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Voto de Josfyly:
10

Voto de Josfyly:
10
7,0
5.893
5 de febrero de 2018
5 de febrero de 2018
8 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
..... Antes de entrar en la Sala recordé "Leviatan" de este director, que me había causado una sensación tan poderosa de cine con mayúsculas y una atención repartida entre la admiración y la densidad del relato cinematográfico, que por un momento presentía que aquella joya tan vez no volviera a repetirse.
El arte del cine hace que se disuelva la memoria anterior cuando ante una gran película, te sientes tan metido dentro de su universo expresivo que la razón, percepción y sensibilidad encuentran un nuevo motivo para experimentar lo creativo y artístico. Y sin duda desde que comienzan esos planos fijos encadenándose como en una gran partitura para trazar las lineas de la soledad, del abandono, de la miseria humana; empezamos un recorrido por la soledad y la sociedad rusa, a sentir un escalofrío angustioso porque el relato del abandono de un niño de 12 años, o la crisis moral de una pareja que descubre su propia miseria cuando creen encontrar el amor en su nueva pareja, o la fría e indiferente labor de la policía forman parte de ese paisaje desolador, que es un reflejo de la sociedad rusa actual.
Tenemos que estar muy atentos, el cine de Zvyagintsev con su tratamiento visual y puesta en escena va a indagar en los detalles a través de los que vamos a descubrir toda la maquinaria de la sociedad en la que respiran sus personajes; y dentro de los personajes vamos a ver las falsas ilusiones que se esconden detrás. Una transparencia casi poética que se detiene unos segundos antes de que un sutil movimiento de cámara o un diálogo lacerante o cruel situé de nuevo al espectador ante una nueva encrucijada. Es la encrucijada del hombre actual que se ha refugiado en un mundo virtual para crearse una ilusión utópica de su destino. Y también en Rusia, solo que como en una gran panorámica vamos a ver un paisaje desolado donde el sentimiento late tan despacio que se ahoga en la inmensidad.
En la sociedad que retrata "Sin Amor", no hay complejos y dudas. Todo el peso de la existencia parece conducir a los personajes a una consentida vida mecánica repartida entre ganar dinero y el ocio placentero. Es sorprendente descubrir como una falta de motivación social superior que sea motor de toda una colectividad de seres humanos, sea aquí el vacío mas absoluto frente al que lucha el individuo para encontrar su propia felicidad.
La primera secuencia de la película con el niño entreteniéndose mientras camina hacia su casa una vez ha salido del colegio, mirando el bosque, el río, jugando con una cinta que lanza al aire es de una sensibilidad tan distinta al resto de la película que no tenemos ni un momento de respiro para comprender todo lo que vamos a ver. No vamos a tener mas remedio que empezar a respirar como sus personajes .....
Zyyagintsev nos ha inoculado su veneno artístico con esta magistral película.
El arte del cine hace que se disuelva la memoria anterior cuando ante una gran película, te sientes tan metido dentro de su universo expresivo que la razón, percepción y sensibilidad encuentran un nuevo motivo para experimentar lo creativo y artístico. Y sin duda desde que comienzan esos planos fijos encadenándose como en una gran partitura para trazar las lineas de la soledad, del abandono, de la miseria humana; empezamos un recorrido por la soledad y la sociedad rusa, a sentir un escalofrío angustioso porque el relato del abandono de un niño de 12 años, o la crisis moral de una pareja que descubre su propia miseria cuando creen encontrar el amor en su nueva pareja, o la fría e indiferente labor de la policía forman parte de ese paisaje desolador, que es un reflejo de la sociedad rusa actual.
Tenemos que estar muy atentos, el cine de Zvyagintsev con su tratamiento visual y puesta en escena va a indagar en los detalles a través de los que vamos a descubrir toda la maquinaria de la sociedad en la que respiran sus personajes; y dentro de los personajes vamos a ver las falsas ilusiones que se esconden detrás. Una transparencia casi poética que se detiene unos segundos antes de que un sutil movimiento de cámara o un diálogo lacerante o cruel situé de nuevo al espectador ante una nueva encrucijada. Es la encrucijada del hombre actual que se ha refugiado en un mundo virtual para crearse una ilusión utópica de su destino. Y también en Rusia, solo que como en una gran panorámica vamos a ver un paisaje desolado donde el sentimiento late tan despacio que se ahoga en la inmensidad.
En la sociedad que retrata "Sin Amor", no hay complejos y dudas. Todo el peso de la existencia parece conducir a los personajes a una consentida vida mecánica repartida entre ganar dinero y el ocio placentero. Es sorprendente descubrir como una falta de motivación social superior que sea motor de toda una colectividad de seres humanos, sea aquí el vacío mas absoluto frente al que lucha el individuo para encontrar su propia felicidad.
La primera secuencia de la película con el niño entreteniéndose mientras camina hacia su casa una vez ha salido del colegio, mirando el bosque, el río, jugando con una cinta que lanza al aire es de una sensibilidad tan distinta al resto de la película que no tenemos ni un momento de respiro para comprender todo lo que vamos a ver. No vamos a tener mas remedio que empezar a respirar como sus personajes .....
Zyyagintsev nos ha inoculado su veneno artístico con esta magistral película.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Tal vez lo mas poderoso es la amargura y frialdad de asistir a la crisis de una pareja que se desentiende de su hijo de 12 años, al que quieren llevar a un internado porque ninguno de los dos quiere quedárselo. En un momento el niño desaparece, y es cuando se empieza a revelar el problema personal de sus progenitores y como su propio egoísmo se antepone a la responsabilidad familiar.
Pero la forma de presentarse esto es a través de las anodinas relaciones de las nuevas parejas de los progenitores. Nos damos cuenta que vuelven a repetir con sus parejas los mismos roles, quieren ser felices pero la felicidad es el retrato de un mero confort de móviles, estética del dinero, cenas en sitios lujosos, etc.
Y mientras tanto es llamativa la forma en que colaboran para encontrar a su hijo con sus sentimientos mezclados de humanidad y mezquindad. Sorprendente que lo maravilloso humano resida en los voluntarios que se prestan para encontrar al niño en contraposición con la frialdad de las instituciones.
Pero la forma de presentarse esto es a través de las anodinas relaciones de las nuevas parejas de los progenitores. Nos damos cuenta que vuelven a repetir con sus parejas los mismos roles, quieren ser felices pero la felicidad es el retrato de un mero confort de móviles, estética del dinero, cenas en sitios lujosos, etc.
Y mientras tanto es llamativa la forma en que colaboran para encontrar a su hijo con sus sentimientos mezclados de humanidad y mezquindad. Sorprendente que lo maravilloso humano resida en los voluntarios que se prestan para encontrar al niño en contraposición con la frialdad de las instituciones.