesa de los domingos en Antena 3. Esto yo lo veo bien, no va a ser todo en la vida pibones y frases magníficas cada 2 minutos.
El final me ha parecido un tanto fallón. No entendí lo de empastillar al perro, y tuve que preguntarle a mi mujer qué cojones había pasado. Mi suegra que estaba sentada al lado dijo algo así como que "quería repetir lo que le ocurrió al padre, a ver si era verdad". Mi mujer asintió, como si estuviera clarísimo. Para mi siguió sin tener ningún sentido, pero no pregunté nada más.
Muy buena peli. A la mañana siguiente la estuvimos comentando durante el desayuno. Al final, yo era el único que pensaba que Sandra era un poco zorra. Nos dio a todos un poco igual si era una asesina o no.
El espectador comienza la peli pensando que Sandra quizá sea una asesina, pero hacia el final tiende más bien a opinar que es un poco zorra. El mérito de la peli está en convencernos de que en ambos casos la condena que merece sería exactamente la misma.
Una de las preguntas que arroja la peli cual hombre saltando al vacío es acerca de la identidad y sus límites en la ficción ¿Forzó Samuel la pelea porque la estaba grabando y quería material para su novela o era eso su día a día? El perfil psicológico que hace el psiquiatra de Sandra, ¿es real o es un producto de la paranoia de Samuel? ¿Es Sandra tan hija de puta como los personajes de sus novelas?
La peli es ultra realista. En Los juicios franceses no hay giros de guion inesperados, no hay planos de cámara geniales. La gente es fea, horrenda diría yo. No hay música.
En una escena entra la jueza y tiene que volver a salir porque se le ha olvidado algo que no tiene ninguna relevancia para la trama. Es tan realista que a veces roza el nivel de peli de sobremesa de los domingos en Antena 3. Esto yo lo veo bien, no va a ser todo en la vida pibones y frases magníficas cada 2 minutos.
El final me ha parecido un tanto fallón. No entendí lo de empastillar al perro, y tuve que preguntarle a mi mujer qué cojones había pasado. Mi suegra que estaba sentada al lado dijo algo así como que "quería repetir lo que le ocurrió al padre, a ver si era verdad". Mi mujer asintió, como si estuviera clarísimo. Para mi siguió sin tener ningún sentido, pero no pregunté nada más.
Muy buena peli. A la mañana siguiente la estuvimos comentando durante el desayuno. Al final, yo era el único que pensaba que Sandra era un poco zorra. Nos dio a todos un poco igual si era una asesina o no.
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