Una noche en la ópera
8,3
47.085
Comedia
Llevado por un extravagante sentido de los negocios, Groucho mete en un barco con destino a Nueva York a las grandes estrellas de la Ópera de Milán. A bordo viajan también unos polizones: Harpo y Chico. Entre los tres revolucionan el barco, organizan un escándalo en Nueva York y convierten la noche del estreno en una locura que el mundo de la ópera nunca podrá olvidar. (FILMAFFINITY)
7 de abril de 2012
7 de abril de 2012
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Otra obra mítica de la filmografía de los hermanos Marx que contiene la secuencia más famosa de su carrera y una de las más desternillantes que se haya filmado. La conocida escena del camarote que recuerdo que la primera vez que la vi en inglés y subtitulada estuve a punto de partirme literalmente de risa, acabe llorando cuando Groucho le suelta a la limpiadora que viene a barrer el camarote atestado de gente: -Estupendo empiece por el techo. Escena que ha dado lugar a la expresión "Esto parece el camarote de los hermanos Marx" que sirve para referirse a algo que está particularmente desordenado y caótico.
También recuerdo otra divertida secuencia en la que los tres hermanos se hacen pasar por tres célebres y barbudos aviadores y las autoridades que les reciben le piden a Harpo que de un discurso y éste se pone a beber agua sin parar con tal de evitar pronunciarlo y Groucho comenta que mientras quede agua no nos descubren. O aquella otra en la que un cantante de ópera se lamenta de su mala actuación y de la actitud del público que se ha burlado de él y han llegado a tirarle una manzana a lo que Groucho replica: -Suerte que no era la época de las sandías. Y así un montón de jocosas bromas que se suceden sin descanso en otra comedia irrepetible a la que el legendario Freddie Mercury, admirador confeso de los hermanos Marx, rindió homenaje titulando dos de sus mejores discos con los nombres de A night at the opera y A day at the races.
También recuerdo otra divertida secuencia en la que los tres hermanos se hacen pasar por tres célebres y barbudos aviadores y las autoridades que les reciben le piden a Harpo que de un discurso y éste se pone a beber agua sin parar con tal de evitar pronunciarlo y Groucho comenta que mientras quede agua no nos descubren. O aquella otra en la que un cantante de ópera se lamenta de su mala actuación y de la actitud del público que se ha burlado de él y han llegado a tirarle una manzana a lo que Groucho replica: -Suerte que no era la época de las sandías. Y así un montón de jocosas bromas que se suceden sin descanso en otra comedia irrepetible a la que el legendario Freddie Mercury, admirador confeso de los hermanos Marx, rindió homenaje titulando dos de sus mejores discos con los nombres de A night at the opera y A day at the races.
25 de noviembre de 2018
25 de noviembre de 2018
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Se dice que hay dos tipos de comedia, por un lado, tendríamos la comedia de chistes, que requiere una preparación y un giro final, y por otro lado tendríamos la comedia de situación, que requiere un entorno que permita una atmósfera para situaciones cómicas. Los hermanos Marx no son solo los maestros de estas dos vertientes, que de alguna manera u otra, han influenciado a todas las comedias posteriores, son unos genios adelantados a su tiempo que rebosaban talento en todo lo que hacían. "Una noche en la ópera" es una de sus óperas primas, gracias a escenas como la del camarote, la de las cláusulas de los contratos, o sin ir más lejos los primeros diez minutos cuando presentan al personaje de Driftwood, interpretado por el gran Groucho.
El único inconveniente que tengo con esta película es que, por pequeños momentos, encuentro el tono algo inconsistente; el tono, que debe dictaminar si una película es una comedia, un drama, acción, o el género que sea, salta demasiado entre el musical y la comedia, se pasa de una escena cómica, a una detallada escena musical que termina por aburrir, porque en la mayoría de casos no aportan nada nuevo a la trama. Dejando a un lado este detalle, "Una noche en la ópera" es una obra maestra que perdurará en el tiempo como una de las mejores películas de historia del cine.
El único inconveniente que tengo con esta película es que, por pequeños momentos, encuentro el tono algo inconsistente; el tono, que debe dictaminar si una película es una comedia, un drama, acción, o el género que sea, salta demasiado entre el musical y la comedia, se pasa de una escena cómica, a una detallada escena musical que termina por aburrir, porque en la mayoría de casos no aportan nada nuevo a la trama. Dejando a un lado este detalle, "Una noche en la ópera" es una obra maestra que perdurará en el tiempo como una de las mejores películas de historia del cine.
