Quiero decir primeramente que venía con reticencias. Perros de reserva me había parecido una película bastante mediocre y de esta, al ser aparentemente del mismo palo, sin embargo, el cine en su estilo más puro e increíble me empaló contra la pared y me enseñó como se planifica una maravilla.

Hay que comprender que muchos que quisieron imitar a Pulp Fiction no la comprendieron. Claro que la narrativa y la estructura está basada en estas tiras cómicas y no está expuesta de una manera para nada aleatoria. No es el caos de la vida, sino de la indiferencia.

Sacando las partes o situaciones icónicas como masaje de pies, Royal con queso, Bad Motherfucker o el baile. Prefiero hablar de la comedía negra. Ver como siempre las parejas de personajes es un blanco y un negro. Que justamente el negro sea quién descubra la verdad de la vida y se quién lo enculen. El oro en el culo del blanco también es otra crítica de como: al que tiene dinero no se le toca. Y al hombre, claro, el culo. Y, por supuesto, el romance de Vincent Vega con Mia Wallace. El redoble del chiste es cuando le dice precisamente el chiste: Tres tomates caminan por la calle. Papá tomate, mamá tomate y bebé tomate. El bebé tomate se despista y papá tomate se enfada muchísimo. Vuelve atrás, le aplasta y dice: Ketchup. Es como la broma asesina del Joker. Su relación solo iba a terminar en muerte.

Vemos a los personajes, que aparte de ser decadentes, son firmes. Vincent es una persona cómoda, que aun y con su romance con Mia, él sigue siendo un asesino de gatillo fácil. Jules es una persona creyente que, con ese suceso inverosímil, entiende tanto sus propias palabras como las de Dios. Márcelos Wallace que es un criminal y ni con el mayor azote del mundo cambiará. Y Butch que, con ese poder de jerarquía, salva al hombre que lo quiso matar y negro. Recalco mucho el tema de los negros ya que es muy, mucho relevante para esta comedía negra.

La dirección es una genialidad. El tema de la cotidianidad y tranquilidad para cada escena. Pasando del desastre, a lo maravilloso, al amor, a la reflexión, a la diversión y a la irrealidad. Con planos y movimientos de maestro que solo engrandecen esta obra. La música es, por supuesto, un toque no solo vital, sino espectacular.

El mensaje de la película es, ya para concluir, entendernos en este mundo indiferente. Comprender que no solo somos pastores de lo que provocamos, sino también, lo que nos pasa a nosotros mismos.

Mi nota es 10/10.