Todos los años, por estas fechas (semana arriba, semana abajo), encuentro la que será mejor película del año y que ya ninguna otra, por buena que sea, logrará bajarla de lo más alto. El año pasado ocurrió con Licorice Pizza y este año es Almas en pena de Inisherin.

Historia de una amistad rota. Como se rompen las amistades (una tontería, una palabra a destiempo o por comodidad). La bola crecerá hasta un punto de no retorno y como en el mundo real, en la película la guerra civil de las dos Irlandas, esa enemistad será un reflejo de esos conflictos.

El conflicto, como todos los conflictos, tendrá víctimas inocentes (y que pena más grande me dió) y como todos los conflictos, aunque parece que acaben, lo único que hacen es coger aire para coger más fuerza pues así es la naturaleza humana.

La película, que empieza con un tono de comedia, va girando hacia el drama y de ahí a la tragedia hasta un punto de no retorno.

Película que no se merecía el desprecio en los oscars pero que el tiempo pondrá en el lugar que le corresponde, junto a los grandes clásicos