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Voto de Grijander:
4

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4
6,5
27.652
Thriller
Un guardia de seguridad de la morgue huye y es atropellado. En el depósito de cadáveres, la policía descubre que la puerta de una de las neveras está abierta y el cadáver de una mujer ha desaparecido. El inspector de policía encargado de la investigación cuenta con la colaboración del marido de la difunta, aunque no descarta la posibilidad de que esté relacionado con el asunto... Debut en la dirección del guionista Oriol Paulo (Los ojos de Julia). (FILMAFFINITY) [+]
21 de mayo de 2013
21 de mayo de 2013
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
El cuerpo era esa película con la que Antena 3 dio tanto por culo metiendo su anuncio hasta en la sopa. Una producción en la que su productora participó, supongo que tenía que ser rentable. El resultado fue un éxito en taquilla y una buena aceptación de la crítica. Ellos sabrán, que para eso son los que saben, redundando.
Oriol Paulo debuta en el largometraje y en sus manos se ponen algunos de los mimbres necesarios para hacer una gran película como, por ejemplo, un reparto con nombres importantes o medios económicos suficientes para la historia que ha de contarse. Sin embargo, el problema está precisamente en la historia. Y ahí es donde entra el nombre del director, que también es guionista de su película. Da la impresión de que todo lo que se nos va contando durante los (más o menos) 100 minutos de metraje, son una simple excusa para llegar al final, momento en el que Paulo se lanza a la piscina tomando un riesgo totalmente necesario. Hablo de riesgo necesario porque, tras un prometedor arranque, asistimos impotentes a un desarrollo irregular en el que el thriller y el (medio) cine de terror no logran encajar en ningún momento. Paulo cuando escribió el guion, probablemente, ya estaba montando la película en su cabeza, así que no me sirve que me digan que "eso no es culpa del guion", porque el guion lo escribe Oriol Paulo y la película la dirige Oriol Paulo. Sobre su trabajo tras las cámaras, decir que solo consigue asustar cuando tira de clichés. Y, hablando de clichés, todos esos que se sacan a relucir en las Spoof Movies (películas de parodias, para quienes no tengan mi inglés de Harvard), podemos verlos aquí. "Mi mujer murió en una noche como esta...", dice uno de los protagonistas provocando que esté a punto de mearme encima. El final, en el que digo que Paulo acierta arriesgando, intenta que todas las chorradas que se nos han contado desde el principio tengan sentido... y lo jodido es que está cerca de conseguirlo.
José Coronado se alisa el pelo y da un yuyu que no veas. Parece que el hombre Activia está viviendo su segunda época dorada y lleva ya varias interpretaciones consecutivas a un gran nivel. Hugo Silva, un chaval de lo más guapete al que los de peluquería y maquillaje convierten en un ser de lo más curioso, está más que correcto aunque por momentos parece que se le va el tono y, por si os lo estáis preguntando, la respuesta es sí: sigue con su puta costumbre de susurrar en lugar de hablar como las personas decentes. Belén Rueda sale entre poco y nada, pero con eso le basta para dejar su sello. Aura Garrido, con unos ojazos que quitan el hipo, deja un trabajo aceptable. Del resto, destacaría a la siempre correcta Cristina Plazas y a Juan Pablo Shuk, que dejó de ser un actor de telenovela hace algún tiempo para convertirse en un actor de verdad.
Resumiendo, que es gerundio: a mí los grandes finales me molan mucho. Una película que me guste, con un final de la hostia, se me queda grabada a fuego. Es lo que tiene acabar en alto, que el espectador se queda contento. Pero claro, si estás toda la película a cinco mil metros y en el final subes, el espectador se queda sin oxígeno y flipando, pero si estás al nivel del mar, por mucho subidón que pegues, no te da ni para provocar vértigo.
Oriol Paulo debuta en el largometraje y en sus manos se ponen algunos de los mimbres necesarios para hacer una gran película como, por ejemplo, un reparto con nombres importantes o medios económicos suficientes para la historia que ha de contarse. Sin embargo, el problema está precisamente en la historia. Y ahí es donde entra el nombre del director, que también es guionista de su película. Da la impresión de que todo lo que se nos va contando durante los (más o menos) 100 minutos de metraje, son una simple excusa para llegar al final, momento en el que Paulo se lanza a la piscina tomando un riesgo totalmente necesario. Hablo de riesgo necesario porque, tras un prometedor arranque, asistimos impotentes a un desarrollo irregular en el que el thriller y el (medio) cine de terror no logran encajar en ningún momento. Paulo cuando escribió el guion, probablemente, ya estaba montando la película en su cabeza, así que no me sirve que me digan que "eso no es culpa del guion", porque el guion lo escribe Oriol Paulo y la película la dirige Oriol Paulo. Sobre su trabajo tras las cámaras, decir que solo consigue asustar cuando tira de clichés. Y, hablando de clichés, todos esos que se sacan a relucir en las Spoof Movies (películas de parodias, para quienes no tengan mi inglés de Harvard), podemos verlos aquí. "Mi mujer murió en una noche como esta...", dice uno de los protagonistas provocando que esté a punto de mearme encima. El final, en el que digo que Paulo acierta arriesgando, intenta que todas las chorradas que se nos han contado desde el principio tengan sentido... y lo jodido es que está cerca de conseguirlo.
José Coronado se alisa el pelo y da un yuyu que no veas. Parece que el hombre Activia está viviendo su segunda época dorada y lleva ya varias interpretaciones consecutivas a un gran nivel. Hugo Silva, un chaval de lo más guapete al que los de peluquería y maquillaje convierten en un ser de lo más curioso, está más que correcto aunque por momentos parece que se le va el tono y, por si os lo estáis preguntando, la respuesta es sí: sigue con su puta costumbre de susurrar en lugar de hablar como las personas decentes. Belén Rueda sale entre poco y nada, pero con eso le basta para dejar su sello. Aura Garrido, con unos ojazos que quitan el hipo, deja un trabajo aceptable. Del resto, destacaría a la siempre correcta Cristina Plazas y a Juan Pablo Shuk, que dejó de ser un actor de telenovela hace algún tiempo para convertirse en un actor de verdad.
Resumiendo, que es gerundio: a mí los grandes finales me molan mucho. Una película que me guste, con un final de la hostia, se me queda grabada a fuego. Es lo que tiene acabar en alto, que el espectador se queda contento. Pero claro, si estás toda la película a cinco mil metros y en el final subes, el espectador se queda sin oxígeno y flipando, pero si estás al nivel del mar, por mucho subidón que pegues, no te da ni para provocar vértigo.