Añadir a mi grupo de amigos/usuarios favoritos
Puedes añadirle por nombre de usuario o por email (si él/ella ha accedido a ser encontrado por correo)
También puedes añadir usuarios favoritos desde su perfil o desde sus críticas
Nombre de grupo
Crear nuevo grupo
Crear nuevo grupo
Modificar información del grupo
Aviso
Aviso
Aviso
Aviso
El siguiente(s) usuario(s):
Group actions
You must be a loged user to know your affinity with Francisco Javier
0
Listas
- Recomendaciones
- Estadísticas
- Sus votaciones a categorías
- Contacto
-
Compartir su perfil
Voto de Francisco Javier:
3

Voto de Francisco Javier:
3
5,9
35.561
Ciencia ficción. Acción. Aventuras
Año 2024. Cuando el joven Thomas despierta, se encuentra en un ascensor y no recuerda quién es. De pronto, el ascensor se detiene, las puertas se abren y una multitud de chicos lo recibe. Ha llegado al Claro, un lugar rodeado de altísimos muros con dos portones que todas las mañanas se abren y dan paso a un inmenso laberinto. De noche, las puertas se cierran y por el laberinto circulan unas aterradoras criaturas llamadas laceradores. ... [+]
11 de octubre de 2014
11 de octubre de 2014
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Érase una vez un muchacho llamado Thomas, que no recuerda ni su nombre, ni sus padres, ni su novia, ni su vida, ni la última vez que comió crema de cacahuete, ni la última vez que folló, ni nada. Llega a lo más parecido a una comarca de "El señor de los anillos" y descubre que hay otros veinte pajilleros adolescentes que, rápidamente, le hacen el bullying más ridículo que he visto en mi vida. Pero bueno, eso da igual. Thomas corre hacia un muro y, después de media hora, se da cuenta de que está atrapado en un callejón sin salida. Es el drama de su vida.
Total, que los que ya están asentados en la comarca sacan a lucir su aspecto más macho y esclavizan al pobre muchacho. Una noche de juerga y fiesta en la que desconozco todavía lo que se celebraba, puesto que están atrapados y llevan como tres años buscando la salida del laberinto en el que se encuentran, llega J. J. Abrahams por detrás del decorado y coge al chaval que nos enamoró a todos en Love Actually, Brodie-Sangster, y le dice que tire de tópicos que él mismo usó en el capítulo piloto de su gran serie, Lost, para explicarle al chaval sin nombre por qué su vida se ha complicado en tan poco tiempo.
Y nada, llega el niño y le empieza a contar que el Laberinto (hay una obsesión insana por ponerle mayúsculas a todos los nombres en la novela) es un lugar muy chungo y siniestro; que hay Laceradores, a quienes los asemeja a lo más parecido a un cani por la noche en su Ford Fiesta con la música de Ñengo Flow mientras estás durmiendo plácidamente en tu cama, y que nadie ha salido vivo ni ha sobrevivido a una noche en el laberinto. El niño tira de tópicos como "nadie se atreve a entrar, solo los Corredores, que están liderados por el ganador de Humor Amarillo", "es un lugar oscuro, mejor no entrar, no vaya a ser que encuentres dentro el plató de Sálvame Deluxe con Jorge Javier de presentador", y movidas así. Como buen norteamericano, a Thomas se le enciende la llama de valiente que todos los norteamericanos tienen en cualquier película adolescente norteamericana, y siente curiosidad por saber qué coño hay dentro. Luego, Will Poulter (le llamaban el Cejas en la peli) le dice al "verducho" (ya ves tú qué ofensa tan grande) que si se quiere liar a puñetazos con él. Total, que da un cabezazo con el suelo y de repente... ¿recuerda su nombre? (que alguien me explique esto, por favor).
Resulta que, poco a poco, Thomas va haciéndose con el control de la aldea de los veinte pajilleros y conoce a un niño gordo simpático que ya nos dice a todos qué es lo que le va a pasar al final de la película. En ese momento, aparecen Harry Hook y William Golding por detrás, reprochando a Wes Ball que su distopía absurda adolescente va camino de convertirse en la segunda parte de "El señor de las moscas", pero a Wes Ball parece no importarle, y sigue, con el permiso de James Dashner, reuniendo tópicos completamente innecesarios para hacer de "El corredor del laberinto" una película completamente original e innovadora.
El momento más intenso de la película es cuando en la Caja aparece una muchacha sacada de Skins (Scodelario) y lo más parecida al doble de Kristen Stewart en las escenas de acción de Crepúsculo. No dudo que el personaje sea interesante a la hora de preguntarse por qué una mujer y no otro hombre más es la que sube en la Caja para ir a la comarca de los pajilleros, pero no me hubiera gustado estar el día del casting de actores, porque vaya desastre, Wes. Vaya desastre...
Pero bueno, restémosle importancia al asunto de los actores, que el pobre O'Brien se luce en la escena final. A lo largo de la película te vas dando cuenta de por qué "El corredor del laberinto" es el estreno de Wes Ball como director y acabas saliendo del cine diciendo: "joder, menuda mierda me he tragado por nueve euros, así da gusto ir al cine." Más allá de la cuestión puramente irónica y sarcástica de la película que ha dominado a lo largo de esta crítica, hay que tirar una lanza en favor de Dashner y aplaudir el argumento de su historia, puesto que es bastante original y atrevida con todo lo que se haya podido ver antes. Golding estaría orgulloso de él, sí señor.
