Joker: Folie à Deux
2024 

5,2
14.078
Thriller. Drama. Musical. Romance
Tras crear el caos, Arthur Fleck ha sido internado en Arkham a la espera de juicio por sus crímenes como Joker. Mientras lidia con su doble identidad, Arthur no sólo se topa con el amor verdadero, sino que también descubre la música que siempre ha estado dentro de él. Secuela de 'Joker' (2019).
5 de octubre de 2024
5 de octubre de 2024
26 de 34 usuarios han encontrado esta crítica útil
Joker: Folie à Deux. Una de las grandes controversias cinematográficas de 2024.
La crítica, en general, ha sido feroz contra la película de Todd Phillips, y el público, cual borrego, se ha dejado llevar por dichos comentarios antes siquiera de sentarse en la butaca y darle una oportunidad. Es una de esas películas que, desgraciadamente, arrastran mala publicidad desde el principio, y eso es difícil de levantar.
Es verdad que Folie à deux es una secuela que nadie pidió. Joker fue tan buena, tan sorprendente, tan magistral, que hubiera podido quedar ahí sin ningún problema. Sin embargo, muchas de las cosas que se están criticando de Folie à deux son simplemente falsas, y en modo alguno merece la masacre a la que está siendo sometida.
Se ha dicho que la película es aburrida, y no es verdad. Resulta bastante entretenida, teniendo en cuenta que transcurre principalmente en un hospital psiquiátrico, lo que no da mucho pie a que la acción narrativa sea trepidante. El guion no pierde el paso en ningún momento. Se ha dicho que repite patrones de la primer aparte y la imita, y la verdad es que ambas no podrían ser más diferentes. De hecho, es de agradecer precisamente lo contrario, que Phillips no se repita. No repite canciones (con lo fácil que hubiera sido incluir "Send in the clowns"), no repite escenas míticas como la de las escaleras, y ni siquiera abusa de la distintiva risa del Joker. Se ha dicho que Brendan Gleeson hace casi una caricatura de sí mismo, cuando lo que hace el irlandés es dar vida de forma más que convincente a un tipo asqueroso y despreciable. Da mucho asco, y es de eso de lo que se trataba. Se ha dicho que Zazie Beetz está de paso, y no puede estar más lejos de la realidad esa afirmación. Su escena es absolutamente imprescindible en la trama y el desarrollo del juicio de Arthur. De hecho, las escenas de dicho juicio son sin duda las mejores de la película, las más emotivas y terribles.
Pero sobre todo, Folie à deux es, y eso lo han olvidado convenientemente muchas críticas, una de las cintas más pesimistas y terribles (en el buen sentido) que hemos visto en mucho tiempo. A través de la lluvia incesante sobre Gotham y los tonos sucios, amarillentos y ocres de Arkham, el guion nos dice unas cuantas verdades incómodas sobre la naturaleza humana. Cualquiera que pueda tener poder sobre tí, de la manera que sea y aunque constituya incluso un delito, lo va a ejercer. Muchas veces, los que más nos quieren (o más dicen querernos) son quienes más daño nos hacen. La mentira está presente en cada situación de la vida, incluso en boca de aquellos más cercanos. La justicia, muchas veces, es un show. Y, sobre todo, el mundo es un lugar frío, cruel, violento, en el que la enfermedad mental no tiene cabida salvo para entretenernos y provocarnos risa. Y si no lo creen, prueben a poner la tele cualquier día y vean ciertos programas que explotan sin piedad las miserias humanas de personas no tan diferentes de Arthur Fleck. Un Fleck condenado a la infelicidad, a ser invisible, y a una existencia miserable. No hay final feliz para alguien como él. Ese es el mensaje de la película. Nadie da un duro por los olvidados.
Por todo ello, Folie à deux es una cinta poderosa, más que notable, coronada de nuevo por el estado de gracia de un Joaquin Phoenix excelente. Es absurdo compararlo con otros Joker del cine. Este es el suyo, y es un regalo para el cinéfilo.
