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Voto de PieroCardinal:
10

Voto de PieroCardinal:
10
7,2
39.123
Thriller. Drama
Frank Sheeran fue un veterano de la Segunda Guerra Mundial, estafador y sicario que trabajó con algunas de las figuras más destacadas del siglo XX. 'El irlandés' es la crónica de uno de los grandes misterios sin resolver del país: la desaparición del legendario sindicalista Jimmy Hoffa. Un gran viaje por los turbios entresijos del crimen organizado; sus mecanismos internos, sus rivalidades y su conexión con la política... Adaptación del ... [+]
1 de marzo de 2020
1 de marzo de 2020
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
La película abre con un plano secuencia magistral. Mientras suena “In the Still of the Night” de fondo, la cámara nos guía de manera muy seductora por un geriátrico, donde hay un montón de ancianos haciendo diversas actividades. Entre éstos, sentado en una silla de ruedas, sin compañía, se encuentra Frank Sheeran. Desde ahí, él nos contará toda su historia de vida, y de qué manera estuvo involucrado en la desaparición del famoso sindicalista Jimmy Hoffa. Frank dedicó su vida a “pintar casas”, que no es otra cosa que trabajar como sicario.
Scorsese utiliza uno de sus recursos fetiches para meternos en la historia, la voz en off. La historia es contada a través de varios flashbacks, donde presenciamos distintos momentos en la vida de “el irlandés”, desde su participación en la Segunda Guerra Mundial hasta su muerte. El director dialoga con su propia obra, más allá de la elección del reparto -De Niro, Pesci, Keitel, con quienes ya había trabajado- y del género abordado –gángsters-. El protagonista repasa su vida con lujo de detalles, contando sin ningún tipo de escrúpulo como hacía su trabajo. Hacia el final, el personaje termina confesándose ante un sacerdote, quién es su única compañía en sus últimos días:
-¿Sientes algo por lo que has hecho?
-No lo sé, no. Tal vez porque estoy acá hablando con usted, eso es en sí mismo un intento de…
-Pero ¿no sientes nada en absoluto?
-No, ahora ya es agua pasada.
El protagonista intenta redimirse pero no cree que sea sincero. Muchas de las películas de Scorsese tratan este tema: la redención. Sheeran parece un intermedio entre Charlie, de Mean Streets, y Henry Hill, de Goodfellas. Mientras que el primero siente una gran confusión entre el mundo de la mafia y la Iglesia, el segundo no tiene ninguna preocupación más que ganar dinero y ascender dentro de su círculo. A lo largo de El Irlandés, De Niro hace un papel similar al que encarna en Jackie Brown -de Tarantino-, un personaje bastante introvertido, sin gran humor ni grandes reacciones, algo atípico en las performances de este actor. Sin embargo, nos regala una de las mejores actuaciones de su carrera.
La película sirve para entender parte de la vida política de los Estados Unidos, como se manejan los sindicatos, cuanto poder tienen, como opera la mafia en los asuntos internos, entre otras cosas. Pero más allá de eso, es una película totalmente emotiva, suena como una carta de despedida del mismo Scorsese hacia el cine, donde parece que películas como las que él hace no tienen lugar hoy en día en la industria -recordemos los problemas por los que pasó para llevar a cabo esta producción-. Se la ha criticado por su larga duración, por la tecnología de rejuvenecimiento facial, porque los actores son demasiado viejos y porque algunas escenas no son realistas. ¿Realmente importa si la escena donde Sheeran golpea a un tipo afuera de una tienda no parece realista, porque las patadas de De Niro se parecen más a la de un señor mayor que al del personaje que interpreta? ¿Se cuestionó alguna vez la escena de El Padrino en que Sonny golpea a su cuñado Carlo y se nota que en realidad no le pega nunca? Hay que ver más allá de estas cuestiones banales que buscan desprestigiar verdaderas obras maestras y comenzar a apreciar los últimos aportes que hacen los grandes maestros al Séptimo Arte, como lo hace Martin Scorsese acá.
