El multipremiado cortometrajista Javier Fesser se asocia con su hermano Guillermo (componente del genial dúo Gomaespuma) y, de la nada, han extraído una historia delirante, demencial e incontable (dejémoslo en una fábula finalmente cadenciosa, un cántico al mundo de los sueños, una fábula infantil para adultos), sin duda una de las películas más originales y sorprendentes del cine español en mucho tiempo.
Con un arranque cinematográficamente admirable, de inspiración expresionista que homenajea al "Europa" de von Trier (hay posteriores guiños a "Delicatessen" y una parodia de "E.T."), y que crea estupefacción, continua a partir de aquí un film único, disparatado y subversivo -hay dardos implacables hacia el franquismo profamiliar, hacia la Iglesia, lo paranormal-, hiperactivo, multilicencioso y de una desigualdad en el desarrollo solo adscribible a la propia inercia de la propuesta.
La película conjuga, muchas veces con brillantez, el puro film cómico con la comedia inteligente y profunda sabiendo sortear con suficiencia la tentación de caer en el trazo grueso y la sal gorda, quedando un film notable, una comedia milagrosamente ensamblada, de admirable imaginería -profunda influencia del cómic, ribetes de ciencia ficción- y dónde el Fesser director demuestra un dominio técnico muy considerable.
Luis Ciges encabeza un reparto coral de nombres casi todos desconocidos, dónde brilla la colaboración del humorista Pepe Viyuela y el personaje/interpretación de Husillos (Emilio Gavira). Lo que sí es antológico es la utilización de la música en la película, con canciones impagablemente horteras de un encanto "kitsch" inmarchitable pegadas a las imágenes.