Por supuesto, hay cosas que no funcionan. Los números musicales son una de ellas. Se comprende perfectamente que son, en su inmensa mayoría, ensoñaciones de Arthur para hacer más llevaderos momentos malos, pero son sin duda demasiados y a veces rompen con el tono de la narración, aunque están bien rodados (otra cosa que decían las malas críticas y no es cierto: no están mal rodados en absoluto). Sin duda, la cinta podría haber sido también un poco más corta, precisamente aligerando los momentos musicales. Y, sobre todo, es cierto, y aquí sí han acertado los comentarios críticos, que Lady Gaga está desperdiciada como Harley Quinn, o Lee, como se la conoce durante el metraje. El personaje nunca queda bien definido, ni en sus verdaderas motivaciones, ni en sus identidad real, ni en sus mentiras o verdades, ni en su supuesta enfermedad mental, y tampoco aparece tanto en pantalla como cabría esperar. Además, muchas veces la vemos a través de la perturbada mente de Arthur, un narrador no demasiado fiable. Y es una lástima, porque Lady Gaga vuelve a demostrar una vez más que ha nacido para el cine. Quién nos iba a decir que aquella desconocida que entró en el mundo de la música como un huracán en 2008, gracias a dos hits como "Just dance" y "Poker face", se convertiría en una de las actrices más interesantes del panorama hollywoodiense de los últimos años. Su interpretación aquí consigue lo mismo que en Ha nacido una estrella: que olvidemos que es Gaga, la estrella mundial de la música, y veamos sólo al personaje.
Por otro lado, es llamativo saber que la producción ha costado cerca de 200 millones de dólares. ¿Dónde se han ido? ¿En qué se ha empleado tamaña cantidad de dinero? No hay ni una sola escena que luzca tan cara. Parece una locura que ese haya sido el presupuesto.
En definitiva, una película mucho mejor de lo que ha dicho, injustamente vapuleada y quizás, dentro de algún tiempo, mejor considerada por quienes ahora no saben ver más allá de su propia decepción.
Lo mejor: Joaquin Phoenix, de nuevo extraordinario (aunque ya no sorprende; ver la escena del interrogatorio a Gary, uno de los momentos más tensos y emocionalmente duros del metraje), la música de Hildur Guðnadóttir, la oscurísima fotografía y la manera en que plantea reflexiones sobre la salud mental, la enfermedad, la mentira, y la violencia inherente a la sociedad.
Lo peor: Los momentos musicales son repetitivos y no terminan de funcionar, y el personaje de Lee no queda del todo bien encajado en la trama. Y sí, sin duda podría haber sido diez minutos más corta.
La crítica, en general, ha sido feroz contra la película de Todd Phillips, y el público, cual borrego, se ha dejado llevar por dichos comentarios antes siquiera de sentarse en la butaca y darle una oportunidad. Es una de esas películas que, desgraciadamente, arrastran mala publicidad desde el principio, y eso es difícil de levantar.
Es verdad que Folie à deux es una secuela que nadie pidió. Joker fue tan buena, tan sorprendente, tan magistral, que hubiera podido quedar ahí sin ningún problema. Sin embargo, muchas de las cosas que se están criticando de Folie à deux son simplemente falsas, y en modo alguno merece la masacre a la que está siendo sometida.
Se ha dicho que la película es aburrida, y no es verdad. Resulta bastante entretenida, teniendo en cuenta que transcurre principalmente en un hospital psiquiátrico, lo que no da mucho pie a que la acción narrativa sea trepidante. El guion no pierde el paso en ningún momento. Se ha dicho que repite patrones de la primer aparte y la imita, y la verdad es que ambas no podrían ser más diferentes. De hecho, es de agradecer precisamente lo contrario, que Phillips no se repita. No repite canciones (con lo fácil que hubiera sido incluir "Send in the clowns"), no repite escenas míticas como la de las escaleras, y ni siquiera abusa de la distintiva risa del Joker. Se ha dicho que Brendan Gleeson hace casi una caricatura de sí mismo, cuando lo que hace el irlandés es dar vida de forma más que convincente a un tipo asqueroso y despreciable. Da mucho asco, y es de eso de lo que se trataba. Se ha dicho que Zazie Beetz está de paso, y no puede estar más lejos de la realidad esa afirmación. Su escena es absolutamente imprescindible en la trama y el desarrollo del juicio de Arthur. De hecho, las escenas de dicho juicio son sin duda las mejores de la película, las más emotivas y terribles.
