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Voto de yesterday:
7

Voto de yesterday:
7
6,7
6.120
Thriller. Cine negro
Frontera entre Rusia, China y Corea del Norte. Acosado por las deudas, casi en la miseria, un hombre acepta un contrato para asesinar a alguien. Es su último recurso para cubrir las necesidades de su familia. Conoce pocas cosas sobre su víctima, pero nunca hubiera imaginado que acabaría siendo engullido por un engranaje criminal. (FILMAFFINITY)
6 de enero de 2012
6 de enero de 2012
83 de 87 usuarios han encontrado esta crítica útil
La inverosimilitud es uno de los defectos más dañinos para una película. Cuando un espectador no se cree lo que está viendo en pantalla, tiende a desconectar y, en consecuencia, su implicación con los personajes y sus desventuras desciende. Solo un maestro como Alfred Hitchcock puede convertir la inverosimilitud en una virtud y la prueba la tenemos en 'Con la muerte en los talones'. En esa película, el rechoncho director inglés consigue que el espectador acepte lo irracional como racional, haciendo que la espiral de despropósitos que vive el personaje interpretado por Cary Grant se vuelva creíble. La conclusión después de ver The Yellow Sea es que su director, Na Hong-jin, no es Alfred Hitchcock.
'The Yellow Sea' narra la historia de un taxista que ha contraído una importante deuda con la mafia y la única manera de saldarla será viajar hasta Corea del Sur para cumplir un encargo, cometer un asesinato. Llegar a Seúl no será tarea fácil, ya que el protagonista vive en la ciudad de Yanji, capital de una prefectura autónoma china fronteriza con Rusia y Corea del Norte, cuyos habitantes son conocidos por el despectivo sobrenombre de ‘joseonjok’ y en la que la delincuencia es la única forma de subsistencia. Una vez salvado este primer escollo, comienza la complicada planificación del asesinato, dada la seguridad que rodea a la víctima. Hasta ese punto la película se desarrolla como un thriller al uso, haciendo de la creciente tensión su mejor arma, pero a partir de ahí la acción se desmadra con situaciones inverosímiles en el que las persecuciones y la sangre toman el protagonismo.
Este cambio de registro no debería sorprender teniendo en cuenta que el reciente cine coreano es muy dado a la mezcla de géneros, donde proliferan las escenas en las que uno no sabe muy bien si reír o llorar. El problema es que en 'The Yellow Sea' la metamorfosis que se produce a mitad de la película es tan acusada, que dejará a muchos en fuera de juego. El virtuosismo del director y el excelente acabado visual de la obra hacen que uno siga disfrutando, pero la implicación con el sufrido ‘joseonjok’ ya no es la misma. Una violencia descerebrada, tan excesiva como poderosa, hace su aparición llegando a provocar la carcajada cómplice de la mano de un personaje antológico, el mafioso interpretado por Yun-seok Kim.
'The Yellow Sea' narra la historia de un taxista que ha contraído una importante deuda con la mafia y la única manera de saldarla será viajar hasta Corea del Sur para cumplir un encargo, cometer un asesinato. Llegar a Seúl no será tarea fácil, ya que el protagonista vive en la ciudad de Yanji, capital de una prefectura autónoma china fronteriza con Rusia y Corea del Norte, cuyos habitantes son conocidos por el despectivo sobrenombre de ‘joseonjok’ y en la que la delincuencia es la única forma de subsistencia. Una vez salvado este primer escollo, comienza la complicada planificación del asesinato, dada la seguridad que rodea a la víctima. Hasta ese punto la película se desarrolla como un thriller al uso, haciendo de la creciente tensión su mejor arma, pero a partir de ahí la acción se desmadra con situaciones inverosímiles en el que las persecuciones y la sangre toman el protagonismo.
Este cambio de registro no debería sorprender teniendo en cuenta que el reciente cine coreano es muy dado a la mezcla de géneros, donde proliferan las escenas en las que uno no sabe muy bien si reír o llorar. El problema es que en 'The Yellow Sea' la metamorfosis que se produce a mitad de la película es tan acusada, que dejará a muchos en fuera de juego. El virtuosismo del director y el excelente acabado visual de la obra hacen que uno siga disfrutando, pero la implicación con el sufrido ‘joseonjok’ ya no es la misma. Una violencia descerebrada, tan excesiva como poderosa, hace su aparición llegando a provocar la carcajada cómplice de la mano de un personaje antológico, el mafioso interpretado por Yun-seok Kim.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
La película se vuelve excesivamente enrevesada con dos grupos mafiosos matándose entre ellos, a veces parece que ni ellos saben el porqué, mientras persiguen a nuestro particular Roger O. Thornhill. Mientras en Hollywood los mafiosos lo resuelven todo a tiros, en Corea del Sur lo hacen a machetazos, cuchillazos o hachazos. Los momentos más divertidos los protagoniza la policía coreana, repleta de ineptos incapaces de detener a un hombre desarmado. Y es que los cineastas coreanos parecen empeñados en ridiculizar la incompetencia de los miembros de seguridad de su país. La película se alarga, superando con creces las dos horas, para acabar como una tragedia griega o como diríamos aquí, como el rosario de la aurora.
Lo mejor: Yun-seok Kim y su furia asesina.
Lo peor: Algunas situaciones poco creíbles.
Lo mejor: Yun-seok Kim y su furia asesina.
Lo peor: Algunas situaciones poco creíbles.