Desde aquí también quiero hacer un llamamiento (y con esto concluyo mi ataque desmedido a Wes Ball) a dos personas en especial, que son las que más me tocaron el alma durante las dos horas de duración del film:
Kaya Scodelario, dime que tienes el número de WhatsApp de Kristen Stewart.
Wes Ball, sigue haciendo de técnico de efectos especiales y todas las movidas extrañas que hacías antes de fabricar este auténtico destrozo cinematográfico, ya que, a pesar de la abundancia incalculable de tópicos que convierten a la historia de la novela en un auténtica candidata a ganar el Razzie a peor guión del año, lo mejor del film es la construcción del Laberinto y los efectos especiales mazo chungos de los Laceradores canis del Ford Fiesta.
Guillermo del Toro también estaría orgulloso de ti.
Total, que los que ya están asentados en la comarca sacan a lucir su aspecto más macho y esclavizan al pobre muchacho. Una noche de juerga y fiesta en la que desconozco todavía lo que se celebraba, puesto que están atrapados y llevan como tres años buscando la salida del laberinto en el que se encuentran, llega J. J. Abrahams por detrás del decorado y coge al chaval que nos enamoró a todos en Love Actually, Brodie-Sangster, y le dice que tire de tópicos que él mismo usó en el capítulo piloto de su gran serie, Lost, para explicarle al chaval sin nombre por qué su vida se ha complicado en tan poco tiempo.
Y nada, llega el niño y le empieza a contar que el Laberinto (hay una obsesión insana por ponerle mayúsculas a todos los nombres en la novela) es un lugar muy chungo y siniestro; que hay Laceradores, a quienes los asemeja a lo más parecido a un cani por la noche en su Ford Fiesta con la música de Ñengo Flow mientras estás durmiendo plácidamente en tu cama, y que nadie ha salido vivo ni ha sobrevivido a una noche en el laberinto. El niño tira de tópicos como "nadie se atreve a entrar, solo los Corredores, que están liderados por el ganador de Humor Amarillo", "es un lugar oscuro, mejor no entrar, no vaya a ser que encuentres dentro el plató de Sálvame Deluxe con Jorge Javier de presentador", y movidas así. Como buen norteamericano, a Thomas se le enciende la llama de valiente que todos los norteamericanos tienen en cualquier película adolescente norteamericana, y siente curiosidad por saber qué coño hay dentro. Luego, Will Poulter (le llamaban el Cejas en la peli) le dice al "verducho" (ya ves tú qué ofensa tan grande) que si se quiere liar a puñetazos con él. Total, que da un cabezazo con el suelo y de repente... ¿recuerda su nombre? (que alguien me explique esto, por favor).
Resulta que, poco a poco, Thomas va haciéndose con el control de la aldea de los veinte pajilleros y conoce a un niño gordo simpático que ya nos dice a todos qué es lo que le va a pasar al final de la película. En ese momento, aparecen Harry Hook y William Golding por detrás, reprochando a Wes Ball que su distopía absurda adolescente va camino de convertirse en la segunda parte de "El señor de las moscas", pero a Wes Ball parece no importarle, y sigue, con el permiso de James Dashner, reuniendo tópicos completamente innecesarios para hacer de "El corredor del laberinto" una película completamente original e innovadora.
El momento más intenso de la película es cuando en la Caja aparece una muchacha sacada de Skins (Scodelario) y lo más parecida al doble de Kristen Stewart en las escenas de acción de Crepúsculo. No dudo que el personaje sea interesante a la hora de preguntarse por qué una mujer y no otro hombre más es la que sube en la Caja para ir a la comarca de los pajilleros, pero no me hubiera gustado estar el día del casting de actores, porque vaya desastre, Wes. Vaya desastre...
Pero bueno, restémosle importancia al asunto de los actores, que el pobre O'Brien se luce en la escena final. A lo largo de la película te vas dando cuenta de por qué "El corredor del laberinto" es el estreno de Wes Ball como director y acabas saliendo del cine diciendo: "joder, menuda mierda me he tragado por nueve euros, así da gusto ir al cine." Más allá de la cuestión puramente irónica y sarcástica de la película que ha dominado a lo largo de esta crítica, hay que tirar una lanza en favor de Dashner y aplaudir el argumento de su historia, puesto que es bastante original y atrevida con todo lo que se haya podido ver antes. Golding estaría orgulloso de él, sí señor.
Desde aquí también quiero hacer un llamamiento (y con esto concluyo mi ataque desmedido a Wes Ball) a dos personas en especial, que son las que más me tocaron el alma durante las dos horas de duración del film:
Kaya Scodelario, dime que tienes el número de WhatsApp de Kristen Stewart.
Wes Ball, sigue haciendo de técnico de efectos especiales y todas las movidas extrañas que hacías antes de fabricar este auténtico destrozo cinematográfico, ya que, a pesar de la abundancia incalculable de tópicos que convierten a la historia de la novela en un auténtica candidata a ganar el Razzie a peor guión del año, lo mejor del film es la construcción del Laberinto y los efectos especiales mazo chungos de los Laceradores canis del Ford Fiesta.
Guillermo del Toro también estaría orgulloso de ti.