Pero sobre todo, Folie à deux es, y eso lo han olvidado convenientemente muchas críticas, una de las cintas más pesimistas y terribles (en el buen sentido) que hemos visto en mucho tiempo. A través de la lluvia incesante sobre Gotham y los tonos sucios, amarillentos y ocres de Arkham, el guion nos dice unas cuantas verdades incómodas sobre la naturaleza humana. Cualquiera que pueda tener poder sobre tí, de la manera que sea y aunque constituya incluso un delito, lo va a ejercer. Muchas veces, los que más nos quieren (o más dicen querernos) son quienes más daño nos hacen. La mentira está presente en cada situación de la vida, incluso en boca de aquellos más cercanos. La justicia, muchas veces, es un show. Y, sobre todo, el mundo es un lugar frío, cruel, violento, en el que la enfermedad mental no tiene cabida salvo para entretenernos y provocarnos risa. Y si no lo creen, prueben a poner la tele cualquier día y vean ciertos programas que explotan sin piedad las miserias humanas de personas no tan diferentes de Arthur Fleck. Un Fleck condenado a la infelicidad, a ser invisible, y a una existencia miserable. No hay final feliz para alguien como él. Ese es el mensaje de la película. Nadie da un duro por los olvidados.
Por todo ello, Folie à deux es una cinta poderosa, más que notable, coronada de nuevo por el estado de gracia de un Joaquin Phoenix excelente. Es absurdo compararlo con otros Joker del cine. Este es el suyo, y es un regalo para el cinéfilo.
Por supuesto, hay cosas que no funcionan. Los números musicales son una de ellas. Se comprende perfectamente que son, en su inmensa mayoría, ensoñaciones de Arthur para hacer más llevaderos momentos malos, pero son sin duda demasiados y a veces rompen con el tono de la narración, aunque están bien rodados (otra cosa que decían las malas críticas y no es cierto: no están mal rodados en absoluto). Sin duda, la cinta podría haber sido también un poco más corta, precisamente aligerando los momentos musicales. Y, sobre todo, es cierto, y aquí sí han acertado los comentarios críticos, que Lady Gaga está desperdiciada como Harley Quinn, o Lee, como se la conoce durante el metraje. El personaje nunca queda bien definido, ni en sus verdaderas motivaciones, ni en sus identidad real, ni en sus mentiras o verdades, ni en su supuesta enfermedad mental, y tampoco aparece tanto en pantalla como cabría esperar. Además, muchas veces la vemos a través de la perturbada mente de Arthur, un narrador no demasiado fiable. Y es una lástima, porque Lady Gaga vuelve a demostrar una vez más que ha nacido para el cine. Quién nos iba a decir que aquella desconocida que entró en el mundo de la música como un huracán en 2008, gracias a dos hits como "Just dance" y "Poker face", se convertiría en una de las actrices más interesantes del panorama hollywoodiense de los últimos años. Su interpretación aquí consigue lo mismo que en Ha nacido una estrella: que olvidemos que es Gaga, la estrella mundial de la música, y veamos sólo al personaje.
Por otro lado, es llamativo saber que la producción ha costado cerca de 200 millones de dólares. ¿Dónde se han ido? ¿En qué se ha empleado tamaña cantidad de dinero? No hay ni una sola escena que luzca tan cara. Parece una locura que ese haya sido el presupuesto.
En definitiva, una película mucho mejor de lo que ha dicho, injustamente vapuleada y quizás, dentro de algún tiempo, mejor considerada por quienes ahora no saben ver más allá de su propia decepción.
Lo mejor: Joaquin Phoenix, de nuevo extraordinario (aunque ya no sorprende; ver la escena del interrogatorio a Gary, uno de los momentos más tensos y emocionalmente duros del metraje), la música de Hildur Guðnadóttir, la oscurísima fotografía y la manera en que plantea reflexiones sobre la salud mental, la enfermedad, la mentira, y la violencia inherente a la sociedad.
Lo peor: Los momentos musicales son repetitivos y no terminan de funcionar, y el personaje de Lee no queda del todo bien encajado en la trama. Y sí, sin duda podría haber sido diez minutos más corta.
5 de octubre de 2024
5 de octubre de 2024
24 de 31 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si "Joker" fue una película tan notable como inesperada, su secuela ha resultado tan innecesaria como fallida. De igual modo que no se puede levantar un edificio prescindiendo de los cimientos, no se debe realizar una película prescindiendo del guión. Esta máxima, que debería ser de aplicación universal, parece ser despreciada por más de uno y más de dos en Hollywood a juzgar por la cartelera de los últimos años. Esperemos que no sigan su ejemplo en las escuelas de arquitectura.
