¿Se puede hacer tanto con tan poco?
La respuesta es si. Vincenzo Natali nos lo demuestra en su magnífica opera prima.
Una película de atmósfera claustrofóbica, que no da tregua, con infinidad de preguntas sin respuesta. Todo queda a la libre imaginación del espectador.

Una grandiosa metáfora sobre el sentido de la vida y el comportamiento del ser humano a través de seis personajes envueltos en un macabro juego de supervivencia. Una visión ultra pesimista del por que estamos en este mundo y cual es nuestra meta.

Las interpretaciones son bastante mediocres, solo hay un par de ellas salvables, pero en este caso es lo de menos. La película se apoya en un guión y dirección demoledores, y en una ambientación sencilla pero que cumple sobradamente con la sensación agobiante que el director pretende transmitir.