Me sorprenden las estupendas críticas que ha recibido la miniserie por parte de los usuarios de esta página, tan pejigueros como suelen ser. Parece que al basarse en una obra tan monumental como “El padrino” puede resistirlo todo, cuando debería ser todo lo contrario.

Pero, en parte, algo de razón puede tener, ya que aquí estoy después de haberme tragado las diez horas que dura esta miniserie, la mayoría de ellas lindantes con el sopor y con una capacidad dramática casi nula. Todo lo profunda, compleja y difícil que era la película, "La oferta" lo es inversamente proporcional. Plana como un folio.

Además, salta a la vista que está hecha desde la perspectiva de alguien, este es Albert S. Ruddy, ya que todo lo que no sea él cae en la más absoluta caricatura. Hablo de Evans, Bluhdorn, Lapidus, Coppola y Puzo, meros monigotes. Su duración tampoco es demasiado acertada. Para lo que es, con un par de episodios hubiese bastado, ya que las historias personales de las caricaturas no me interesan. Y lo de meter a la mafia parece de chiste. Metamafia es esto.

Dónde si aciertan de lleno es en la representación de algunos personajes, especialmente Coppola, Brando y un impresionante Al Pacino. Los actores se mimetizan con ellos, y no sólo actúan como tal, sino que es fácil imaginar que se movían de un modo muy parecido durante el rodaje. Ya digo, los ojos de Pacino y su timidez… Brutales. Además de ellos, los únicos actores que brillan son Miles Teller y Juno Temple.

"La oferta" se sustenta única y exclusivamente porque cuenta lo que sucedió durante la puesta en marcha y el rodaje de la mejor película de la historia, pero que no quieran tomarnos el pelo, aquí no hay ni riesgo ni profundidad alguna. Es, punto por punto, lo que sucedió sin más. Tampoco mal hecho, pero sí con una cobardía tremenda. Como escribió Ben Travers, "La oferta" es una especie de Wikipedia visual. Y yo pido algo más que eso.