"Joker: Folie à Deux" padece dos males fílmicos de primera magnitud: la ya mentada ausencia de guión y la falta de originalidad. Esta última tiene que ver con la epidemia de secuelas, sagas y demás derivados que copa el cine americano. Parece que el pozo de las nuevas ideas se está secando. Esta cinta es patológicamente dependiente de su predecesora. Ojo, la falta de originalidad no implica que una película sea necesariamente mala. ¿Cuántas películas son "La Odisea", cuántas "Romeo y Julieta"? Sin ir más lejos, grosso modo, todas las películas de James Bond son la misma y, sin embargo, las entregas de 007 siempre son más o menos entretenidas. Esto ocurre porque, aunque a base de fórmulas trilladas, son películas vertebradas, es decir, guionizadas. "Joker: Folie à Deux" bien parece una constante improvisación narrativa con un gran presupuesto detrás. La acción no va a ninguna parte y los personajes son en parte tediosos y en parte incomprensibles.
A veces (y sólo a veces) el prejuicio termina convirtiéndose en premonición, toda vez que los hechos terminan por confirmar los augurios. ¿Joker 2 un musical? Mmm, no lo veo, pero concedásmole el beneficio de la duda. Pues efectivamente, no era buena idea. Los números musicales, lejos de hacer progresar la trama, la entorpecen y socavan la verosimilitud del filme. Imaginen ustedes una secuela de "Taxi Driver" a comienzos de los 80 en la que DeNiro hace duetos con Cher o Debbie Harry. Notarán su ceño fruncido. No se extrañen, sencillamente es que no pega ni con cola. Algo similar sucede aquí.
Dicho esto, ¿por qué la he aprobado? Por las expectativas y la excitación que suscitan los primeros compases de película (hasta que empiezan a sonar las alarmas de la reiteración), por lo correcto de las interpretaciones (aunque la de Joaquin Phoenix se hace algo cargante), por la fotografía y la puesta en escena, por un par de números musicales que constituirían originales videoclips y, por qué no, por los buenos momentos vividos en "Joker".
Lady Gaga no es mala actriz y es una cantante de primer nivel, pero la han mandado al frente con un tirachinas. "Balones a Lady Gaga y que invente". Es una misión suicida. No es forma de hacer las cosas.
Por último, no creo necesario hacer mención a un hipotético trasfondo moral (o amoral) que pueda tener la película, puesto que para ver en esta cinta, de clara aunque malencaminada vocación lúdica, algún tipo de mensaje medio serio hay que estar tan loco como Arthur Fleck o ser muy infantil. No le carguemos más culpas de las que ya tiene.
"Joker: Folie à Deux" padece dos males fílmicos de primera magnitud: la ya mentada ausencia de guión y la falta de originalidad. Esta última tiene que ver con la epidemia de secuelas, sagas y demás derivados que copa el cine americano. Parece que el pozo de las nuevas ideas se está secando. Esta cinta es patológicamente dependiente de su predecesora. Ojo, la falta de originalidad no implica que una película sea necesariamente mala. ¿Cuántas películas son "La Odisea", cuántas "Romeo y Julieta"? Sin ir más lejos, grosso modo, todas las películas de James Bond son la misma y, sin embargo, las entregas de 007 siempre son más o menos entretenidas. Esto ocurre porque, aunque a base de fórmulas trilladas, son películas vertebradas, es decir, guionizadas. "Joker: Folie à Deux" bien parece una constante improvisación narrativa con un gran presupuesto detrás. La acción no va a ninguna parte y los personajes son en parte tediosos y en parte incomprensibles.
A veces (y sólo a veces) el prejuicio termina convirtiéndose en premonición, toda vez que los hechos terminan por confirmar los augurios. ¿Joker 2 un musical? Mmm, no lo veo, pero concedásmole el beneficio de la duda. Pues efectivamente, no era buena idea. Los números musicales, lejos de hacer progresar la trama, la entorpecen y socavan la verosimilitud del filme. Imaginen ustedes una secuela de "Taxi Driver" a comienzos de los 80 en la que DeNiro hace duetos con Cher o Debbie Harry. Notarán su ceño fruncido. No se extrañen, sencillamente es que no pega ni con cola. Algo similar sucede aquí.
Dicho esto, ¿por qué la he aprobado? Por las expectativas y la excitación que suscitan los primeros compases de película (hasta que empiezan a sonar las alarmas de la reiteración), por lo correcto de las interpretaciones (aunque la de Joaquin Phoenix se hace algo cargante), por la fotografía y la puesta en escena, por un par de números musicales que constituirían originales videoclips y, por qué no, por los buenos momentos vividos en "Joker".
Lady Gaga no es mala actriz y es una cantante de primer nivel, pero la han mandado al frente con un tirachinas. "Balones a Lady Gaga y que invente". Es una misión suicida. No es forma de hacer las cosas.