15 de diciembre de 2005
15 de diciembre de 2005
9 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
El género de la comedia adquiere nuevas dimensiones después de ver una película de estos geniales artistas. Corrosiva, inteligente, abrumadora. Diálogos delirantes , situaciones inolvidables. Tal vez la más completa de la filmografía de los Marx. No le falta absolutamente nada.
1 de agosto de 2009
1 de agosto de 2009
5 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Despliegan un humor un tanto ácido, rápido, grácil, fluido, subversivo hace más de 70 años.
Es una película donde cada dos minutos estás riendo sin parar o deleitándote con un guión excepcional, agudo y gracioso.
Muy buena comedia de los enormes Marx con escenas que se recordarán siempre, y siempre es un honor volver a verla y reirte como nunca.
No hay más crítica que... ...humor sin contraindicación.
Es una película donde cada dos minutos estás riendo sin parar o deleitándote con un guión excepcional, agudo y gracioso.
Muy buena comedia de los enormes Marx con escenas que se recordarán siempre, y siempre es un honor volver a verla y reirte como nunca.
No hay más crítica que... ...humor sin contraindicación.
28 de mayo de 2014
28 de mayo de 2014
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ochenta años dentro de nada, nada menos que ochenta años desde que el bigotazo de Groucho protagonizara esta película, "Una noche en la ópera", posiblemente una de las mejores que firman los Marx y a día de hoy, excluyendo las series de TV, en el puesto número once del top de FA. Tantos y tantos años después y la calidad de ciertos gags siguen haciéndome reír. Una comedia sin risas es como un jardín sin flores, de eso no hay duda como bien señala un buen amigo, no hay nada peor que no reírse con una película cuyo objetivo es que el espectador suelte carcajadas.
La cuestión subjetiva siempre aparece para mediar en el humor: hay quien se ríe con Chaplin, hay quien no; el humor de los Monty Phyton es cuestionado por según quién; las comedias románticas con Cary Grant; hay quien no se ríe ni con Lubitsch, ni con Wilder; hay quien detesta a Faemino y Cansado... No hay un humor universal, y suerte de ello, la variedad por ello es inmensa. Yo confesaré que "Una noche en la ópera" me ha arrancado más de una risotada tras volver a verla. La impagable escena del camarote es mi debilidad, no puedo evitarlo, me descojono siempre. El peso de Groucho es en esta película mucho mayor y sus apariciones más decisivas.
Es evidente que de una hipotética lista en la que hubiera que inscribir a los mejores humoristas del mundo del espectáculo, los hermanos Marx deberían aparecer en las primeras posiciones. Y en concreto, esta "Noche en la ópera", supone para mí su título más emblemático. Reírse casi ochenta años después es mucho más emotivo gracias a esa conciencia. La parte objetiva señala sus defectos, los más que subrayados por todos, esas escenas musicales que de repente te bajan del cielo al suelo y la historia de amor tan necesaria para la época y prescindible a nuestros ojos.
Me quedo con lo bueno (que no es poco), la mezcla de humor idiota, al estilo payaso infantil, con la verborrea incesante de Groucho y su humor cáustico. Para acabar confesaré una ilusión que ojalá se produzca dentro de veinte años, y es celebrar su centenario y seguir riéndome con ellos.
La cuestión subjetiva siempre aparece para mediar en el humor: hay quien se ríe con Chaplin, hay quien no; el humor de los Monty Phyton es cuestionado por según quién; las comedias románticas con Cary Grant; hay quien no se ríe ni con Lubitsch, ni con Wilder; hay quien detesta a Faemino y Cansado... No hay un humor universal, y suerte de ello, la variedad por ello es inmensa. Yo confesaré que "Una noche en la ópera" me ha arrancado más de una risotada tras volver a verla. La impagable escena del camarote es mi debilidad, no puedo evitarlo, me descojono siempre. El peso de Groucho es en esta película mucho mayor y sus apariciones más decisivas.
Es evidente que de una hipotética lista en la que hubiera que inscribir a los mejores humoristas del mundo del espectáculo, los hermanos Marx deberían aparecer en las primeras posiciones. Y en concreto, esta "Noche en la ópera", supone para mí su título más emblemático. Reírse casi ochenta años después es mucho más emotivo gracias a esa conciencia. La parte objetiva señala sus defectos, los más que subrayados por todos, esas escenas musicales que de repente te bajan del cielo al suelo y la historia de amor tan necesaria para la época y prescindible a nuestros ojos.
Me quedo con lo bueno (que no es poco), la mezcla de humor idiota, al estilo payaso infantil, con la verborrea incesante de Groucho y su humor cáustico. Para acabar confesaré una ilusión que ojalá se produzca dentro de veinte años, y es celebrar su centenario y seguir riéndome con ellos.
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