El cine, al menos el que pregona Scorsese, está agonizando -recordemos su conflicto con las producciones de Marvel-. Como dijimos al principio, el primer plano secuencia de la película es en un geriátrico, donde muchas personas pasan el final de sus vidas. ¿Cuál es el plano secuencia más famoso del director? El de Goodfellas, cuando Henry entra con Karen al Copacabana, mostrándonos todo el poder que él tiene debido a su vinculación con la mafia. Sí Goodfellas es la cúspide en la carrera del director, con El Irlandés nos muestra que, hoy en día, este tipo de cine no ocupa el mismo lugar que tuvo alguna vez en la industria. Como dijo hace un tiempo: “Está el entretenimiento audiovisual y está el cine, a veces son lo mismo, pero esos momentos cada vez son menos”.
Es una película inabarcable, que requiere varios visionados para poder comprender la magnitud de esta obra. Lo único que queda es disfrutar de lo último que nos pueden dar estos autores, mientras la industria les den espacio.
Scorsese utiliza uno de sus recursos fetiches para meternos en la historia, la voz en off. La historia es contada a través de varios flashbacks, donde presenciamos distintos momentos en la vida de “el irlandés”, desde su participación en la Segunda Guerra Mundial hasta su muerte. El director dialoga con su propia obra, más allá de la elección del reparto -De Niro, Pesci, Keitel, con quienes ya había trabajado- y del género abordado –gángsters-. El protagonista repasa su vida con lujo de detalles, contando sin ningún tipo de escrúpulo como hacía su trabajo. Hacia el final, el personaje termina confesándose ante un sacerdote, quién es su única compañía en sus últimos días:
-¿Sientes algo por lo que has hecho?
-No lo sé, no. Tal vez porque estoy acá hablando con usted, eso es en sí mismo un intento de…
-Pero ¿no sientes nada en absoluto?
-No, ahora ya es agua pasada.
El protagonista intenta redimirse pero no cree que sea sincero. Muchas de las películas de Scorsese tratan este tema: la redención. Sheeran parece un intermedio entre Charlie, de Mean Streets, y Henry Hill, de Goodfellas. Mientras que el primero siente una gran confusión entre el mundo de la mafia y la Iglesia, el segundo no tiene ninguna preocupación más que ganar dinero y ascender dentro de su círculo. A lo largo de El Irlandés, De Niro hace un papel similar al que encarna en Jackie Brown -de Tarantino-, un personaje bastante introvertido, sin gran humor ni grandes reacciones, algo atípico en las performances de este actor. Sin embargo, nos regala una de las mejores actuaciones de su carrera.
La película sirve para entender parte de la vida política de los Estados Unidos, como se manejan los sindicatos, cuanto poder tienen, como opera la mafia en los asuntos internos, entre otras cosas. Pero más allá de eso, es una película totalmente emotiva, suena como una carta de despedida del mismo Scorsese hacia el cine, donde parece que películas como las que él hace no tienen lugar hoy en día en la industria -recordemos los problemas por los que pasó para llevar a cabo esta producción-. Se la ha criticado por su larga duración, por la tecnología de rejuvenecimiento facial, porque los actores son demasiado viejos y porque algunas escenas no son realistas. ¿Realmente importa si la escena donde Sheeran golpea a un tipo afuera de una tienda no parece realista, porque las patadas de De Niro se parecen más a la de un señor mayor que al del personaje que interpreta? ¿Se cuestionó alguna vez la escena de El Padrino en que Sonny golpea a su cuñado Carlo y se nota que en realidad no le pega nunca? Hay que ver más allá de estas cuestiones banales que buscan desprestigiar verdaderas obras maestras y comenzar a apreciar los últimos aportes que hacen los grandes maestros al Séptimo Arte, como lo hace Martin Scorsese acá.
El cine, al menos el que pregona Scorsese, está agonizando -recordemos su conflicto con las producciones de Marvel-. Como dijimos al principio, el primer plano secuencia de la película es en un geriátrico, donde muchas personas pasan el final de sus vidas. ¿Cuál es el plano secuencia más famoso del director? El de Goodfellas, cuando Henry entra con Karen al Copacabana, mostrándonos todo el poder que él tiene debido a su vinculación con la mafia. Sí Goodfellas es la cúspide en la carrera del director, con El Irlandés nos muestra que, hoy en día, este tipo de cine no ocupa el mismo lugar que tuvo alguna vez en la industria. Como dijo hace un tiempo: “Está el entretenimiento audiovisual y está el cine, a veces son lo mismo, pero esos momentos cada vez son menos”.
Es una película inabarcable, que requiere varios visionados para poder comprender la magnitud de esta obra. Lo único que queda es disfrutar de lo último que nos pueden dar estos autores, mientras la industria les den espacio.