Por último, no creo necesario hacer mención a un hipotético trasfondo moral (o amoral) que pueda tener la película, puesto que para ver en esta cinta, de clara aunque malencaminada vocación lúdica, algún tipo de mensaje medio serio hay que estar tan loco como Arthur Fleck o ser muy infantil. No le carguemos más culpas de las que ya tiene.
4 de octubre de 2024
4 de octubre de 2024
33 de 51 usuarios han encontrado esta crítica útil
Joker: Folie à Deux.
Partimos de la base que Joker Folie à Deux es secuela de "Joker" del año 2019, la misma primera parte, una obra de grados casi maestros de la mano de Todd Phillips, un director del que nada se esperaba y sorprendió a propios y extraños entregando tal calidad cinematográfica destacando que ese fue al menos a gusto personal, el último GRAN año para el cine de acuerdo a su enorme contenido y competencia artística, llegó a poseer 11 nominaciones a los premios Oscar, ganando 2 de ellas a mejor actor y banda sonora.
Phoenix allí componiendo uno de los personajes más complejos de su carrera y hasta quizás, el más destacado, valiéndole el mencionado Oscar, además del Globo de Oro, BAFTA, SAG y Critics Choice Awards solo como premios individuales sin mencionar los que ganó la propia película, pero como esta no es una reseña dedicada a "Joker", pasamos directamente a su secuela, que al decir verdad, sonaba difícil siquiera tratar de igualar tamaña producción que había quedado en el camino, (no lo digo yo, lo dicen los premios que ganó y las criticas).
Allí, surge el primer gran inconveniente, lo innecesario que era una secuela, funcionando la película de 2019 como un solitario film que empezaba y terminaba ahí con un broche de oro y redonda por donde se la mire, pero en una industria donde manda el dinero, no manda el capitán del barco... El mismo director Todd Phillips quien ya era el primer oponente a que se realizara una segunda entrega. ¿puede que sea este un factor que aclarezca el porque salió mal Folie à Deux? será objeto de análisis al final ese detalle.
La realización se puso en marcha e inmediatamente se supo que esta se basaría sobre el género "musical" y "judicial", dejando en la idealización de lado toda la visceralidad que había mostrado su antecesora desde la complejidad como historia y construcción de su personaje, elegido nuevamente Phoenix y el agregado de la cantante Lady Gaga para personificar a Lady Gaga, esto aumentaba considerablemente sus posibilidades de musical, cuestión que dicho género es el que empieza a dividir al público ganado en 2019, siendo el mismo un componente que por lo general no gusta en el grueso de los espectadores.
Los problemas continuaron a medida que empezaron a realizarse las presentaciones y las declaraciones de sus protagonistas hundían cada vez más un barco que ya andaba a la deriva en el mar, con declaraciones de lo más desafortunadas intentando aclarar lo que oscurecía cada vez más, en esas frases dejando declaraciones de sus puntos de vista de porque Joker no era un musical, y cada palabra que salían de sus bocas, era una definición una mejor que la otra acerca de que era el género musical, evidenciando la bajada de línea para "tapar" dicho elemento que desde ya era bastante observado de reojo por el espectador.
Las críticas en los festivales en los que se presentó no pintaban bien, y el suceso finalmente se hizo realidad con las primeras críticas de los espectadores que llegaban desde el otro lado del mundo, un musical que ni siquiera funciona como tal, ciertamente mencionado género sirve para impulsar y generar contenido sobre la trama, aquí se canta porque si, sin necesidad alguna y al por mayor, ni siquiera las elecciones de canciones combinan de acuerdo a lo que va aconteciendo, y mezclando ese género se le suma el roce con una película judicial, que dicho sea de paso, un judicial igual de innecesario, sin carisma, sin alma y que no entrega absolutamente nada de contenido y que rápidamente dicho paso va aburriendo a medida que avanza.
Un Joaquin Phoenix rarísimo, demasiado lejos de la versión que supo conseguir cuanto premio se le pusiera por delante en el 2019, desganado, sobreactuado e incomodo durante todo el desarrollo con todas las facetas de su personaje, además de dejar completamente de lado la crudeza social e introspectiva que anteriormente se construía alrededor suyo, la única que se ve que disfrutaba y se sentía cómoda es Lady Gaga, pero que más da... si estamos presenciando un concierto suyo en pantalla grande y con una entrada que nos habrán cobrado un poco más de 6 mil pesos, ¿y de su actuación? bien gracias.
