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8,2
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Intriga
Debido a un malentendido, a Roger O. Thornhill, un ejecutivo del mundo de la publicidad, unos espías lo confunden con un agente del gobierno llamado George Kaplan. Secuestrado por tres individuos y llevado a una mansión en la que es interrogado, consigue huir antes de que lo maten. Pero cuando al día siguiente regresa a la casa acompañado de la policía, le espera una sorpresa. (FILMAFFINITY)
10 de noviembre de 2010
10 de noviembre de 2010
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
No hizo falta llegar a la tercera, porque a la segunda fue la vencida. La primera vez que vi “Con la Muerte en los Talones” me pareció una película pelín aburrida, tanto que creo que llegué desconectar de las desventuras de Roger O. Thornhill. Casi todas las películas de Hitchcock me gustan aún más la segunda vez que las veo y “North by Northwest” no ha sido una excepción. Ahora me parece increíble que la primera vez me resultara tediosa, porque si una cosa es esta película es entretenimiento. Las prodigiosas escenas se suceden y uno disfruta como un niño viendo en que líos se mete el protagonista.
Y que conste que intenté resistirme. Quería que prevaleciera la razón, manteniéndome a una prudente distancia de la espiral de despropósitos que propone la película, pero acabé sucumbiendo. Era reacio a plantarle un 9 (Obra Maestra) y mi nota iba a ser un 8, hasta que llegó la mítica escena del Monte Rushmore, la última genialidad de Hitchcock. Y es que esa conversación y en ese momento entre Cary Grant y Eva Marie Saint, en la que ella le pregunta el por qué de sus divorcios y él le contesta que porque su vida era monótona desata la carcajada en el momento de mayor tensión; ahí llegó mi capitulación, me dirigí a la página de ‘FilmAffinity’ y le planté un pedazo de 9.
Después de haber visto gran parte de la filmografía de Hitchcock, solo dos películas me habían decepcionado, quizás por estar entre las consideradas como obras maestras del director inglés. Una era “Con la Muerte en los Talones” y la otra “La Ventana Indiscreta”. Me parecían dos películas sobrevaloradas, consideraba que films más desconocidos como “Yo Confieso” o “Recuerda”, por poner dos ejemplos, estaban por encima. Con la primera me he reconciliado totalmente y esta crítica es buena muestra de ello, mientras que con la segunda, que volví a ver hace pocos meses, habrá que esperar a que el dicho se cumpla y a la tercera vaya la vencida.
Y que conste que intenté resistirme. Quería que prevaleciera la razón, manteniéndome a una prudente distancia de la espiral de despropósitos que propone la película, pero acabé sucumbiendo. Era reacio a plantarle un 9 (Obra Maestra) y mi nota iba a ser un 8, hasta que llegó la mítica escena del Monte Rushmore, la última genialidad de Hitchcock. Y es que esa conversación y en ese momento entre Cary Grant y Eva Marie Saint, en la que ella le pregunta el por qué de sus divorcios y él le contesta que porque su vida era monótona desata la carcajada en el momento de mayor tensión; ahí llegó mi capitulación, me dirigí a la página de ‘FilmAffinity’ y le planté un pedazo de 9.
Después de haber visto gran parte de la filmografía de Hitchcock, solo dos películas me habían decepcionado, quizás por estar entre las consideradas como obras maestras del director inglés. Una era “Con la Muerte en los Talones” y la otra “La Ventana Indiscreta”. Me parecían dos películas sobrevaloradas, consideraba que films más desconocidos como “Yo Confieso” o “Recuerda”, por poner dos ejemplos, estaban por encima. Con la primera me he reconciliado totalmente y esta crítica es buena muestra de ello, mientras que con la segunda, que volví a ver hace pocos meses, habrá que esperar a que el dicho se cumpla y a la tercera vaya la vencida.