Una película con rupturas insufribles, contextos desafortunados y juegos temporales inciertos y descontextualizados en los que nunca podemos hacer pie sobre en que recorrido lineal estamos y que su único interés es cantar, y cantar, y cantar... con una totalidad como producto que desde el minuto 1, saben que no competirán tan ambiciosamente en la temporada de premios, y que siendo un fracaso, quizás arrastre en esa oleada los sueños de Lady Gaga de siquiera ser nominada a la categoría de Mejor Actriz en los premios Oscar.
Esto termina simplemente calificándola de innecesaria, definición de la que se desprende una pregunta... ¿Todd Phillips realizó esta entrega con total desgana debido a su sospecha (certera) de que no podría igualar su propia gran obra y a la ferviente insistencia de Warner? Pregunta que desde luego, nunca tendrá respuesta, durante el desarrollo de Folie à Deux se escucha insistentemente una frase reiterativa: "Arthur, ¿Cuándo nos contarás otro chiste? que más bien suena a: "Todd ¿Cuándo realizarás una secuela?
Y así les fue...
Calificación: 4.5
Partimos de la base que Joker Folie à Deux es secuela de "Joker" del año 2019, la misma primera parte, una obra de grados casi maestros de la mano de Todd Phillips, un director del que nada se esperaba y sorprendió a propios y extraños entregando tal calidad cinematográfica destacando que ese fue al menos a gusto personal, el último GRAN año para el cine de acuerdo a su enorme contenido y competencia artística, llegó a poseer 11 nominaciones a los premios Oscar, ganando 2 de ellas a mejor actor y banda sonora.
Phoenix allí componiendo uno de los personajes más complejos de su carrera y hasta quizás, el más destacado, valiéndole el mencionado Oscar, además del Globo de Oro, BAFTA, SAG y Critics Choice Awards solo como premios individuales sin mencionar los que ganó la propia película, pero como esta no es una reseña dedicada a "Joker", pasamos directamente a su secuela, que al decir verdad, sonaba difícil siquiera tratar de igualar tamaña producción que había quedado en el camino, (no lo digo yo, lo dicen los premios que ganó y las criticas).
Allí, surge el primer gran inconveniente, lo innecesario que era una secuela, funcionando la película de 2019 como un solitario film que empezaba y terminaba ahí con un broche de oro y redonda por donde se la mire, pero en una industria donde manda el dinero, no manda el capitán del barco... El mismo director Todd Phillips quien ya era el primer oponente a que se realizara una segunda entrega. ¿puede que sea este un factor que aclarezca el porque salió mal Folie à Deux? será objeto de análisis al final ese detalle.
La realización se puso en marcha e inmediatamente se supo que esta se basaría sobre el género "musical" y "judicial", dejando en la idealización de lado toda la visceralidad que había mostrado su antecesora desde la complejidad como historia y construcción de su personaje, elegido nuevamente Phoenix y el agregado de la cantante Lady Gaga para personificar a Lady Gaga, esto aumentaba considerablemente sus posibilidades de musical, cuestión que dicho género es el que empieza a dividir al público ganado en 2019, siendo el mismo un componente que por lo general no gusta en el grueso de los espectadores.
Los problemas continuaron a medida que empezaron a realizarse las presentaciones y las declaraciones de sus protagonistas hundían cada vez más un barco que ya andaba a la deriva en el mar, con declaraciones de lo más desafortunadas intentando aclarar lo que oscurecía cada vez más, en esas frases dejando declaraciones de sus puntos de vista de porque Joker no era un musical, y cada palabra que salían de sus bocas, era una definición una mejor que la otra acerca de que era el género musical, evidenciando la bajada de línea para "tapar" dicho elemento que desde ya era bastante observado de reojo por el espectador.
Las críticas en los festivales en los que se presentó no pintaban bien, y el suceso finalmente se hizo realidad con las primeras críticas de los espectadores que llegaban desde el otro lado del mundo, un musical que ni siquiera funciona como tal, ciertamente mencionado género sirve para impulsar y generar contenido sobre la trama, aquí se canta porque si, sin necesidad alguna y al por mayor, ni siquiera las elecciones de canciones combinan de acuerdo a lo que va aconteciendo, y mezclando ese género se le suma el roce con una película judicial, que dicho sea de paso, un judicial igual de innecesario, sin carisma, sin alma y que no entrega absolutamente nada de contenido y que rápidamente dicho paso va aburriendo a medida que avanza.
Un Joaquin Phoenix rarísimo, demasiado lejos de la versión que supo conseguir cuanto premio se le pusiera por delante en el 2019, desganado, sobreactuado e incomodo durante todo el desarrollo con todas las facetas de su personaje, además de dejar completamente de lado la crudeza social e introspectiva que anteriormente se construía alrededor suyo, la única que se ve que disfrutaba y se sentía cómoda es Lady Gaga, pero que más da... si estamos presenciando un concierto suyo en pantalla grande y con una entrada que nos habrán cobrado un poco más de 6 mil pesos, ¿y de su actuación? bien gracias.
Una película con rupturas insufribles, contextos desafortunados y juegos temporales inciertos y descontextualizados en los que nunca podemos hacer pie sobre en que recorrido lineal estamos y que su único interés es cantar, y cantar, y cantar... con una totalidad como producto que desde el minuto 1, saben que no competirán tan ambiciosamente en la temporada de premios, y que siendo un fracaso, quizás arrastre en esa oleada los sueños de Lady Gaga de siquiera ser nominada a la categoría de Mejor Actriz en los premios Oscar.
Esto termina simplemente calificándola de innecesaria, definición de la que se desprende una pregunta... ¿Todd Phillips realizó esta entrega con total desgana debido a su sospecha (certera) de que no podría igualar su propia gran obra y a la ferviente insistencia de Warner? Pregunta que desde luego, nunca tendrá respuesta, durante el desarrollo de Folie à Deux se escucha insistentemente una frase reiterativa: "Arthur, ¿Cuándo nos contarás otro chiste? que más bien suena a: "Todd ¿Cuándo realizarás una secuela?
Y así les fue...
Calificación: 4.5
8 de octubre de 2024
8 de octubre de 2024
27 de 40 usuarios han encontrado esta crítica útil
De verdad que no entiendo últimamente la manera de criticar que tiene la gente, está es mi primera crítica en esta página porqué no entiendo la sangría que están intentando hacer con esta película.
Por favor los que dicen que no la entienden,¿que clase de visionado le habéis dado?
Los que se esperaban lo mismo que la primera parte lo siento, porqué es todo lo contrario, pero eso no significa que sea una película tan mala como la estan poniendo.
A mí me ha parecido una película sobresaliente en todo lo que cuenta.
Dirección, fotografía, ambiente , música y actuaciones espectaculares.
Joaquín Phoenix de 10 y Lady Gaga de 9'5.
En definitiva para mí un peliculón como la primera pero a su vez tan distinta que no son comparables.
Thriller psicológico, drama judicial y musical. Una mezcla solo apta para cinéfilos que saben apreciar el buen cine.
Los que buscáis entretenimiento fácil, no es para vosotros.
Por favor los que dicen que no la entienden,¿que clase de visionado le habéis dado?
Los que se esperaban lo mismo que la primera parte lo siento, porqué es todo lo contrario, pero eso no significa que sea una película tan mala como la estan poniendo.
A mí me ha parecido una película sobresaliente en todo lo que cuenta.
Dirección, fotografía, ambiente , música y actuaciones espectaculares.
Joaquín Phoenix de 10 y Lady Gaga de 9'5.
En definitiva para mí un peliculón como la primera pero a su vez tan distinta que no son comparables.
Thriller psicológico, drama judicial y musical. Una mezcla solo apta para cinéfilos que saben apreciar el buen cine.
Los que buscáis entretenimiento fácil, no es para vosotros.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Otro detalle que desencadena la escena final, es al fondo de varias escenas se ve al psicópata muy pendiente de el e incluso a veces sonriendo hasta que al final ya sabemos lo que acaba haciendo y para terminar se raja la cara o haciendo referencia al inicio del joker de Heath Ledger o a cualquier joker que pueda aparecer más adelante en su versión más psicópata .
Cabe también la posibilidad que sea todo en su mente y que el joker mate a Arthur para adueñarse completamente de su cuerpo y ser el joker por siempre sin necesidad de la tristeza de Arthur.
Quien sabe, cualquier teoría podría valer, ya el tiempo lo dirá.
Cabe también la posibilidad que sea todo en su mente y que el joker mate a Arthur para adueñarse completamente de su cuerpo y ser el joker por siempre sin necesidad de la tristeza de Arthur.
Quien sabe, cualquier teoría podría valer, ya el tiempo lo dirá.
7 de octubre de 2024
7 de octubre de 2024
27 de 41 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Todo el mundo quiere ser Cary Grant, hasta yo quiero ser Cary Grant", confesaba el mítico actor, consciente de la fascinación que producía el personaje que había creado. Arthur Fleck, podría haber articulado la misma frase, "todos quieren ser el Joker, hasta yo quiero ser el Joker". De eso trataba la primera película, de un hombre pequeño y triste. Y de eso trata la segunda. Lo contrario habría sido alejarse de la naturaleza profunda que hizo al trabajo de Todd Phillip destacar entre la multitud. Arthur Fleck siendo ascendido a villano de cómic por sus potenciales acólitos (para gozo de los propietarios de la licencia), no era lo significativo de la primera película. Lo era su afán hiperrealista, complejo y cinematográfico. Claro, el público adicto a la clonación del cine de superhéroes, como el yonki a la entrada de la casa de su camello, esperaba la dosis de Joker estereotípica. Esa, y no otra, habría sido la auténtica traición a la película de 2018. Los dos tercios de la primera "Joker", los que eran "Taxi Driver" y "El rey de la comedia" (no el tercio final que igualaba la propuesta con el cine de superhéroes), es lo que de verdad la hizo especial y resonante.
La nueva película de Joker es lo que debe ser; compleja, hiperrealista, con una sucesión incansable de escenas iconográficas y una extensión perfectamente coherente de la historia de Arthur Fleck. Un trabajo de una fuerza empatica arrolladora y al tiempo, duro como una barra de hierro golpeando en el cráneo. Un homenaje a un hombre roto y asolado por una mediocridad insoportable. A mi esta nueva "Joker" me parece una obra mayor, divisiva, con los aciertos y las osadías de ese cine que se revindica con el tiempo. Es la culminación de un experimento, cuando ya deja de serlo. Si la primera película aún parecía tímida en distanciarse por completo de sus raíces, y en el final de su metraje se reconciliaba con el público ofreciendo al reverenciado personaje en su forma más explícita, aquí, Todd Phillip entrega su obra sin concesiones, en un juego psicológico en el que señala al espectador como cómplice, no con un dedo inquisidor, si no retándolo a una partida de ajedrez que finaliza con un jaque claro y contundente. Es una película que se aleja de la luna de miel que supone el crimen vengativo, y acepta la verdad de su resaca, de la soledad, el miedo, el sistema carcelario, los abusos, los protocolos judiciales, la violencia, y sobre todo, la mediocridad... Quizás, por eso, como ocurría con "El rey de la comedia", escuece tanto, en un momento en que los algoritmos han elevado la mediocridad a la categoría de verdad para todas las cosas, y el promedio es más fuerte que nunca, imponiendo y aplastando cualquier disidencia con un teléfono móvil.
Es triste el afán linchador de las redes, reivindicando una alucinación sobre una película que era, ante todo, la historia de un hombre pequeño y triste; Arthur Fleck.
La nueva película de Joker es lo que debe ser; compleja, hiperrealista, con una sucesión incansable de escenas iconográficas y una extensión perfectamente coherente de la historia de Arthur Fleck. Un trabajo de una fuerza empatica arrolladora y al tiempo, duro como una barra de hierro golpeando en el cráneo. Un homenaje a un hombre roto y asolado por una mediocridad insoportable. A mi esta nueva "Joker" me parece una obra mayor, divisiva, con los aciertos y las osadías de ese cine que se revindica con el tiempo. Es la culminación de un experimento, cuando ya deja de serlo. Si la primera película aún parecía tímida en distanciarse por completo de sus raíces, y en el final de su metraje se reconciliaba con el público ofreciendo al reverenciado personaje en su forma más explícita, aquí, Todd Phillip entrega su obra sin concesiones, en un juego psicológico en el que señala al espectador como cómplice, no con un dedo inquisidor, si no retándolo a una partida de ajedrez que finaliza con un jaque claro y contundente. Es una película que se aleja de la luna de miel que supone el crimen vengativo, y acepta la verdad de su resaca, de la soledad, el miedo, el sistema carcelario, los abusos, los protocolos judiciales, la violencia, y sobre todo, la mediocridad... Quizás, por eso, como ocurría con "El rey de la comedia", escuece tanto, en un momento en que los algoritmos han elevado la mediocridad a la categoría de verdad para todas las cosas, y el promedio es más fuerte que nunca, imponiendo y aplastando cualquier disidencia con un teléfono móvil.
Es triste el afán linchador de las redes, reivindicando una alucinación sobre una película que era, ante todo, la historia de un hombre pequeño y triste; Arthur Fleck.
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